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Las ideas del Yo en conflicto no pueden ser asesinadas, a través de la resistencia son una realidad; ninguna Muerte o ingenio las ha vencido, pero es su refuerzo energético. El muerto renace y reposa nuevamente en el útero de la conciencia. Ceder a la madurez es declarar decadencia cuando es por la no resistencia, es una regresión a la simplicidad primordial y el paso a lo original es la unidad sin la idea. De esta idea germina esta fórmula de no resistencia”. No importa, complácete a ti mismo”.
La concepción de “yo no soy” debe necesariamente seguir a la concepción de “yo soy”, por su gramática, así como seguramente en este mundo de tristeza la noche sigue al día. El reconocimiento del dolor como tal implica la idea de placer, y así ocurre con todas las ideas. A través de esta dualidad, que recuerde reír todo el tiempo, reconocer todas las cosas, no resistirse a nada; entonces no hay conflicto, incompatibilidad o compulsión como tal.
