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Para poder realizar todas las posturas tantra, es necesario desarrollar flexibilidad. Las figuras requieren fuerza y elasticidad, especialmente en la parte inferior del cuerpo, la raíz que nos conecta con la tierra. Por eso, hacer ejercicio es fundamental: esto intensifica la descarga de energía orgásmica por todo el cuerpo.
Pero aunque parezca una condición fundamental para un hombre, no es necesario que su pene esté siempre erecto durante el juego sexual o durante las relaciones sexuales. Una erección que pierde fuerza no debe suponer la interrupción de la actividad: al contrario, debe estimular un retorno con más intensidad.
Para los hombres existe una técnica llamada Mula Bandha, que permite frenar la eyaculación. Antes del contacto genital, debe bajar la cabeza y centrar su atención en la zona pélvica. Inhalando profundamente, debes contraer el músculo que rodea el ano y hacer tres series de diez contracciones. Antes de salir, el semen pasa por el perineo, que se encuentra entre el escroto y el ano. Las ganas de eyacular también se controlan relajando los músculos de los glúteos y respirando de forma armoniosa y consciente. Esta es una técnica que forma parte de la propuesta tántrica que los hombres deben aprender a controlar su eyaculación, al realizar esta técnica se logra bloquear el perineo y aumentar el placer.
No sólo los hombres deben aprender a controlar su orgasmo para aumentar el placer de ambos. La mujer también debe aprender a hacerlo, sobre todo si siente que cuando viene, nada la detiene… Baja el ritmo, distrae tu mente y respira profundamente. Una técnica tántrica recomienda, en este momento, presionar la lengua contra el paladar mientras vacías la mente de todo.
Para retrasar el orgasmo o prolongar las relaciones sexuales existe una técnica tántrica que, debido al papel dominante del hombre, aporta grandes resultados. Durante la penetración y, en la clásica posición de “papá y mami”, haz que tu pareja contenga el movimiento cuando aún no haya alcanzado el pico de excitación. Retire el pene, dejando sólo el glande en la vagina y respire profundamente, llevando el aire al abdomen. Ambos músculos genitales se relajarán y podrá comenzar a moverse nuevamente sin tener que detenerse inmediatamente.
