Leer en 2 minutos.
Este texto fue lamido por 150 almas esta semana.
Señor Ahrimán
La cuestión del masoquismo ilustrado es una de las más difíciles de entender dentro de la gnosis satánica. Antes de profundizar en este tema es necesario retomar la idea de ambivalencia, es decir, el trabajo consciente y responsable con ambas polaridades que impregnan nuestro ser.
“Los opuestos –sufrimiento y alegría, dolor y placer– están unidos, de manera simbólica, en el masoquismo. De esta manera se puede aceptar verdaderamente la vida y hasta el dolor se puede vivir con alegría. El masoquista, de una manera inquietante y fantástica, confronta y armoniza los mayores opuestos de nuestra existencia”. Esta lección está tomada de Adolf Gugenbühl-Craig, uno de los más grandes analistas junguianos, sobre el estudio de la Sombra.
Evidentemente, nadie en su sano juicio va a andar disculpándose por el dolor. Por otro lado, nadie en su sano juicio negará que el dolor forma parte de nuestra existencia. Comprender y trascender el dolor es una cuestión que ha desafiado a los filósofos durante milenios, pero nadie se ha molestado en aceptar y comprender el dolor de una manera intrínseca, es decir, meditativa.
Cuando LaVey dijo que en el altar del Diablo el dolor es alegría y la alegría es dolor, realmente comprendió la cuestión de la ambivalencia.
En Satanomicon cuento una experiencia con dolor. Pido permiso al distinguido lector para repetirlo 124 aquí. Una vez tuve un dolor de muelas enorme, en época de Carnaval, no tenía forma de buscar un dentista. Después de probar innumerables soluciones, incluidos los toques de acupuntura, tuve una idea. Decidí darle forma al dolor, la imaginé como un monje, hablé con ella, me hice amiga de ella, la invité a quedarse conmigo y así estuvimos en sintonía por unos minutos, cuando ella simplemente desapareció. Unos días después fui al dentista y solucioné el problema definitivamente.
Este hecho me enseñó que podemos hacer de la oscuridad de nuestro ser un inmenso aliado, aceptándola, mucho antes de conocer la teoría sobre la Sombra Jungiana.
El dolor existencial es lo que nos motiva a buscar significado para la existencia y para nosotros mismos. Sin este dolor, la persona no se molestaría en aprender más. El cristianismo, al establecer la noción de Cielo, hizo de la virtud el único modus operandi del ser; por tanto, elimina por completo el dolor existencial y, al hacerlo, impide que la persona amplíe sus horizontes y busque el gran secreto cósmico dentro de sí mismo.
El masoquismo ilustrado revela plenamente la cara productiva del masoquismo, es decir, es un masoquismo consciente, preñado de gnosis satánica, que desafía al ser humano a no permanecer pasivo ante la adversidad, sino a aceptar la negrura de su propio ser como factor de trascendencia. .
