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Gorgias

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6 (en griego antiguo: Γοργίας; Leontinos, aquí. 485 aC: Larisa, ca. 380 a.C.) fue un retórico y filósofo griego, nacido en Leontinos, Sicilia, parte de la primera generación de sofistas.

Durante el período griego arcaico (800 a. C. a 500 a. C.) observamos que las transformaciones económicas de Atenas condujeron a una serie de conflictos políticos entre los aristócratas tradicionales y otros grupos de la sociedad ateniense. Los comerciantes ricos, los artesanos, los pequeños terratenientes y los ciudadanos endeudados exigieron la expansión de la participación política o la violación de las antiguas leyes que beneficiaban estrictamente a los sectores más ricos de la población de Atenas.

En este contexto, los reformadores Drácon y Sólon tomaron medidas que allanaron el camino para el cumplimiento de gran parte de estas demandas. La adopción de leyes, el fin de la esclavitud por deudas y la reorganización de las asambleas fueron puntos significativos en este proceso de transformación. Sin embargo, estas transformaciones afectaron directamente a los intereses de los eupátridas, un grupo social de la Antigua Grecia que ocupaba altos cargos, constituyendo la nobleza de la región del Ática (correspondiente a Atenas y regiones circundantes). En griego, el término significa algo así como “aquellos bien nacidos”, o “aquellos de padres nobles”, aunque no responden fácilmente a los defensores de cambios políticos más profundos.

Fue en este contexto que aparecieron gobiernos tiránicos en la ciudad-estado de Atenas.

El primero en llegar al poder fue Pisístrato (561 – 527 a.C.), que gozaba de gran prestigio entre las clases populares de la región. Durante su gobierno impuso la división de las grandes propiedades y el reparto de tierras a quienes tenían pocas posesiones. Además, estableció varias obras públicas que proporcionaron empleo a los atenienses y organizó varios eventos deportivos y religiosos. Con la muerte de Pisístrato, el gobierno ateniense pasó a manos de sus hijos Hipias e Hiparco. Sus gobiernos siguieron un tono moderado, sin muchas acciones de impacto. Sin embargo, en el 514 a.C., la muerte de Hiparco a manos de un aristócrata acabó provocando que Hipias emprendiera varias acciones de persecución contra las élites de la ciudad. Su comportamiento acabó provocando su expulsión de Atenas en el 510 a.C.

Posteriormente, Iságoras asumió el papel de tirano, restableciendo los antiguos privilegios de los aristócratas atenienses. Sus acciones terminaron provocando una reacción violenta de la gente de la ciudad. Con el objetivo de permanecer en el cargo, Iságoras llamó a los espartanos a intervenir en la ciudad, pero acabaron siendo expulsados ​​por los atenienses. En esta nueva situación de conflicto, el aristócrata Clístenes Alcmeonida acabó movilizando los apoyos necesarios para su ascenso al poder con el objetivo de desarrollar un orden político democrático en la ciudad.

En tiempos de Gorgias, el mundo griego vivía otra transición: la palabra ya no era una prerrogativa divina, un don concedido por las musas a través de reverencias: basileus (la palabra griega para “soberano” que, en un principio, se utilizaba para identificar a cualquier rey en las regiones helenófonas del Imperio Romano (también se utilizó en relación con los emperadores del Imperio Sasánida), poetas, adivinos, sacerdotes, y comenzó a ser examinado y manipulado desde otro ángulo muy cercano a la téchne. El paso de la oralidad a la escritura se difunde y la retórica, como uso racionalizado de las palabras, se vincula más al momento de la escritura que a la oralidad, ya que el hablante no habla inspirado por las Musas, sino según reglas previamente aprendidas, pensadas. elegido.

En los siglos V y IV a.C., el sistema político ateniense tenía como uno de sus pilares el uso público del lógos – lógos reúne cuatro significados principales en una sola palabra: (1) lenguaje; (2) pensamiento o razón; (3) norma o regla; (4) ser o realidad íntima de algo – por cada ciudadano en asambleas y tribunales que tenía el poder y el deber de expresarse sobre los problemas de la ciudad. Así, el logos constituye un factor primordial de igualdad entre los ciudadanos como factor principal para las decisiones políticas.

Todo ciudadano tenía derecho a hablar en las asambleas y defenderse en los tribunales, y los más persuasivos se destacaban e hacían prevalecer sus puntos de vista mediante buenos argumentos aprendidos según ciertas técnicas del buen hablar. Una sociedad así se convierte en un terreno fértil para el estudio de los poderes y límites del pensamiento-decir argumentativo (lógos) y, así, los griegos se apropiaron del logos como una fuerza argumentativa y persuasiva paradigmática para la historia del desarrollo humano.

El desarrollo de la retórica fue impulsado en particular por las disputas legales que se desarrollaron en las ciudades. En los procedimientos públicos, cada ciudadano debía presentar su propia defensa y no se admitían abogados. Sin embargo, se logró memorizar un discurso escrito previamente por un profesional especializado, el logografo. Con el surgimiento de una categoría de profesionales del logos surgieron los manuales de Oratoria, publicados por pensadores que pasaron a la historia como sofistas (rara vez se hace una distinción entre un logógrafo, un sofista, un rector y un orador).

Entre estos llamados sofistas se encuentra Gorgias. Platón parece no considerar la importancia de Gorgias, pero la visión negativa de la Retórica no significa que Platón deje de lado todas sus características, ya que Sócrates utiliza los artificios que critica en el arte de persuadir. En el texto vemos que Platón no desaprueba en la Retórica el arte de la persuasión, sino la falta de conocimiento de lo justo y lo injusto, carencia que impide que los ciudadanos sean mejores. Con este enfoque, lo que parece destacable es que, para Platón, un buen “retórico” no será necesariamente un buen educador si no sabe distinguir valores contrarios en los que fundamentar su discurso, como es el caso del justo. e injusto. ¿Y cómo pudo Gorgias crear defensas o acusaciones en los tribunales sin saber qué es la justicia, justa e injusta? ¿Cómo podría practicar el logos sin saber de qué se trata esencialmente?

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