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El Grimorio Vudú – Manual Vudú 11 de 13

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El Grimorio Vudu no es un libro de magia que fue hecho para el público ocultista, pues no son más que tablas simbólicas que el iniciado debe elaborar él mismo para aplicarlas a sus propios trabajos mágicos.

Cada mago vudú debe tener su propio Grimorio y utilizarlo como referencia para crear sus rituales y prácticas mágicas. Existe una conexión entre los símbolos del Grimorio y las realidades de los planos internos. De esta manera, los espíritus Loas o Vudú se interrelacionan con el mago para ayudarlo con su fuerza espiritual en las operaciones mágicas que realiza.

Cada Loa tiene un nombre y un diagrama mágico (Vevé), una especie de sigilo o mandala mágico que se utiliza para su invocación o evocación.

Los Loas pertenecen a diferentes niveles de los planos sutiles. Hay espíritus que pertenecen al plano astral, que corresponden al ID de la psicología freudiana, como los HuDu; Hay otros que pertenecen a otros planos, cuya clasificación en el Vudú es bastante similar a la del sistema ocultista en general.

El Ego o centro del individuo encarnado, donde se centraliza su actividad externa y se producen los intercambios entre diferentes funciones psíquicas, es lo que domina el escenario de la vida de vigilia de cualquier persona. A menudo se esconde de los demás detrás de una máscara: su personalidad, que es una imagen artificial de sí mismo, tal como el Ego cree que los demás deberían verlo. A lo largo de la Vida, el Ego se esfuerza por manifestarse en esta forma.

Arriba y abajo, desde el punto de vista de su función, están el Ego Supraconsciente o Trascendental y el Subconsciente o Id. Ambos son partes de la psique que actúan sobre el Ego, condicionando su funcionalidad y acción. El Ego Trascendental o aspecto supraconsciente de la psique, es donde las ideas arquetípicas o símbolos abstractos de la realidad actúan como un sello, conduciendo al Ego por los caminos de lo que se considera superior, espiritual, ético y celestial. Bajo el Ego está el Subconsciente, con sus tendencias e instintos, que actúa desde niveles generalmente suprimidos por el entorno cultural humano, que se esfuerza por encubrir su naturaleza animal manifiestamente activa. Este es el Id, donde las fuerzas de los Espíritus HuDu funcionan en el subconsciente colectivo.

Arriba y abajo, es decir, fuera de esta esfera Trascendental Id-Ego-Ego, que conforma el huevo áurico humano, hay algo que nos une con la pura abstracción, con lo absoluto y que a pesar de lo desconocido de su existencia y función, él está aquí en contacto como hombre. Esto es lo que llamaremos simplemente el Ello Inconsciente o Trascendental y siempre está en relación directa con las dos esferas de la psique: El Ello y el Ego Trascendental. Es la trascendencia, que está compuesta de esencias que el hombre no puede captar fácilmente y que requieren acceso a través del Ello y del Ego Trascendental a su vez. No se puede acceder a esta realidad directamente desde el Ego, excepto a través de estos dos niveles de psique mencionados anteriormente.

Se trata de alcanzar los niveles más oscuros del DI y los más luminosos del Ego Trascendental, porque sólo en estas infinitas profundidades de Luz y Oscuridad se puede acceder a la trascendencia pura.

Los Loas con los que trabaja el LCN y que forman su sistema Esotérico Vudú se encuentran en los límites más oscuros del Ello y los más brillantes del Ego Trascendental, es decir, en los límites del subconsciente y supraconciencia. Son simplemente “leyes” que actúan como fuerzas boyantes en el universo manifestadas tanto macrocósmicamente (el universo) como microcósmicamente (el hombre).

Estos Loas son esenciales para el trabajo Gnóstico del Vudú Esotérico. En Gnosis se les llama: Demonios (los que pertenecen al Ello) y Aeones (los que pertenecen al Ego Trascendental).

Aquí tenemos que hacer una advertencia, la Luz siempre ha sido considerada por el hombre como algo eminentemente espiritual y ético-moral, una forma única de autorrealización, en detrimento de las tinieblas, que siempre se asocian con el Mal, el infierno o el demonio y otros mitos negativos de la cultura humana. Esto ocurre porque el Ego tiende naturalmente a fluir hacia el Ego Trascendental y a escapar del Ello, lo que significa que como fenómeno cultural general, la búsqueda de la oscuridad del Ello siempre ha sido vista como algo demoníaco o negativo.

Esto ha ocurrido principalmente desde que el hombre olvidó su origen estelar (la oscuridad del cielo estrellado) para refugiarse en el Sol luminoso cuya ley egoica enmascara su realidad última y trascendente, el Absoluto, que no tiene ni luz ni oscuridad porque comprende a ambas.

El Voodoo Grimoire comprende una serie de atribuciones simbólicas que corresponden a la división en 16 partes del espacio, como las que la conciencia puede captar y distinguir en diferentes planos de manifestación. Esta división en 16 partes es importante en el Vud Esotérico, así como en otros sistemas de origen afroatlante.

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