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Percepción selectiva Es la tendencia que tenemos de ver y oír sólo lo que nos interesa. Este no es un comportamiento egoísta aislado, sino una peculiaridad natural de nuestro sistema nervioso. Nuestros cinco sentidos reciben información todo el tiempo sin interrupción, por lo que solo tomamos conciencia de una parte de estos datos, dejando el resto a un procesamiento inconsciente. Esto nos salva de escuchar el sonido de nuestra propia respiración y saborear nuestra propia lengua. ¿Alguna vez te has parado a pensar en cómo el cerebro humano es capaz de ignorar el ruido y concentrarse en un individuo en un lugar lleno de gente, música alta y conversaciones?
Desafortunadamente, ya no tenemos control sobre a qué debemos o no prestar atención. A veces olvidamos que la cremallera de nuestros pantalones está abierta, a veces ignoramos cosas mucho más importantes como señales de que su hijo usa drogas o que su matrimonio no va bien. Cuando ya no podemos ignorar estas ocasiones, nos despertamos de nuestro letargo y prestamos atención, pero llegados a este punto estás nuevamente soltero y tu hijo ha muerto por una sobredosis. El contexto social puede incluso hacer que se ignore a toda una clase de personas. Se llama invisibilidad social. Fernando Braga, en su maestría en Psicología Social de la USP, estudió a estas personas invisibles. En sus investigaciones siguió durante varios años a grupos de Garis. En su obra afirma: “No es ser ignorado, menospreciado, rechazado. Es peor: es como si ni siquiera te vieran; cómo no estar ahí; como “no ser”.
No sólo boicoteamos a Garis, frases como “Siempre conmigo”, “Siempre es así”, “No podría ser diferente” son signos de percepción selectiva. Pero no toda percepción selectiva es negativa. Esto les sucede tanto a los pesimistas que sólo notan las cosas negativas que les suceden, como a los optimistas que sólo ven el lado bueno de las cosas. En ambos casos se trata de un hack cerebral, una especie de ilusión. Los confiados ignoran un mal día, del mismo modo que el autosaboteador ignora un buen día.
La forma más común de percepción selectiva es el llamado Efecto Disco. Describe la capacidad del cerebro para centrar la atención en un único interlocutor en medio de una cacofonía de conversaciones y ruido de fondo. El efecto permite a las personas hablar en lugares ruidosos, como charlar en un concierto de música, haciendo posible hablar con un amigo mientras escuchan tocar a la banda al mismo tiempo, siendo capaces de ignorar otros sonidos en el entorno. Aun así, si en una fiesta alguien dice tu nombre en voz alta desde el otro lado de la habitación, todos los presentes lo notarán.
El sistema auditivo humano es capaz de ignorar la mayoría de los sonidos que reverberan el entorno, ya que llegan a nuestros oídos desde una dirección diferente a la del sonido al que estamos prestando atención. Nuestro sistema auditivo también puede cambiar la dirección de nuestra atención, pasando de una fuente a otra. El efecto discoteca ha sido ampliamente investigado y funciona mejor cuando la persona tiene audición en ambos oídos. Las personas que tienen audición parcial se sienten mucho más perturbadas por los ruidos y sonidos ambientales que aquellas que tienen ambos oídos sanos.
