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De la evidencia contenida en este libro y confirmada por los muchos exploradores del Ártico que hemos citado, llegamos a las siguientes conclusiones:
1. Realmente no existen polos norte ni sur: en el lugar donde se supone que existen, en realidad hay grandes aberturas hacia el interior hueco de la Tierra.
2. Los platillos volantes proceden del interior hueco de la Tierra, a través de las aberturas polares.
3. El interior hueco de la Tierra, calentado por su sol central (la fuente de la aurora boreal) tiene un clima subtropical ideal, con temperaturas en torno a los 25°C, ni demasiado calientes ni demasiado frías.
4. Los exploradores del Ártico descubrieron que la temperatura aumentaba cuando avanzaban demasiado al norte; encontraron más mares abiertos y animales que viajaban hacia el norte en invierno en busca de alimento y calor cuando deberían haber ido hacia el sur; descubrieron que la aguja de la brújula tomaba una posición vertical en lugar de permanecer horizontal y se volvía extremadamente errática; vieron aves tropicales y más vida animal a medida que avanzaban hacia el norte; vieron mariposas, mosquitos y otros insectos en el extremo norte, que no se encuentran hasta el extremo sur, en Alaska y Canadá; Encontraron nieve coloreada por polen de colores y pólvora negra, que empeoraba a medida que avanzaban hacia el norte. La única explicación es que este polvo procedía de volcanes activos en la abertura polar.
5. Existe una gran población que habita la superficie cóncava interna de la corteza terrestre, constituyendo una civilización mucho más avanzada que la nuestra en sus logros científicos; una población probablemente descendiente de la de los continentes sumergidos de Lemuria y Atlántida. Los platillos voladores son sólo uno de sus muchos logros. Sería ventajoso para nosotros contactar con estos Hermanos Mayores de la especie humana, aprender de ellos y aceptar consejos y ayuda.
6. La existencia de una abertura polar y tierra más allá de los polos son probablemente conocidas por la Marina estadounidense, a la que pertenecía el almirante Byrd cuando realizó sus dos vuelos históricos, que son posiblemente uno de los secretos internacionales más importantes.
por Raymond Bernard
