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Sociedades y conspiraciones

El origen del conflicto Iglesia X Masonería

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Conflicto que enfrentó a la Iglesia católica y al gobierno brasileño entre 1870 y 1875. Fue provocado por el choque entre la jerarquía católica y la masonería, muy influyente en el Imperio. Esta sociedad secreta, vinculada a ideas y movimientos políticos liberales de Inglaterra y Francia, llegó a Brasil a finales del siglo XVIII. Durante el proceso de independencia y durante todo el Imperio, aumentó su prestigio social y su presencia en la estructura de poder. Las figuras más importantes del régimen, salvo raras excepciones, pertenecen a sus filas. En el día a día del gobierno y en decisiones administrativas como el nombramiento de funcionarios o la asignación de recursos presupuestarios, la masonería es un canal de influencia y mediación, paralelo y a veces superior a los partidos políticos. Este papel de la masonería choca con el papel de la Iglesia católica, también muy influyente en el período imperial. En 1871, el Vaticano impuso reglas estrictas de doctrina y culto y condenó las sociedades secretas. Los obispos brasileños, cumpliendo con las nuevas directrices, ordenaron la expulsión de los masones de las hermandades católicas y comenzaron a exigir más disciplina moral y canónica al clero.

El conflicto Si la masonería tiene poder político, la Iglesia tiene autoridad y presencia religiosa, fortalecida por el estatus privilegiado del catolicismo como religión oficial del imperio. El conflicto comienza en 1872, cuando el padre Almeida Martins es suspendido de sus funciones en Río de Janeiro a causa de un discurso en una logia masónica. La reacción de la masonería, que condenó la decisión, se extendió por todo el país. Pero, poco después, los obispos de Olinda y Belém do Pará, Dom Vital y Dom Macedo Costa, tomaron medidas similares, ordenando el cierre de las hermandades que aún aceptaban miembros masones. Luego los obispos son procesados, citados a Río de Janeiro y condenados a cuatro años de prisión. Tras la suspensión de las penas eclesiásticas aplicadas a los masones, las penas de los obispos se reducen y son amnistiados. Este conflicto sacude las relaciones entre el imperio y la Iglesia y contribuye a debilitar aún más la monarquía. A partir de la proclamación de la República, en 1889, entró en vigor la separación entre Iglesia y Estado, que ya no tenía religión oficial.

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