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Los físicos nucleares y los teóricos cuánticos toman como tema material la estructura básica de la materia/energía. Ciertamente no existe una forma de adoración tan básica como este intento de entender cómo se hacen las cosas. Se podría pensar que las organizaciones religiosas, los pastores y las publicaciones contendrían la respiración ante las nuevas revelaciones sobre la emisión y absorción de energía por la materia y el movimiento de las partículas elementales. Uno desearía que los filósofos inteligentes renovasen continuamente sus teorías de acuerdo con los nuevos conocimientos físicos.
El Dios número 8 es el físico cuántico. El octavo Dios es el creador del universo y del átomo. La octava habilidad de Dios es la mecánica cuántica.
DIOS – EL FÍSICO CUÁNTICO
Las personas que han pasado por experiencias psicodélicas informan regularmente sobre experiencias, eventos que parecen armonizarlos con la mecánica cuántica. Hablan de participar y fusionarse con contenido puro, libre, energía, luz blanca; de presenciar la transformación de objetos macroscópicos en patrones vibratorios, la conciencia de que todo es una danza de partículas, sentir la fragilidad de nuestro sistema, de explosiones interminables, de la naturaleza única de la creación y la disolución y todo lo demás. No necesito disculparme por la inconsistencia de estas palabras. Si Dios pudiera permitirte girar por un segundo dentro del núcleo atómico o hacerte girar en un viaje de un año luz a través de las galaxias, ¿cómo describirías lo que viste cuando regresaste? Pregúntele a alguien que haya tomado una dosis grande de LSD o ketamina. Es de crucial importancia filosófica comprender que la neurología, la genética y la física cuántica están llegando –en sus limitados vectores futuros– a comprender que la inteligencia humana en evolución está aparentemente diseñada para dar cuerpo al universo, navegar por el proceso de evolución y fabricar la estructura de la realidad personal. Todas las ciencias modernas aceptan y respetan
subjetividad del experimentador.
Para comprender que estás diseñado para ser Dios-el-Creador-del-Universo, primero debes comprender las implicaciones del principio de determinación de Heisenberg, llamado de manera miserable, cobarde y primitiva indeterminación. El maravilloso y liberador descubrimiento de Heisenberg declara que el científico determina la naturaleza del experimento. La física cuántica moderna está produciendo actualmente escenarios que involucran múltiples realidades, incluso universos infinitos, determinados por las actitudes, medidas y estructuras mentales del observador. De hecho, físicos destacados y notables han sugerido que el universo que medimos con nuestros propios instrumentos es una producción de nuestro pensamiento.
Aquí, en la lejana frontera de las matemáticas cuánticas, los físicos y los psicodélicos se encuentran armoniosamente. Cuando tengamos la confianza y la inteligencia suficientes, nos convertiremos en el Dios número 8, el creador del universo y del átomo.
Timothy Leary
