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Vampirismo y licantropía

Cómo Sospechar y Reconocer a un Vampiro – Manual Práctico sobre Vampirismo

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El vampiro es un ser eminentemente nocturno, pues es durante este periodo cuando los canales de transferencia de energía quedan libres para que el mal pueda viajar libremente. Por lo tanto, es poco probable que una persona que se despierta con el sol y descansa durante la noche tendrá el poder de beber de la fuente de la eternidad. El sol crea vida, pero también la consume, asegurando el ciclo del planeta que habita. Los seres que viven bajo su influencia trabajan, y en sudor se agotan, muriendo un poco cada día. Por eso, los vampiros huyen de sus rayos, pues saben que hacen temporal su existencia carnal. Por eso, eligió la noche para vivir, durante este período podrá estudiar los medios que le garanticen la eternidad. Es común ver personas que solo salen de noche, que evitan el contacto con el sol y cuando lo hacen se protegen con gafas oscuras para que sus pupilas no se vean influenciadas por los colores del resplandor del sol. En la casa de un vampiro, las luces permanecen encendidas hasta altas horas de la madrugada y sólo se apagan cuando la estrella de la mañana desaparece. Duerme mientras otros seres trabajan para asegurar la supervivencia.

Sus hábitos son diferentes a los de la gente común, les gusta comer carne cruda o casi cruda, son estudiosos y prolijos cuando quieren seducir a alguien o obtener alguna ventaja. Tienen un agudo sentido de saber cuándo están en peligro y escapan rápidamente de las trampas que se encuentran en su camino. También saben el momento adecuado para aparecer en un determinado lugar y también el momento adecuado para desaparecer cuando les conviene. Les gusta hablar mirando fijamente a su interlocutor, para poder ver un poco más allá de la masa que recubre el cuerpo. Les gusta beber alcohol, pero nunca se les ve borrachos.

Además, tienen un deseo ciego de poder, para a través de él poder propagar el virus que portan, reduciendo la existencia de quienes se interponen en su camino. Para mantener lo que tienen necesitan esclavos que los obedezcan ciegamente, hasta el punto de sacrificarse en su nombre. Normalmente, los vampiros son descendientes de familias tradicionales y tienen enormes recursos económicos para invertir en mantener el poder. Ejercen influencia en los círculos políticos de los países donde viven a través de infiltraciones ilícitas. El conde rumano Vlad Dracul logró dominar un vasto imperio en Europa del Este, ganando batallas con la ayuda de legiones demoníacas. En una de estas batallas regresó completamente solo y fue recibido por el pueblo de Budapest como un verdadero héroe. La ciudad decidió entonces honrarlo, coronándolo en lugar del joven príncipe asesinado en campaña. Pero, justo cuando el arzobispo se disponía a colocarse la corona en la cabeza dentro de la catedral, sucumbió ante la gran cantidad de símbolos sagrados que lo rodeaban. Esto levantó las sospechas de las personas religiosas, que acabaron descubriendo al cabo de muchos años que estaban gobernadas por un nosferatu, ahijado directo de las hordas satánicas sedientas de dominio del espíritu humano.

El nomadismo es otra característica común de los no-muertos, pues tras sembrar destrucción en los lugares por los que pasan, despiertan la desconfianza de la población, recibiendo represalias. Por lo tanto, cambian constantemente de ciudad y país. Esto explica la afinidad entre él y los gitanos. El mayor problema que encuentra para desplazarse es el hecho de que siempre tiene que llevar consigo una cantidad de tierra extraída del lugar donde nació. Tu cuerpo tendrá que descansar bajo esta tierra para poder encontrar fuerzas para tu peregrinación nocturna. Durante su viaje permanece dentro de un ataúd como si estuviera muerto, sólo para ser liberado cuando llega a su destino. Entonces, bendiga a Dios por proteger a aquellos que se encuentran en el camino de su destino.

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