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Una famosa leyenda urbana está relacionada principalmente en Brasil con esta serie de pinturas de una colección de 27 obras pintadas por el italiano conocido como Giovanni Bragolin, entre las décadas de 1970 y 1980.
Cuenta la leyenda que como nunca había logrado vender un cuadro en su carrera, el pintor italiano Bruno Amadio decidió hacer un pacto con el diablo. Bruno empezó a utilizar el seudónimo de Giovanni Bragolin y ya no pintaría niños felices. Comenzaría a retratar a niños llorando, debido a circunstancias subliminalmente retratadas en el propio cuadro. Más tarde, arrepentido, habría rogado a todos que destruyeran sus obras, lo que sólo traería desgracias a sus propietarios. Confesó que algunos niños retratados tenían las pupilas dilatadas porque estaban muertos, eran niños reales, desaparecidos de sus familias y enviados a Satanás. También se afirma que huyó a España después de la guerra y utilizó a niños de un orfanato local (luego incendiado) como inspiración para las pinturas. También existe otra leyenda que cuenta que un bombero informó que en los incendios ocurridos en Inglaterra en los años 70, extrañamente los cuadros no ardieron. Un periódico de la época, The Sun (famoso por sus historias sensacionalistas y poco realistas) confirmó la historia. El diario decía que se trataba de pinturas satánicas fruto de un pacto demoníaco del pintor Giovanni Bragolin. La gente escribía al periódico informando sobre las tragedias que ocurrieron después de la adquisición de tales pinturas, grupos los quemaron en hogueras, una histeria colectiva se apoderó de la gente en Europa. Por supuesto, todas estas declaraciones no provienen de fuentes fiables, que simplemente las califican de rumores.
La vida de Bragolin fue ciertamente controvertida. No existen sitios web que indiquen de forma clara y convincente dónde nació, de quién fue hijo, dónde pasó su infancia. Lo único que se sabe es sobre su misteriosa leyenda urbana.
La observación analítica de las pinturas ha dado como resultado varias “visiones” que revelarían la naturaleza macabra de las pinturas: niños en momentos de dolor, mutilados o incluso muertos.
El autor de estos cuadros, hace muchos años, decidió ir al programa “Fantástico”, de la Rede Globo, y revelar la verdad escondida en sus cuadros. Dice que nunca había vendido un cuadro en su vida y por eso decidió hacer un pacto con las “fuerzas del mal”, y que estos cuadros trajeron a los hogares de quienes los adquirieron, muchas cosas negativas como malos augurios, fluidos negativos, enfermedades. El autor pidió entonces a quien tuviera estos cuadros en casa que los destruyera, ya que se arrepentía de lo que había hecho. Para ver lo que se esconde en los cuadros basta con darles la vuelta y ver las más diversas muertes... en muchos encontramos niños con las pupilas dilatadas, es decir, estaban muertos cuando fueron pintados.
