Categorías
Magia del caos

Los enemigos nebulosos nacidos del autohipnotismo estancado – El Libro del Placer (10 de 12)

Leer en 2 minutos.

Este texto fue lamido por 53 almas esta semana.

La creencia natural es la intuición que obliga a creer a través de lo que se experimenta reaccionando y dominando alternativamente; todo debe asociarse a través de su emoción definida, simulada por quienes están en armonía; aquellos que no están de acuerdo pierden la persuasión y se inhiben. Entonces, a través de tu propio trabajo, la creencia es limitada y determinada para ti. La mayoria de nuestro aEstas consecuencias pueden derivar en un deseo subconsciente (de libertad) en conflicto con el hábito, una obediencia a un fatalismo inherente que se basa en acciones “buenas y malas” ya cometidas (en una existencia pasada) contra una moralidad preservada* (una moralidad elemental). o miedo a no gustar) y cuya reacción se expresa como espontaneidad, involuntariedad, autonomía, deliberación, etc., en cuanto llega la ocasión. El resto se debe a una doctrina moral tradicional conflictiva que se volvió constitucional (adoptada parcialmente para regir y regular esta reacción). En su origen, una idea de lo que entonces era convenientemente bueno y malo…. Maximizar el placer mediante un compromiso arbitrario de abstenerse y realizar el deseo temido. Asimilados por el engaño de su origen divino, sus dogmas son recompensa por la obediencia y castigo por la transgresión, ambos válidos para siempre (en este mundo y en el otro). Este código moral es una parodia dramatizada de la facultad conceptual, pero nunca es tan perfecto o simple que permita excesiva libertad para cambios en cualquier dirección, de esta manera se disocia de la evolución, etc... y este divorcio pierde toda utilidad. y, por tanto, necesidad para su propia conservación y la armonía deseada, desarrolla contradicciones o una complicación para dar afinidad.

 

Transgrediendo sus mandamientos, la deshonestidad nos muestra su iniquidad, para nuestra justificación; o simultáneamente creamos una excusa o razón para pecar a través de una distorsión del código moral, que permite alguna incongruencia. (Suele conservarse algunos pecados imperdonables y una ley no escrita). Esta confesión negativa es un racionalismo disfrazado que permite excusas adventicias... un proceso de autoengaño para satisfacerte y persuadirte sumariamente a la probidad.¿Quién de nosotros tiene alguna excusa excepto el amor propio? No creamos ni confesamos una moral que sea conveniente, que conduzca al crecimiento y que siga siendo simple, que permita la transgresión sin excusa ni castigo. Sería sabio y sensato que así fuera, cualquiera que fuera el estado de las cosas en tu mente. La naturaleza finalmente niega lo que esto afirma: mediante la asociación permanente con el mismo código moral ayudamos al deseo a transgredirlo. Se niega el deseo de estas cosas, cuanto más se restringe, más se peca, pero el deseo igualmente desea la preservación del instinto moral, por lo que el deseo es su propio conflicto (y bastante débil). No tengáis miedo, el Toro terrenal ya no tiene nada que ver con su conciencia contaminada, con sus estancadas ideas de moralidad. El microbio solitario parecería valiente.

Deja un comentario

Traducir "