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Alta Magia

El Gran Secreto del Tetragrámaton – Iniciación al Hermetismo

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El Cabalístico JOD-HE-VAU-HE.

“Lo que está arriba es también lo que está abajo”.
– Hermes Trismegisto

Acerca de los elementos

Todo lo que fue creado, el macrocosmos y el microcosmos, por tanto los mundos grandes y pequeños, se formó a través de los elementos. Por eso, al comienzo de la iniciación, pretendo abordar precisamente estas fuerzas para mostrar especialmente su profundidad y su significado múltiple. Hasta el día de hoy muy poco se ha dicho en la literatura ocultista sobre las fuerzas de los elementos, por lo que decidí darme a la tarea de tratar este tema aún inexplicado y levantar los velos que ocultan sus leyes. No es nada fácil iluminar a los no iniciados para hacerles conocer no sólo la existencia y acción de estos elementos, sino también darles a estos lectores la posibilidad de trabajar más tarde con estas fuerzas en la práctica.

El Universo entero es como un reloj, con engranajes mutuamente dependientes. Incluso el concepto de divinidad como entidad de mayor alcance puede clasificarse de manera análoga a los elementos, en ciertos aspectos. Hay más detalles sobre esto en el capítulo que trata sobre el concepto de Dios.

En los escritos orientales más antiguos los elementos están definidos por los Tattwas. En nuestra literatura europea sólo les prestamos atención en la medida en que enfatizamos sus buenos efectos o señalamos sus influencias desfavorables, lo que significa por tanto que bajo la influencia de los Tattwas ciertas acciones pueden llevarse a cabo o deben dejarse de lado. No hay duda sobre la autenticidad de este hecho, pero todo lo que se nos ha revelado hasta ahora sólo apunta a un aspecto muy restringido de los efectos de los elementos. La prueba de los efectos de los elementos en relación con los Tattwas, para uso personal, aparece de forma suficientemente explícita en los trabajos astrológicos.

Sin embargo, profundizo más en el secreto de los elementos, por eso elijo otra clave, análoga a la astrológica, pero que nada tiene que ver con ella. Pretendo enseñar al lector las diferentes formas de utilizar esta clave hasta ahora desconocida. Me ocupo de cada una de las funciones, analogías con los efectos de los elementos, en secuencia y con más detalle, en los capítulos siguientes. Además de revelar su lado teórico, también muestro su uso práctico, pues es precisamente en él donde reside el mayor arcano.

Este gran conocimiento secreto de los elementos ya ha sido escrito en el libro más antiguo de sabiduría esotérica, el Tarot, cuya primera carta, el mago, representa el conocimiento y dominio de los elementos. En esta primera carta los símbolos son: la espada, que simboliza el elemento fuego; el bastón, que simboliza el elemento aire; el cáliz, el elemento agua; las monedas el elemento tierra.

Aquí podemos ver que ya en los misterios antiguos se designaba al mago como primera carta del Tarot, y así se eligió el dominio de los elementos como primer acto de iniciación. En honor a esta tradición, también quiero prestar la mayor atención a estos elementos, porque como veremos más adelante, la clave de los elementos es un medio universal con el que se pueden resolver todos los problemas que surjan. Según los indios, la secuencia de los Tattwas es la siguiente:

· Akasha – el principio etérico;

huevo negro

· Tejas – el principio del fuego;

Triángulo rojo

· Waju – el principio del aire;

circulo azul

· Apas – el principio del agua;

Media Luna de Plata

· Prithivi – el principio de la tierra;

Cuadrado Amarillo

Según la doctrina hindú, los cuatro Tattwas más densos se formaron a partir del quinto Tattwa, el principio akáshico. Por eso Akasha es el principio original, y es considerado como la quinta fuerza, la llamada quintaesencia. En el capítulo correspondiente se presentarán al lector aclaraciones más detalladas sobre Akasha, el elemento más sutil de todos. Las características específicas de cada elemento también se mencionarán en todos los capítulos siguientes, comenzando desde los planos más elevados y descendiendo hasta la materia más densa y más baja. Como el propio lector podrá comprender, no será tarea fácil analizar tan gran secreto de la creación y ponerlo en palabras, para dar a todos la posibilidad de penetrar en este tema y construir una imagen plástica del mismo.

Más adelante hablaré también de la descomposición de los elementos, además de mostrar su valor práctico, para que todo científico, ya sea químico, médico, hipnotizador, ocultista, mago, místico, cabalista, yogui, etc., pueda extraer de ella su uso en la práctica. Si logro informar al lector hasta el punto de al menos permitirle penetrar en este tema sabiendo utilizar la clave práctica en aquel campo del conocimiento que más le gusta, entonces el objetivo de mi libro se habrá cumplido.

El principio del fuego

Tejas – Triángulo Rojo

Como tuvimos la oportunidad de mencionar, el Akasha, o Principio Etérico, es el origen de la creación de los elementos. El primer elemento que, según los escritos orientales, nació de Akasha, es Tejas, el principio del fuego. Este elemento, como todos los demás, no sólo actúa sobre nuestro plano material denso, sino sobre todo lo creado. Las características básicas del principio del fuego son el calor y la expansión; Por eso al principio de la creación todo era fuego y luz. La Biblia también dice: “Fiat lux – que se haga la luz”. Naturalmente, la base de la luz es el fuego. Cada elemento, incluido el fuego, tiene dos polaridades, activa y pasiva, es decir, de más a menos (más a menos). Plus es constructivo, creativo, generador, mientras que Minus es disruptivo, exterminador.

Siempre hay que tener en cuenta estas dos características básicas de cada elemento. Las religiones atribuyen el bien al lado activo y el mal al lado pasivo; pero en principio el bien y el mal no existen, son sólo conceptos de la condición humana. En el Universo no hay cosas buenas ni malas, ya que todo fue creado según leyes inmutables. Es precisamente en estas leyes donde se refleja, únicamente, el principio divino. Poseyendo el conocimiento de estas leyes es que podemos acercarnos a lo divino.

La explosión es inherente al principio del fuego, y se definirá como un fluido eléctrico con el fin de formar una imagen. Este concepto nominal incluye no sólo la electricidad material, densa, a pesar de tener una condición análoga a ésta, como veremos a continuación. Naturalmente, a cualquiera le resulta claro que la característica de la expansión es idéntica a la de la extensión. Este principio del elemento fuego está activo y latente en todo lo creado, por lo tanto en todo el Universo, desde el más pequeño grano de arena hasta las cosas más elevadas visibles e invisibles.

El principio del agua

Apas – Media Luna de Plata 

En el capítulo anterior conocimos sobre la creación y características del elemento positivo fuego. En este capítulo describo el principio opuesto, el del agua. Al igual que el fuego, también se formó a partir de Akasha, el principio etérico.

Sin embargo, comparado con el fuego, tiene características totalmente opuestas; sus características básicas son el frío y el retraimiento. Aquí también hay dos polos: el polo activo, que es constructivo, vivificante, nutritivo y conservante; y el negativo, igual a fuego, desintegrador, fermentador, descomponedor, disipador. Como el elemento agua posee la característica básica de retracción, dio lugar al fluido magnético. Tanto el fuego como el agua actúan en todas las regiones. Según la ley de la creación, el principio del fuego no podría existir si no contuviera un polo opuesto, es decir, el principio del agua. Estos dos elementos, fuego y agua, son esos elementos básicos con los que todo fue creado. Por esta razón, en todas partes siempre tenemos que confiar en dos elementos principales como polaridades opuestas, además del fluido magnético y eléctrico.

El principio del aire

Waju – Círculo Azul

Otro elemento que se formó a partir del Akasha es el aire. Los iniciados no ven este principio como un elemento real, sino que lo sitúan en una posición intermedia entre el principio del fuego y el del agua; El principio del aire, como medio, por así decirlo, produce un equilibrio neutro entre los efectos pasivos y activos del fuego y el agua. A través de los efectos alternos de los elementos pasivos y activos del fuego y el agua, toda la vida creada se convirtió en movimiento.

En su papel intermediario, el principio aéreo tomó del fuego la característica de calor, del agua la de humedad. Sin estas dos características la vida no sería posible; Además, también le dan al principio aéreo dos polaridades: en el efecto positivo, el de dar vida, en el negativo, el de exterminador.

En cuanto a los elementos mencionados, debemos añadir que no son fuego, agua o aire comunes – de hecho, sólo aspectos del plano material denso – sino más bien características universales de los elementos.

El principio de la tierra

Prithivi – Cuadrado Amarillo

Ya hemos dicho que el principio del aire no representa exactamente un elemento en sí mismo, esta afirmación también se aplica al principio de la tierra. Esto significa que del efecto alternativo de los tres elementos mencionados primero se formó el elemento tierra en último lugar, porque a través de su característica específica, la solidificación, integra a los otros tres en sí mismo. Fue precisamente esta característica la que dio forma concreta a los tres elementos. Al mismo tiempo, sin embargo, se introdujo un límite a su efecto, lo que dio lugar a la creación de espacio, dimensión, peso y tiempo. Junto con la Tierra, el efecto recíproco de los otros tres elementos se volvió cuadripolar. El fluido en la polaridad del elemento tierra es electromagnético. Como todos los elementos están activos en el cuarto elemento (tierra), toda la vida creada puede explicarse. Fue a través de la materialización de la vida en este elemento que surgió el “Fiat”, el “hazlo tú mismo”.

Otras explicaciones más detalladas de los efectos específicos de los elementos en las diversas esferas y reinos, como el reino natural, el reino animal, el reino humano, etc., se pueden encontrar en el contenido posterior del libro. Lo importante es que el lector sea capaz de tener una idea general del funcionamiento y efectos de los principios de los elementos en todo el Universo.

La luz

El principio del fuego es la base de la luz; sin él la luz nunca podría existir. Por eso es uno de los aspectos del fuego. Todos los elementos del fuego se pueden convertir en luz y viceversa. Por eso la luz contiene todas las características específicas: es luminosa, penetrante, expansiva. Lo opuesto a la luz es la oscuridad, que surgió del principio del agua, y tiene características específicas opuestas a las de la luz. Sin oscuridad, la luz no sólo sería irreconocible sino que no podría existir. Así podemos ver que la luz y las tinieblas surgieron de la alternancia de dos elementos, es decir, el fuego y el agua. En su efecto, la luz tiene una característica positiva y la oscuridad tiene una característica negativa. Esta alternancia se produce en todas las regiones.

El Akasha o el Principio Etérico

huevo negro

En la descripción de los elementos mencioné que surgieron del principio etérico. Por eso es el más elevado de todos, el más poderoso inimaginable; él es el origen, el fundamento de todas las cosas y de toda la creación. En definitiva, es la esfera primordial. Por eso Akasha está libre de espacio y tiempo. Él es lo increado, lo incomprensible, lo indefinible. Las religiones lo llaman Dios. Él es la quinta fuerza, la fuerza primordial; él es aquello que contiene todo lo creado y que mantiene todo en equilibrio. Es el origen y pureza de todos los pensamientos e ideas, es el mundo de las cosas primordiales en el que se mantiene todo lo creado, desde las esferas más altas hasta las más bajas. Es la quintaesencia de los alquimistas. Es todo en todas las cosas.

Karma, la ley de causa a efecto

Una ley inmutable que tiene su aspecto característico precisamente en el principio de Akasha, es la ley de causa a efecto. Cada causa provoca un efecto correspondiente. Esta ley es válida en todas partes como ley suprema; Así, toda acción tiene como consecuencia un determinado efecto o producto. Por tanto, el Karma debe ser considerado no sólo una ley para nuestras buenas acciones, como predica la filosofía oriental, sino que, como podemos comprobar en este caso, su significado se vuelve mucho más profundo. Instintivamente, las personas sienten que todo bien sólo produce buenos frutos y todo mal resulta en la producción de cosas malas; o como dice el pueblo: “¡Lo que el hombre siembra, cosecha!” Esta ley irrevocable debe ser conocida y respetada por todos. La ley de causa y efecto también es inherente a los principios de los elementos. No quiero profundizar en los detalles de esta ley, que se pueden expresar en pocas palabras, porque son claras y lógicas para la mente de cualquiera. La ley de evolución o desarrollo también está subordinada a la ley de causa y efecto; Por eso el desarrollo es un aspecto de la ley del karma.

El cuerpo humano

El hombre es la verdadera imagen de Dios, por eso fue creado según el retrato del Universo. Todo lo que se encuentra en el Universo a mayor escala se refleja en el hombre a menor escala, por eso se define al hombre como un microcosmos, a diferencia del Universo como un macrocosmos. Literalmente podemos decir que toda la naturaleza se refleja en el hombre, y el objetivo de este capítulo es enseñar a observar, conocer y dominar esta verdad.

No pretendo aquí describir los procesos físicos del cuerpo, ya que esta descripción se puede encontrar en cualquier trabajo especializado; Lo que quiero es enseñar a los lectores cómo observar al hombre desde un punto de vista hermético y cómo utilizar la clave básica en él, es decir, los efectos de los elementos.

Hay un dicho famoso que dice: “En cuerpo sano, mente sana”. En el estudio del hombre veremos cuán profunda es la afirmación de esta pequeña frase. Pero seguro que os preguntaréis ¿qué es la salud desde un punto de vista hermético?

No todo el mundo podrá responder a esta pregunta de inmediato; la mayoría dará una explicación muy individualizada del problema de salud. Desde un punto de vista hermético, la salud es vista como una total armonía de las fuerzas que operan en el cuerpo, en relación con las características básicas de los elementos. Ni siquiera es necesario que predomine una gran desarmonía de los elementos para que el efecto se haga visible en la forma de algo que llamamos enfermedad. La falta de armonía en forma de enfermedad es ya una perturbación importante en las regiones del cuerpo donde actúan los elementos. Es por esto que el futuro iniciado debe considerar como condición básica el cuidado cuidadoso de su cuerpo. La expresión exterior del cuerpo es como un hermoso vestido, y en todos los aspectos, tanto los más grandes como los más pequeños, la belleza es también un aspecto de la naturaleza divina. La belleza no es sólo lo que nos agrada o nos gusta, ya que la simpatía y la antipatía dependen de los efectos recíprocos de los elementos; La salud efectiva es mucho más una condición básica para la elevación espiritual. Si queremos vivir bien, tenemos que organizar nuestra vivienda, nuestra casa; lo mismo ocurre con nuestro cuerpo, que debe ser bello y armonioso.

Según la ley universal, los elementos tienen determinadas funciones en el organismo, principalmente construcción, mantenimiento y descomposición. La parte positiva del cuerpo, es decir, la constructiva, corresponde al lado positivo o activo de los elementos. La parte de mantenimiento o compensación está asegurada por la función agregadora de los elementos, es decir, la función neutra; y la parte en descomposición o deterioro está controlada por las características negativas de los elementos.

Así, por ejemplo, el principio del fuego en su forma activa, con su fluido eléctrico, es responsable de la actividad expansiva, constructiva y activa, y en su forma negativa todo lo contrario.

El principio del agua en su forma activa influye en la actividad constructora de los distintos líquidos del cuerpo, y en su forma negativa, en la actividad de descomposición.

El principio del aire tiene la función de regular el fluido eléctrico del fuego y el fluido magnético del agua en el cuerpo, manteniéndolos en equilibrio. Por tanto, se define como el elemento neutro o mediador.

Como se dijo en la clave básica sobre las fuerzas del principio tierra, este último tiene la función de mantener unidas las funciones de los otros tres elementos. En la forma activa del elemento del principio tierra el efecto es vitalizante, fortalecedor, constructivo, mantenido, etc., en su forma negativa es todo lo contrario. El principio de tierra corresponde tanto al progreso o crecimiento como al envejecimiento del cuerpo. Todavía podríamos presentar muchas analogías sobre los efectos de los elementos en el cuerpo, pero la explicación anterior debería, en principio, ser suficiente.

Los iniciados de todos los tiempos nunca han descrito detalladamente los efectos de los elementos, probablemente para evitar su mal uso; pero los conocían muy bien. Dividieron al hombre en tres conceptos básicos, atribuyendo la cabeza al principio del fuego, el vientre al principio del agua y el pecho al principio del aire, este último como principio mediador entre el fuego y el agua.

A primera vista es evidente que los iniciados definieron correctamente esta división del hombre, pues todo lo activo, por tanto lo ardiente, ocurre en la cabeza, mientras que en el vientre ocurre lo contrario, es decir, el trabajo de los líquidos, el acuoso, el eliminador, etc. El pecho está subordinado al aire y también tiene un papel mediador, ya que la respiración que allí se produce es mecánica. Finalmente, el principio de la tierra, con su cohesión o su fuerza agregadora, constituye todo el cuerpo humano, con todos sus huesos y su carne.

Pero siempre alguien preguntará: ¿dónde y de qué manera se presenta el Akasha, o principio etérico, en el cuerpo material denso?

Después de una reflexión más profunda, cada uno podrá responder por sí mismo a esta pregunta, es decir, que el principio etérico en su forma material densa está contenido en la sangre y en el semen, y en el efecto recíproco de este último sobre la materia vital o vitalidad.

Como vimos anteriormente, el elemento fuego produce fluido eléctrico en el cuerpo y el elemento agua produce fluido magnético. Cada uno de estos fluidos tiene dos polos de radiación, el activo y el pasivo, y los efectos recíprocos directos y alternos de los cuatro polos equivalen a un imán cuadripolar, idéntico al misterio del Tetragrámaton, el JOD-HE-VAU-HE. de los cabalistas. Por eso el fluido electromagnético del cuerpo humano, en su radiación al exterior, es magnetismo vital, llamado Od, o cualquier otro nombre que se le quiera poner. En las personas diestras, el lado derecho del cuerpo es eléctricamente activo y el lado izquierdo es magnético-pasivo. En los zurdos ocurre lo contrario. La intensidad de la irradiación de este fluido electromagnético depende de la capacidad, es decir, de la intensidad del efecto de los elementos sobre el cuerpo. Cuanto más sano y armonioso sea el efecto de los elementos en el cuerpo, más fuerte será la radiación pura.

Con la ayuda de determinados ejercicios, así como mediante una postura correcta y la observación precisa de estas leyes, la capacidad e intensidad de acción de este fluido electromagnético, o Od, puede aumentar o disminuir según sea necesario. Cómo ocurre esto se describirá con más detalle en la parte práctica de este trabajo.

Tanto los fluidos eléctricos como los magnéticos no tienen relación directa con la electricidad o el magnetismo que conocemos, sino que son análogos a ellos. Esta ley de analogía es un factor muy importante en la ciencia hermética, cuyo conocimiento permite al iniciado realizar, con esta clave, grandes milagros.

En nutrición, estos elementos se mezclan. Su asimilación desencadena un proceso químico mediante el cual los elementos permanecen en nuestro organismo. Desde el punto de vista médico, la asimilación de cualquier nutriente, junto con la respiración, desencadena un proceso de combustión, en el que el hermetista ve mucho más que un simple proceso químico. Ve la fusión de nutrientes, así como el fuego que se mantiene constantemente ardiendo a través de la materia en llamas.

Esta es la razón por la que toda la vida depende del aporte continuo de material combustible, es decir, alimento y respiración. Para que cada elemento reciba su material de mantenimiento necesario, se recomienda una dieta variada y mixta, que contenga todos los materiales básicos de los elementos. Si, por ejemplo, nos viésemos obligados a pasar toda nuestra vida dependiendo de un solo nutriente, entonces sin duda nuestro cuerpo enfermaría, es decir, se volvería disarmónico. A través de la descomposición del aire y de los nutrientes, los elementos reciben la materia que los preserva, manteniendo así el vigor de su actividad.

Esta es la forma natural de vida del hombre. Si falta la denominada “materia desencadenante” en alguno de los elementos, el efecto sobre las funciones correspondientes es inmediato. Por ejemplo, cuando se intensifica el efecto del elemento fuego en el cuerpo, sentimos sed; en el caso del elemento aire sentimos hambre, en el caso del elemento agua sentimos frío, en el caso del elemento tierra aparece el cansancio. Asimismo, cualquier saturación de los elementos del organismo provoca reacciones intensificadas. Con un exceso del elemento fuego, existe la necesidad de movimiento y actividad; con el del elemento agua se intensifica el proceso de deterioro. Una saturación del elemento aire nos muestra que debemos medir la asimilación de los nutrientes, una saturación del elemento tierra ejerce sus efectos en aspectos de la vida sexual, pero no necesariamente es evidente en el impulso sexual carnal. Generalmente en personas mayores, este efecto también puede manifestarse a través de la estimulación de una mayor actividad laboral, un mayor desempeño creativo.

En sus polaridades pasivas a activas, los fluidos eléctricos y magnéticos tienen la función de producir compuestos ácidos desde un punto de vista químico, o posiblemente alquímico, en todos los cuerpos orgánicos e inorgánicos. En el sentido activo son constructores y en el sentido negativo son desagregadores, descomponedores y destructores. Esto explica la función biológica del cuerpo. El resultado es el ciclo de la vida: emerge, crece, madura y muere. Este es el destino de la evolución de toda la creación.

dieta

Una forma de vida sensata mantiene la armonía de los elementos del cuerpo. Cuando surge una desarmonía en el efecto de los elementos, es decir, cuando hay predominio o debilitamiento de uno u otro elemento, se deben tomar algunas medidas para volver a equilibrarlos o al menos interferir favorablemente en este sentido. Es por eso que, para casos concretos, se suelen prescribir las más diversas dietas. Desde hace mucho tiempo, la gente común y corriente llega a esta conclusión a través de innumerables observaciones, pero sin poder comprender las causas precisas de estos fenómenos.

Cuando la perturbación de los elementos es tan grande que hace visible la falta de armonía, entonces ya no es una falta de armonía, sino una enfermedad. Es entonces costumbre recurrir inmediatamente a medios drásticos para restablecer la armonía necesaria, obtener una salud completa y devolver el cuerpo a su ritmo normal. Todos los métodos de curación conocidos hasta la fecha se basan en esta base. Prefiero abstenerme de describir cada método de tratamiento individualmente, ya que todos ellos ya son ampliamente conocidos; Los métodos de curación naturales utilizan efectos térmicos, como baños, compresas, cataplasmas, hierbas, masajes, etc. El alópata utiliza medicamentos concentrados para provocar los efectos correspondientes a los elementos y así favorecer la recuperación de la salud. El homeópata estimula el elemento opuesto a través de su remedio “similia similibus curantur”, para recuperar el equilibrio del elemento amenazado, según su polaridad. Al aplicar sus remedios, el electrohomeópata actúa directamente sobre los fluidos eléctricos y magnéticos, fortaleciéndolos, para equilibrar el elemento discordante, según el tipo de enfermedad.

Polaridad

Cada método de curación tiene como objetivo restablecer el equilibrio alterado de los elementos. A través del conocimiento de los efectos de los elementos sobre nuestro cuerpo, el magnetópata o magnetizador tiene una gran posibilidad de poder controlar sus fuerzas con éxito, especialmente cuando es capaz de despertar conscientemente el fluido eléctrico o magnético que lleva dentro, fortaleciéndolo para transmitir. a la parte del cuerpo que está en discordia. Dediqué un capítulo entero de este libro a la parte práctica de este tipo de tratamiento.

Aquí también conviene describir las funciones completas del cuerpo. Pero, de manera análoga a los efectos de los elementos sobre el cuerpo, cada parte de él también está influenciada por un elemento específico que actúa en su polaridad. Lo interesante es el hecho de que algunos órganos contienen, en el ritmo de su funcionamiento, por tanto en su mecanismo, una alternancia del fluido eléctrico del interior al exterior y del fluido magnético del exterior al interior, lo que provoca el ritmo. Las funciones en todo el organismo pueden alcanzar un equilibrio armonioso y similar. En otros órganos, sin embargo, ocurre lo contrario: el fluido eléctrico actúa de fuera hacia dentro y el fluido magnético de dentro hacia fuera. Este conocimiento de la radiación polarizada se denomina, en la ciencia hermética, la “anatomía oculta del cuerpo”. El conocimiento de los procesos de esta anatomía oculta es muy importante para todos los iniciados, si quieren conocer, influir y controlar su cuerpo.

Por eso también pretendo describir aquí la anatomía oculta del cuerpo humano en relación con los fluidos eléctricos y magnéticos, es decir, en el ámbito de los efectos positivos y negativos. El magnetópata podrá sacar gran provecho de estas explicaciones, ya que podrá tratar la parte del cuerpo en cuestión según el origen de la enfermedad, con fluido eléctrico o magnético. Este conocimiento también será muy útil para otras personas.

  • LA CABEZA:
    La parte delantera es eléctrica, la trasera magnética. El lado derecho es magnético, el izquierdo eléctrico. El interior es eléctrico.
    .
  • LOS OJOS:
    La parte delantera es neutra, la parte trasera también es neutra. El lado derecho es eléctrico, el lado izquierdo también es eléctrico. El interior es magnético.
    .
  • LAS OREJAS:
    La parte delantera es neutra, la parte trasera también es neutra. El lado derecho es magnético, el lado izquierdo es eléctrico y el interior es neutro.
    .
  • BOCA Y LENGUA:
    La parte delantera es neutra, la parte trasera también es neutra. El lado derecho es neutral, el izquierdo también es neutral. El interior es magnético.
    .
  • EL CUELLO:
    La parte delantera es magnética, la parte trasera es magnética, el lado derecho es magnético, el lado izquierdo es eléctrico, el interior es eléctrico.
    .
  • EL PECHO:
    La parte delantera es electromagnética, la parte trasera es eléctrica, el lado derecho es neutro, el lado izquierdo es eléctrico y el interior es neutro.
    .
  • EL VIENTRE:
    La parte delantera es eléctrica, la parte trasera es magnética; El lado derecho es magnético, el lado izquierdo es eléctrico y el interior es magnético.
  • Las manos:
    La parte delantera es neutra, la parte trasera es neutra, el lado derecho es magnético, el lado izquierdo es eléctrico, el interior es neutro.
    .
  • LOS DEDOS DE LA MANO DERECHA:
    Los lados del frente hacia atrás son neutrales, los lados derecho y trasero son
    Los izquierdos son eléctricos, el interior es neutro.
    .
  • LOS DEDOS DE LA MANO IZQUIERDA:
    Los lados de adelante hacia atrás son neutrales, el lado derecho es eléctrico, el lado izquierdo también es eléctrico, el interior es neutral.
    .
  • Los pies:
    Las partes de adelante hacia atrás son neutrales, el lado derecho es magnético, el lado izquierdo es eléctrico, el interior es neutral.
    .
  • LOS ÓRGANOS GENITALES MASCULINOS:
    El frente es eléctrico, la parte trasera es neutral, los lados de izquierda a derecha son neutrales y el interior es magnético.
    .
  • LOS ÓRGANOS GENITALES FEMENINOS:
    La parte delantera es magnética, la parte trasera es neutra, los lados de derecha a izquierda son neutros, el interior es eléctrico.
    .
  • ÚLTIMA VERTEBRA DE LA COLUMNA AL LADO DEL ANO:
    Las partes de adelante hacia atrás son neutrales, los lados derecho e izquierdo son neutrales, el interior es magnético.

A partir de esta anatomía oculta, el iniciado puede, con la llave del imán cuadripolar, componer otras analogías según sus necesidades. Y en esta anatomía el alquimista también reconoce que el cuerpo humano es un verdadero Athanor, en el que tiene lugar el proceso alquímico más completo, la gran obra o preparación de la piedra de los sabios.

Y aquí termina el capítulo sobre el cuerpo humano. No pretendo afirmar que consideré todas las cuestiones relacionadas con el tema; En cualquier caso creo haber mencionado los más importantes, aquellos
relativo a los elementos, a los imanes cuadripolares, y desvelé el misterio del Tetragrámaton aplicado al cuerpo.

El Plano Material Denso o el Mundo Material Denso

En este capítulo no pretendo describir el mundo material denso, los reinos mineral, vegetal y animal, ni abordar los procesos físicos de la naturaleza, ya que seguramente todo el mundo ha oído hablar de estos temas en el colegio, como por ejemplo la existencia de un sur. polo a de un polo norte, la formación de lluvias, tormentas, etc. Para los futuros iniciados estos procesos son de poco interés; de hecho les resulta mucho más útil conocer el mundo material a través de los elementos y su polaridad. No hace falta mencionar que en nuestro planeta hay fuego, agua, aire y tierra, lo cual es evidente para todas las personas que razonan lógicamente. Aun así, sería bueno que el futuro iniciado conociera el origen y efecto de cada uno de los cuatro elementos y aprendiera a utilizarlos correctamente según las analogías correspondientes a otros planos. Cómo podemos entrar simultáneamente en contacto con los planos más elevados a través del conocimiento de los elementos materiales densos es algo que se explicará en otro capítulo sobre la aplicación práctica de la magia. Actualmente es importante saber que en nuestra Tierra el trabajo de los elementos, en su forma más sutil, se produce de la misma forma que en el cuerpo humano. Si hacemos una analogía con el cuerpo humano, podemos ver cómo se determinan los paralelos entre los elementos y cómo esta analogía nos parece realmente exacta. En el capítulo anterior hablamos sobre la forma de vida, las funciones de los elementos en relación con el cuerpo; Cuando el iniciado logra utilizar los elementos en su forma más sutil puede realizar verdaderos milagros en su propio cuerpo, no sólo eso, también puede afirmar que en este aspecto nada es imposible.

El elemento tierra tiene dentro de sí el imán cuadripolar con su polaridad y el efecto de los otros tres elementos. En la naturaleza, el principio del fuego en su forma activa ejerce su efecto como principio vitalizante, y en su forma negativa como principio destructivo y desintegrador. El principio del agua tiene el efecto disolvente y vivificante en su forma activa y lo contrario en su forma negativa. El principio del aire con su doble polaridad es también el factor neutro que equilibra y preserva la naturaleza. Por su característica específica de cohesión, el elemento tierra se basa en estos dos grandes elementos fundamentales, el fuego y el agua, que junto con la neutralización del principio aire hacen que la tierra sea considerada el elemento material más denso.

Como ya mencionamos en el ítem sobre el cuerpo, por la acción mutua de los elementos fuego y agua surgen dos fluidos básicos, el eléctrico y el magnético, que, exactamente como en el cuerpo, se formaron según las mismas leyes y tienen los mismos efectos mutuos. Por eso estos dos elementos actúan, con sus fluidos, sobre todo lo material que ocurre en la Tierra, influyendo en diversos procesos químicos dentro y fuera, en los reinos mineral, vegetal y animal. Ante esto, debemos decir que el fluido eléctrico se encuentra en el punto central de la Tierra y el fluido magnético se encuentra en su superficie. Este fluido magnético de la superficie terrestre, a pesar de la característica del principio del agua, o de cohesión, mantiene unido todo lo que es material o compuesto.

Por las características específicas de su sustancia y condicionadas por la composición de sus elementos, cada objeto tiene, en relación con el fluido eléctrico, determinadas radiaciones, las llamadas oscilaciones de electrones, que sufren la atracción provocada por el fluido magnético general del todo el mundo material. Esta atracción se llama peso. Por tanto, el peso es una manifestación de la fuerza de atracción de la Tierra. La fuerza de atracción del hierro y el níquel, que todos conocemos, es un pequeño ejemplo o una imitación de lo que ocurre a gran escala en toda la Tierra.

Lo que conocemos en la Tierra como magnetismo, electricidad, es en realidad una manifestación del imán cuadripolar, porque como todos sabemos, a partir de la conmutación inducida es posible obtener electricidad partiendo del magnetismo, a partir de la electricidad regresando al magnetismo por medios mecánicos. La transformación de uno en otro es en realidad un proceso alquímico o mágico, que, sin embargo, se ha vulgarizado tanto con el tiempo que ya no se considera alquimia o magia, sino que simplemente se ha delegado a la física. Podemos ver que en este caso también se aplica el imán cuadrupolar.

En relación con la ley del magnetismo y la electricidad, no sólo del cuerpo, como describimos en el último capítulo, sino también del mundo material denso, todo ocultista sabe que todo lo que está arriba es también lo que está abajo. Todo iniciado que sepa emplear las fuerzas de los elementos o el gran misterio del Tetragrámaton en todos los planos podrá también realizar grandes hazañas en nuestro mundo material, cosas que a los ojos de los no iniciados pueden parecer milagros. Sin embargo, para el iniciado no son milagros, podrá explicar hasta las cosas más intrigantes basándose en el conocimiento de estas leyes.

Todo crecimiento, maduración, toda vida e incluso toda muerte en nuestra Tierra dependen de las leyes aquí descritas. Por eso el iniciado sabe que la muerte no es la idea de una caída a la nada; lo que se considera una aniquilación o una muerte es sólo un paso de un estado a otro. El mundo material denso surgió del principio de Akasha, nuestro ya conocido éter, y también es regulado y mantenido por él. Así se explican todos los inventos basados ​​en la transmisión de fluidos eléctricos a magnéticos, que dependen de la transmisión a distancia a través del éter, como la radio, la telegrafía, la telefonía y la televisión, así como muchos otros que aparecerán en el futuro. futuro. Pero el principio básico y las leyes fueron, son y seguirán siendo siempre los mismos.

Sobre los efectos de los fluidos magnéticos y eléctricos en el plano material denso, podríamos escribir un libro entero, bastante completo e incluso apasionante en contenido. Pero el lector dedicado que decida seguir el camino de la iniciación y no se deje intimidar por el arduo estudio de las leyes básicas, eventualmente llegará a comprender las variantes de estas fuerzas y sus características. Los frutos y conocimientos que obtendrá compensarán ampliamente el esfuerzo puesto en este trabajo.

El Alma o Cuerpo Astral

A través de las vibraciones más sutiles de los elementos, desde los fluidos eléctricos hasta los magnéticos y su polaridad, a partir del principio de Akasha o las vibraciones sutiles del éter, surgió el Hombre como tal, o su alma. De la misma manera que en el cuerpo material denso se desarrollan las funciones de los elementos, también se desarrollan las del alma o del llamado cuerpo astral. El alma está unida o fusionada al cuerpo a través del imán cuadripolar con sus características específicas. La fusión se produce, de forma análoga al cuerpo, mediante la influencia electromagnética de los elementos. El trabajo de los elementos, el llamado fluido electromagnético del alma, lo llamamos iniciador, matriz astral o vida. Esta matriz astral o fluido electromagnético del alma no es idéntica al aura descrita por los ocultistas, de la que pretendo ocuparme más adelante. La matriz astral o fluido electromagnético es el medio de unión entre el cuerpo y el alma. El principio del fuego ejerce también su efecto constructivo sobre el alma; el principio del agua ejerce su efecto vitalizante, el del aire su efecto equilibrante, generador y preservador. El cuerpo astral tiene exactamente las mismas funciones que el cuerpo material denso.

El hombre estaba dotado de cinco sentidos, correspondientes a los elementos, y con la ayuda de estos sentidos corpóreos el cuerpo o alma astral asimila las percepciones del mundo físico. La asimilación y acción de los cinco sentidos a través del cuerpo astral y la materia densa se da a través de nuestro espíritu inmortal (más adelante explicaré por qué el espíritu es inmortal). Sin la acción del espíritu en el alma, el cuerpo astral no tendría vida y se disolvería en los elementos que lo componen.

Como el espíritu no podría ejercer su efecto sin la intermediación del alma, el cuerpo astral se convierte en hogar de varias características del espíritu inmortal. La oscilación de los fluidos eléctricos y magnéticos en el espíritu varía según su grado de evolución y madurez y se exterioriza en el alma a través de los cuatro temperamentos. Según sus elementos predominantes podemos distinguir los temperamentos colérico, sanguíneo, melancólico y flemático natural. El temperamento colérico nace del elemento fuego, el sanguíneo del elemento aire, el melancólico del elemento agua y el flemático del elemento tierra. Dependiendo de la fuerza y ​​la oscilación del elemento respectivo, la energía, la fuerza y ​​la expansión de las correspondientes alternancias fluídicas también aparecen en las distintas características.

Cada uno de estos cuatro elementos que determinan el temperamento en el hombre tiene las características buenas o buenas en su forma activa y las características opuestas o malas en su forma pasiva. Sería una tarea muy amplia describir aquí con precisión los efectos de los elementos, por lo que es mejor que el futuro iniciado descubra otros efectos por sí mismo, a través de la meditación. En el camino de la iniciación esto también tiene una razón especial; Aquí hay unos ejemplos:

El temperamento colérico tiene, en su polaridad activa, las siguientes buenas características: actividad, entusiasmo, estímulo, determinación, audacia, coraje, fuerza creativa, celo, etc. En la forma negativa son: voracidad, celos, pasiones, irritación, agresividad, intemperancia, impulso destructivo, etc.

El temperamento sanguíneo indica en su forma activa las siguientes características: penetración, esfuerzo, alegría, habilidad, bondad, claridad, descuido, buen humor, ligereza, optimismo, curiosidad, independencia, vigilancia, confiabilidad, etc. En forma negativa: susceptibilidad, autodesprecio, chisme, falta de perseverancia, astucia, locuacidad, deshonestidad, volubilidad, etc.

El temperamento melancólico en su forma activa tiene: atención, generosidad, modestia, cariño, seriedad, docilidad, fervor, cordialidad, comprensión, meditación, compasión, serenidad, profundidad, credulidad, capacidad de interiorización y perdón, ternura, etc. En su forma negativa tiene: indiferencia, derrotismo, timidez, falta de participación, inflexibilidad, indolencia, etc.

El temperamento flemático en su forma activa tiene: atención, presencia, perseverancia, consideración, determinación, seriedad, firmeza, escrupulosidad, solidez, concentración, sobriedad, puntualidad, discreción, objetividad, precisión, sentido de responsabilidad, confiabilidad, prudencia, resistencia, consecuencia. , etc. En forma negativa: insipidez, dejadez, desprecio de uno mismo, indiferencia, falta de conciencia, aversión al contacto humano, lentitud, falta de agilidad, indolencia, desconfianza, laconicidad, etc.

Las características de los temperamentos forman, según la característica predominante, la base del carácter de la persona. La intensidad de las características que se destacan externamente depende de la polaridad, por tanto, de los fluidos eléctricos a magnéticos. La influencia global del efecto de los temperamentos produce una radiación que técnicamente llamamos “aura”; pero no podemos comparar el aura con la matriz astral ya que existe una gran diferencia entre ambas. La matriz astral es la materia vinculante entre el cuerpo y el alma, mientras que el aura es la radiación del efecto de los elementos sobre las diferentes características, justificadas en su forma activa o pasiva.

Esta irradiación provoca una determinada vibración en el alma, que corresponde a un determinado color. A partir de este color, el iniciado tiene la posibilidad de reconocer, con su visión astral, su propia aura o la de otro ser. El vidente puede entonces, con la ayuda del aura de una persona, no sólo descubrir su carácter básico sino también los efectos de la polaridad de la oscilación de su alma que eventualmente puede influir en ella. Este tema se tratará con más detalle en un capítulo aparte, que trata sobre la introspección. Por lo tanto, hemos visto aquí que el temperamento de una persona influye en su carácter y su acción conjunta da lugar a la radiación del alma o aura. No en vano los santos aparecen representados con una aureola alrededor de la cabeza, que corresponde al aura aquí descrita.

Además del carácter, el temperamento y el trabajo del fluido electromagnético, el cuerpo astral también tiene dos centros en el cerebro, que son, en el cerebro más grande, la conciencia normal, y en el cerebelo lo opuesto a la conciencia normal, es decir, la subconsciencia. . En el capítulo “El Espíritu” describo los detalles de sus funciones.

El alma está dividida según los elementos, con tanta precisión como el cuerpo. Las funciones, fuerzas y características del alma también tienen su hogar en el alma, forman ciertos centros, de manera análoga a todos los elementos, que la filosofía hindú llama "Lotus" (también conocido como "chakras", NT). En la doctrina hindú el despertar de estos Lotos se llama Kundalini-Yoga. No pretendo dar aquí una descripción detallada de los lotos o centros, ya que cualquiera podrá conocerlos en la literatura especializada. (Ver: Gregorius, “Magische Erweckung der Chakras im Ãtherkõrper des Menschen” = Despertar Mágico de los Chakras en el Cuerpo Astral del Hombre.) Los mencionaré breve y superficialmente diciendo que el centro más bajo es el llamado Muladhara o centro de la Tierra Está ubicado en la parte inferior de la columna. El siguiente centro es el del agua y está situado en la región de los órganos sexuales, en terminología hindú se llama Swadhistana.

El centro del fuego, como punto central del alma, se encuentra en la región del ombligo y se llama Manipura. El centro del aire, elemento equilibrador, se encuentra en la región del corazón y se llama Anahata; El centro del éter o principio de Akasha está en la región del cuello y se llama Visudha. Otro centro, el de voluntad, razón e intelecto, se sitúa entre las cejas y se llama Ajna.

El centro divino más elevado es el loto de mil hojas, llamado Sahasara, del cual nacen e influyen todas las fuerzas de los demás centros. Partiendo del centro superior, más elevado, descendiendo por la espalda hasta el centro más bajo, el de la tierra, como si de un canal se tratara, tenemos el llamado Sushumna, o nuestro ya conocido principio de Akasha, que hace la conexión entre todos los centros los regulan. Hablaré más adelante del despertar de la fuerza espiral de cada uno de los centros.

Al describir el alma necesitamos descubrir la conexión de los elementos con su polaridad “más” (+) y “menos” (-) tratando de retratarla con claridad. Podemos ver que tanto el cuerpo como el alma, con sus acciones, viven y trabajan, se mantienen o se destruyen según las leyes inmutables del imán cuadripolar, por tanto del misterio del Tetragrámaton.

Si el aprendiz de iniciación medita esto cuidadosamente, tendrá una visión clara de la función del cuerpo y también del alma, y ​​podrá imaginar correctamente sus mutuas interacciones según las leyes primordiales.

El plano astral

A menudo se la define como la cuarta dimensión; no fue creado a partir de los cuatro elementos, pero es un grado de densidad del principio Akasha, por lo tanto, todo lo que ha sucedido en el pasado, sucede en el presente y sucederá en el futuro, en el mundo material, en fin, todo lo que contiene su origen, su regulación y su existencia.

Como ya hemos mencionado, en su forma más sutil el Akasha es nuestro viejo y familiar éter, en el que, entre otras cosas, se propagan ondas eléctricas y magnéticas. Es también la esfera de las vibraciones, de donde se origina la luz, el sonido, el color, el ritmo y con estos toda la vida que existe. Como Akasha es el origen de todo ser, naturalmente en él hay un reflejo de todo, es decir, de todo lo que ha sucedido en el pasado, sucede en el presente y sucederá en el futuro. Por eso consideramos el plano astral como la emanación de lo eterno, sin principio ni fin, que por tanto está libre de espacio y tiempo. El iniciado que logra llegar a este plano lo encuentra todo en él, incluso cuando se trata de hechos que ocurrieron en el pasado, que ocurren en el presente o que ocurrirán en el futuro. La amplitud de su percepción depende de su nivel de mejora.

El plano astral es definido por la mayoría de las religiones, desde los ocultistas hasta los espiritistas, como el “más allá”. Pero para el iniciado resulta claro que no hay abajo ni más allá, y por eso no teme a la muerte, cuyo concepto le es ajeno. Si por casualidad, por obra de descomposición de los elementos o por una ruptura repentina, se disuelve la matriz astral, que es la materia de unión entre el cuerpo material denso y el cuerpo astral, ocurre lo que generalmente llamamos muerte, pero que en realidad es sólo un paso del mundo terrenal al mundo astral. Basado en esta ley, el iniciado no conoce el miedo a la muerte, porque sabe que no se adentrará en lo desconocido.

Mediante el control de los elementos puede también, entre muchas otras cosas, intentar soltar su matriz astral para producir la separación espontánea del cuerpo astral de su envoltura terrestre. De esta manera puede visitar con su cuerpo astral las regiones más lejanas, viajar a los más diversos planos y mucho más. Al respecto, existen leyendas sobre santos que eran vistos en varios lugares al mismo tiempo, donde incluso realizaban sus actividades.

El plano astral tiene diferentes tipos de habitantes. Son sobre todo personas que ya han abandonado el mundo terrenal en el que habitan el grado de densidad correspondiente a su grado de madurez espiritual, que según las religiones se llama cielo o infierno, pero que los iniciados interpretan sólo simbólicamente. Cuanto más perfecto, noble y puro sea el ser, más puro y sutil será el grado de densidad del plano astral en el que permanecerá. Vuestro cuerpo astral se irá disolviendo gradualmente, adaptándose al grado de vibración del respectivo nivel del plano astral, hasta volverse idéntico a él. Esta identificación depende, por tanto, de la madurez espiritual y de la perfección alcanzada en el mundo terrenal por el ser en cuestión.

Además, el plano astral está habitado por muchos otros seres, de los cuales menciono sólo algunos. Así tenemos, por ejemplo, seres elementales, que tienen sólo una o unas pocas características, según las oscilaciones predominantes de los elementos. Se mantienen por el mismo tipo de oscilación que el hombre, que envía al plano astral; Entre estos seres hay incluso algunos que han alcanzado cierto grado de inteligencia. Algunos magos utilizan estas fuerzas inferiores para sus objetivos egoístas. Otro tipo de ser son las llamadas larvas, atraídas a la vida consciente o inconscientemente por el pensamiento a través de la matriz astral.

De hecho, no son seres concretos, sino sólo formas que se mantienen vivas por las pasiones del mundo animal, en el nivel más bajo del mundo astral. Su impulso de autoconservación puede llevarlos a la esfera de aquellas personas cuyas pasiones tienen el poder de atraerlos. Quieren despertar, directa o indirectamente, las pasiones latentes en el hombre y agitarlas. Si estas formas logran inducir a una persona a estas pasiones, entonces éstas se nutren, mantienen y fortalecen con la radiación que la pasión provoca en el hombre. Una persona muy cargada por estas pasiones trae consigo, en la esfera más baja de su plano astral, todo un ejército de estas larvas. La lucha contra ellos es feroz, y en el campo de la magia y el dominio de los elementos, este es un componente importante. Entraré en detalles sobre esto en el capítulo sobre introspección. Además, todavía existen elementales y larvas que pueden crearse por medios mágico-artificiales. Entraré en detalles sobre este tema en la parte práctica del libro.

Otro tipo de seres que el iniciado puede encontrar frecuentemente en el plano astral son los seres de los cuatro elementos puros. En el elemento fuego se les llama salamandras, en el elemento aire, sílfides, en el elemento agua, ninfas u ondinas, y en el elemento tierra, gnomos. Estos seres establecen, por así decirlo, la conexión entre el plano astral y los elementos terrestres. Cómo te conectas con estos seres, cómo puedes dominarlos, qué puedes lograr a través de ellos, son temas que dejaremos para ser tratados en la parte práctica de este trabajo, al que dedicaré un capítulo especial llamado “La Magia”. de los Elementos”.

También hay otros seres, como sátiros, hadas, enanos portadores de agua, etc., que podrían mencionarse aquí. Por mucho que todo esto parezca un cuento de hadas, existen, en el plano astral, exactamente las mismas realidades que en el plano terrenal.

Al establecer una conexión con estos seres, el iniciado, a través de su clarividencia, puede verlos en cualquier momento que desee, eliminando así cualquier duda sobre su existencia. Por eso el iniciado debe primero madurar y aprender a probar las cosas para luego poder juzgar por sí mismo.

El espíritu

Como hemos dicho antes, el hombre fue creado a semejanza de Dios y está formado por cuerpo, alma y espíritu. En los capítulos anteriores aprendimos que el cuerpo y el alma sirven sólo como cubierta o vestimenta para el espíritu, y por lo tanto son pasajeros. Por eso sólo el espíritu es la parte inmortal del hombre y su imagen semejante a Dios. No es fácil analizar y expresar con palabras exactas algo divino, inmortal y eterno. Pero como en cualquier otro problema, en este caso podemos recurrir a la ayuda del interruptor magnético cuadrupolo.

Del más alto principio primordial (el Akasha), de la fuente primordial de toda existencia, de la materia espiritual primordial, surgió el espíritu, el “yo” espiritual con las cuatro características específicas de los elementos, propias del espíritu inmortal creado a semejanza de Dios.

El principio del fuego, la parte impulsiva, es la voluntad. El principio aéreo se revela en el intelecto (razón), el principio acuoso en la vida o sentimiento, y el principio terrenal en la comunión de los otros tres elementos en la conciencia del "yo".

Todas las demás características del espíritu tienen como base estos cuatro principios primordiales. La parte típica del cuarto principio, por tanto del Principio Etérico (Akasha), en su aspecto más elevado se revela en la fe, y en su forma más baja en el impulso de autoconservación. Cada uno de los cuatro elementos principales mencionados aquí todavía tiene muchos aspectos positivos o negativos, según la ley de analogía de la polaridad de los elementos. Todos juntos forman el “yo”, o el espíritu. Así podemos atribuir fuerza, poder y pasión al principio del fuego; la memoria, la potencia de discernimiento y juicio a la parte aérea del espíritu, la conciencia y la intuición a su parte acuosa, y el egoísmo, el impulso de autoconservación y reproducción a su parte terrenal.

El tema se volvería muy extenso si quisiéramos mencionar aquí todas las cualidades del espíritu en relación con los elementos. A través del estudio perseverante y la meditación profunda, el futuro iniciado podrá ampliarlos por sí mismo, teniendo en cuenta las leyes de la analogía del imán cuadripolar. Es un trabajo muy gratificante que nunca se debe descuidar, porque siempre da buenos resultados en poco tiempo, garantizando el dominio y conocimiento de los elementos.

En los capítulos sobre el cuerpo, el alma y el espíritu describí al hombre en su forma más completa. En el momento de su iniciación, y consecuentemente en la práctica mágica y mística de los diversos misterios, el estudiante debe ser consciente de la necesidad de conocer su propio pequeño universo. La mayoría de escritores excluyeron de sus libros esta parte importante e incluso básica, ya sea porque no lo sabían o por cualquier otro motivo.

El plano mental

Así como el cuerpo tiene su plano terrenal y el cuerpo astral o alma su plano astral, el espíritu también tiene su propio plano, llamado esfera mental o plano mental. Es la esfera del espíritu, con todas sus propiedades.

Ambas esferas, tanto la material densa como la astral, surgieron a través de los cuatro elementos, el principio de Akasha o las Cosas Primordiales de la esfera correspondiente. La esfera mental también se formó de esta manera, a partir del principio akáshico del espíritu.

Lo que sucede con el cuerpo mental en la esfera mental o espiritual es análogo a lo que sucede con el cuerpo astral, es decir, mediante el trabajo correspondiente el espíritu forma un imán cuadripolar dentro de sí mismo, exteriorizando el fluido electromagnético en su polaridad, como fenómeno producido. por el efecto de los elementos. Así como el cuerpo astral forma una matriz astral (la llamada “astralod”) a través del fluido electromagnético del mundo astral, el fluido electromagnético del mundo mental también forma una matriz mental, que conecta el cuerpo mental con el cuerpo astral. Esta matriz mental, o “mentalod”, la llamada materia mental, es la forma más sutil del Akasha, que regula y mantiene la actividad del espíritu en el cuerpo astral. Como ya hemos observado, esta materia mental es al mismo tiempo electromagnética y funciona como conductora de pensamientos e ideas hacia la conciencia del espíritu, que entra en actividad a través de los cuerpos astrales y la materia densa. Así, la matriz mental o “mentalod” con su fluido bipolar es la materia más sutil que podemos imaginar en el cuerpo.

La esfera mental es al mismo tiempo la esfera de los pensamientos, que tienen su origen en el mundo de las ideas, por tanto en el Akasha del espíritu. Cada pensamiento está precedido por una idea básica que toma una determinada forma según sus características y llega a la conciencia del Yo a través del principio etérico, por tanto de la matriz astral, como forma-pensamiento o imagen plástica.

Según esto, el hombre no es creador de pensamientos; el origen de todo pensamiento se sitúa en la esfera más elevada del Akasha o plano mental. El espíritu del hombre es al mismo tiempo receptor, antena de pensamientos provenientes del mundo de las ideas, según el lugar o situación en que se encuentre. Como el mundo de las ideas es el todo, cada nueva idea y cada nuevo invento, en definitiva, todo lo que el hombre cree haber creado ha sido extraído de este mundo de las ideas. Este acto de extraer nuevas ideas depende de la postura y madurez del espíritu. Cada pensamiento tiene en su interior un elemento completamente puro, especialmente cuando contiene ideas abstractas. Si en el pensamiento existen diferentes combinaciones del mundo de las ideas, entonces habrá muchos elementos actuando unos sobre otros, tanto en su forma como en su radiación. Sólo los pensamientos abstractos tienen elementos puros, así como radiaciones polares puras, ya que derivan directamente del mundo primordial de una idea.

A partir de este conocimiento podemos darnos cuenta de que hay pensamientos que, en cuanto a sus acciones, son puramente magnéticos, indiferentes a lo neutro. Respecto a tu idea, en la esfera mental cada pensamiento tiene su propia forma de radiación (vibración). De esta manera, el pensamiento llega a la conciencia a través del imán cuadripolar, y es guiado por él hasta su realización final. Por lo tanto, todas las cosas creadas en el mundo material denso tienen su origen y naturalmente también su reflejo en el mundo de las ideas, a través del pensamiento y la conciencia del espíritu. Cuando no se trata directamente de una idea abstracta, entonces existen varias formas de pensamiento que pueden lograr expresión. Estos pensamientos son eléctricos, magnéticos o electromagnéticos, según las características de los elementos predominantes.

El plano material denso está vinculado al tiempo y al espacio. El plano astral, la esfera del espíritu pasajero o inmutable, está vinculado al espacio, mientras que la esfera mental está libre del espacio y del tiempo. Lo mismo ocurre con algunas características del espíritu. Sólo la asimilación de un pensamiento al cuerpo mental a través de la aglutinación de las matrices mental y astral, que en su forma completa están ligadas al tiempo y al espacio, requiere un cierto tiempo para alcanzar la conciencia. El curso de los pensamientos se da de manera diferente en cada persona, según la madurez de su espíritu; Cuanto más madura espiritualmente sea la persona, más rápidos serán sus pensamientos en el espíritu.

Así como el plano astral tiene sus habitantes, el plano mental también los tiene. Además de las formas de pensamiento, son sobre todo los difuntos, cuyos cuerpos astrales se han disuelto a través de los elementos, debido a su madurez, que mantienen sus hogares en las regiones de la esfera mental correspondientes a sus grados de evolución.

Además, la esfera mental es también la esfera de los elementales, que son seres creados consciente o inconscientemente por el hombre, como resultado de un pensamiento intenso y constantemente repetido. El ser elemental aún no es lo suficientemente denso para poder construir o asumir una envoltura astral. Por tanto, su acción se limita al ámbito espiritual.

La diferencia entre una forma de pensamiento y una elemental es que la forma de pensamiento tiene como origen una o más ideas, mientras que la elemental está formada por una determinada porción de conciencia y por tanto de un impulso de autoconservación. Pero por lo demás no se diferencia mucho de otros seres vivos mentales y puede incluso tener la misma forma que la forma del pensamiento. El iniciado utiliza estos seres elementales de diversas maneras. En la parte práctica de este libro explico cómo se crea, mantiene y utiliza un elemental de este tipo para diversos fines.

Aún queda mucho por decir sobre la esfera mental, especialmente sobre las características específicas de cada ser individual. Pero como estímulo para trabajar en la clarificación de la esfera mental en general, creo que esto es suficiente.

Verdad

Abandonaremos ahora el microcosmos, es decir, el hombre con sus cuerpos terrenal, astral y mental, y pasaremos a ocuparnos de otras cuestiones, cuya solución también concierne al futuro iniciado. Uno de estos problemas es, sobre todo, el problema de la verdad. Innumerables filósofos ya han estado ocupados y todavía están ocupados, y esta tarea también nos corresponde a nosotros.

Consideraremos aquí sólo aquellas verdades cuyo conocimiento exacto estamos obligados a dominar. La verdad depende del reconocimiento de cada uno, y como no todos tenemos la misma concepción de las cosas, tampoco podemos generalizar este tema. Por eso cada uno de nosotros, si somos sinceros, tenemos nuestra propia verdad según nuestro nivel de madurez y nuestra concepción de las cosas. Sólo quien domina y conoce las leyes absolutas del macro y microcosmos puede hablar de una verdad absoluta. Ciertos aspectos de la verdad absoluta seguramente serán reconocidos por todos.

Nadie dudará de la existencia de una vida, una voluntad, una memoria y una razón; nadie discutirá cosas tan obvias. Ningún verdadero iniciado obligará a alguien que no sea lo suficientemente maduro a aceptar su verdad, ya que la persona en cuestión sólo llegaría a verla desde su propio punto de vista. Por eso sería inútil hablar de las verdades supremas con los no iniciados, a menos que sean personas que realmente quieran conocerlas y que, por tanto, estén empezando a madurar hacia ellas. Todo lo demás sería una profanación e incorrecto desde un punto de vista mágico. Recuerde las palabras del gran maestro del cristianismo: “¡No arrojéis perlas a los cerdos!”

A la verdad pertenece también la distinción correcta entre capacidad, conocimiento y sabiduría. En todos los campos de la existencia humana el conocimiento depende de la madurez, de la capacidad de asimilar la memoria, la razón y la inteligencia, sin considerar si este conocimiento se ha enriquecido a través de la lectura, la comunicación o cualquier otro tipo de experiencia.

Hay una enorme diferencia entre conocimiento y sabiduría, y es mucho más fácil obtener conocimiento que sabiduría. La sabiduría no depende en absoluto del conocimiento, aunque ambos son, hasta cierto punto, incluso idénticos. La fuente de la sabiduría está en Dios, y por tanto en el principio de las cosas primordiales (en el Akasha), en todos los planos del mundo material denso, desde el astral hasta el mental.

Por tanto, la sabiduría no depende de la razón y de la memoria, sino;; madurez, pureza y perfección de la personalidad de cada persona. También podríamos considerar la sabiduría como una condición de la evolución del “yo”. Debido a esto, la cognición nos llega no sólo a través de la razón, sino principalmente a través de la intuición o la inspiración. Por tanto, el grado de sabiduría determina el grado de evolución de la persona. Pero con esto no queremos decir que deba menospreciarse el conocimiento; por el contrario, el conocimiento y la sabiduría deben ir de la mano. Por lo tanto, el iniciado debe esforzarse por evolucionar, tanto en su conocimiento como en su sabiduría, ya que ninguno de los dos debe ser descuidado en este proceso.

Si conocimiento y sabiduría van de la mano en el proceso de evolución, entonces el iniciado tendrá la posibilidad de comprender, reconocer y utilizar algunas leyes del micro y macrocosmos, no sólo desde el punto de vista de la sabiduría, sino también en su sentido intelectual. aspecto. , por lo tanto desde ambos polos.

Ya conocemos una entre muchas de estas leyes, la primera clave principal, es decir, el misterio del Tetragrámaton o imán cuadripolar, en todos los planos. Como es una clave universal, puede usarse para resolver todos los problemas, en todas las leyes y verdades, en todo, bajo el supuesto de que el iniciado sabrá usarla correctamente. Con el tiempo, a medida que evolucione y se perfeccione en la ciencia hermética, llegará a conocer otros aspectos de esta clave y los asimilará como leyes inmutables. No tendrá que andar a tientas en la oscuridad y lo desconocido, pero tendrá una luz en sus manos con la que podrá atravesar toda la oscuridad de la ignorancia.

Esta breve descripción debería ser suficiente para que el futuro iniciado sepa posicionarse ante el problema de la verdad.

Religion

El mago principiante profesará una religión universal. Aprenderá que cada religión tiene sus lados buenos, pero también sus lados oscuros. Él se quedará con lo mejor de ella y no prestará atención a sus debilidades. Con esto no queremos decir que deba adoptar todas las religiones, sino que debe prestar la debida atención a cada una de ellas, ya que cada una tiene su propio principio divino, ya sea el cristianismo, el budismo, el islam, etc.

Fundamentalmente puede permanecer fiel a su propia religión. Pero en verdad no se sentirá satisfecho con los dogmas oficiales de su Iglesia, intentará penetrar más profundamente en el reino de Dios. Este es el objetivo de nuestra iniciación. El mago debe crear su propia cosmovisión de acuerdo con las leyes universales, esta será su verdadera religión. Debe observar que todo defensor de su propia religión, a pesar de sus debilidades, se compromete siempre a presentarla como la mejor de todas. Pero toda verdad religiosa es relativa y su comprensión depende de la madurez de cada individuo.

Por eso, en este aspecto, el iniciado debe aceptar los derechos de cada persona, y además no intentar desviarlas de su verdad, criticarlas o incluso juzgarlas. En lo más profundo de su alma puede incluso sentir lástima por los fanáticos o ateos, pero no debe demostrarlo externamente. Cada uno debe aferrarse a aquello en lo que cree y a lo que le hace feliz y satisfecho. Si todos adoptaran esta receta no habría odio ni intolerancia religiosa y realmente no habría motivo para diferencias de opinión. Todas las líneas espiritistas podrían coexistir pacíficamente, una al lado de la otra.

Pero es diferente cuando un buscador, que no está satisfecho con el materialismo o los dogmas religiosos y anhela alimento espiritual, le pide consejo e instrucciones a un iniciado. En este caso, el iniciado tiene el deber de iluminar al buscador, teniendo en cuenta su capacidad de comprensión. El mago no debe escatimar tiempo ni esfuerzo en transmitir sus tesoros espirituales al buscador para guiarlo hacia la luz.

DEUS

Desde tiempos primordiales, el hombre ha creído en algo superior, trascendental, algo que podía divinizar, independientemente de que se tratara de una idea personificada de Dios o no. Lo que el hombre no pudo asimilar ni comprender, lo atribuyó a un poder superior, según su concepción. Así surgieron las deidades de las personas, tanto buenas como malas (demonios). Así, con el tiempo se dio culto a dioses, ángeles, demiurgos, demonios y espíritus, correspondientes a las mentalidades de las personas en cuestión, sin tener en cuenta que vivían realmente o sólo en la imaginación de las personas. Cuanto más se desarrolló. La humanidad intelectualmente buscaba menos imágenes divinas, especialmente cuando, con la ayuda de la ciencia, se explicaban muchos fenómenos antiguamente atribuidos a los dioses. Necesitaríamos escribir muchas obras si quisiéramos profundizar en las diferentes ideas de Dios en la historia de los pueblos.

Aquí, sin embargo, estudiaremos la idea de Dios desde el punto de vista del mago. Para el hombre común, la idea de Dios sirve como punto de apoyo o apoyo a su espíritu, para que éste no permanezca en lo desconocido, ni se pierda en él. Para él, este Dios es incomprensible, abstracto e inimaginable. Pero para el mago las cosas no son así; él conoce a su Dios en todos los aspectos. Y no es sólo porque dedica toda su veneración a esta divinidad, porque sabe que fue creado a su imagen, por lo tanto es parte de ella, sino también porque su mayor ideal, su mayor deber hacia su objetivo más sagrado es Conviértete en uno con ella, conviértete en un hombre dios. La ascensión a esta meta sublime se describirá más adelante.

La síntesis de la unión con Dios consiste en desarrollar las ideas divinas desde los niveles más bajos hasta los más altos, hasta lograr la unificación con lo Universal. En este proceso, corresponde a cada persona renunciar a su propia individualidad o preservarla. Los grandes maestros que han llegado allí suelen regresar a la Tierra con una determinada tarea o misión sagrada.

En esta ascensión o elevación, el mago iniciado es también un místico. Sólo en la unificación, si quiere renunciar a su individualidad, se desintegra voluntariamente, lo que en terminología mística se define como muerte mística.

Como podemos ver, en la verdadera iniciación no existe ningún camino místico, ni tampoco magia alguna. Sólo existe una verdadera iniciación que une ambos conceptos, a diferencia de la mayoría de las escuelas místicas y espiritistas que abordan inmediatamente los problemas más elevados mediante la meditación u otros ejercicios espirituales, sin haber trabajado previamente en los niveles inferiores. Es exactamente como alguien que quiere iniciar estudios universitarios sin haber completado previamente los cursos elementales. En muchos casos, las consecuencias de una instrucción tan unilateral pueden ser muy graves, y en ocasiones incluso drásticas, dependiendo del grado de implicación de cada persona.

El error a menudo se puede encontrar en el hecho de que gran parte del material proviene de Oriente, donde el mundo material y astral es visto como “maya” (ilusión) y casi no se considera. No es posible entrar en detalles aquí, ya que este tema excedería los límites de este trabajo. En un desarrollo adecuadamente planificado y escalonado no hay desvíos ni fracasos, ni consecuencias graves, ya que la maduración es lenta y gradual, pero segura. Si el iniciado elige a Cristo, Buda, Brahma, Alá o cualquier otro como su concepto de divinidad es una cuestión individual; En el caso de la iniciación lo que importa es la idea misma. El místico puro querrá nutrirse sólo del amor omnímodo de su Dios. Generalmente el yogui también sigue un solo aspecto divino: el Bhakti Yogi sigue el camino del amor y la donación; el Raja y el Hatha Yogi siguen el camino de la maestría y la voluntad, el Jnana Yogi sigue el camino de la sabiduría y la comprensión.

Si miramos la idea de Dios desde un punto de vista mágico, en relación con los cuatro elementos, el llamado Tetragrámaton, el Inexpresable, el Superior, tendremos: el principio del fuego corresponde al poder supremo, la fuerza suprema; al principio primordial de la sabiduría, pureza y claridad del aire, de cuyos aspectos destaca la regulación universal; Al principio primordial del agua corresponde el amor y la vida eterna, al principio primordial de la tierra la omnipresente, la inmortalidad, y con ella la eternidad.

Juntos, estos cuatro aspectos forman la divinidad superior. El camino hacia esta divinidad superior lo recorreremos en la práctica, gradualmente, comenzando en la esfera más baja, hasta alcanzar la verdadera encarnación de Dios en nosotros. Feliz aquel que lo logra en esta vida. Nadie debe temer todo este esfuerzo, ya que todo el mundo puede lograr este objetivo, al menos una vez en la vida.

Ascenso

Desde la antigüedad, todas las religiones, sectas, escuelas espirituales y sistemas de instrucción han dado gran importancia al ascetismo. En algunos sistemas orientales, el ascetismo ha llegado a los límites del fanatismo, lo que puede causar grandes daños, ya que la exageración en este caso no es ni natural ni apropiada. En general, la mortificación del cuerpo es tan unilateral como el desarrollo de un solo lado del cuerpo en detrimento del otro. Cuando el ascetismo, en forma de dieta, sirve para liberar al organismo de diversas dolencias e impurezas, además de eliminar enfermedades y equilibrar las desarmonías, entonces su uso es correcto. Pero en cualquier caso debemos protegerlo de toda exageración. Cuando alguien trabaja duro, físicamente, es una locura suspender la nutrición necesaria para mantener el cuerpo, sólo por practicar yoga o algún otro ejercicio místico. Estos extremos conducen inevitablemente a graves daños a la salud.

El vegetarianismo, en la medida en que no se utiliza como medio para un fin, como por ejemplo la purificación del cuerpo, no es esencial para la evolución o el progreso espiritual. La abstinencia temporal de carne o alimentos de origen animal sólo puede adoptarse para determinadas operaciones mágicas, o también como preparación, pero sólo durante un cierto período de tiempo. Lo mismo ocurre con la abstención de relaciones sexuales.

La idea de que alguien pueda asimilar características animales comiendo carne es extremadamente tonta y tiene su origen en una línea espiritista que desconoce las verdaderas leyes. El mago no debería prestar atención a estos conceptos.

Para su desarrollo mágico-místico, el mago sólo debe mantener cierta moderación en la comida y bebida y tener una forma de vida sensata. En este caso no existen prescripciones exactas, ya que la elección de una forma de vida mágica es completamente individual. Cada uno debe saber qué es lo mejor para él y lo que podría perjudicarle, y es su deber sagrado mantener todo en equilibrio. Hay tres tipos de ascetismo: 1) Ascetismo mental o espiritual; 2) Ascesis anímica o astral; 3) Ascesis material o corporal. El primero se encarga de la disciplina del pensamiento, el segundo del ennoblecimiento del alma mediante el control de las pasiones y de los instintos, y el tercero de la armonización del cuerpo mediante una vida moderada y natural. Sin estos tres tipos de ascetismo que deben desarrollarse simultáneamente y en paralelo, no se puede ni siquiera pensar en una correcta evolución mágica. Ninguno de estos tres tipos debe descuidarse, ninguno debe suplantar al otro, para que el desarrollo no se vuelva unilateral. El método para llevarlas a cabo todos ellos lo describiré con más detalle en la parte práctica de este libro.

Antes de terminar esta primera parte, que muestra todos los fundamentos teóricos del arte mágico, aconsejo a todos que no se limiten simplemente a leerla, sino que hagan de todo lo descrito una herencia espiritual a través de una intensa reflexión y meditación. El futuro mago podrá comprender que la acción de los elementos en diferentes niveles y esferas condiciona la vida. Podemos ver que las fuerzas trabajan y actúan tanto en lo pequeño como en lo grande, por lo tanto en el micro y macrocosmos, en lo fugaz y en lo eterno. Desde este punto de vista, no hay muerte, en el verdadero sentido de la palabra, sino que todo sigue viviendo, transformándose y completándose según leyes primordiales. Por eso el mago no teme a la muerte, porque la muerte física es sólo un paso a una esfera mucho más sutil, que es el plano astral, y de allí al plano espiritual.

No debería creer en el cielo ni en el infierno. Quienes adhieren a estas creencias son los sacerdotes de las diferentes religiones, para mantener a sus fieles bajo su tutela. Sus prédicas morales sirven para despertar el miedo al infierno, al fuego eterno y prometer el cielo a las personas buenas. Para el hombre común, en la medida en que se siente estimulado por la religión, esta visión también tiene sus aspectos positivos, porque al menos el miedo al castigo en el infierno lo impulsa a esforzarse en hacer el bien.

En cambio, para el mago las leyes morales sirven para ennoblecer el alma y el espíritu. Sólo en un alma ennoblecida pueden actuar las fuerzas universales, especialmente cuando el cuerpo, el alma y el espíritu están instruidos y desarrollados.

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