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El clásico de la paternidad: Veneno

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Preludio: un poco de historia

Es saludable y común comenzar cualquier estudio a partir de las causas de lo que se comentará. Por ello, parece natural iniciar la serie de escritos y valoraciones musicales en torno a lo que, hoy en día, convencionalmente se denomina Black Metal atendiendo a su origen teórico.

Sin embargo, la tarea genealógica no parece tan fácil como podría imaginar un entusiasta precipitado o un frívolo interesado en el género. Fuera del Sentido Común histórico y “enciclopédico” del género hay infinidad de lecturas y perspectivas posibles, cada una de ellas alardeando de conocer la verdad innegable del primum movens [primer motor; primera causa] del estilo. Cada una de estas posiciones tiene sus propias justificaciones, evidencia alcanzable y argumentos conmovedores para estipular aquí o allá el primer punto de aparición del “Black Metal”. Por ello, es natural que, en esta breve e introductoria presentación histórica, se centre en exponer las principales “líneas de pensamiento” en este sentido para que, posteriormente, el lector se vea obligado a sacar sus propias conclusiones y posiciones ante lo que ha quedado expuesto..

A continuación nos proponemos explicar la opinión mayoritaria en este ámbito musical-historiográfico: La que sitúa a la banda inglesa “Venom” como la auténtica y genuina progenitora del Black Metal.

Clase 1: La clásica “paternidad”: “Venom

A finales de los años 1970, una cosa se podía inferir con seguridad en lo que respecta a la entonces naciente escena del Heavy Metal: El Diablo era un elemento estético muy fuerte y presente, pero como una figura ambigua. Véanse, por ejemplo, los siguientes versos extraídos de la canción Black Sabbath editada en LP por los homónimos e indiscutibles creadores del Heavy Metal:

“Gran forma negra con ojos de fuego.
Decir a la gente su deseo
Satanás está sentado ahí, está sonriendo.
Mira esas llamas hacerse más y más altas
¡Oh no, no, por favor que Dios me ayude!

“Una forma enorme y negra con ojos de fuego.
A la gente contando sus deseos.
Allí se sienta Satanás, sonriendo
Ver esas llamas ardiendo cada vez más calientes
¡Oh, no, no, por favor Dios, ayúdame!”
(nuestra traducción)

Aquí, claramente, lo que está en juego es una perspectiva de Satanás como un mero e inevitable “Señor de todo pecado y malevolencia”, que siempre desvía corporalmente a la Humanidad de su “camino natural” que en última instancia se dirige hacia Dios. Ciertamente, se puede argumentar que la oscura textura musical, la voz desesperada de Ozzy Osbourne (vocalista de la banda, en ese momento) y la aparente inexorabilidad de Evil en las letras nos harían creer que el grupo es pesimista y, en gran medida, hasta cierto punto, articulado con una perspectiva diabólica de la inmanencia. Sin embargo, incluso si se acepta esta perspectiva que tiende a infundir a los primeros álbumes de los años setenta de “Black Sabbath” tales tonos de pesimismo y “gnosticismo” en lo que visualizan como embrujado en la Existencia, sin duda, Satanás todavía se ve en el mosaico y Es asqueroso que el cristianismo lo haya construido a lo largo de los siglos, principalmente durante la Edad Media.

Captados por este escenario de naciente Heavy Metal y atracción estética por el satanismo imaginario, la tríada inglesa compuesta por el bajista/vocalista “Cronos” (Conrad Thomas Lant), el guitarrista “Mantas” (Jeffrey Dunn) y el baterista “Abaddon” (Anthony Bray) hacen su primer lanzamiento oficial bajo el nombre “Venom” (anteriormente la banda se llamaba “Guillotine”): “Welcome to Hell”.

A pesar de su filiación Heavy Metal y su aprecio común por los primeros grupos del género, “Venom” radicalizó e invirtió algunos paradigmas vigentes en ese momento dentro del género. Una de las principales inversiones estéticas ocurre precisamente en la relación lírica con el satanismo. La gracia misma de su debut, “Bienvenidos al infierno” (1981), ya marca la pauta de esta inversión antes mencionada. El infierno, dimensión refugio de Satanás y de su corte pecaminosa, se presenta acogiendo, saludando al Hombre que se revela ante él. Semejante saludo, sin embargo, no es algo jocoso ni capaz de transmitir un sentimiento pesimista. El infierno saluda a sus orgullosos Hijos de Satán, aquellos que, como se puede inferir en la canción del mismo nombre que abre el álbum, desean a Satán como fuerza positiva y pacificadora de la desesperación espiritual:

“Dejad de lado todas vuestras virtudes,
Deja de escalar las paredes,
Sólo firma tu nombre en el papel,
Nos lo pasaremos genial.

“Deshazte de todas tus virtudes,
Detén tu inquietud desesperada,
Sólo firma tu nombre en el papel,
Llegaremos a una culminación”.
(nuestra traducción)

Como revelan los versos extraídos, “vender tu alma” [firma tu nombre en el papel] representa el fin de la angustia metafísica [deja de escalar las paredes], purgándote de las asfixiantes “virtudes” cristianas [deja de lado todas tus virtudes]. y celebrarnos [nos divertiremos]. Por tanto, enredarse en las llamadas fuerzas de las tinieblas, desde la perspectiva de “Venom”, se traduce en una celebración y aceptación de uno mismo, de lo que constituye en oposición al ascetismo y al sufrimiento espiritual inventado del cristianismo. Así, el acercamiento a los llamados impulsos estéticos macabros de la Existencia, como en el caso de “Black Sabbath”, parece igualmente inalienable y permeado de una aguda inmanencia, sin embargo la forma en que se manifiestan es diferente. Lo satánico ya no es motivo de reacción, de sufrimiento para quien es un mero paciente, silencioso en acción secundaria, reaccionando ante la Vida siniestra. Ahora el hombre tiene la oportunidad de actuar, de convertirse en agente de una actitud primaria y afirmativa en una experiencia diabólica. Esta especie de tendencia existencial satánico-afirmativa, que se perpetuaría a lo largo de todos los lanzamientos del trío en su fase clásica (1981-1986), significó una nueva mirada a Satanás y temas relacionados dentro del Heavy Metal. Canciones como las llamadas “Hijos de Satán”, “Déjame en el infierno”, “En Liga con Satán”, “En Guerra con Satán” y muchas otras de esta época de mayor furor creativo de “Venom” vendrían a dar forma. la postura lírica de gran parte de la venidera escena blackster con su afirmación afectiva de Satán y de los suyos.

Otro elemento importante que “Venom” pone de relieve, quizás por primera vez en la escena metálica, es el uso de seudónimos infernales y paganos para los miembros de una banda.

  • Jeffrey Dunn asume el epíteto de “Mantas” – Ortografía incorrecta de la deidad etrusca “Mantus”, que era consorte de Mania y regente del inframundo en la Eneida del poeta romano Virgilio.
  • Anthony Bray se hace llamar “Abaddon– Según 9:1-11 del Apocalipsis de Juan, se comportan el rey de las langostas y el ángel del abismo. Por ello, comúnmente asociado en demonología como un “demonio destructivo”.
  • Finalmente, Conrad Thomas Lant es “CRonós” – Error ortográfico para el titán y tirano heleno “Cronus”, personificación de los efectos devastadores del Tiempo.

Con nombres tan macabros, infernales y paganos, el trío logra toda su vida artística generando, de esta manera, un sentimiento de alejamiento de sus vidas prosaicas, como si de alguna manera sus producciones artísticas representaran otro nivel de experimentación vital, un “doble-infernal”. ". En un análisis más superficial, los seudónimos también sirven como modo de presentación y muestra inmediata de lo que trata la propuesta estética e “ideológica” de la horda.

Este “autobautismo demoníaco” ejerce, dentro de la historiografía posterior del Black Metal, una fascinación quizás mayor de la que imaginaban Dunn, Bray o Lant cuando se declararon demonios y deidades oscuras. Las bandas, ahora vistas colectivamente como blacksters, perpetuaron esta práctica de “Venom” convirtiéndola en un lugar común y un sello distintivo del género a medida que sus componentes comenzaron a asumir gracias siniestras e infernales para sí mismos, como, por ejemplo, íconos como “Euronymous” de “Mayhem” y “Fenriz” de “Darkthrone”.

La contribución más publicitada, incuestionable y penetrante de “Venom” a la formación del Black Metal parece haber llegado de nombre. En su segundo álbum, “Black Metal” (1982), la banda marca irresistiblemente la historiografía del Heavy Metal, dándole una gracia al naciente género más satánico de la música heavy, clasificación que continuaría hasta el día de hoy.

Instrumental y líricamente, el grupo mantuvo en este álbum las mismas bases y adjetivos que su primer y anterior LP, pero, esta vez, la música era cruda, afirmativa-demoníaca y, como dice la letra del Black Metal, “contra todas las modas” [ Against the Odds] musicales gana, por primera vez, una definición que, con el tiempo, se convierte en un nuevo concepto para grupos aún más extremos, musicalmente hablando.

Aparte de los puntos fuertes de influencia mencionados anteriormente en la génesis del Black Metal, la verdad es que “Venom” poco más tuvo que ver, especialmente en términos de aspectos musical-instrumentales y vocales, con el naciente género. Su sonido se parecía más a un Motörhead más sucio o a un enfoque más violento del NWOBHM [Nueva Ola del Heavy Metal Británico], y, como lo demuestra el aprecio de bandas entonces jóvenes como “Metallica” y “Slayer” por “Venom”, su tono era más acorde con el recién surgido Thrash Metal que con lo que luego se entendió como Black Metal. Las ciertamente espectaculares y vanguardistas innovaciones ejecutivas de “Cronos” con el bajo eléctrico, arreglando el instrumento más como una guitarra que como un simple bajo de cuatro cuerdas, por ejemplo, tuvieron poco impacto en la revelación primordial del Black Metal. Deconstrucciones ejecutivo-instrumentales como las provocadas por Lant, tuvieron mucha más penetración en el nuevo tratamiento dado al mismo instrumento en los grupos de Thrash, que, con más técnica y racionalidad, supieron pulir la idea original de desterritorializar el bajo eléctrico. para ponerlo en un nuevo foco y cerrarlo.

Sin embargo, no fueron las voces ligeramente distorsionadas y monstruosas de “Cronos”, el cabello rubio entrecortado de “Mantas” o el instrumental más thrasher de “Venom” lo que causó su caída. El duro e irrecuperable golpe sufrido por el grupo en la segunda mitad de los años 1980 llegó con una serie de disputas internas durante la composición de su cuarto álbum, “Possessed” (1985), y la posterior disolución de la “trinidad satánica original” tras la gira Promoción del LP. A partir de ese momento, “Venom” se convirtió en una banda meramente contingente y ya no en la necesaria “máquina infernal” como lo fue de 1981 a 1986. En muy poco tiempo, “Venom” se convirtió en un grupo de mal gusto e incapaz de mantener una Formación sólida para un Delta-Tempo largo. La reunión de la formación original para una serie de espectáculos, uno de los cuales fue grabado en audio y vídeo en el pack “Second Coming” (1996) y un álbum de estudio, “Cast in Stone” (1997), resultó ser un procedimiento falsificado y efímero asumido por el mercantilismo que rondaba entre las viejas bandas de Metal con sus hipotéticos “regresos” de formaciones originales o llamadas “clásicas” en la segunda mitad de los años 1990 y principios del siglo XXI. “Venom” resultó ser una reliquia espectacularmente valiosa en el fantástico “Museo del Heavy Metal”, un participante activo inalienable en la creación de lo que hoy se entiende como Black Metal y, sobre todo, una triste historia de efímero estético-creativo.

Tarea de casa

Disfruta de la discografía recomendada antes de tu próxima clase. Deja tu opinión sobre estos trabajos en los comentarios de esta página:

1981 - "Bienvenido al infierno.” – El álbum fue reeditado en 2002 por Castle Music/Sanctuary con once increíbles bonus tracks de la etapa dorada de la banda, entre ellos, fabulosas demos y versiones alternativas de sus canciones, así como raras caras B.

 

1982 - "Black metal.” – El álbum fue reeditado en 2009 por Sanctuary con once extraordinarios bonus tracks de la etapa dorada de la banda. Entre ellas, fabulosas versiones alternativas de sus canciones, así como raras caras B. Para hacer este lanzamiento aún más atractivo, un número considerable de copias vino con un DVD extra que contenía un impresionante espectáculo de la banda en 1984 (“The 7th Date of Hell – Live at Hammersmith Odeon”) y tres vídeos promocionales posteriores.


1984 - "En guerra con Satanás.” – El álbum fue reeditado en 2002 por Castle Music/Sanctuary con ocho estupendos bonus tracks de la etapa dorada de la banda, entre ellos, fabulosas versiones alternativas de sus canciones, así como raras caras B.

 

1985 - "Poseído.” – El álbum fue reeditado en 2002 por Castle Music/Sanctuary con seis estupendos bonus tracks de la etapa dorada de la banda, entre ellos, fabulosas versiones en vivo y alternativas de sus canciones, así como raras caras B.

1986 - "Eine Kleine Nachtmusik.” – Grabado en vivo en dos shows diferentes de la gira “Possessed” (1985-1986) con la formación original.

Autor:RCZarco – Escola de Black Metal

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