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La energía producida por el hombre llamada Telergia en el universo parapsicológico puede, en muchas situaciones y en determinadas circunstancias, producir luminosidad involucrando al cuerpo. Este fenómeno de producción de luz se conoce como fotogénesis.
Los psíquicos activos que realizan los fenómenos PSI con mayor facilidad y capacidad de agudeza visual, ven esta luminosidad casi siempre como una niebla, una especie de humo blanquecino. Considerado la avalancha de las más fantasiosas supersticiones, difundidas por todos los medios de comunicación, principalmente por la televisión, que, sin duda, ha enriquecido a muchos inteligentes especuladores, es lógico que este fenómeno constituya un fuerte elemento sugerente, impactante como “ luces del más allá”.
Sin duda, como el desconocimiento sobre los fenómenos PSI es aún muy grande, las personas se ven inducidas al engaño y, en consecuencia, sugeridas y dominadas psíquicamente más por el miedo a una posible “mala conducta”. Es todo muy triste y, por qué no decirlo, vergonzoso.
La fotogénesis, de fós, pós, luz y génesis, producción, siempre preocupa a la gente porque se la trata con características supersticiosas. Todos los investigadores parapsicológicos siempre han encontrado muchos trucos en la “producción de luces”, ya que diversos materiales y dispositivos se prestan a engaños.
Los llamados “fuegos de San Telmo”, los “fuegos fatuos”, comunes en pantanos, vertederos, cementerios, lugares de materiales putrefactos, favorecían ya las leyendas más escandalosas y las concepciones supersticiosas más exóticas.
Por supuesto, de ninguna manera se identifican con la Fotogénesis, pero sin duda alimentaron y siguen alimentando las más variadas supersticiones. El fenómeno luminoso producido por el hombre, la Fotogénesis, que involucra a su cuerpo es, por tanto, la exteriorización más destacada de la telergia, la energía del propio hombre, transformada en luminosidad.
Profe. franceschini
