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Los insectos son ingenuos. Muchas flores han sobrevivido a través de los tiempos simplemente imitando el olor y la forma de las hembras de los insectos, de modo que los machos transportan su polen a cambio de una buena frotación. Asimismo, la marca Playboy inició su evolución imitando a las hembras humanas en papel para que los machos gastaran su dinero a cambio de un buen calce. Los monos son ingenuos.
De esta manera, la revista Playboy reinó durante dos décadas antes de que surgieran los primeros competidores importantes. El famoso conejito ha aparecido en todas las portadas desde entonces (excepto la número 1) y se ha convertido en un icono de renombre mundial. En 2009, una encuesta de RBC Capital Management reveló que ocupaba el puesto 11 entre las 20 marcas más reconocidas del mundo. Hoy Playboy tiene revistas en 30 países y está prohibida en decenas de otros, donde se vende clandestinamente. Y aunque la revista gana millones y es la revista más vendida en su categoría, la mayor fuente de ganancias de Playboy se ha convertido en la concesión de licencias de productos minoristas de ropa, accesorios, joyería, muebles para el hogar y otros productos. Irónicamente, hoy el 80% de estos productos son consumidos por mujeres.
Esto hace que Playboy haya pasado hace tiempo de ser simplemente una revista sobre mujeres desnudas a convertirse en el gran símbolo del entretenimiento para adultos. Un símbolo capaz de hacer que cualquier mujer se sienta absolutamente deseada y cualquier hombre crea que todas las mujeres sobre la faz de la tierra están a su alcance. Citando a Peter Carroll al hablar de Purple Magic: “La mayoría de las sectas que han pasado por la historia tienen una característica en común: estaban dirigidas por hombres carismáticos capaces de persuadir a las mujeres para que dispensaran libremente favores sexuales a otros hombres”. Eso es exactamente lo que Hugh Hefner decidió hacer en la década de 50, pero por primera vez en la historia, a gran escala industrial. Y lo carismático que era.
¿Y qué puede hacer Playboy por mí?
Siempre que trabajes con un hipersecreto tienes que tener en cuenta que no estás trabajando simplemente con el material en el que está impreso, sino con lo que representa. Playboy y su conejo no sólo suponen una ruptura de paradigmas sociales, mostrar desnudos hoy en día es fácil, cualquier adolescente borracho y con una web cam puede hacerlo, sino que Playboy inició un mercado donde el desnudo era un mero accesorio. La revista vendió a las personas que la compraron algo más que una simple paja. Le trajo al hombre un universo donde él era rey. Recetas de platos sofisticados, Ferraris nuevos, una prueba de manejo de bolígrafos que le costarían más que el salario que ganaba en un año. No importa que la foto sea de un ser humano, después de ver por qué el café boliviano es más rico que el café colombiano, apareció una foto de un par de pechos que decían que les gustaba el color amarillo, peluches y besos en la espalda. la cabeza. Más que un rey, Playboy promete transformar a cada hombre en un jeque, con su propio harén.
Asimismo, cuando empezó a invadir el universo femenino, el conejito mostró a las mujeres cómo tener su propio harén, formado por jeques. Esto hace que este hipersecreto no sólo sea representativo del sexo y la lujuria, sino del deseo que hace del sexo un componente más de la rutina diaria. Trabaja con el deseo de poseer, el deseo de Deseo y cómo trabajar en cada aspecto de ti mismo para que comiences a imitar a una persona que vive esta vida, ya sea hombre o mujer. Puede que no te conviertas en una supermodelo millonaria de la noche a la mañana, pero comenzarás a comportarte, somáticamente, como tal y atraerás precisamente estos objetos de deseo a tu universo, para ser usados y abusados sin culpa. Al igual que la flor, no necesitarás convertirte en abeja para recibir un buen masaje.
