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Alta Magia

Grado VII – Iniciación al Hermetismo

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Instrucción Mágica del Espíritu (VII)

Análisis del espíritu en relación con la práctica

En sexto grado, el alumno aprendía a tomar conciencia de su propio espíritu, a tratarlo en el cuerpo como espíritu y también a utilizar sus sentidos conscientemente.

En este nivel comenzaremos a monitorear y utilizar conscientemente las cualidades del espíritu o cuerpo mental. Además, como en otros lugares, aquí también debemos tener en cuenta las analogías de los elementos. Como ya hemos dicho, el elemento fuego se puede transformar en luz y viceversa, la luz en elemento fuego. Sin luz no habría asimilación de los colores por la visión, y sin luz ni siquiera seríamos capaces de utilizar los ojos. Por lo tanto, el sentido de la visión es análogo al fuego, este elemento fuego en el espíritu tiene como característica específica la voluntad. La característica del espíritu correspondiente al aire es el intelecto, con todos sus aspectos, y se atribuye al oído. El elemento agua del espíritu se manifiesta en el tacto o en la vida. Estos tres elementos-principios del espíritu, es decir, fuego, aire y agua juntos, forman el principio de tierra, que se manifiesta en la característica específica de la conciencia. En su forma más primitiva, el principio Akasha se manifiesta en la conciencia.

El mago pronto se dará cuenta de lo importante que es esta analogía, si ha progresado hasta el punto de haber alcanzado ya el equilibrio mágico en el cuerpo astral a través de trabajos previos de introspección. La siguiente tarea será analizar tu espíritu y descubrir qué elemento predomina en él.
Las personas que tienen una gran fuerza de voluntad, y con esto no queremos decir que sean simplemente testarudos, sino que realmente tienen una fuerza de voluntad muy intensa, tienen el fuego como elemento predominante. Si en el espíritu del mago predomina el intelecto o la razón, en todos sus aspectos, entonces concluiremos que el elemento más representativo es el aire. Si es una persona sensible, entonces el elemento agua juega el papel más importante en su espíritu, y si tiene mala memoria, entonces es porque su conciencia está influenciada de muchas maneras, y podemos decir con certeza que el elemento tierra asumió la supremacía.

Esta distribución sirve para verificar el efecto de los elementos sobre el espíritu y organizar la evolución para obtener el equilibrio en los elementos más débiles mediante adecuados ejercicios de concentración y meditación profunda. El mago no debe permitir que predomine uno de los elementos, como el principio de fuego, aire, agua o tierra, y debe distribuir sus ejercicios para equilibrar los elementos en cuestión mediante un trabajo intensivo. Presentaremos un ejemplo para que esto quede más claro.

Supongamos que el mago tiene un intelecto muy desarrollado, pero una voluntad débil, que no corresponde a la madurez de su intelecto. En este caso, debe esforzarse en fortalecer la voluntad mediante ejercicios de concentración adecuados, que favorezcan el crecimiento del principio del fuego en el espíritu. Debe elegir sobre todo aquellos ejercicios de concentración que desarrollen la visión, por ejemplo, vinculados a la imaginación visual, porque, repitiendo lo dicho antes, el elemento fuego corresponde a la visión.

Pero si el mago tiene una voluntad fuerte y un intelecto débil, entonces concluiremos que a través de ejercicios de imaginación debe prestar mayor atención al oído, y debe elegir ejercicios de concentración y meditación que prioricen los oídos.

Al darse cuenta de que tiene una voluntad fuerte y un buen intelecto pero que su vida sensorial deja mucho que desear, el mago debe hacer su espíritu más sensible, lo cual puede lograr a través de aquellos ejercicios de imaginación y meditación que influyen en las sensaciones. Si se da cuenta de que tanto su cuerpo astral como su cuerpo mental tienden ostensiblemente al elemento tierra, por ejemplo sus pensamientos sólo aparecen en el espíritu muy lentamente y se siente muy melancólico, es señal de que el elemento tierra predomina y que debe control y toma de conciencia mediante ejercicios adecuados.

El mago debe desarrollar su espíritu de forma totalmente armoniosa en relación con los elementos y realizar ejercicios que correspondan al mismo tiempo con los elementos y con los sentidos, para que en él la voluntad, por tanto el fuego, el intelecto-aire, la sensación-agua y la conciencia-tierra se refuerzan y desarrollan por igual.

Con base en esta descripción, creé una tabla que presento a continuación, para brindar una visión más completa:

ELEMENTOS FUEGO AIRE AGUA TIERRA AKASHA 

Sentidos Vista Oído Tacto Gusto Olfato Todos juntos 

Características del Espíritu Voluntad Razón Sensación Conciencia Conciencia Ejercicios de concentración y meditación Visual Auditivo Sensorial Potenciadores de la Conciencia Materialización

El principio de Akasha surge por sí solo a través de la concentración, por lo que no necesito entrar en detalles al respecto. Basta enumerar algunos ejercicios de concentración y meditación, ya que el propio alumno podrá determinarlos, según las características específicas de los elementos predominantes en él. Con voluntad débil podrá optar, como ejercicio de concentración, por la imaginación de objetos, imágenes, etc. Al fin y al cabo, ya ha realizado estos ejercicios a lo largo de su segundo año de este curso. La tabla de armonías aquí presentada debe servir como guía, brújula, para reconocer el elemento predominante y los ejercicios que se deben realizar. Como resultado de esta distribución hermética, el principio de Akasha eventualmente también se revelará.

Instrucción Mágica del Alma (VII)

El desarrollo de los sentidos con la ayuda de los elementos y condensadores fluídicos.

En este nivel abordaremos un tema muy especial, que será el desarrollo de los sentidos astrales en relación con los elementos. A través de los ejercicios presentados hasta ahora se han instruido, desarrollado y vitalizado los sentidos astrales del mago; pero hay casos en los que es necesaria una mejora excepcional de tal o cual habilidad más deficiente, ya que cada uno es diferente. Por ello, es conveniente que presente aquí algunos ejercicios con los cuales el mago podrá desarrollar rápida y fácilmente los sentidos del cuerpo astral.

En la instrucción mágica del espíritu, en el sexto grado, el alumno aprendía a tomar conciencia de su espíritu y a actuar como tal, a través de los cuerpos astral y carnal. Poco después abordaré una de las cuestiones más interesantes relacionadas con esto, es decir, la clarividencia. Ya se han publicado muchos libros sobre el tema, pero entre todos los que llegaron a mis manos, ninguno presentaba algún uso práctico que pudiera ser adoptado por el mago. Ésta es otra razón más para abordar esta cuestión en detalle.

a) clarividencia

El concepto de clarividencia generalmente se define como la segunda cara, como se dice, o la visión más allá del tiempo y el espacio, ya sea pasado, presente o futuro, o la visión de personas incorpóreas hacia otros seres. Sólo unos pocos autores han descrito esta capacidad psicológicamente o desde cualquier otro punto de vista, por lo que nuestra tarea será estudiar la clarividencia con mucha precisión. En primer lugar, el mago se dará cuenta de que existen varios tipos de clarividencia. El primero de ellos es la clarividencia innata, conferida a su portador ya en el mundo invisible, o transferida a su existencia actual por encarnaciones anteriores. Este tipo de clarividencia es el mejor, pero pocas personas nacen clarividentes y tienen esta habilidad tan desarrollada que pueden utilizarla en la práctica casi de inmediato.

Otro tipo de clarividencia se expresa de forma autónoma, debido a una desviación involuntaria de los elementos en el espíritu, y es vista como una manifestación patológica. Los traumatismos resultantes de una enfermedad también pueden provocar visiones clarividentes. Esto generalmente se manifiesta en una persona cuando se sale de su equilibrio normal debido a un infarto, una crisis nerviosa o un deterioro físico, psíquico o psíquico; así, de forma más o menos clara, más o menos pura, aparece, como efecto secundario, una especie de clarividencia. Para el mago práctico, este tipo de clarividencia es indeseable, ya que tarde o temprano provoca un colapso total, provocando no sólo la pérdida de esta capacidad, sino que también ejerce influencias nocivas sobre la salud que pueden incluso conducir a un final prematuro. Estos clarividentes son dignos de lástima, especialmente cuando fingen que sus dones son fenomenales. Esta categoría incluye a aquellas personas que teniendo alguna tendencia mediúmnica obtuvieron esta habilidad a través de la evocación de un ser. Este método tampoco es aconsejable para el mago, pues estas personas acaban volviéndose locas. Muchas de las personas ingresadas en asilos deben su triste situación a la práctica indiscriminada del espiritismo, con independencia de que los motivos que les sirvieran de pretexto fueran graves o se limitaran a la simple curiosidad. Otro tipo de videncia inducida, que también pertenece a este grupo, es la producción forzada de esta capacidad a través de drogas, como el opio, la marihuana, la mescalina (Péyotl) y otras. El mago no debe prestarle atención, ya que causa dependencia y bloquea los preceptos morales y espirituales, la voluntad y finalmente toda energía nerviosa, lo que naturalmente tendrá impactos muy negativos en tu salud y tu evolución. En Oriente se produjeron millones de casos, y en Occidente, así como en otros países civilizados, también ocurrieron en cantidades enormes.

El mago ciertamente tendrá la posibilidad, mientras aún no haya alcanzado la madurez, de convencerse de una forma u otra de la existencia de la clarividencia y otras manifestaciones sobrenaturales; pero en general –y éste es el punto más vulnerable– no se limita a la simple observación, sino que la convierte en un hábito. Estas personas caen entonces en la misma situación que muchas otras que han sucumbido a la perplejidad y la confusión. Por esta razón tengo cuidado de no describir en este trabajo ningún método que pueda llevar al mago a realizar experimentos con los medios antes mencionados, sino que sólo indico métodos completamente inofensivos, que provocan el surgimiento de la clarividencia automáticamente dependiendo de la madurez espiritual del mago. estudiante, es decir, como una manifestación natural de la evolución avanzada.

Otro tipo de clarividencia es la que surge debido al debilitamiento o parálisis temporal de algún órgano de los sentidos, como en este ejemplo sería la visión. Los libros que enseñan videncia fijando la mirada en un objeto, un espejo mágico, una bola de cristal o piedras preciosas son buenos, pero no son aptos para todos. Estos medios auxiliares sólo son útiles para la clarividencia en manos de un mago instruido y no deben producir esta capacidad a través de la influencia sobre el nervio óptico, sino que sólo sirven como medios auxiliares para la visión conscientemente instruida. Desde un punto de vista mágico, ningún medio auxiliar, por muy bien fabricado o prestigioso que sea, es perfectamente adecuado para producir el don de la clarividencia. Esto depende exclusivamente de: 1. El don natural; 2. Evolución psíquica y astral, más allá de la madurez del respectivo mago.

Los otros capítulos en los que describo la producción de condensadores de fluidos también contienen indicaciones sobre espejos mágicos y otros medios auxiliares.

Durante su estudio, el mago debe saber que todos los medios auxiliares aquí enumerados son sólo instrumentos, pero no el factor en sí mismo que promueve el resultado deseado, es decir, la auténtica clarividencia.
Finalmente mencionaré el último tipo de clarividencia, que surge como resultado de un correcto desarrollo mágico, que se provoca a través del despliegue sistemático de los sentidos, en nuestro caso la visión clarividente. Tomé la decisión de presentar en esta obra un método mágico secreto que aún no se menciona en ningún otro libro, pero que es extremadamente práctico desde el punto de vista hermético de las leyes de analogía de los elementos.

A continuación presentaremos la práctica para desarrollar los sentidos astrales.

Clarividencia mágica

Antes de describir el ejercicio en sí, debo advertirte que en este caso se trata de luz. Como todo el mundo sabe, la luz es un aspecto del fuego y, por tanto, análoga a la visión y la voluntad. En esta experiencia, para conseguir el objetivo deseado debemos aprender a imaginar la luz intensamente, es decir, visualizarla.

Asuma su posición habitual (asana) e imagínese aspirando hacia su cuerpo, respirando a través de los pulmones y los poros o simplemente imaginativamente, la luz universal, similar a nuestra luz solar en brillo y forma. Tu cuerpo debe ser visto como un espacio vacío, lleno de luz blanca, brillante y universal. Es en esta luz del cuerpo donde debéis concentrar la característica de la clarividencia, es decir, debéis imaginar que la luz todo lo penetra, todo lo ve y todo lo atraviesa. Ni el espacio ni el tiempo son obstáculos para ella. Debes estar tan convencido de las características de la luz que no te quedará la menor duda. Si eres religioso, será más fácil creer que esta luz universal es parte de Dios, quien tiene todas las características aquí descritas. Después de haber absorbido la luz en tu cuerpo, con las características aquí descritas, sintiendo su tensión y fuerza penetrante, intenta entonces humedecerla desde los pies hasta las manos hacia la cabeza, comprimiéndola para concentrarla en los iris de sus dos ojos. Si te resulta más cómodo, también puedes rellenar primero un ojo y luego el otro.

Hay magos que desarrollan y vitalizan sólo un ojo para la clarividencia, dejando libre el otro. Esto puede quedar a discreción del estudiante, pero soy de la opinión de que es mejor hacer que ambos ojos sean igualmente clarividentes.

Después de haber bloqueado tus dos iris, imagina que tus ojos ahora tienen todas las propiedades concentradas en la luz. Este ejercicio debe durar al menos diez minutos, y cuando estés seguro de que tu ojo lleno imaginativamente de la luz universal ha llegado a tener las características de esa luz, entonces deja que, nuevamente con la ayuda de la imaginación, fluya directamente desde el ojo hacia el mar universal de luz, o penetrar nuevamente en tu cuerpo en su forma original y desde allí disolverse en la luminosidad del Universo. Ambos métodos descritos aquí son igualmente buenos y el éxito es el mismo. Lo importante es que el ojo liberado de la luz vuelva a ser capaz de ver normalmente. Esto es importante para que el ojo astral desarrollado mágicamente no se vuelva tan sensible que el mago no pueda distinguir lo que captura su ojo normal o su ojo clarividente. Si el mago no logra disolver la luz concentrada, sus ojos pueden permanecer clarividentes y puede tener dificultades para diferenciar lo material de lo espiritual. Por lo tanto, debe mantener su clarividencia bajo control y sólo dejar que ejerza su fuerza cuando le plazca. Mediante la repetición constante de este ejercicio, el mago obtendrá tal gran habilidad en esta práctica que podrá poner en funcionamiento su ojo clarividente, el ojo de luz, en pocos minutos. El ojo así preparado podrá ver todo lo que el mago desee ver (con el ojo físico cerrado o abierto), en una bola de cristal o vidrio, en un gabinete pulido o en un espejo mágico; Tu ojo clarividente lo verá todo. La calidad de lo que ve depende de la pureza de su ser.

Un excelente medio auxiliar que produce un resultado más rápido en la videncia y además actúa favorablemente sobre el ojo físico, de modo que las personas con visión débil y que padecen trastornos de la visión puedan obtener beneficios, no sólo desde el punto de vista mágico sino también de salud física, es la preparación de una solución oftálmica contra incendios. Los ingredientes son los siguientes:

I. Una botella grande de agua destilada, que se puede adquirir en la droguería o farmacia.
2. Unas flores de manzanilla (secas o frescas).
3. Un poco de eufrasia (Herba Euphrasia), también fresca o seca.
4. Obtenga de 7 a 9 ramitas pequeñas de avellano o sauce, que se pueden encontrar en la naturaleza. Hay que pelarlos, cortarlos del mismo largo y atarlos formando un manojo con un cordel, haciendo nudos en varios puntos. Luego, el manojo de palitos debe dejarse al sol, al aire seco o colocarse en un horno para que se seque.
5. Por último, todavía necesitaremos un trozo de papel de filtro y un pequeño embudo.

Una vez proporcionados todos los ingredientes, podemos empezar a preparar la propia solución oftálmica. En un recipiente limpio vierte 1/4 de litro de agua destilada, ponlo al fuego y en cuanto empiece a hervir añade dos cucharaditas de flor de manzanilla a una cucharadita de eufrasia. Deja que la solución hierva solo unos segundos, luego retírala del fuego y tápala. Pasados ​​unos diez minutos, viértelo en otro recipiente purificado, y en cuanto se enfríe, toma el manojo de palitos de avellana o de flor de saúco y enciende sus extremos al fuego de cualquier llama disponible, dejándolos arder lentamente. Luego sumerja estos extremos en la solución previamente preparada; pasamos así a esta infusión, que podemos considerar como un condensador líquido (sobre esto entraré en detalle en un capítulo posterior), el elemento material denso del fuego. Este líquido condensador debe luego filtrarse a través del embudo debidamente forrado con papel de filtro, y verterse en otro recipiente debidamente purificado. Esta filtración es necesaria para eliminar cualquier residuo, pequeños trozos de carbón o cenizas, que se hayan podido desprender del manojo de palitos al sumergir sus puntas al rojo vivo en la infusión. Luego se vierte esta solución en un recipiente o plato y se coloca frente a la persona que la utilizará.

Inhala el elemento fuego en tu cuerpo, a través de la respiración pulmonar o de los poros, o ambas simultáneamente, llenándolo completamente con este elemento. En esta proyección no se debe prestar mucha atención a la intensidad del calor, que se sentirá sin problemas, sino al hecho de que el elemento fuego es el portador del deseo que imaginativamente se le transpuso. Cuando tu deseo de fortalecer los ojos materiales y mantener el desarrollo del ojo astral ha sido transpuesto al elemento fuego, como en el caso de la experiencia de bloqueo de la luz, entonces debes proyectar este elemento a través del plexo solar, tus manos o incluso tu aliento, al líquido frente a ti. Si te das cuenta que la proyección no fue suficiente, puedes repetirla varias veces, pero no más de 7 o 9 veces.

Así, el condensador así preparado se convertirá en una esencia muy eficaz, ejerciendo un efecto beneficioso no sólo sobre la visión sino también fortaleciendo, vitalizando y desarrollando los sentidos astrales. Este condensador de fluido debe colocarse en una botella limpia y cerrada y almacenarse en un lugar fresco. La solución oftálmica se puede utilizar para fortalecer la visión o para su tratamiento mágico. En casos de debilidad visual severa, este líquido condensador se puede gotear en los ojos, ya que la combinación de las dos hierbas utilizadas en la preparación fortalece la visión y es antiinflamatoria. Pero para la práctica mágica, por ejemplo, para el desarrollo de los sentidos astrales, podemos utilizar un algodón envuelto en una gasa y comprimido en un tampón, o un pequeño trozo de lino puro, que sirve para el mismo propósito, por ejemplo, para humedecer. los ojos para ser utilizados como compresa durante la experiencia de vitalización ocular con luz.

Posteriormente, cuando los ojos astrales estén suficientemente desarrollados, las compresas empapadas en el fluido condensador ya no serán necesarias, y bastarán para atrapar la luz en los iris. Después de varias repeticiones, cuando el ojo físico ya se haya desarrollado lo suficiente a través de estos ejercicios con luz, sólo nos faltará centrar nuestra atención en el ojo astral y las ganas de ver con él. Las compresas también se pueden utilizar antes de ir a dormir, para que ejerzan su efecto de forma automática durante la noche; La única desventaja es que los ojos y párpados podrían volverse súper sensibles debido a la infiltración del elemento fuego, debido al uso continuo de la compresa. Por tanto, se recomienda utilizar estas compresas sólo durante el ejercicio. Se deben atar con un paño para evitar que se caigan mientras se realizan los ejercicios. Esta operación mágica debe realizarse sin la presencia de otras personas. Debemos intentar conservar la compresa y la esencia durante algún tiempo, para que no haya que renovarla de una experiencia a otra y no caiga en manos no deseadas, incluso de familiares.

Si el alumno realiza concienzudamente todos los pasos descritos, podrá, con este método, desarrollar su ojo clarividente de forma completamente inofensiva, en unos meses, o incluso con optimismo en unas semanas. También podrás seguir la práctica de todas las tareas y operaciones que aún enfrentarás en tu camino de evolución mágica. Sería imposible presentar resultados individuales de los métodos descritos, ya que son tan diversos y fenomenales, que dejaremos al mago mismo determinar hasta qué punto pretende desarrollar su capacidad de clarividencia a través del ojo astral. En cualquier caso, debemos advertirte que no te jactes de las capacidades adquiridas o, peor aún, las utilices para dañar a tus semejantes. Debes usarlos sólo para el beneficio de la humanidad. El tiempo y el espacio no serán obstáculos para él, y para su visión clarividente no habrá nada que pueda permanecer oculto.

b) clariaudiencia

El desarrollo mágico de la clariaudiencia astral

Este desarrollo se realiza casi en las mismas condiciones que el anterior. La capacidad de clariaudiencia astral consiste en escuchar voces incluso desde grandes distancias, y al mismo tiempo comprender varios idiomas. En un principio, esta capacidad se manifiesta a través de un pensamiento verbalizado, que proviene del interior de la persona, de la región del corazón o del plexo solar. Después de mucho ejercicio y la asimilación del hábito, la clariaudiencia se desarrolla tan completamente que comenzamos a captar todo con una audición supranormal, como si estuviéramos hablando normalmente con una persona.

Esta habilidad también es característica de todos los magos y sin ella no avanzaríamos en la magia. Por eso hay que darle tanto valor a la clariaudiencia como a la clarividencia, o visión astral, y no descuidar este ejercicio en modo alguno. Lo dicho sobre la visión astral, su uso y también las condiciones que pueden producir las manifestaciones patológicas, también se aplica a la clariaudiencia y la sensibilidad. De esto último se ocupará poco después.

Pasemos directamente a la práctica de la clariaudiencia; Para el siguiente ejercicio sólo necesitarás un algodón y un condensador de fluido. Haz dos bolitas con el algodón, del tamaño de tapones para los oídos. Sumérgelos ligeramente en el condensador y colócalos frente a ti. Tal como se describe en el caso del desarrollo del ojo astral, trabaje con el elemento aire llevándolo al cuerpo a través de la respiración pulmonar o de los poros. Todo el cuerpo comienza a parecerse a un globo lleno de aire. A través de la imaginación, transfiera al principio aire la idea de que éste producirá la capacidad de clariaudiencia en su cuerpo material y astral.

Cuando estés seguro de que el elemento aire se ha impregnado suficientemente de tu deseo y de tu imaginación, proyéctalo sobre los dos algodones a través del plexo solar, de las manos o del aliento, comprimiéndolo y conteniéndolo hasta el punto que adquiera el tamaño de las bolitas. Puedes impregnar mágicamente ambos pellets a la vez o uno tras otro, con la cantidad total de elemento. Esta experiencia depende básicamente de la firme convicción y creencia de que esta habilidad se desarrollará rápidamente en ti. Como fluido condensador puedes utilizar una infusión fuerte de manzanilla en agua destilada. Para 1/8 de litro deberás utilizar dos cucharadas de flores de manzanilla; Luego se filtrará la cocción y se guardará en el frigorífico, para que no se enmohezca. Un condensador mohoso no perderá su efecto, pero es antihigiénico.

Después de cargar estos dos algodones con el elemento aire, individualmente o al mismo tiempo, colócalos en la cavidad de tus oídos, cubriéndolos por completo. Luego transmite imaginativamente el principio de Akasha por toda tu cabeza, transpone tu conciencia a la región de tus oídos e imagina la capacidad de clariaudiencia absoluta. Imagine que el principio Akasha transferido a sus oídos produce inmediatamente el don de la clariaudiencia.

Después de un tiempo de meditación y concentración, disuelve nuevamente el principio de Akasha en el Akasha universal, retira los algodones de tus oídos y guárdalos bien para que no caigan en manos ajenas. Si esto sucede, debes preparar a otros. De lo contrario, simplemente sácalos de tus oídos para que el elemento aire retenido por la imaginación pueda disolverse nuevamente. Lo ideal sería utilizar nuevos pellets para cada nueva experiencia, cargándolos siempre de nuevo, si tenemos tiempo disponible para ello. Si deseas utilizar tu audición astral en cualquier experiencia, entonces transfiere sólo el Akasha, el tamaño de tu tímpano, al canal interno de tus dos oídos.

Después de un tiempo de práctica en este método, podrás utilizar la clariaudiencia para los fines deseados, en cualquier momento. Cuando ya no necesites esta habilidad, intenta convertir el principio Akasha nuevamente a su forma original, es decir, al Akasha universal. Mediante la introducción del principio Akasha en el canal auditivo, se influye y desarrolla la audición mental y astral, y mediante el elemento aire concentrado se logra la clariaudiencia física. Cualquiera que reflexione mucho sobre esto pronto encontrará la correlación y podrá comparar el proceso con el de la radio, donde el éter, el principio akáshico de la materia y el aire, desempeña el papel de transmisor de ondas sonoras.

c) sensibilidad

El desarrollo de la sensibilidad astral

Antes de pasar al desarrollo de la sensibilidad astral, consultaremos nuestro diario mágico y regresaremos a la época en la que nos preocupábamos en detalle por la introspección de las características buenas y malas. Según el espejo mágico podríamos saber qué características relacionadas con los elementos son predominantes en nosotros. La importancia de esta introspección deriva de que precisamente este predominio del elemento respectivo indica nuestro centro de percepción astral. Si el elemento predominante era el fuego, entonces el centro de percepción estaba situado en la cabeza, o mejor dicho, en la frente; en el caso del aire este centro era el corazón, en el caso del agua el plexo solar. En el caso de la tierra, el centro se ubicaba en las manos o muslos. Después de plantear así nuestro campo astral, pasemos a la práctica.

Proceder del mismo modo que en el desarrollo de los dos sentidos anteriores. Necesitaremos nuevamente un trozo de franela, lino o un trozo de algodón, ligeramente empapado en un condensador fluido. Esta última podría volver a ser una fuerte infusión de manzanilla. En este proceso, carga tu cuerpo con el elemento agua, a través de la respiración pulmonar y a través de tus poros, con el deseo de que este elemento provoque tu sensibilidad. Bajo el término sensibilidad entendemos la capacidad de sentir y percibir todos los fenómenos y fuerzas que ocurren en el Akasha y en los elementos, incluida la capacidad de psicometría, es decir, la percepción del pasado, el presente y el futuro de cualquier objeto. carta, etc.

También pertenece a esta clasificación la capacidad de materializar un pensamiento, o un ser, sin considerar si es un ser creado por nosotros o ya existente en el Akasha. Existen otras capacidades ligadas a la percepción y la sensación; que puede incluirse en la categoría de sensibilidad; Incluso la intuición tiene su origen en la sensibilidad. Estos pocos ejemplos deberían ser suficientes para dilucidar la capacidad sensible. La práctica en sí es la siguiente:

Después de represar el elemento agua por todo el cuerpo, a través de la respiración pulmonar y a través de los poros, cárgalo con la intensa imaginación de la capacidad sensitiva. Debes estar seguro de que el elemento es lo suficientemente fuerte como para despertar esta habilidad en tu cuerpo astral. Con la ayuda de la imaginación, extraer el elemento agua del cuerpo, a través del plexo solar, la frente, las manos o el aliento, y contenerlo en el trapo de franela o algodón empapado en el fluido condensador. Puedes repetir esta carga, pero no debes hacerlo más de 7 o 9 veces.

En este ejercicio no debes asumir tu posición habitual, sino tumbarte cómodamente en un sofá o en el suelo. La condición básica es permanecer en posición horizontal, solo hay que levantar un poco la cabeza. En el desarrollo de la sensibilidad astral no se utiliza directamente el elemento agua, sino únicamente la fuerza de atracción magnética del agua. El condensador de fluido debe colocarse en el campo de percepción determinado, antes del ejercicio, este debe practicarse, al principio, únicamente con los ojos cerrados. Luego imagina que todo tu cuerpo flota en el elemento agua universal, como si estuvieras en el punto central de la superficie de un océano infinito. Lo único que sientes es más agua. Esté muy alerta, ya que durante este ejercicio puede sentir mucho sueño. A pesar de todas las precauciones, no es imposible conciliar el sueño; Si esto sucede, despierta y trata de alejar el sueño con todas tus fuerzas, porque si esto se convierte en un hábito, te resultará difícil evitarlo.

A través de la imaginación descrita, transpórtate con conciencia al campo de percepción y piensa que la capacidad magnética del agua dentro de ti vitalizará incluso las porciones más pequeñas de ese campo y producirá sensibilidad astral. Debes imaginar la fuerza de atracción del agua con tanta intensidad que se convertirá en una realidad indiscutible. Cuando, a través de una larga meditación, estés seguro de haber vitalizado satisfactoriamente el campo de la percepción, entonces deja caer poco a poco la imaginación de esta agua universal, disuelve el elemento agua de tu cuerpo en el elemento universal, retira el fluido condensador, devolverle su elemento concentrado al elemento universal. Con esto habrá terminado el ejercicio. Cuando quieras utilizar este campo de percepción en la práctica, simplemente transpone tu conciencia a él y la habilidad se activará inmediatamente.

También debemos recordar que sería conveniente ejercitar diariamente el desarrollo de los sentidos astrales, la visión, el oído y la sensibilidad, hasta su total dominio, aunque tengamos poco tiempo disponible para ello. El éxito no tardará en llegar. Dejaremos de lado el desarrollo de los demás sentidos, ya que no son tan importantes para la práctica del mago. En cualquier caso, corresponde al alumno desarrollar estos otros sentidos a partir de los tres ejercicios presentados. Las capacidades que se obtienen mediante el desarrollo astral de estos sentidos son tan amplias que ni siquiera hace falta hablar mucho de ello. La alegría que uno siente con el éxito alcanzado es igual a la de un ciego que durante años no pudo ver nada, de repente comienza a verlo todo.

  • Instrucción Mágica del Cuerpo (VII)

Al dominar la proyección de los elementos hacia afuera, es decir, poder proyectar o hacer resaltar cada elemento a través del propio cuerpo o directamente a través del Universo, el mago podrá crear elementales para sí mismo y para los demás, haciéndolos útiles. Aparecerán seres que le servirán fielmente no sólo en el plano mental, sino también en los planos astral y material denso, creados respectivamente por el mago en forma mental, astral y material, o mejor aún, densificados. Ya me he referido aquí a la creación consciente de pensamiento o formas elementales. La diferencia entre un elemental y un elemental es que este último es creado a través de la imaginación y la fuerza de voluntad del mago, como función de una forma de pensamiento consciente, y generalmente sólo actúa, para sí mismo y para los demás, en el plano mental o físico. Por otro lado, un elemental es mucho más estable y penetrante en su acción, ya que está creado a partir de uno o más elementos. Sobre el acto en sí de creación o generación de un elemental, así como el respectivo proceso a utilizar por el mago, hablaré a continuación de manera muy esclarecedora y detallada, incluso citando ejemplos. La intuición desarrollada hasta ahora a través de las instrucciones presentadas será de gran utilidad al mago para que pueda desarrollar sus propias prácticas, según el objetivo que quiera alcanzar. Debido a su evolución ética, seguramente nunca se atreverá a crear cosas elementales con fines malvados, ya que el mundo invisible se vengará de él. Con el conocimiento del método de creación de elementales, el mago ahora tiene en sus manos una poderosa llave, con la que puede lograr todo lo que desee en el plano mental, desde el astral hasta el material denso. No debe olvidar que la responsabilidad de sus acciones debe recaer únicamente en él y no en la persona elemental producida. En manos del mago, los elementales son instrumentos obedientes, que siguen fielmente su voluntad y satisfacen cualquier deseo, sin considerar si los propósitos son buenos o malos.

Así como no podemos exigir al carpintero que produzca panecillos, tampoco podemos exigir al elemental, creado para un fin muy concreto, que cumpla una tarea para la que no fue creado. Por lo tanto, nunca debemos asignar dos o más tareas a un elemental, ya que no realizará ninguna de ellas de forma perfecta o fiable. Además, debemos considerar la analogía de los elementos. Sería un error contra las leyes producir un elemental que no estuviera en armonía con la analogía de los elementos. En la fantasía del mago no es necesario que haya límites para la forma de estos elementales, él puede elegir la forma que quiera, sea cual sea su intuición. Pero debe evitar elegir la forma de seres vivos o difuntos que conoce o conoció alguna vez, o con los que estuvo en contacto. Esto se debe a que fácilmente podría invadir el campo del cuerpo mental o astral de esa persona y causar graves daños. Además, existiría el peligro de que este elemental, debido a una inteligencia intrínseca, se volviera contra el propio mago y le hiciera daño grave en un momento imprevisto. El elemental podría vampirizarte, inducirte indirectamente a dormir, otras cosas desagradables por el estilo. ¡El mago debe tomar en serio esta advertencia! Además, no importa el nombre que se le dé al elemental. Recomendamos darles nombres menos comunes, ya que con solo decir su nombre los acercará más al mago. Al crear varios elementos, debemos anotar sus nombres, para no confundir u olvidar este detalle. En cualquier caso, no debemos revelar nada a nadie sobre estos elementales, ya que otro mago fácilmente podría utilizarlos para manipularlos.

La fuerza y ​​el efecto de un elemental dependen de su carga. Cuanto más fuerte sea la voluntad del mago, mayor será la proyección de los elementos hacia afuera; un elemental cargado con tal fuerza será mucho más efectivo para penetrar. Un elemento elemental puede condensarse con tanta fuerza que será visible incluso para el ojo menos educado. Un mago puede ordenar a este elemental que trabaje de forma visible o invisible, según su necesidad. La duración de la vida del elemental depende de la función para la cual fue creado, la cual debe determinarse al comienzo del acto de creación, ya que una vez completada la tarea se disolverá nuevamente en su elemento original a través de la imaginación del mago. Este proceso de disolución no debe olvidarse, pues debido a su instinto de autoconservación, una vez finalizado el trabajo el elemental tiende a independizarse, huyendo del dominio del mago y transformándose fácilmente en vampiro. El mago tendría entonces que soportar todas las consecuencias kármicas provocadas por un elemental de este tipo, transformado en vampiro. Por ello, debemos ser muy cuidadosos y responsables a la hora de trabajar con estos seres. Muchos magos determinan, durante el acto de creación, el tipo de disolución a utilizar en el elemental, cuando, por ejemplo, queman o destruyen su nombre, o utilizan algún tipo de ritual, signo, gesto o fórmula preparada previamente. Todo esto es válido, estrictamente individual y corresponde al mago elegir lo que cree mejor. En cualquier caso, hay que darle mucha importancia al proceso de disolución. Teniendo a los elementales en sus manos, puede obligarlos a obedecer en cualquier momento, amenazándolos con la disolución. En cualquier caso, debe convencerse de que tiene el poder absoluto para mantener a los elementales completamente obedientes y dominados. El mago verá que cuanto más fiel y lealmente le sirva el elemental, más se apegará a su maestro, disolviéndose mucho en contra de su voluntad. Pero el mago nunca debe dejarse llevar por este sentimiento, de lo contrario podría volverse dependiente de ese ser. Es recomendable darle al elemental una vida corta, y en caso de necesidad crear otros elementales con el mismo fin. Esto no quiere decir que debas crear un nuevo elemento cada semana para el mismo trabajo, pero sí es desaconsejable utilizar el mismo elemento durante muchos años para la misma situación.

Los elementos elementales que el mago pretende utilizar para su propio servicio pueden crearse proyectando los elementos a través de su propio cuerpo, y aquellos que utilizará en otras personas pueden crearse proyectando elementos extraídos directamente del Universo. El mago sabe que entre él y cada elemental existe un vínculo invisible que podría dañarse si creara elementales mediante proyección corporal, también para otras personas. Por qué sucede esto es algo que el propio mago puede explicar.

Ahora hablaremos del lugar donde permanece o se almacena el elemento. En Oriente, los elementales (llamados Yidams) son transferidos a los Kylichores o almacenados allí. Un Kylichor es un diagrama construido en piedra, correspondiente a un Yidam específico, al que ningún extraño tiene acceso. El mago educado no necesita un lugar separado para este propósito, puede mantener al elemental en cualquier punto de una pared, ya que sabe que este ser no está vinculado al tiempo y tampoco requiere una ubicación específica. Se sentirá tan bien en una pared como al aire libre. En la pared u otro objeto sólido de gran tamaño quedará aún mejor guardado, pues debemos evitar trasladarlo a lugares donde se aloja mucha gente. Si una persona ocupa el mismo lugar donde se encuentra el elemental, sentirá cierta inquietud, además de otras manifestaciones desagradables.

En el acto de la creación se debe determinar desde el principio cómo se llamará el elemental. Puede ser a través del nombre, pronunciado en un susurro o simplemente en el pensamiento, o mediante un movimiento de la mano, un gesto o un ritual. Esto queda a discreción del asistente.

Antes de describir la parte práctica, el acto real de la creación, debo señalar que el mago no necesita limitarse a esta única práctica. Es sólo una pequeña parte de la magia práctica y una indicación de cómo utilizar los poderes adquiridos. No debe limitarse a especializarse en ello, al contrario, después de dominarlo por completo debe explorar otras posibilidades que estén a su disposición. Esta parte de la magia solo se debe practicar al principio, luego quedará en manos del mago ayudarse a sí mismo o a otras personas, que en realidad es el objetivo de este tema.

Generación o Creación de Elementales

El acto de crear un elemental sigue cuatro métodos básicos:

1. La proyección de un elemento en una forma lista, que puede ser mental, astral o material.
2. La proyección de diversos elementos en una forma preparada, que también puede ser mental, astral o material.

3. La proyección de un elemento sin forma directa, que será creada únicamente a través del elemento de que se trate.
4. La proyección de varios elementos, que sólo crean una forma más tarde.

Explicaré estos cuatro métodos a través de ejemplos prácticos.

Método 1:

Toma un objeto cuya forma quieras atribuir al elemental y colócalo frente a ti. Puedes elegir, por ejemplo, una esfera, una esfera grande de madera o de cristal, compacta o hueca por dentro, da igual. También funcionará una pelota de goma grande de cualquier tipo. A través del poder de la imaginación, extrae el elemento deseado del Universo y transfiérelo a la forma elegida hasta que el objeto (la pelota de goma u otro) esté completamente lleno. Procede de la misma forma con cualquiera de los elementos con los que decidas trabajar, a excepción de Akasha. Siempre debes elegir el elemento que corresponda a tu deseo o idea. Repita esta proyección varias veces, siempre con la sensación de que cada vez la sustancia elemental está más estancada y comprimida.

Cuando estés seguro de que la represión del elemento es lo suficientemente fuerte como para satisfacer tu voluntad, imbuye a este elemental así preparado con la concentración del deseo u objetivo que pretendes lograr. Luego dale al elemental un nombre, sin el cual no podría existir, y también determina su vida útil, durante la cual tendrá que cumplir su misión. Si estás trabajando con el elemento fuego entonces habrás creado un elemental de fuego, que será una esfera de fuego. Si está hecha de agua, la esfera parecerá una esfera de cristal; si viene del aire, la esfera tendrá reflejos azulados, la de la tierra tendrá los colores de un puñado de arcilla. Observando todas las reglas, retira el elemental del objeto y envíalo a la misión que le fue asignada.

Antes de hacerlo, recomendamos que vuelva inmediatamente a su forma original una vez realizado el servicio. Con esto tendrás la posibilidad de controlar el elemento, sabiendo si ha completado la tarea satisfactoriamente, acercándote a la forma en cuestión con un péndulo sidérico. Si el elemento efectivamente ha vuelto a su forma original, en nuestro caso la esfera o la pelota de goma, el péndulo podrá confirmarlo mediante sus oscilaciones, ya que un elemento tiene una radiación magnética y eléctrica muy fuerte. La experiencia con el péndulo es muy importante, porque te dará la posibilidad de comprobar la efectiva ejecución de la obra. Posteriormente, con el desarrollo de tu madurez, podrás seguir el trabajo de tu elemental a través de la videncia. Si el péndulo no oscila, es señal de que el alumno de primaria aún no ha terminado el trabajo.

Al enviar al elemental a su misión, debes recordar que no conoce ni el tiempo ni el espacio, que no hay obstáculos para él y que en caso de necesidad podrá dar la vuelta a la Tierra en unos segundos. Debes estar seguro de que cumplirá tu deseo o ejecutará tu pedido dentro del tiempo previamente determinado; No debe tener la más mínima duda sobre el éxito de la misión.

Inmediatamente después de enviar al elemental, corta tu conexión con él como si estuvieras usando un cuchillo, dejando de pensar en él inmediatamente después de su partida. Puede que te encuentres en un estado de vacío total de pensamientos o desviando tu atención hacia otras cosas. En resumen, tendrás que olvidarte por completo de las cosas elementales; cuanto mejor puedas hacerlo, más libre y penetrantemente podrá actuar el elemental enviado. Cuando finalice el plazo para la tarea, compruebe con el péndulo sidérico si el elemento ya ha vuelto a su forma original. Si es así, podrás disolverlo de la forma descrita anteriormente, que como decíamos es completamente individual; podría ser quemar su nombre o realizar un ritual, o incluso deletrear su nombre al revés, en voz muy baja. La disolución también se puede realizar mediante la imaginación normal, del mismo modo que se recomienda para la proyección de los elementos. Si quieres, puedes utilizar elemental para la misma tarea de otra forma.

Si tu elemental no vuelve a su forma original después de finalizar el plazo impuesto, es decir, descubres que tu pedido no fue cumplido satisfactoriamente, llama al elemental para que realice otro represamiento mediante un refuerzo de la imaginación y la proyección de el elemento que se está utilizando, luego enviando al elemental nuevamente para cumplir su misión. Esta carga se puede repetir tantas veces como sea necesario para conseguir el efecto deseado. Esta repetición sólo será inútil cuando le asignes tareas elementales para las que no tiene suficiente fuerza o tensión. No debéis olvidar que el efecto de un elemental depende de vuestra madurez espiritual, por tanto de vuestra capacidad para densificar un elemento, además de vuestra voluntad, vuestra convicción y la emanación de vuestra fe, capaz de remover montañas.

Este método de creación de elementales es el más simple y fácil, y debe ser utilizado por el mago sólo en tareas simples, ideas e influencias bien definidas, que no requieren ninguna inteligencia excepcional, por ejemplo, transmitir un mensaje a una persona, pedirle protección en ocasiones ordinarias, etc. Como ya hemos observado antes, a través del elemental se pueden alcanzar objetivos mentales, astrales o materiales.

Del modo descrito aquí también se pueden crear seres elementales sin forma material. En este caso, debemos proyectar el elemento deseado en una forma de pensamiento, procediendo de la misma manera que en la forma material. Este tipo de creación elemental es más difícil, pero tiene la ventaja de poder transponer la forma a un lugar donde un cuerpo material no encajaría, por ejemplo, un rincón, una pared u otros lugares donde el encuentro con otras personas es inevitable. posible imposible.

Esta práctica ofrece muchas posibilidades al mago, y depende de su intuición ayudarle a decidir cómo y dónde utilizar los elementales creados; A través de un elemento puede, por ejemplo, pedir protección para su vivienda, pedir un entorno favorable, etc. Como todo conocimiento puede usarse tanto para el bien como para el mal, desafortunadamente esta práctica también puede usarse en obras perjudiciales o beneficiosas. Un vendedor puede, por ejemplo, crear un elemento que atraiga muchos clientes. Todas las casas embrujadas y cosas de este tipo, atribuidas a magos malignos, tienen su explicación en la generación consciente de elementales con fines malévolos. Un mago con intenciones nobles nunca se someterá a este tipo de práctica.

Método 2:

Aunque puedes elegir cualquier objeto para este método, como una pequeña estatua, un muñeco infantil, etc. y úsalo como formulario para tu primaria, aquí te presento una práctica secreta muy útil. Compra arcilla blanca o cera de abejas y haz lo siguiente:

Se toman 2/3 de arcilla por 1/3 de cera, y las partes no se deben considerar por su peso sino por su sustancia, es decir, para un litro de masa se deben usar dos tercios de litro de arcilla por un tercio. de litro de cera, para obtener la proporción correcta para la masa. Agrega un poco de agua tibia y revuelve la arcilla hasta que se forme una pasta espesa, luego agrega la cera ligeramente ablandada o derretida en caliente. Amasar bien hasta que la arcilla quede bien adherida a la cera. No debes agregar demasiada agua a la arcilla para que no se vuelva demasiado blanda y difícil de modelar. Si no encuentras cera de abejas auténtica, puedes utilizar otra sustancia similar, como sebo, estearina, parafina, etc. que se utilizan generalmente para hacer velas. Pero esto es sólo como último recurso, ya que la cera de abejas es mucho más ventajosa.

Con la masa muy compacta debemos modelar una figura, por tanto, esa forma que debe tomar el elemental. Si queremos darle al elemento la forma de una persona, entonces la masa debe tener esa forma. Mientras el muñeco aún esté tibio y suave, hazle un agujero perforándolo con un objeto puntiagudo o un clavo, desde la cabeza hacia los pies, es decir, más o menos a lo largo de la columna vertebral. Este orificio debe llenarse con un condensador de fluido y luego cerrarse, mientras el muñeco aún no esté seco, para que este condensador, si es líquido, no se salga. También podemos introducir el condensador cuando la figura ya esté seca y dura, y luego cerrar la abertura con cera derretida o una vela. El tratamiento con condensadores mágicos se explicará en un capítulo específico. Si el mago pretende crear el elemental sólo para sus propios fines, entonces debe cerrar la abertura de la figura únicamente con un trozo de algodón impregnado con unas gotas de su propia sustancia orgánica, es decir, su “materia prima”. Esto es Alfa a Omega, así que unas gotas de tu propia sangre o de tu propio semen. En nuestro caso bastaría con utilizar una u otra, pero si se pueden combinar las dos momias de primera el efecto es aún mejor. En el caso de un mago, una gota de su propia sangre tiene el mismo efecto. El algodón así impregnado debe introducirse primero en el orificio de la figura y luego impregnarse únicamente con el líquido condensador, antes de cerrar la abertura. Según las leyes de la magia, una figura de este tipo es la forma ideal para crear un elemental. El tamaño de la figura no es importante, pero cuanto más grande sea más fácilmente podremos hacer volar nuestra imaginación. Un mago competente puede trabajar perfectamente con una figura de unos diez centímetros de altura.

Sin embargo, si queremos crear un elemental como su respectiva figura para otra persona, entonces de ninguna manera debemos agregar nuestra propia materia prima al condensador de fluido, ya que de esta manera el mago correría el riesgo de sufrir algún tipo de daño. Dependiendo de la conexión mental, astral o material, la persona en cuestión tendría la posibilidad de influir en el mago directa o indirectamente, no sólo de forma benévola sino también de forma malévola. Por ejemplo, si una figura de momia preparada se colocaba en agua fría, el mago que la preparaba sentiría escalofríos; viceversa, si se colocaba en agua caliente, sentía fiebre. Hay otras posibilidades de efectos provocados por el encantamiento mágico, que no describiré aquí, para que el alumno no sea inducido a hacer el mal.

Naturalmente, el muñeco descrito aquí sólo puede cargarse con un único elemento para producir el elemento correspondiente, como explicamos en la presentación de este método, pero también pretendo describir en detalle la práctica del segundo método.

Toma la figura de cera con la mano izquierda y acaríciala con la derecha, como si quisieras revivirla. Con tu propio aliento, inhala el aire unas cuantas veces, como si quisieras sacar a la figura de su estado inerte y despertarla a la vida. Dale a tu elemental el nombre elegido, repitiéndolo varias veces. Incluso los magos de origen cristiano suelen bautizar la figura, como se bautiza a los recién nacidos, dándole un nombre durante esta ceremonia. Esta es la elección del mago y no es necesariamente importante. En cualquier caso, el mago debe asegurarse de que su elemental tenga un cuerpo completo con la forma de esta figura. Después de darle un nombre al muñeco, llena tu propio cuerpo con el elemento tierra, a través de la respiración a través de todo el cuerpo, proyéctalo hacia afuera a través de tu mano o a través del plexo solar, y llena la figura con él, comenzando desde los pies y avanzando hacia arriba. hasta la región de los órganos sexuales. En este relleno, el elemento tierra debe estar contenido dinámicamente en estas partes del muñeco. Debes concentrarte en enviar todas las características específicas del elemento tierra, como el peso, etc., a estas partes de la figura y tener la firme convicción de que permanecerán allí y surtirán su efecto. Proceder de la misma manera con el elemento agua, que debe proyectarse hacia la región del vientre del muñeco, así como con el elemento aire, que debe proyectarse hacia la región torácica y el elemento fuego, que debe proyectarse hacia la región de la cabeza.

Habiendo proyectado los cuatro elementos sobre la figura, con la ayuda de tu imaginación, puedes estar seguro de que has creado el cuerpo astral de tu elemental, que ha asumido la forma de un muñeco y puede emerger de él en el tamaño que determines. El cuerpo astral de tu elemental quedará ligado al cuerpo material, es decir, al muñeco, a través de un cordón invisible, tanto la vida como la existencia de ese elemental quedará ligada al cuerpo físico de ese muñeco; Después de realizar el trabajo para el que fue destinado, el elemental debe retomar la forma del muñeco y entrar en él, conectándose nuevamente a su cuerpo físico. Hasta este punto puedes repetir la experiencia varias veces, reforzando su efecto a través de una meditación profunda. Habiendo creado así el cuerpo astral de tu elemental, debes ahora crear tu cuerpo mental, haciendo lo siguiente:

Con la ayuda del poder de la imaginación, crea el cuerpo mental de la muñeca, extrayendo este cuerpo mental del material etérico más sutil y haciéndolo tomar la forma de la figura completa. Concentra en la cabeza del muñeco todas las propiedades del alma y del espíritu que deseas para él, profundizándolas a través de la meditación. No pienses en cualidades excepcionales, de esta manera podrás introducir en él las cuatro características específicas del espíritu: voluntad, intelecto, sensación (percepción) y conciencia, y también profundizarlas a través de la meditación. Después de asegurarnos de que su figura esté lo suficientemente cargada y sea completamente efectiva para realizar sus deseos o intenciones, pasaremos a describir la técnica del despertar de la vida en su forma elemental.

Extrae una gran cantidad de luz del Universo, represándola en tu mano, hasta el punto de que brille como el sol. Toma la figura con tu mano izquierda, extendiendo tu brillante mano derecha sobre ella, a unos centímetros de distancia. Exhala el aire caliente de tu aliento sobre la zona del ombligo de la figura y pronuncia su nombre en voz alta. Imagina que con cada respiración la luz de tu mano derecha se vuelve más tenue a medida que penetra en la muñeca. Desde el primer aliento debes imaginar que el corazón de la figura comienza a latir y su sangre comienza a circular. Esta imaginación debe ser tan fuerte que sientas la vida en la muñeca con tanta claridad que se convierta en una percepción física. En el séptimo aliento, la luz de su mano derecha se apagará por completo y habrá penetrado por completo en el muñeco; entonces la forma astral de la figura ya estará viva y pulsante. En la octava respiración debes imaginar que el cuerpo físico de tu figura absorbe el aire y comienza a respirar regularmente. En el noveno aliento di su nombre y al mismo tiempo dilo en voz alta:

"¡Vivo! ¡Vivo! ¡Vivo!" ¡El último hurra! debe pronunciarse con entusiasmo y con gran convicción, acompañado de la convicción inquebrantable de que el elemento deseado ha cobrado vida efectivamente. Debemos estar seguros de que, según leyes análogas de la naturaleza, un ser completo fue traído al mundo.

Luego de este procedimiento podemos seguir adelante, o envolver la figura en un trozo de pura seda para guardarla para su uso posterior. Todo el mundo sabe que la seda es la mejor sustancia para el aislamiento mágico. La figura debe guardarse en un lugar adecuado, fuera del alcance de otras personas. Cualquier trabajo adicional quedará a la imaginación.

Si quieres continuar, coloca la figura frente a ti e imagina que el cuerpo astral junto con el cuerpo mental del muñeco se desconecta de él. Deberías imaginar a tu elemental como un hombrecito completo, como si fuera un hombre normal visto a través de una lente cada vez más pequeña. También depende de usted determinar si debe ser hombre o mujer, dependiendo de la tarea que se le asignará. Lo mismo ocurre con la ropa, que será tu libre elección. Dependiendo de la tarea que tendrá que realizar, podrás conectarlo, a través de la imaginación, a un ritual predeterminado, para hacerlo crecer rápidamente, hasta el tamaño que desees. Instruye a tu elemental desde el principio, diciéndole que tome el tamaño correspondiente a tu deseo. De esta forma tendrás la posibilidad de encogerlo hasta que tenga el tamaño de un enano, o dejarlo crecer hasta convertirse en un gigante. También dependerá completamente de ti darle una forma bonita o un poco más fea, lo que dependerá del propósito para el que lo destines. Como todo el cuerpo astral y mental es independiente del tiempo y del espacio y no se deja retener por la materia, debes imbuir imaginativamente a tu elemental de esta característica desde el principio. Será conveniente para el mago conectar los importantes procesos de trabajo con el elemental a un ritual propio, creado por él mismo, porque después de mucho tiempo de trabajo este proceso deseado se vuelve tan mecánico que ya no necesitará usar su fuerza de voluntad ni tu imaginación, ya que el ritual en sí desatará la fuerza y ​​el efecto necesarios. Después de mucho tiempo de trabajar con el elemental, puede volverse tan denso, a petición del mago o incluso involuntariamente, hasta el punto de volverse visible a los ojos físicos no instruidos de otras personas. Pero siempre es mejor dejar que los elementales actúen de forma invisible; Esta condición también debe combinarse previamente con lo elemental, a través de la imaginación. Al principio, las tareas mentales pueden asignarse a las elementales, luego astrales y después de algún tiempo de uso, incluso tareas materiales, dependiendo del objetivo para el cual el mago las creó. Este objetivo o tarea debe transmitirse al elemental en el momento de su creación, ya que luego resulta más difícil dotarle de otras características. Es por eso que, incluso antes de crear este elemento, debemos realizar un plan escrito, donde se anotarán detalladamente todos los detalles. Nunca dejes que el elemental te domine, incluso cuando se vuelve tan fuerte que puede desencadenar efectos mentales, astrales e incluso físicos. Una vez finalizado el trabajo, siempre debemos devolverlo a su cuerpo -en nuestro caso la figura de cera- mediante el ritual correspondiente, no permitiendo nunca que el elemental ejerza su propia voluntad en ninguna empresa.

Una destrucción de la figura de cera, o una fuga del condensador de fluido, provocaría la muerte o descomposición del elemental. Al envolverlo en seda podemos estar seguros de que tu cuerpo astral no podrá salir ni entrar a tu cuerpo material, ya que la seda establece aislamiento. Es muy importante saber esto y también recordar el hecho. Cuando el elemental se separa del cuerpo, para ser enviado a algún lugar o realizar una tarea, éste debe estar libre, es decir, sin envoltura alguna. Si envolvemos al elemental en seda mientras su cuerpo astral aún está afuera, podría morir – o eventualmente disolverse – como el mago, que con su cuerpo astral fuera de su cuerpo físico, se vuelve vulnerable a ser tocado. . Esto ocurre porque al tocar el hilo de conexión entre tu cuerpo astral y tu cuerpo material se rompe. Por lo tanto, podemos ver que el elemental generado debe ser tratado de la misma manera que un ser humano común y corriente.

Si queremos disolver el elemental no debemos hacerlo de repente, ya que la fuerza liberada proviene del propio mago; Un revés repentino también podría perjudicarlo, pues su elemental tiene la capacidad de provocar fuertes efectos físicos que ni siquiera el mago podría dominar. En este caso, la disolución debe realizarse de forma paulatina. Debemos tener cuidado de no permitir que el elemental crezca demasiado hasta el punto de superar las fuerzas físicas, astrales y mentales del propio mago.

Recomiendo dos métodos para disolver el elemental. En cualquier caso, la disolución no puede ocurrir de repente, como quemar la figura de una vez sin descargarla primero, etc. Debemos recordar que en este elemental, generado en la forma descrita, hay una porción de nosotros mismos, la proyección de una parte de nuestro ser, cuya rápida destrucción resultaría en un fuerte revés mágico. Si el mago no está suficientemente protegido o no sabe defenderse mágicamente adecuadamente ante estos contratiempos, puede sufrir graves problemas de salud en su organismo, como, por ejemplo, enfermedades cardíacas, crisis nerviosas, parálisis de diversos tipos, trastornos mentales. , etc. Por eso en la magia el cuidado y la atención son fundamentales, debiendo seguir estrictamente las prescripciones y reglas presentadas. De esta forma no correremos el riesgo de perjudicar nuestra salud. Sólo una persona irresponsable, que no conoce las leyes y no las observa, puede causar daño a sí mismo o a otras personas. En cambio, alguien que tiene un carácter noble sólo hará el bien y logrará grandes cosas para la humanidad a través de la magia, pues nunca irán en contra de las leyes de la naturaleza o del espíritu.

El proceso de destrucción de un elemental es el mismo que ocurre con un ser humano, si no se ha elegido previamente un proceso específico, ya en el momento de su creación. Toma la figura e imagina el proceso respiratorio habitual del cuerpo astral. Siente cómo late tu corazón y cómo late tu sangre. Carga tu mano derecha con el Akasha, imaginándola en su color violeta oscuro. Proyecta este Akasha en el corazón de tu figura de repente, como si fuera un rayo. Entonces mataste a tu primaria. El corazón se detiene, la respiración se detiene. Extraer el cuerpo mental de la figura, porque mediante la proyección del Akasha se rompe la conexión entre el cuerpo mental y el cuerpo astral de la figura. Después de imaginar el cuerpo mental fuera de la figura, disolverlo también a través de la imaginación, como si fuera un vapor que se disolviera en la luz universal. Luego procede a destruir el cuerpo astral del muñeco, dejando que un elemento tras otro fluya imaginativamente hacia el Elemento Universal. Debemos comenzar con el elemento fuego de la cabeza de la figura, luego el elemento aire de su región torácica, el elemento agua de su región ventral y finalmente el elemento tierra de sus pies. Luego abra el orificio del muñeco de cualquier forma, si es necesario, incluso arrancándole la cabeza, absorbiendo luego el líquido condensador con un pequeño trozo de papel absorbente, que luego será quemado. El material del muñeco incluso se puede reutilizar, pero sería mejor destruirlo quemándolo o enterrándolo en un lugar aislado. Este es el procedimiento de destrucción normal.

A continuación describiré otro método, utilizado en el caso en el que el elemental estaba tan densificado al punto de realizar tareas físicas y ejercer efectos con tal fuerza como para volverse contra el mago y suplantarlo. Para protegernos contra contratiempos o astucias elementales, debemos seguir estrictamente las siguientes prescripciones:

Prepara un baño con agua muy caliente, tan caliente como puedas soportar. Métete en la bañera y siéntate. En tu mano izquierda sostiene la figura envuelta en seda. La mano derecha debe estar cargada con Akasha. Agita la envoltura de seda del muñeco con la misma mano izquierda, y en el momento en que la figura esté desnuda en el agua, dirige el rayo destructivo de Akasha hacia ella, llegando a su corazón. En el mismo momento, sumerge la figura en el agua imaginando que toda la fuerza, todas las capacidades, toda la vida irá pasando a tu cuerpo, tu alma a tu espíritu a través del agua. Este proceso es una forma muy efectiva de destrucción del ser generado, por eso es elemental. Tu cuerpo, alma y espíritu cobran vida en una medida soportable. La fuerza restante permanece en el agua y estarás protegido de un revés mágico. Sal de la bañera, sécate, pero deja el muñeco en el agua hasta que se enfríe por completo. La seda en la que estaba envuelto también se puede sumergir en agua; Ten cuidado de dejar que toda el agua se escurra por el desagüe o tírala, pero no dejes que nadie la toque ni la reutilice. Si tienes cierta clarividencia para notar que la figura todavía tiene un aura brillante, tírala nuevamente al agua caliente e imagina que los últimos restos de vida desaparecen con el agua. En agua caliente el muñeco se deshace y el condensador de fluido, por tanto el líquido, se mezcla con el agua caliente. Esta experiencia también se puede realizar aunque no se vea el aura de la figura, como medida de seguridad. Al menos estarás seguro de que toda la vida en el elemental será borrada. Quemar o enterrar lo que queda de la muñeca de seda; A través de esta operación el elemental será destruido para ti.

Antes de concluir la descripción de este método, me gustaría dar algunas indicaciones más muy importantes para la práctica del mago que trabaja con elementales. Como persona que nace con los minutos y segundos de su nacimiento y muerte predeterminados, también debes fijar estos parámetros para tu elemental en el momento de su creación, aunque dure algunos años. Por eso es buena idea anotar todos estos datos en un papel para no olvidarlos. Una vez que los elementales hayan sido generados y densificados para que podamos incluso hablar con ellos como si fueran personas reales, entonces deberás intentar convencerlos de que no destruyan a su creador, o incluso amenazarlos si esto sucede. Bajo ninguna circunstancia debes incumplir una promesa o una amenaza. Tarde o temprano podrías perder tu poder sobre el elemental, lo que se convertiría en tormento. Incluso después de que tus elementales te hayan brindado tantos servicios con lealtad e incluso te hayas apegado a ellos, asegúrate de tener la sangre fría para llevar a cabo su destrucción cuando llegue el momento de la muerte. Debes realizar el proceso de destrucción sin sentir piedad, como si estuvieras realizando cualquier otra operación mágica.

Fijar el momento exacto de la muerte de un elemental también es muy importante en caso de que suceda una desgracia y mueras antes de finalizar el período de vida establecido para él; así se destruirá a sí mismo cuando llegue el tiempo que habéis determinado. Aun así, existe la posibilidad de realizar el proceso de destrucción después de tu muerte, cuando estés en la esfera akáshica, si aún estás interesado en ello. No describiré aquí cómo se puede hacer esto, ya que iría mucho más allá del alcance de este libro. Como mago consciente, esto debería quedar claro automáticamente cuando estés en el plano astral. Si en tal caso un elemental no tiene una fecha de muerte predeterminada, seguirá existiendo durante cientos de años después de la muerte de su creador y siempre estará listo para revivir. Mientras tanto, podría transformarse en un fantasma escupidor, un “poltergeist” o un vampiro, y su creador en el Akasha, es decir, el mago, será el responsable de todas sus acciones.

Te preguntarás, después de todo, ¿cuántos elementales de este tipo o similares puede crear un mago? Esto depende completamente de ti, es decir, eres tú quien decide cuántos elementos necesitarás para lograr lo que deseas para ti y los demás. Algunos magos tienen multitud de elementales que les sirven y realizan fielmente todas las tareas para las que fueron creados. Así el mago puede tener, por ejemplo, elementos que le prevengan de cualquier peligro, otros que le protejan, otros que le transmitan mensajes, etc. Sería inútil describir todas las posibilidades, ya que todas son completamente individuales y dependen del deseo que el mago quiere ver cumplido. Las expresivas figuras, desde antiguos pilares hasta estatuas en los templos de los pueblos antiguos, encuentran su explicación en la magia de los elementales. Incluso la famosa leyenda del Golem, traída a la vida por el sabio rabino Law en Praga, quien supuestamente fue su creador, se relaciona con este tipo de generación de elementales. Sin embargo, en este caso la generación del Golem se llevó a cabo de forma ritual con ayuda de la Cabalá. Cualquiera versado en el misticismo cabalístico sabe estas cosas; pero la síntesis es la misma que la presentada en el método que acabamos de describir.

Método 3:

Antes de explicar la práctica de este tercer método, me gustaría señalar que es poco conocido y sólo lo utilizan unos pocos iniciados de Oriente. Por lo tanto, si un mago decide adoptarlo, naturalmente debe considerar de antemano todo lo que he descrito hasta ahora sobre la creación de elementales. Sobre todo debe trazar un plan de trabajo reflexionando mucho sobre el objetivo de crear la elemental, es decir, pensando mucho en su misión y teniendo una imagen muy clara de la misma. Además, debe considerar la forma que pretende elegir, según su intención de crear un ser femenino o masculino, o incluso doble. También debe elegir inmediatamente su nombre y escribirlo. No olvide determinar la vida útil del elemental, fijando exactamente el día y la hora de su finalización. Si es un elemental para uso propio, el mago debe cargarlo a través de la proyección de su propio cuerpo, y si el elemental está destinado a otra persona, entonces esta proyección debe realizarse directamente desde el universo. Luego deberá determinar cómo pretende llamar al elemental, ya sea mediante un ritual, una fórmula, un gesto o cualquier otro método; a lo que pretende conectarlo, ya sea a un muñeco –figura– o a algún objeto, un talismán o un pentáculo. También se debe elegir con antelación el lugar donde se guardará el elemental, para que este ser no entre en contacto con personas extrañas. Después de pensar detenidamente todos estos detalles y anotarlos en un papel, para tener una visión general de todo su plan de trabajo, el mago puede pasar a la práctica. En este tercer método describo un elemental generado a partir del elemento fuego, que el mago utilizará para sus propios objetivos.

Dibuja un círculo en una hoja de papel, con dos cuadrados superpuestos en el medio, obteniendo así un octaedro regular. Este octaedro representa el símbolo de los cuatro elementos en sus efectos positivos a negativos. El círculo en sí representa el principio general de Akasha; a partir de los dos cuadrados superpuestos se formaron los cuatro elementos. En medio del octaedro deberás dibujar cualquier signo, que será el símbolo del elemental. El papel utilizado para el dibujo debe ser tan grande que el elemento generado pueda quedar libre dentro del octaedro, por tanto sobre el signo. Este mismo diseño, con un diámetro de como máximo un centímetro, debe grabarse en un objeto redondo muy pequeño, preferiblemente en una pequeña placa de cobre, plata u oro –o cualquier otro metal–. Como último recurso, bastaría con un trozo de madera. La mejor opción sería grabar el diseño con un instrumento puntiagudo sobre una pieza plana de metal, especialmente cuando se trata de un artículo de mayor vida útil. Los lamas tibetanos que trabajan con esto llaman al dibujo grande “Gran Kylichor”, y al pequeño grabado “Pequeño Kylichor”, que en caso de necesidad llevan escondido consigo. En el Tíbet, el gran Kylichor no está dibujado sobre papel como en el caso que aquí presentamos, sino que está ensamblado con piedras recogidas en el campo, en un lugar aislado, inaccesible a la gente. La construcción del Gran Kylichor tiene ahora un diámetro de entre 3 y 4 metros. Pero para nuestros propósitos, sólo necesitamos dibujar el Gran Kylichor en papel, usando tinta, gouache o cualquier otro líquido que no se borre fácilmente.

Una vez que se completen los preparativos, podemos comenzar con la creación real del elemental. Siéntate cómodamente en tu asana habitual, desdobla el papel dibujado frente a ti y coloca el Kylichor pequeño exactamente en el medio del grande. Tan pronto como hayas soltado el pequeño Kylichor de tu mano, pronuncia el nombre elegido para el elemental. El pequeño Kylichor sirve como punto de partida y soporte para la proyección de los elementos. Inhala el elemento fuego a través de la respiración pulmonar y por los poros hacia tu cuerpo, impregnándolo de tu deseo o haciéndolo sólo más tarde, cuando sea proyectado hacia afuera, vitalizado por la imaginación. Para obtener resultados más rápidos, podemos emplear ambos métodos. Ahora proyecta el elemento fuego fuera de tu cuerpo por uno de los puntos de salida de tu cuerpo astral, conteniéndolo de tal manera que todo el contenido de tu cuerpo se comprima hasta transformarse en una pequeña chispa. Esta pequeña chispa de fuego o este elemento fuego comprimido debe ser encantado hasta la superficie del pequeño Kylichor, a través de tu voluntad o tu imaginación.

Repite esta experiencia al menos siete veces, humedece y concentra el elemento en la superficie de tu pequeño Kylichor, agrega una chispa más con cada repetición, para que aumente. Después de siete repeticiones la chispa habrá alcanzado el tamaño de una pequeña llama, similar a la llama de una vela encendida. Si el ejercicio es muy extenuante, puedes transferir la llama, con la ayuda del método de transposición de almacenamiento, al lugar que previamente elegiste para almacenar tu elemental. Se puede guardar en una pared o en cualquier otro lugar de acceso restringido. Luego retira el Kylichor pequeño del grande, guárdalo bien o, si te resulta más conveniente, llévalo contigo. El Kylichor grande también debe plegarse y guardarse. Llegamos así al final del primer trabajo.

La próxima vez, simplemente abre el Kylichor grande frente a ti, coloca el pequeño en el medio y llama al ser por su nombre; con esto pronto emergerá la llama en la superficie de tu pequeño Kylichor. Repite el proceso de proyección con el elemento fuego, aumentando el tamaño de la pequeña llama con cada represa. Después de bloquear una llama mediante este método, haciéndola alcanzar el tamaño y la altura elementales deseados, puedes transformar imaginativamente la llama en la forma deseada; De esta manera se completará la creación de tu elemental. Para obtener mayor intensidad del elemental, puedes cargarlo por más tiempo con el elemento fuego; cuanto más repitas la operación, mayor será la fuerza de acción de tu elemental. El proceso es el mismo descrito en los dos métodos anteriores, la carga debe realizarse siempre sobre el Kylichor grande, y la llamada se puede realizar mediante el ritual correspondiente o tomando el Kylichor pequeño y transmitiéndole la orden deseada. Este método se utiliza en el Tíbet, estas personas elementales se llaman Yidams. La destrucción de un Yidam se produce según el proceso indicado en los métodos 1 y 2, con la ayuda de la imaginación, suponiendo que no se haya determinado algún otro método, ensamblado y elegido individualmente. El uso de un elemento de este tipo es tan diverso que no puedo exponer aquí todas sus posibilidades.

Existen, por ejemplo, Yidams generados para el tratamiento de enfermedades, para transportar objetos, para transmitir mensajes de discípulos a amigos, para proteger al mago y advertirle de peligros inminentes, para influir en otras personas, etc., dependiendo de la necesidad de la persona que lo generó. Lo ideal es no darle a Yidam demasiadas tareas que realizar, sino crearle un único tipo de capacidad en un único campo de acción. Su vida útil debe estar bien definida, como ya hemos explicado en métodos anteriores. Depende de ti crear varios de estos Yidams. También debemos señalar que de esta misma manera también se pueden crear Yidams con los demás elementos e incluso con los cuatro elementos juntos; en este último caso el proceso sufre una pequeña variación, debemos iniciarlo con tierra, luego agua, aire y finalmente fuego.

Método 4:

En este método también puedes trabajar con un Kylichor grande y uno pequeño, como se describe en el método anterior, con la diferencia que debes imaginar, desde el principio, la forma definitiva del elemental deseado. Este elemental así generado estará listo rápidamente, sólo tendremos que profundizar en su fuerza y ​​el poder de su efecto mediante la repetición constante de la proyección de los elementos. Este método es más difícil, pero un mago experimentado que tenga buena imaginación podrá dominarlo rápidamente. En Oriente, los Yidams se crean de esta manera, y los retratos de demonios y dioses sirven como modelos para que la gente imagine sus formas. Todas las demás condiciones, como determinar el tiempo, cobrar, asignar un nombre, convocatorias, almacenamiento, campo de acción, objetivo, proceso de disolución, son las mismas que en los tres métodos anteriores.

Vitalización de la imagen mágica

En los cuatro métodos de generación elemental incluimos la vitalización de imágenes mágicas. De todos los rincones escuchamos historias de que las imágenes, especialmente en los lugares de culto donde hay imágenes de santos, estatuas, etc., irradian una enorme energía mágica e incluso realizan milagros en el cuerpo, el alma y el espíritu, cuando son veneradas para ser invocadas. a través de oraciones. La sagrada paz, tranquilidad y misticismo religioso que sienten los visitantes de iglesias y lugares de peregrinación es algo que todo el mundo sabe, por lo que no necesito entrar en detalles al respecto. Incluso las curaciones milagrosas en lugares sagrados, en parte probadas científicamente pero que en general siguen sin explicación, pueden atribuirse a la vitalización de imágenes y estatuas. La atmósfera excepcional que envuelve estos objetos los hace irradiar, creada por la atención y oración de miles de devotos y creyentes. Este tipo de vitalización de imágenes sagradas a estatuas es totalmente inconsciente. Pero desde un punto de vista mágico hay también una vitalización consciente de las imágenes.

La vitalización mágica consciente de las imágenes pertenece a los métodos de generación de imágenes elementales, ya sean comunes o sagradas. La síntesis es y sigue siendo la misma, lo que cambia es sólo la irradiación y el objetivo. Pero sobre todo debemos saber que no debemos vitalizar imágenes cuyo original aún vive. A través de la conexión simpática con su cuerpo, su alma y su espíritu, podríamos causar posibles daños al ser en cuestión, si creamos un ser igual, unido al original a través de un cordón secreto e invisible de simpatía. Tampoco se deben vitalizar imágenes que puedan fomentar actos impuros, como el acoso sexual, etc. En estos casos, mediante la vitalización de una imagen de este tipo, el mago corre el riesgo de evocar a un elemental que podría convertirse en vampiro, íncubo o súcubo. De esta manera tampoco debemos generar un elemental que sirva para satisfacer estas pasiones. Estas precauciones deben ser tomadas estrictamente por todos aquellos que pretendan dedicarse a la vitalización de imágenes, cuya práctica describiré:

Si eliges una pintura al óleo para tu vitalización, no hará falta un condensador fluídico, aunque contribuye a fortalecer y acelerar el proceso de generación elemental. Corta un trozo de papel secante o cartón del tamaño del cuadro enmarcado, sumérgelo en el condensador fluídico y déjalo secar bien. Una vez listo este pequeño medio auxiliar, abre la parte posterior del cuadro y coloca el papel con el condensador seco directamente sobre la parte posterior del cuadro, sin considerar si la pintura fue realizada sobre lienzo, seda, papel u otro material. Adjunte un trozo de papel normal con chinchetas o cinta adhesiva. Si desea reforzar la parte posterior del marco, utilice cartulina normal para que no entre polvo. De esta manera la pintura estará lista para la vitalización. Podemos dejarlo colgado en la pared o colocarlo frente a nosotros, sobre la mesa.

Con tu imaginación, crea entonces el cuerpo mental, que corresponda exactamente a la imagen elegida, en su forma y tamaño. Si este cuadro que tienes delante sólo reproduce una parte del tema, entonces tendrás que completar el resto mentalmente. Si tiene una pintura que es más pequeña que el tamaño normal requerido, por ejemplo una fotografía pequeña, deberá tener en cuenta esta condición al trabajar con ella. El resto del proceso es el mismo que se presenta en el capítulo sobre el segundo método de generación de elementales, en el que se utiliza una figura de cera o arcilla. Si has introducido imaginativamente la idea del cuerpo mental en la imagen, entonces transpónle las respectivas características del espíritu, que son: voluntad, intelecto, sentimiento y conciencia. Después de eso, imagina la envoltura del cuerpo mental, algo que también puedes hacer con la ayuda de tu imaginación. En esta envoltura debes concentrar las capacidades, el campo de acción, etc., todo lo que parece digno de desear. Si se trata de un elemental que será utilizado para otras personas, entonces no debes proyectar los elementos a través de tu propio cuerpo, sino eliminar el elemento en cuestión directamente del Universo. Cuando se trata de un cuadro que pretendes vitalizar para ti mismo, entonces será conveniente proyectar los elementos a través de tu propio cuerpo. Esto se aplica a un solo elemento, pero también puedes transponer los cuatro elementos para igualar el principio Akasha para tu pintura.

Si se quiere trabajar con todos los elementos, entonces se debe proceder, en este tipo de proyección, del mismo modo que cuando se crea una persona completa. Después de proyectar los elementos en tu cuerpo astral y darle cierta densidad al cuadro, llámalo a la vida. El método de evocar vida es el mismo que el prescrito en el método 2, para la figura de cera y arcilla. El método de disolución también puede ser el mismo, suponiendo que no haya preparado otro método individual de su elección. El mago hará bien en no dejar el elemental en el tablero, sino mantenerlo en la pared detrás del tablero, repitiendo muchas veces el proceso ya descrito. Después de vitalizar la pintura, el mago podrá dejar que el elemental salga de ella y lo utilice de la forma mostrada arriba. Pero si el mago lo deja en el tablero, entonces lo elemental puede volverse tan denso que será perceptible incluso para los no iniciados.

Hay que evitar dar publicidad a estas prácticas, lo mejor es mantenerlas siempre en secreto para que no caigan en manos de magos negros o hechiceros.

Estatuas, bustos, etc., pueden vitalizarse de la misma manera, pero luego hay que introducir de alguna manera el condensador fluídico en el busto; Si esto no es posible, podemos frotarlo externamente y luego dejar secar.

Usando algunos ejemplos, he presentado aquí un capítulo muy importante de magia práctica, que podría servir como base para otros métodos que el mago desee desarrollar más adelante. Pensé que sería conveniente presentar sólo estos cuatro métodos, cuyo uso ciertamente está muy claro para todos. Pero debo decir de antemano que el estudiante que no haya pasado por todas las etapas, trabajando a conciencia, nunca podrá generar un ser elemental auténtico, es decir, completo en todos los aspectos.

Resumen de todos los ejercicios del grado VII.

I. INSTRUCCIÓN MÁGICA DEL ESPÍRITU:
Análisis del espíritu en relación con la práctica.

II. INSTRUCCIÓN DEL ALMA MÁGICA:
Desarrollo de los sentidos astrales con la ayuda de los elementos y condensadores fluídicos. 

a) Clarividencia.
b) Clariaudiencia.
c) Sensibilidad.

III. INSTRUCCIÓN DEL CUERPO MÁGICO:

1. Crear elemental con la ayuda de cuatro métodos diferentes.
2. Vitalización mágica de las imágenes.

Fin del séptimo grado

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