Leer en 3 minutos.
Este texto fue lamido por 112 almas esta semana.
Por Diana Rajchel
Pagano, para muchas personas, significa “adoración a la naturaleza”. He conocido a muchos que resuenan con esta definición y veo de dónde vienen. Pero como alguien a la vez pagano y felizmente urbano, me gustaría aprovechar esta oportunidad para explicar por qué defiendo una definición más inclusiva de ciudad.
Para aquellos que ven pagano como un término general para múltiples religiones, reconocemos que algunas de estas religiones se centran mucho más en la vida humana diaria, especialmente en la gobernanza y las actividades comunitarias compartidas. El helenismo y la Nueva Roma ciertamente tienen aspectos de lo urbano dentro de sus reconstrucciones; Aquellos de nosotros que tenemos una relación menos estructurada con lo divino, tendemos a ver lo inmanente en todas partes y no sólo en un desierto prístino. Esto no significa que quienes practican la magia urbana ignoren las fuerzas naturales: la Madre Naturaleza puede devorarnos en cualquier momento y en cualquier lugar, cuando esté lista. No lo hemos olvidado. Simplemente recordamos que los antiguos también apreciaban las comunidades urbanas que construían.
Estos aspectos que celebraban los antiguos reflejaban los valores de su cultura. Las culturas agrícolas y pesqueras tenían dioses adjuntos; las ciudades de los muertos se centraban en las deidades de la muerte, y las ciudades comerciales tenían panteones de deidades relacionadas con el comercio. Un ejemplo famoso de esto: la diosa Atenea, que todavía hoy es adorada, es una diosa de la sabiduría. Atenea es también la santa patrona de Atenas, Grecia; es urbana en espíritu y naturaleza. Los paganos modernos aman su naturaleza y honran a deidades como Apolo, un dios de la música, la alegre pansexualidad y la curación. Es a la vez una fuerza de la naturaleza (el sol) y conlleva muchos aspectos desarrollados cuando los humanos comenzaron a crear comunidades intencionales. Las ciudades fueron la primera protección. Si bien el arte y la exploración ciertamente precedieron a las ciudades, las ciudades y sus templos adjuntos se convirtieron en parte de la preservación y elevación de estas prácticas. Hasta el día de hoy, los artistas se reúnen especialmente en las ciudades, porque es allí donde se encuentran con otros para formar sus comunidades.
Esto no quiere decir que las ciudades tal como las conocemos ahora se parezcan a las ciudades pobladas por los antepasados de los paganos modernos. La población humana era menor y las ciudades antiguas más pobladas apenas podían superar lo que en los tiempos modernos se considera una ciudad de tamaño mediano. A pesar de tener poblaciones más pequeñas, los humanos se apiñaron más, lo que provocó graves problemas de contaminación y enfermedades.
Si bien las conversaciones que llevaron a tales decisiones se pierden en la historia, según lo que saben los historiadores, las primeras ciudades se fundaron estableciendo un templo a un dios que se alineaba con los valores de esa cultura. Este dios se convirtió en el espíritu de la ciudad (y en ocasiones también era el espíritu de la tierra). El templo sirvió como un todo: sala de reuniones, hospital, lugar de culto, centro de artes y, con la invención del dinero, un banco. Para muchas de estas comunidades, la presencia de algún tipo de conciencia urbana era simplemente un hecho, y la actividad del templo alimentaba esta conciencia colectiva a un ritmo constante.
El paganismo siempre reverenciará la naturaleza; después de todo, la naturaleza sólo es conquistada temporalmente. Pero honrar a lo urbano también es bastante pagano; Al hacerlo, honramos a nuestros antepasados y a quienes crean nuestro mundo en el aquí y ahora. Lo urbano no excluye en modo alguno lo natural.
¡Nuestro agradecimiento a Diana por su publicación invitada! Para obtener más información de Diana Rajchel, lea su artículo “12 minihechizos que las brujas de la ciudad pueden usar para facilitar la vida en la ciudad”.
fuente:Las raíces paganas de la magia urbana (más o menos), de Diana Rajchel.
COPYRIGHT (2020) Llewellyn Worldwide, Ltd. Todos los derechos reservados.
Texto adaptado, revisado y enviado por Ícaro Arón Soares.
