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Alta Magia

Grado I – Iniciación al Hermetismo

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Instrucción Mágica del Espíritu, Alma y Cuerpo

Entremos ahora en la parte práctica de la iniciación. Nunca debemos olvidar que el cuerpo, el alma y el espíritu deben ser instruidos simultáneamente, de lo contrario no sería posible obtener y mantener el equilibrio mágico. En la parte teórica ya he indicado varias veces los peligros de la instrucción unilateral. No conviene apresurarse, todo tiene su tiempo. La paciencia, la perseverancia y la determinación son condiciones básicas para el desarrollo. El esfuerzo puesto en vuestra propia evolución será luego ampliamente recompensado. Todo aquel que quiera seguir los caminos de la magia debe asumir el sagrado deber de ejercitarse regularmente.

Debemos ser generosos, amigables y condescendientes con los demás, pero severos y duros con nosotros mismos. Sólo con este comportamiento podremos tener éxito en la magia. Nunca debes juzgar o criticar a los demás sin antes mirarte a ti mismo. A nadie se le debe conceder acceso a su propio reino; el mago no debe hablar de su viaje, su ascenso y su éxito. El mayor poder reside en el silencio, cuanto más se obedezca este mandamiento, más accesibles y fáciles serán los caminos hacia estas fuerzas. Debemos organizarnos de tal manera que dediquemos el mayor tiempo posible a esta subida.

No es necesario pasar horas bebiendo cerveza en compañía de gente que no tiene nada que decir. El tiempo corre como el agua y nunca regresa. Hay que definir un periodo de tiempo determinado para todo esto, pero hay que mantenerlo de todos modos; Sólo deberían aceptarse excepciones en casos completamente inevitables. El hombre es una especie muy apegada a sus hábitos, y cuando se acostumbra a un determinado programa de ejercicio, automáticamente se verá obligado a cumplirlo siempre. Así como se instaura en él la necesidad de comer, beber y dormir, el ejercicio con el tiempo se convertirá en un hábito. Sólo entonces podrá estar seguro de tener éxito. Sin esfuerzo no hay recompensa. Al agrupar las instrucciones de esta manera, mi intención era considerar personas que siempre están muy ocupadas, pero quien tenga más tiempo disponible puede realizar dos o más ejercicios simultáneamente.

  • Instrucción Mágica del Espíritu (I)

Control del pensamiento, disciplina del pensamiento, dominio del pensamiento

Siéntate cómodamente en una silla o recuéstate en un sofá. Relaja todo tu cuerpo, cierra los ojos durante cinco minutos y observa el curso de los pensamientos que intentas captar. Al principio notarás que un gran número de estos pensamientos irán a tu mente, la mayoría relacionados con cosas cotidianas, situaciones, tus actividades profesionales, tus preocupaciones en general. Imagínese en la posición de un observador silencioso, completamente libre e independiente. Dependiendo de tu estado de ánimo y de la situación en la que te encuentres en ese momento, este ejercicio te resultará más o menos difícil de realizar. No se trata de perder el hilo del pensamiento u olvidarlo, sino de seguirlo con atención. Sobre todo debemos evitar quedarnos dormidos durante el ejercicio. Cuando nos sintamos cansados ​​debemos detener el ejercicio inmediatamente y posponerlo para otro momento, momento en el que nos comprometeremos a no dejarnos dominar por el cansancio. Para no perder su precioso tiempo, los indios, por ejemplo, se rocían o frotan agua fría en la cara y el pecho para mantenerse despiertos. Unas cuantas respiraciones profundas antes del ejercicio también eliminan y previenen el cansancio y la somnolencia.

Con el tiempo, el alumno descubrirá por sí mismo estas y otras pequeñas medidas auxiliares. Este ejercicio de control del pensamiento debe realizarse por la mañana y por la noche, y cada día se debe ampliar el tiempo en un minuto, de modo que en una semana podamos monitorizar y controlar el curso de nuestros pensamientos durante un máximo de diez minutos sin preocuparnos. nos dispersamos. Este período de tiempo fue determinado para el hombre común y corriente. Quien lo considere insuficiente podrá ampliarlo según su propia valoración.

En cualquier caso, hay que proceder con prudencia, ya que no hay motivos para apresurarse; En cada persona el desarrollo se produce de forma muy individual. Pero nunca debes seguir adelante antes de dominar por completo el ejercicio anterior.

El alumno atento notará cómo inicialmente los pensamientos lo sobresaltarán, pasando por su mente a gran velocidad y dificultando su captura. Pero de un ejercicio a otro irá notando que el caos inicial irá desapareciendo y se irán ordenando, hasta que sólo unos pocos aparecerán en su mente como si vinieran de muy lejos.

Debemos dedicar la máxima atención a este trabajo de control del pensamiento, ya que es sumamente importante para la evolución mágica, que luego se hará evidente en sí misma.
Suponiendo que el ejercicio en cuestión fuera lo suficientemente elaborado como para que ahora todos puedan dominar su práctica, podemos continuar con una instrucción más, que es la instrucción mental.

Ya hemos aprendido a controlar nuestros pensamientos. El siguiente ejercicio consiste en no permitir que surjan en nuestra mente pensamientos insistentes y no deseados. Por ejemplo, cuando volvamos a nuestra vida privada y familiar, debemos poder evitar preocupaciones relacionadas con nuestro trabajo profesional. Todos los pensamientos que no pertenecen a nuestra vida privada.

debemos apagarlo y debemos transformarnos inmediatamente en otras personas. Y viceversa, en nuestra actividad profesional debemos dirigir nuestros pensamientos exclusivamente al trabajo y no permitir que se desvíen hacia otros lugares, como el ámbito doméstico, privado o cualquier otro. Esto debe practicarse hasta que se convierta en un hábito.
Sobre todo debemos acostumbrarnos a realizar nuestras tareas, en el trabajo o en la vida privada, con la máxima conciencia, sin tener en cuenta que se trata de algo grande, importante, o de algo insignificante, pequeño. Este ejercicio debe cultivarse durante toda la vida, ya que agudiza la mente y fortalece la memoria y la conciencia.

Una vez que hayamos obtenido algo de práctica en la realización de este ejercicio, podemos pasar al siguiente, que consiste en fijar una sola idea durante un tiempo determinado, y reprimir con firmeza otros pensamientos que se le ocurran en la mente, con sacudidas violentas. Elige cualquier pensamiento o idea que prefieras, o una imagen. Arréglalo con todas tus fuerzas, y rechaza enérgicamente todos los demás pensamientos que nada tengan que ver con los del ejercicio. Al principio sólo podrás hacer esto durante unos segundos y luego durante unos minutos. Tienes que ser capaz de fijar un solo pensamiento que permanezca contigo durante al menos diez minutos seguidos.

Si tienes éxito en tu intento, estarás listo para otro ejercicio, que consistirá en aprender a vaciar completamente tu mente. Túmbate cómodamente en un sofá o cama, o en un sillón reclinable, relajando todo tu cuerpo. Cierre los ojos. Rechace enérgicamente todos los pensamientos que surjan. En tu mente no debería haber nada, sólo un vacío total. Mantén este estado de vacío total sin desviarte ni distraerte. Al principio sólo podrás mantener esto durante unos segundos, pero ejercitándote constantemente conseguirás un mejor rendimiento. El objetivo del ejercicio lo conseguirás cuando consigas mantenerte en este estado durante diez minutos completos, sin distraerte ni quedarte dormido.
Sus éxitos, fracasos, duración de los ejercicios y posibles perturbaciones deben anotarse cuidadosamente en un diario mágico. (Se presentarán más detalles sobre esto en el ítem “Instrucción mágica del alma”). Este diario se utilizará para el control personal de su ascenso. Cuanto más concienzudo seas en la realización de los ejercicios aquí descritos, mejor será tu asimilación del resto.

Crea un plan de trabajo preciso para la próxima semana o el día siguiente. Y sobre todo, cultivar la autocrítica.

  • Instrucción mágica del alma (I)

Introspección o Autoconocimiento

En nuestro hogar, así como en nuestro cuerpo y alma, siempre necesitamos saber qué hacer y cómo hacerlo. Por tanto, nuestra primera tarea es conocernos a nosotros mismos. Todo sistema iniciático, del tipo que sea, impone siempre esta condición. Sin autoconocimiento no hay verdadera escalada.

En los primeros días de instrucción del alma pretendemos ocuparnos de la parte práctica de la introspección o autoconocimiento. Adopta un diario mágico y toma nota de todas las facetas negativas de tu alma. Este diario debe ser para su uso exclusivo y no debe ser mostrado a nadie; Es lo que se llama un libro de control, sólo suyo. En el autocontrol de tus defectos, hábitos, pasiones, impulsos y otros rasgos desagradables de carácter, debes ser rígido y duro contigo mismo. No seas condescendiente contigo mismo, no trates de embellecer ninguno de tus defectos hasta convertirlo en deficiencias. Medita y reflexiona sobre ti mismo, acude a diferentes situaciones del pasado para recordar cómo te comportaste aquí o allá, qué defectos y deficiencias surgieron en tal o cual situación. Toma nota de todas tus debilidades, desde sus matices hasta variaciones más sutiles. Cuanto más descubras, mejor. Nada debe quedar oculto o velado, ya sean defectos o debilidades más evidentes o sutiles. Los aprendices especialmente dotados podían descubrir cientos de defectos en los tonos más tenues; Tenían una buena capacidad de meditación y de profunda penetración en su propia alma. Lava tu alma hasta purificarla, barre bien toda tu basura.

Este autoanálisis es uno de los trabajos mágicos preliminares más importantes. Muchos sistemas ocultos lo descuidan, por lo que tampoco tienen mucho éxito. Este trabajo previo sobre el alma es lo más importante para el equilibrio mágico, porque sin él no hay posibilidad de un ascenso regular en esta evolución. Debemos dedicar unos minutos de nuestro tiempo, por la mañana y también por la tarde, a ejercitar nuestra autocrítica. Dedícale también unos momentos libres de tu día; Aprovecha este tiempo para reflexionar intensamente sobre si todavía quedan algunos defectos ocultos, y cuando los descubras, anótalos inmediatamente en un papel, para que ninguno quede olvidado. Siempre que encuentres un defecto, “¡No lo dudes, anótalo inmediatamente!”.

Si no puedes descubrir todos tus defectos en una semana, continúa con estas búsquedas durante una semana más hasta que tu llamado “registro de pecados” quede definitivamente perfilado. Una vez que lo logres en una semana o dos, pasa al siguiente ejercicio. A través de una reflexión atenta, intenta atribuir cada uno de los defectos a uno de los cuatro elementos. Crea un título en tu diario para cada uno de los elementos y anota los defectos correspondientes debajo. Coloque aquellos defectos sobre los que tenga dudas bajo el epígrafe “indiferente”. Durante el trabajo de desarrollo podrás determinar el elemento correspondiente a cada uno de tus defectos.

Por ejemplo, atribuirás al elemento fuego los siguientes defectos: irritación, odio, celos, venganza, ira. Al elemento aire le atribuirá la ligereza, la fanfarronería, la sobrevaloración del ego, el chisme, el derroche; al elemento agua, indiferencia, flegmatismo, frialdad de sentimientos, compromiso, negligencia, timidez, terquedad, inconstancia. Al elemento tierra se le atribuirá la susceptibilidad, la pereza, la falta de conciencia, la lentitud, la melancolía, la falta de regularidad.

La semana siguiente, reflexiona sobre cada uno de los títulos y divídelos en tres grupos. En el primer grupo, coloque los defectos más evidentes, que le influyen más fuertemente y que aparecen a la primera oportunidad o al menor estímulo. En el segundo grupo se sitúan aquellos defectos que aparecen con menos frecuencia y con menor fuerza. Y en la tercera, en la última columna, colocar finalmente aquellos defectos que se manifiestan sólo de vez en cuando y en menor escala. Lo mismo deberá hacerse de la misma manera con el resto de partidas de artículos, incluidos los defectos indiferentes. Trabaja siempre escrupulosamente, ¡verás que merece la pena!

Así es exactamente como debemos proceder con las buenas características de nuestra alma. También deberán clasificarse bajo los respectivos epígrafes de los elementos; No olvides las tres columnas. Así, por ejemplo, atribuirás actividad, entusiasmo, determinación, audacia, coraje al elemento fuego. Al elemento aire le atribuirá esfuerzo, alegría, agilidad, bondad, placer, optimismo, y al elemento agua, sabiduría, sobriedad, fervor, compasión, serenidad, perdón, ternura. Finalmente, al elemento tierra se le atribuirá atención, perseverancia, escrupulosidad, sistematización, sobriedad, puntualidad y sentido de responsabilidad.

A través de este trabajo obtendrás dos espejos astrales del alma, uno negro con malas características del alma y otro blanco con buenos y nobles rasgos de tu carácter. Estos dos espejos mágicos deben considerarse dos auténticos espejos ocultos, y aparte de su dueño, nadie tiene derecho a mirarse en ellos. Debemos señalar una vez más que su dueño debe estar motivado para trabajar de manera precisa y concienzuda en su verdadero espejo mágico. Si a lo largo de su trabajo de evolución encuentra una u otra característica buena o mala, aún puede incluirla bajo el título correspondiente. Estos dos espejos mágicos dan al mago la posibilidad de reconocer, con gran precisión, cuál de los elementos predomina en su caso, en el espejo blanco o en el negro. Este reconocimiento es necesario para alcanzar el equilibrio mágico, incluso la evolución posterior del aprendiz siempre estará guiada por él.

  • Instrucción Mágica del Cuerpo (I)

El Cuerpo Material o Carnal

El desarrollo de la envoltura exterior, es decir, del cuerpo, debe ir también de la mano con el desarrollo del espíritu y del alma. Ninguna parte de nuestro ser debe quedar deficiente o descuidada. A primera hora de la mañana, al despertar, cepilla tu cuerpo con un cepillo suave hasta que la piel esté ligeramente enrojecida. Esto abre tus poros y podrás respirar mejor. Además, los riñones se aliviarán en gran medida de su sobrecarga. Luego, lava rápidamente todo el cuerpo, o al menos la parte superior, con agua fría, secándolo bien con un guante o una toalla áspera, hasta que esté tibio.

Especialmente en las estaciones más frías, las personas más sensibles pueden utilizar agua tibia o tibia. Este procedimiento debe convertirse en un hábito diario que se mantendrá de por vida. Su efecto es refrescante y elimina el cansancio.

Además, debes practicar gimnasia matutina todos los días, al menos durante unos minutos, para que tu cuerpo se mantenga flexible. No pretendo describir aquí ejercicios especiales de gimnasia, ya que cada persona debe elegir aquellos que mejor se adapten a su edad y preferencias. En este caso, el objetivo principal es obtener un cuerpo elástico y sano.

El misterio de la respiración

También debemos prestar la debida atención a la respiración. Normalmente, todo ser vivo respira; sin respiración no hay vida. Naturalmente, el mago necesita saber más que solo eso, necesita saber que respira oxígeno con nitrógeno, que es absorbido por los pulmones y luego exhalado en forma de nitrógeno. Sin respiración y nutrición, los pulmones no pueden sobrevivir. Todo lo que necesitamos para la vida y todo lo que la mantiene, por tanto la respiración y la nutrición, es de cuadripolar a cuadri-elemental, sumado al quinto elemento o principio de Akasha, como se describe en la parte teórica sobre los elementos. El aire que respiramos tiene un grado de densidad más sutil que el de la nutrición material densa. Sin embargo, según leyes universales, ambos son de la misma naturaleza, es decir, cuadripolares, y sirven para mantener vivo el cuerpo. Examinemos la respiración:

El oxígeno está subordinado al elemento fuego y el nitrógeno al elemento agua. El elemento aire es el elemento mediador y el elemento tierra es el que une el oxígeno y el nitrógeno. El quinto elemento, Akasha o elemento entérico es el elemento regulador, el principio primordial o divino. Así como en el gran Universo, en la naturaleza, en este caso los elementos también tienen sus fluidos eléctricos y magnéticos, su polaridad. En la respiración normal o inconsciente sólo se incorpora la cantidad de materia de los elementos necesarios para el mantenimiento normal del organismo. También aquí la asimilación se adapta según el uso de la materia de los elementos. Pero con la respiración consciente ocurre todo lo contrario. Si trasladamos pensamientos, ideas o imágenes, abstractas o concretas, al aire a respirar, serán captadas por el principio akáshico del aire en cuestión y llevadas a través de los fluidos eléctricos y magnéticos hasta la materia aérea. Al pasar por los pulmones para ser conducida a las venas, esta materia aérea impregnada juega un doble papel. En primer lugar, las partes materiales de los elementos sirven para el mantenimiento del cuerpo; segundo, el fluido electromagnético cargado con el pensamiento, idea o imagen, conduce fuera de circulación el aire electromagnético teñido de estas ideas, a través de la matriz astral hasta el cuerpo astral, y de allí, reflexivamente, a través de la matriz mental hasta el espíritu inmortal.

Con esto dilucidamos el misterio de la respiración desde un punto de vista mágico. Muchas líneas esotéricas utilizan la respiración consciente instruida, como el sistema Hatha Yoga, incluso sin conocer el proceso exactamente. Muchos ya han dañado su salud con sus ejercicios de respiración extremos, especialmente al realizar estas prácticas sin la guía de un maestro experimentado (un gurú).

Los lectores inexpertos pueden haber sido inducidos por estas prácticas, tal vez porque vieron en ellas una rápida conquista de poderes ocultos. Sin embargo, estos pueden ser logrados por el mago mucho más fácil y rápidamente, si así lo desea, a través del sistema iniciático universal descrito en detalle en este trabajo.

Como vemos, en este caso no se trata de la cantidad de aire inspirado, sino de la calidad de la idea que trasladamos al material aéreo. Por tanto, no es necesario, ni siquiera aconsejable, bombear mucho aire a los pulmones, sobrecargándolos inútilmente. Debes realizar tus ejercicios de respiración sin prisas, de forma lenta y tranquila.

Siéntate cómodamente, relaja todo el cuerpo y respira por la nariz. Imagina que junto con el aire inspirado, la salud, la paz, la serenidad, el éxito o cualquier otra cosa que realmente quieras alcanzar se transfieren a tu cuerpo, a través de tus pulmones y tu sangre. La imagen debe ser tan intensa y el aire inspirado tan impregnado de deseo que debe ser casi real. No puedes tener la más mínima duda al respecto.

Para evitar pasar frío, basta con comenzar con siete respiraciones por la mañana y siete por la tarde, y dentro de tus posibilidades, ir incrementándolas gradualmente de una por la mañana a una por la tarde, cada día que pasa. Nunca te apresures, y tampoco te excedas, ya que todo tiene su tiempo. En cualquier caso, sólo empieza a imaginar otro deseo cuando el primero se haya cumplido por completo.

Para el estudiante talentoso, el progreso comenzará a hacerse evidente dentro de al menos siete días; Todo depende de tu nivel de disposición y de la fuerza de tu pensamiento. Algunos aprendices tardarán semanas o incluso meses en cumplir sus deseos. Incluso el tipo de deseo juega un papel importante en este caso. Por eso aconsejamos al principio no desear cosas egoístas, debemos limitarnos a deseos como: serenidad, salud, paz y éxito. Los ejercicios de respiración no deben exceder la media hora; después, diez minutos de media serán suficientes.

Asimilación consciente de nutrientes

La asimilación de nutrientes por parte del organismo se produce de la misma forma que la asimilación del aire. Son los mismos procesos, pero en la asimilación de nutrientes los efectos son más palpables y densos. Los deseos transferidos a la comida tienen un efecto particularmente fuerte a nivel material, ya que están sujetos a la densa radiación material de los elementos. Por lo tanto, si el mago quiere lograr algo en relación con su cuerpo o tiene otros deseos materiales, debe tener en cuenta este aspecto.

Siéntate frente a un plato con la comida que pretendes comer en ese momento, y concentra tus pensamientos lo más intensamente que puedas, materializando tu deseo en la comida con todas tus fuerzas, como si ese deseo ya se hubiera hecho realidad. Si estás solo, sin que nadie te mire ni te moleste, puedes mantener las manos cruzadas sobre la comida, bendiciéndola. Si no existe tal posibilidad, entonces concentra tu deseo en la comida o cierra los ojos. Esto puede crear la impresión de que estás rezando delante de la comida, lo que no causará mayores problemas; De hecho, eso es exactamente lo que sucede. Entonces comienza a comer despacio pero conscientemente, con la convicción interior de que efectivamente el deseo, junto con la comida, está penetrando en tu cuerpo hasta el último de tus nervios. Lo que para los cristianos representa la comunión, para vosotros debe ser la asimilación de los alimentos, por tanto, un acto sagrado.

Para la evolución mágica no conviene comer apresuradamente. Todos los alimentos y bebidas son aptos para la impregnación mágica de los deseos, todos los alimentos y bebidas impregnados deben ser ingeridos por completo, es decir, no debe quedar nada. Nunca debes leer durante las comidas; Desafortunadamente, muchas personas tienen este mal hábito. Tampoco debes hablar ni hablar mientras comes; Debemos comer siempre manteniendo el pensamiento fijo en nuestro deseo. Además, debemos tener cuidado de que no aparezca ningún otro deseo en oposición al primero, por ejemplo, cuando deseamos salud durante la respiración consciente o mágica, no debemos centrarnos en el deseo de éxito durante la comida.

Lo más conveniente es pensar siempre en el mismo deseo, mientras respiramos y también durante la comida, para no provocar oscilaciones opuestas de radiación en nuestro cuerpo. En este caso se aplica el dicho: “Quien intenta cazar dos pájaros a la vez no consigue ninguno”. Cualquiera que se centre en el misterio de la Eucaristía durante la asimilación consciente de los alimentos encontrará aquí una conexión análoga. Las palabras de Cristo: “Tomad y comed, ésta es mi carne; tomad y comed, ésta es mi sangre”, se mostrarán en su significado más verdadero y profundo.

La magia del agua

No sólo en la vida diaria el agua desempeña uno de los papeles más importantes, por ejemplo para beber, preparar alimentos, lavar, preparar vapor en las fábricas, sino también en nuestro desarrollo mágico, donde el elemento agua puede convertirse en un Factor fundamental. Como mencionamos en la parte teórica, el elemento agua se atribuye al magnetismo, o fuerza de atracción. Es precisamente esta característica la que pretendemos utilizar en nuestro desarrollo.

En libros sobre curación mediante magnetismo, irradiaciones “od”, etc., ya se menciona el hecho de que el agua puede cargarse magnéticamente con este “od”. Pero se sabe poco sobre cómo se puede ampliar o utilizar esta característica de otras maneras. No sólo el agua, sino todos los líquidos tienen la propiedad específica de atracción y, debido a la contracción, retienen tanto las influencias buenas como las malas.

Por eso el elemento agua, especialmente el material denso, puede considerarse un acumulador. Cuanto más fría esté el agua, mayor será su capacidad de acumulación; se vuelve más receptivo, en su peso específico total, cuando está a 4 grados centígrados sobre cero.

Esta información no es muy decisiva, ya que las diferencias en la capacidad de asimilación del agua (u otros líquidos) hasta 6 grados centígrados sobre cero son tan insignificantes y tan apenas visibles que sólo un mago muy experimentado puede reconocerlas. Cuando el agua se va calentando progresivamente debido al aumento de temperatura, su capacidad de asimilación disminuye rápidamente. Entre 36 y 37 grados centígrados se vuelve neutral para el magnetismo.

¡Atención! Aquí sólo nos ocupamos de la característica específica de la fuerza de atracción y su significado práctico en relación con el magnetismo, que también se manifiesta en el conocimiento de los efectos mutuos de los elementos para los que se acepta como algo natural.

La impregnación (de cualquier cosa a través del principio de Akasha y también del agua física) con un deseo se puede realizar en cualquier objeto y a cualquier temperatura. Un trozo de pan, una sopa caliente, una taza de café o té, todo puede cargarse mágicamente. Sin embargo, esta carga no depende de la capacidad acumulativa del elemento agua, sino que se produce a través del principio primordial de la quinta fuerza de los elementos y actúa a través del fluido electromagnético del elemento correspondiente.

Esta diferencia hay que tenerla en cuenta si queremos evitar errores. Así, por ejemplo, un plato de sopa caliente no podrá magnetizarse, ya que la capacidad de acumulación del elemento agua puede neutralizarse o aumentar demasiado debido a la fuerza de expansión del calor contenido en el agua, si la temperatura sube a más de 37 grados centígrados. Sin embargo, incluso entonces la sopa puede estar imbuida del correspondiente deseo.

Expliquemos la magia del agua desde un punto de vista práctico.

Cada vez que nos lavamos las manos, debemos imaginar intensamente que, con el agua, lavamos no sólo la suciedad de nuestro cuerpo, sino también la de nuestra alma. Debemos imaginar, por ejemplo, que el fracaso, la ansiedad, la insatisfacción y la enfermedad también son arrastrados y transferidos al agua. Por eso lo mejor es lavarse siempre bajo el grifo, para que el agua sucia se escurra inmediatamente, e imaginar que con el agua también se escurren tus problemas y debilidades.

Si solo tienes un lavabo a tu disposición, tira el agua inmediatamente después de usarlo para que nadie más lo toque. También puedes sumergir tus manos en el agua fría por un rato, concentrándote en el pensamiento de que todas las debilidades de tu cuerpo y alma serán atraídas por la fuerza de atracción magnético-astral del agua. Convéncete de que todos los fracasos se trasladarán al agua; Después de poco tiempo te sorprenderá lo efectivo que es este ejercicio.

Esta agua también debe drenarse inmediatamente después de su uso. El ejercicio resulta excepcionalmente eficaz cuando se realiza en verano, en un baño de río, sumergiendo todo el cuerpo en el agua (a excepción de la cabeza).

El mismo ejercicio también se puede realizar a la inversa, es decir, magnetizando o impregnando el agua con el deseo antes de usarla, y convenciéndose firmemente de que la fuerza contenida en el agua se transferirá al cuerpo durante el lavado, al cual el deseo se cumplirá. Cualquiera que tenga tiempo de sobra puede combinar los dos ejercicios, es decir, eliminar las cosas negativas en agua (por ejemplo, bajo el grifo o en un recipiente aparte) y luego lavarse con otra, impregnada del correspondiente deseo. En el primer caso se debe utilizar jabón para eliminar mejor las cosas malas.

Las mujeres tienen una tercera posibilidad, además de las dos ya mencionadas, es decir, centrar su magnetismo en la idea de que el agua hace que la piel de su rostro esté más fresca, joven, elástica y atractiva. Para ello conviene no sólo lavarse la cara, sino también sumergirla en agua durante unos segundos. Este procedimiento debe repetirse al menos siete veces seguidas; También se puede añadir al agua una pizca de bórax.

El mago tiene una posibilidad más a considerar, que es el baño de ojos magnético. Debe sumergir su rostro, por la mañana, en un recipiente medio lleno de agua del amanecer o hervida el día anterior, abriendo los ojos en su interior. Debes poner los ojos en blanco en todas direcciones, repitiendo el ejercicio siete veces.

La sensación inicial de ardor en los ojos pasa pronto a medida que se acostumbra al agua. Si el aprendiz sufre algún tipo de debilidad visual, es recomendable añadir al agua una infusión de té de eufrasia (Herba Euphrasia). Estos baños oculares hacen que los ojos sean más resistentes al cambio climático, eliminan la debilidad visual, fortalecen la visión y hacen que los ojos sean claros y luminosos. No debemos olvidar impregnar el agua a utilizar para tal fin, con nuestro pensamiento o deseo, magnetizándola. Los aprendices más evolucionados, que están aprendiendo el arte de la videncia, también tienen la posibilidad de desarrollar esta habilidad a través de esta técnica.

  • Resumen de todos los ejercicios de grado I

I. Instrucción Mágica del Espíritu

1. Control del pensamiento.
2. Disciplina de pensamiento.
3. Dominio del pensamiento.

Para 1: control del pensamiento dos veces al día durante cinco a diez minutos.

Para 2: No permitas que ciertos pensamientos surjan. La fijación de un determinado pensamiento elegido por el alumno. Realización del vacío, de la ausencia de pensamientos.

Para 3: Adopción de un diario mágico. Autocrítica. Planificar procesos de pensamiento para el próximo día o semana.

II. instrucción de magia del alma

1. Introspección o Autoconocimiento.
2. Montaje del espejo del alma (blanco a negro) respecto de los elementos, cada uno de ellos en tres áreas de acción.

III. instrucción de magia corporal

1. Adoptar un estilo de vida normal y sensato.
2. Gimnasia matutina.
3. Ejercicio de respiración consciente.
4. Comer conscientemente.
5. Magia del agua.

Cada uno de estos ejercicios está previsto para un periodo de tiempo de catorce días a un mes. Esto se aplica a personas de condición física media. Para aquellos que ya hayan practicado algún tipo de concentración o meditación, este tiempo debería ser suficiente. Para quienes aún no se han aventurado en este campo, los tiempos de ejercicio naturalmente deben ampliarse según las necesidades, ya que todos los logros dependen de la individualidad de cada persona. En la práctica, sería inútil pasar de una titulación a otra sin haber elaborado correctamente la anterior y dominarla por completo.

Fin del Primer Grado

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