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Seamos honestos... ninguna lista de genios estaría completa sin al menos un oficial nazi, así como ninguna lista de locos estaría completa sin un médico. Josef Menguele parece llenar bien ambas categorías.
Josef Mengele fue un científico de alto rango del II Reich que era a la vez médico y loco. Tras licenciarse en medicina por la Universidad de Munich, obtuvo dos doctorados; uno de Antropología en Frankfurt y otro de Medicina nuevamente en Munich. Cuando alcanzó la cima de su carrera académica ya era miembro del partido nazi y en 1942 se convirtió en coronel médico de las SS y recibió la medalla de valentía militar por sus acciones contra los rusos.
Doctor en antropología y medicina por el gobierno nazi. Esto es como imaginar a una chica diciendo que no hay peligro en bañarse desnudas de noche en el lago del campamento abandonado que ella y su novio fumeta encontraron en medio del bosque. Sabemos que sólo se necesitan unos minutos para que alguien empiece a gritar.
La locura del doctor Mengele
La idea de la supremacía de la raza aria era ya un concepto popular en aquellos tiempos, al igual que la idea de que la contaminación de esta raza por otras consideradas inferiores conducía a un gran peligro de degeneración. Al fin y al cabo, ningún criador de perros de renombre querría que el chihuahua del vecino pasara por debajo de la valla para venir a jugar con sus dóberman. Pero aunque Hitler tenía una lengua tremenda, no era un académico; para ser honesto, apenas podía pintar un cuadro. Pero Mengele sí lo era, un médico con dos doctorados en el bolsillo y un montón de ideas en la cabeza. No sólo decidió justificar científicamente las ideas del II Reich, sino que en el proceso fue directamente responsable de la muerte de más de 400 judíos, gitanos y personas discapacitadas física y mentalmente. Entre ejecuciones masivas, esterilizaciones y selecciones de reproductores adecuados, acabó ganándose el sugerente sobrenombre de “el Ángel de la Muerte” e hizo que la historia nos dé para siempre la impresión de que nazismo y eugenesia son sólo dos palabras para describir lo mismo.
Al ascender al poder dentro del partido nazi, en un momento de su carrera, Mengele se encontró como un médico curioso con mucho tiempo libre en sus manos y literalmente miles de conejillos de indias humanos disponibles para usarlos en absolutamente cualquier prueba y experimento que realizara. buscado. Y eso es exactamente lo que hizo. Intentó hacer que los ojos de los niños fueran azules inyectándoles tinte en la retina. Realizó los llamados Tests de Resistencia, en los que midió el dolor máximo no letal que un ser humano puede soportar antes de apagarse y quedar inconsciente. Además, se dedicó personalmente a varios procedimientos quirúrgicos y amputaciones, entre ellas castrar a niños y hombres sin anestesia y tratar de curar el retraso mental mediante descargas eléctricas. Una vez puso a dormir a 14 niños gitanos solo para descubrir qué pasaría si les inyectaba cloroformo directamente en el corazón.
Desafortunadamente, gran parte del conocimiento médico actual, especialmente en el área de la neuroanatomía, se debe a los cientos de investigaciones inhumanas y crueles que el ángel de la muerte inventó y coordinó. Cuando terminó el régimen nazi se refugió en Argentina, luego fue a Paraguay y finalmente vino a vivir una vejez pacífica y feliz en el sur de Brasil.
Pero espera, las cosas se ponen más extrañas:
Durante sus años de trabajo, Mengele se interesó especialmente por el fenómeno de los gemelos idénticos. Su idea era simple: si pudiera identificar la forma en que se producen los gemelos, podría duplicar artificialmente la tasa de natalidad aria de su amo y señor Satán... ups... Adolf Hitler. Esta idea no parece haber terminado con la Segunda Guerra Mundial y en los años 60, Mengele ofreció sus servicios en la pequeña colonia alemana de Cândido Godói, Rio Grande do Sul. Inicialmente trabajó como veterinario, pero al poco tiempo ya ofrecía fertilidad. Tratamientos a mujeres del municipio.
En cualquier parte del mundo la incidencia de gemelos es del 1% de la población. Pero Menguele logró poner en el mapa a Cândido Godói, conocida como la capital nacional de los gemelos idénticos por tener un importante 10% de gemelos por nacimiento. El procedimiento exacto utilizado por Mengele murió con él, pero sigue vivo en los genes de cada persona afectada. Hoy en día, cada 10 nacimientos en Cândido serán gemelos rubios y de ojos azules.
