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Eugnostos, el bienaventurado

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Eugnostos, el Bendito, a los suyos.

Regocíjate en esto, que lo sabes. ¡Saludos! Quiero que sepáis que todos los hombres nacidos desde la fundación del mundo hasta ahora son polvo. Mientras preguntaban por Dios, quién es y cómo es, no lo encontraron. Los más sabios entre ellos especularon sobre la verdad del orden del mundo. Y las especulaciones no llegaron a la verdad. Porque el orden se menciona en tres opiniones (diferentes) de todos los filósofos; por lo tanto, no están de acuerdo. Pues algunos dicen del mundo que está dirigido por sí mismo. Otros, que es la providencia (que la dirige). Otros, que es el destino. Pero no es nada de eso. Nuevamente, de las tres voces que acabo de mencionar, ninguna es cierta. Porque todo lo que viene de uno mismo es una vida vacía; Es hecho por uno mismo. La Providencia es una tontería. El destino es algo que no tiene discernimiento.

Quien, por tanto, puede liberarse de estas tres voces que acabo de mencionar y pasar por otra voz a confesar al Dios de la verdad y ponerse de acuerdo en todo lo que le concierne, es inmortal el que habita entre los hombres mortales.

El-Quien-Es es inefable. Ningún principio lo conoció, ninguna autoridad, ninguna sujeción, ni ninguna criatura desde la fundación del mundo, excepto él solo. Porque él es inmortal y eterno, y no tiene nacimiento; porque todo aquel que nace, perecerá. Él es inengendrado, no tiene principio; porque todo el que tiene un principio tiene un fin. Nadie lo gobierna. No tiene nombre; porque quien tiene un nombre es creación de otro. No tiene nombre. No tiene forma humana; porque quien tiene forma humana es creación de otro. Él tiene su propia apariencia, no como la que hemos recibido y visto, sino una apariencia extraña que sobrepasa todas las cosas y es mejor que las totalidades. Mira a todas partes y mírate a ti mismo. Él es infinito; es incomprensible. Él siempre es imperecedero (y) no tiene parecido (con nada). Él es un bien inmutable. Él es impecable. Él es eterno. Él es bendito. Es incognoscible, mientras que (sin embargo) se conoce a sí mismo. Él es inconmensurable. Es indetectable. Él es perfecto, no tiene defectos. Él es imperecederamente bendito. Se le llama el "Padre del Universo".

Antes de que algo sea visible entre los que son visibles, la majestad y las autoridades que hay en él, él abraza las totalidades de las totalidades, y nada lo abraza. Porque él es todo mente, pensamiento y reflexión, consideración, racionalidad y poder. Todos son poderes iguales. Son las fuentes de las totalidades. Y toda tu carrera para estos últimos está en el conocimiento previo de lo Increado, porque aún no han llegado a ser visibles.

Ahora había una diferencia entre las edades imperecederas. Considerémoslo, pues, de esta manera: Todo lo que vino de lo corruptible, perecerá, porque vino de lo corruptible. Todo lo que vino de la imperecedera no perecerá, sino que se hará incorruptible, porque vino de la imperecedera. Muchos hombres se extraviaron porque no conocían esta diferencia; es decir, murieron.

Pero esto es suficiente, porque nadie puede discutir la naturaleza de las palabras que acabo de decir acerca del Dios bendito, imperecedero y verdadero. Ahora bien, si alguno quiere creer las palabras aquí expuestas, vaya desde lo oculto hasta el fin de lo visible, y este pensamiento le enseñará cómo la fe en las cosas no visibles se encontró en las visibles. Este es un principio de conocimiento.

Al Señor del Universo no se le llama correctamente 'Padre', sino 'Antepasado'. Porque el Padre es el principio (o comienzo) de lo visible. Porque él (el Señor) es el Ancestro sin principio. Se ve dentro de sí mismo, como un espejo, habiendo aparecido a su semejanza como Padre de Sí Mismo, es decir, Generador de Sí Mismo, y como Confrontador, ya que enfrentó la Primera Existencia Increada. De hecho, tiene la misma edad que el anterior, pero no es igual a él en poder.

Después reveló a muchos enfrentados, engendrados por sí mismos, iguales en edad (y) poder, en gloria y sin número, que son llamados 'La Generación sobre la cual no hay reino entre los reinos que existen'. Y toda la multitud del lugar sobre el cual no hay reino se llama 'Hijos del Padre Unigénito'.

Ahora lo Incognoscible está siempre lleno de imperecedero y de alegría inefable. Todos están descansando en Él, regocijándose siempre en un gozo inefable, en la gloria inmutable y en el gozo inconmensurable que nunca ha sido oído ni conocido entre todos los eones y sus mundos. Pero esto es suficiente para que no sigamos indefinidamente. Éste es otro principio del conocimiento de la generado.

El Primero que apareció ante el universo en el infinito es el Padre Autodesarrollado, Autoconstruido, y está lleno de luz brillante e inefable. Al principio decidió que su imagen se convertiría en un gran poder. Inmediatamente, el principio (o comienzo) de esta Luz apareció como el Hombre Andrógino Inmortal. Su nombre masculino es 'Mente creada perfecta'. Y su nombre femenino es 'Sofía, la madre toda sapiente'.

También se dice que se parece a su hermano y a su consorte. Ella es la verdad indiscutible; porque aquí abajo el error, que existe con la verdad, la impugna.

A través del Hombre Inmortal apareció la primera designación, es decir, divinidad y reino, porque esto lo reveló el Padre, que se llama "Hombre-Padre de sí mismo". Creó un gran eón para su propia majestad. Le dio gran autoridad y gobernó sobre todas las creaciones. Creó dioses, arcángeles y ángeles, miríadas sin número para el séquito.

Ahora bien, a través de ese Hombre se originó la divinidad y el reino. Por eso le llamaban 'Dios de dioses', 'Rey de reyes'.

El Primer Hombre es 'Fe' ('pistis') para los que vienen después. Tiene, en su interior, una mente y un pensamiento únicos – tal como él es (pensamiento) – reflejando y considerando, racionalidad y poder. Todos los atributos que existen son perfectos e inmortales. En lo que respecta a la imperecebilidad, de hecho son iguales. (Pero) en relación con el poder, hay una diferencia, como la diferencia entre padre e hijo, hijo y pensamiento, y pensamiento y el resto.

Como dije anteriormente, entre las cosas que fueron creadas, va primero la mónada, después la díada y la tríada, hasta las décimas. Ahora las décimas gobiernan a las centésimas; las centésimas gobiernan las milésimas; los miles gobiernan a los diez mil. Este es el estándar inmortales. El Primer Hombre es así: Su mónada […].

Nuevamente es este patrón el que existe entre los inmortales: la mónada y el pensamiento son las cosas que pertenecen al Hombre Inmortal. Los pensamientos son para décadas, y los cientos son las enseñanzas, y los miles son los consejos, y los diez mil son los poderes. Ahora bien, aquellos que vienen de […] existen con sus […] en cada eón […].

[…] En el principio, el pensamiento y los pensamientos surgieron de la mente, luego las enseñanzas de los pensamientos, los consejos de las enseñanzas y el poder del consejo. Y después de todos los atributos, todo lo que se reveló surgió de sus poderes. Y de lo creado surgió lo que se formó. Y lo formado salió de lo formado. Lo nombrado surgió de lo formado, mientras que la diferencia entre las cosas generadas surgió de lo nombrado, de principio a fin, por el poder de todos los eones. Ahora el Hombre Inmortal está lleno de toda gloria imperecedera y de gozo inefable. Todo su reino se regocija en el gozo eterno, aquellos que nunca fueron escuchados ni conocidos en ningún eón posterior a ellos y a sus mundos.

Luego vino otro principio del Hombre Inmortal, al que se llama el 'Autogenerador Autoperfeccionador'. Cuando recibió el consentimiento de su consorte, la Gran Sofía, reveló a ese primogénito andrógino, a quien se llama 'Hijo Primogénito de Dios'. Su aspecto femenino es 'Primogénita Sofía, Madre del Universo', a quien algunos llaman 'Amor'. Ahora bien, el Primogénito, ya que tiene la autoridad de su padre, creó ángeles, miríadas sin número, para el séquito. Toda la multitud de estos ángeles se llama 'Asamblea de los Santos, las Luces Sin Sombras'. Ahora, cuando se saludan, sus abrazos se vuelven como ángeles como ellos.

El Padre Primogénito se llama 'Adán de Luz'. Y el reino del Hijo del Hombre está lleno de gozo inefable y de gozo inmutable, regocijándose siempre en gozo inefable por su gloria imperecedera, que nunca fue escuchada ni revelada a todos los eones que llegaron a existir y sus mundos.

Entonces el Hijo del Hombre accedió a Sofía, su consorte, y le reveló una gran Luz andrógina. Su nombre masculino se designa 'Salvador, Creador de todas las cosas'. Su nombre femenino se denomina 'Sofía, la engendradora'. Algunos lo llaman 'Pistis' (fe).

Entonces Salvador consintió con su consorte, Pistis Sophia, y reveló seis seres espirituales andróginos que son el tipo de quienes los precedieron. Sus nombres masculinos son estos: primero, 'Inengendrado'; segundo, 'Autogenerado'; tercero, 'Generador'; cuarto, 'Primer generador'; quinto, 'Todogenerador'; sexto, 'Archi-generador'. También los nombres de las hembras son estos; primero, 'Sofía Sabia'; segundo, 'Sofía Omnimadre'; tercero, 'Sofía todo engendradora'; cuarto, 'Primer Generador Sofía'; quinto, 'Amo a Sofía'; sexto, 'Pistis Sophia'.

Del consentimiento de los que acabo de mencionar han surgido pensamientos en los siglos que existen. De pensamientos, reflexiones; de reflexiones, consideraciones; de consideraciones, de racionalidades, de racionalidades, de deseos, de deseos, de palabras.

Entonces las doce potencias de las que acabo de hablar se pusieron de acuerdo entre sí. Se revelaron varones (y) hembras (cada uno), de modo que hay setenta y dos potencias. Cada uno de los setenta y dos reveló cinco (poderes) espirituales, que (juntos) son los trescientos sesenta poderes. La unión de todos ellos es la voluntad.

Por lo tanto, nuestro eón llegó a ser como el tipo del Hombre Inmortal. El tiempo llegó a ser como el tipo del Primer Generador, su hijo. El año llegó a ser como el tipo del Salvador. Los doce meses llegaron a ser como el tipo de los doce poderes. Los trescientos sesenta días del año vinieron como los trescientos sesenta poderes que aparecieron del Salvador. Sus horas y momentos llegaron a ser como la clase de ángeles que salieron de ellos (los poderes), que son innumerables.

Y cuando aparecieron aquellos de quienes he hablado, el Todo-Procreador, su padre, pronto creó doce eones para el séquito de los doce ángeles. Y en cada eón había seis (cielos), por lo que hay setenta y dos cielos de los setenta y dos poderes que surgieron de él. Y en cada uno de los cielos había cinco firmamentos, por lo que hay (en total) trescientos sesenta firmamentos de los trescientos sesenta poderes que surgieron de ellos. Cuando los firmamentos estuvieron terminados, fueron llamados 'Los Trescientos Sesenta Cielos', según el nombre de los cielos que estaban antes de ellos. Y todo esto es perfecto y bueno. Y así apareció el defecto de la feminidad.

El primer eón, entonces, es el del Hombre Inmortal. El segundo eón es el del Hijo del Hombre, a quien se le llama 'Primer Generador' ("a quien se le llama 'Salvador'" agregado en el Códice V). Lo que los abarca es el eón sobre el cual no hay reino, (el eón) del Dios Eterno Infinito, el eón del eón de los inmortales que están en él, (el eón) por encima del Octavo que apareció en el caos.

Ahora el Hombre Inmortal reveló edades y poderes y reinos y dio autoridad a todos los que surgieron de él, para hacer lo que quisieran hasta los días que estén por encima del caos. Porque éstos consintieron unos en otros y revelaron toda magnificencia, incluso la del espíritu, multitud de luces gloriosas e innumerables. Estos recibieron nombres al principio, es decir, los primeros, los medios, los perfectos; es decir, el primer eón y el segundo y el tercero. El primero se llamó 'Unidad y Descanso'. Como cada uno tiene su (propio) nombre, el El eón fue designado 'Asamblea', de la gran multitud que apareció en la multitud. Por eso, cuando la multitud se reúne y llega a la unidad, se les llama 'Asamblea', la Asamblea que superó el cielo. Por lo tanto, la Asamblea de la Octava se reveló andrógina y fue nombrada en parte masculina y en parte femenina. Lo masculino fue llamado “Asamblea”, lo femenino, “Vida”, para demostrar que de la mujer surgió la vida en todas las edades. Todos los nombres fueron recibidos, desde el principio.

De su acuerdo con su pensamiento surgieron los poderes que fueron llamados 'dioses'; y los dioses de sus consideraciones revelaron dioses divinos; y los dioses de sus consideraciones revelaron señores; y los señores de los señores de sus palabras revelaron señores; y los señores de sus potestades revelaron arcángeles; los arcángeles revelaron ángeles; de ellos surgió la apariencia, con estructura y forma para nombrar todos los eones y sus mundos.

Todos los inmortales que acabo de describir tienen autoridad –todos ellos– del poder del Hombre Inmortal y de Sofía, su consorte, a quien llamaban 'Silencio', a quien llamaban 'Silencio' porque reflexionando sin hablar perfeccionaba. su propia majestad. Dado que los imperecederos tenían autoridad, cada uno proporcionó grandes reinos en todos los cielos inmortales y sus firmamentos, tronos (y) templos, para su propia majestad.

Algunos, en verdad, (que están) en viviendas y en carros, estando en gloria inefable e incapaces de ser enviados a ninguna criatura, se han provisto de huestes de ángeles, miríadas incontables para séquito y gloria, incluso espíritus vírgenes, las luces inefables. No tienen enfermedad ni debilidad, sino sólo voluntad: llega a ser en un instante. Así se completaron los eones con sus cielos y firmamentos para gloria del Hombre Inmortal y Sofía, su consorte: el área que contenía el patrón de cada eón y sus mundos y los que vinieron después, para proporcionar los tipos de allí, sus similitudes en los cielos del caos y sus mundos.

Y todas las naturalezas de lo Inmortal, desde lo Increado hasta la revelación del caos, están en la luz que brilla sin sombra y (in)gozo inefable y gozo inexpresable. Siempre se deleitan por su gloria que no cambia, y el resto que no se puede medir, que no se puede describir ni concebir entre todos los eones que vinieron a ser y sus poderes. Pero eso es suficiente. Todo lo que acabo de deciros, lo he dicho de tal manera que podáis aceptarlo, hasta que aparezca entre vosotros aquel que no necesita ser enseñado, y hablará todas estas cosas con alegría y con puro conocimiento.

 

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