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Sí, el satanismo es la religión de los fuertes. Sí, el satanismo es la doctrina de la autoaceptación. Sí, el satanismo es la forma del Yo – de pensar en uno mismo, antes que en todas las demás cosas. Pero no, no necesitas gritar a los cuatro rincones del mundo que eres satanista. En realidad, esto puede ir en contra del primer “pecado” satánico: la estupidez. Podrías perder credibilidad, ganar enemigos y perder oportunidades en la vida simplemente por admitir públicamente que eres parte de la religión más grande y fuerte de todos los tiempos.
No es necesario que todos tus conocidos sepan que eres satanista. No olvidemos que vivimos en el país católico más grande del mundo y que los cultos evangélicos están cada vez más extendidos. Nunca olvides eso, LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS TIENEN PREJUICIOS y te juzgará por los preceptos judeocristianos y los ejemplos de Hollywood sin siquiera querer conocerte antes. No respetan lo más importante del ser humano: su individualidad. Quizás sólo unos pocos sean dignos de conocer tu condición de satanista, tus mejores amigos, tu pareja amorosa y probablemente nadie más. Después de todo, en el satanismo eres tú quien importa, si sabes, aceptas y comprendes el hecho de que eres satanista y siempre estás buscando la superación personal, no hay necesidad de que nadie más en el mundo lo sepa. Ya lo sabes y eso es lo que importa.
Pero, como dije, si quieres, puedes contarle sobre tu viaje, por ejemplo, a tu mejor amigo y él podría estar interesado y luego puedes contarle todo lo que sabes. Así surgen nuevos satanistas. Surgen de unos pocos y de los fuertes y no de los gritos irracionales de un rebaño de ovejas.
Charles Baudelaire en sus “Letanías a Satán” escribió: “La mayor astucia del Diablo es convencernos de que no existe”. Y realmente hay una pizca de verdad en esta frase. La discreción puede ser el arma más poderosa de nosotros, los demonios, satanistas que somos. Es un tremendo error de Baja Magia (política/social) querer ganar enemigos sin razón, cuando tenemos la brillante oportunidad de ser el lobo entre las ovejas y disfrutar de todos los beneficios que esta posición puede traer.
Se podría argumentar que LaVey nunca ocultó que era satanista. Eso es verdad. Sin embargo, debemos recordar que LaVey vivía del satanismo. Participó en programas de televisión, dio entrevistas para radio y periódicos, apareció en revistas, dio conferencias y utilizó toda esa publicidad para vender sus libros, sus CD, conseguir nuevos miembros para su iglesia, pagando cada uno una cuota de entrada de 100,00 dólares estadounidenses. El satanismo era como una profesión para él y necesitaba que todos lo supieran para poder vivir. ¿Lo haces? ¿Necesitas esto? ¿Crees que una publicidad como esa hará tanto bien a tu carrera como a la de él? Así que adelante.
Pero no olvidemos que la discreción es análoga a la Sombra, así como el silencio equivale a la oscuridad. Para reforzar este punto quiero citar a mi noble hermano en Satanás, Lord Ahriman, quien en su libro Satanomicon escribió: “El satanista busca guardar secretos. Revelar tu intimidad, proyectar tus reacciones no añade nada y sólo causa molestias.
En primer lugar, porque la gran mayoría de las personas se preocupan por sus propios problemas y no se interesan por los de los demás, salvo de forma hipócrita. Entonces, porque la mayoría envidiará su objetivo y, en consecuencia, le enviará acusaciones perjudiciales. Entonces, cuando un secreto permanece con la persona, el poder es tuyo; si se revela, el poder pasa a manos de otros: cualquier cosa puede suceder”.
Por estas razones, un adherente no necesita salir gritando “soy satanista” en las calles. No es necesario que le digas a todo el mundo que encuentras lo que eres, a menos que su opinión sea realmente importante para ti o obtengas algo de ella. La verdad es que no es necesario que se lo cuentes a nadie. Puedes, pero no es necesario. Después de todo, no debería haber una persona más importante en el mundo que tú, no debería haber una opinión más importante que la tuya.
Morbitvs Vividvs es el autor de Lex Satanicus: El manual del satanista y otras Libros sobre satanismo.
