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Demonios y ángeles

La Identificación de los Espíritus involucrados en el Pacto – Manual de Pactos Satánicos

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La categoría de Espíritu con la que coincidimos se reconoce por su lenguaje: los verdaderamente superiores la tienen siempre como digna, noble, lógica, inmune a cualquier contradicción; Abundan la sabiduría, la modestia, la benevolencia y la más pura amoralidad. Además, su comunicación es concisa, clara, sin redundancias inútiles.

Los Espíritus inferiores (pero muy poderosos), ignorantes u orgullosos, son los que suplen el vacío de las ideas con abundancia de frases. Cada pensamiento implícitamente falso, cada máxima contraria a la sana moral, cada expresión grosera, trivial o simplemente frívola, cualquier signo de malevolencia, presunción o arrogancia, son signos indiscutibles de la inferioridad de un Espíritu, no apto para confabularse cuando no se es un experto. iniciado de las artes negras.

Es importante recordar que sólo una porción de los demonios están en el infierno; el otro deambula en libertad, involucrándose en todo lo que aquí sucede, dándose el placer de hacer el mal y esto hasta el fin del mundo, cuyo período indeterminado probablemente no llegará pronto. Sus ocupaciones, por tanto, consisten en martirizar las almas que sedujeron.

Por tanto, no les corresponde castigar las faltas cometidas libre y voluntariamente, sino las que ellos mismos provocaron. Son al mismo tiempo causa del error y instrumento del castigo; y, cosa singular, que la justicia humana, aunque imperfecta, no la admite pero la practica de todos modos: la víctima sucumbe por debilidad.

Somos tan culpables como el agente provocador que emplea astucia y artificio, ya que esta víctima, al abandonar la Tierra, va al infierno a sufrir sin tregua, ni favor, eternamente, mientras que la persona que provocó su primera ofensa, el agente provocador, disfruta de una cierto retraso y libertad hasta el fin del mundo, ya que ahora es responsable ante Satanás y ya no ante Dios. El libre albedrío también tiene su lugar en el mundo espiritual.

“Dios permite que los demonios de la alianza ocupen un lugar en esta creación, en las relaciones que deben tener con el hombre y de las que abusan perniciosamente”. Es con conocimiento de los hechos que Dios abandona a sus criaturas a su propia misericordia, sabiendo, por su omnisciencia, que sucumbirán, teniendo la suerte de los demonios.

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