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En todo lo que os he explicado hasta ahora, me he esforzado en mostraros el secreto de los acontecimientos pasados y presentes, que anuncian un futuro que ya está próximo a su realización, os he mostrado el secreto de nuestras relaciones con los cristianos y de nuestras operaciones financieras. . Todavía tengo poco que decir sobre este tema.
Tenemos la mayor fuerza moderna, el oro: podemos retirarlo de nuestros depósitos en la cantidad que queramos en dos días.
¿Debemos aún demostrar que nuestro gobierno fue predestinado por Dios? ¿No demostraremos con esta riqueza que todo el mal que nos vimos obligados a hacer durante tantos siglos sirvió, al fin y al cabo, para el verdadero bien, para ponerlo todo en orden?(1)
Aquí está la confusión de las nociones del bien y del mal. El orden se restablecerá, en parte mediante la violencia, pero finalmente se restablecerá. Sabremos demostrar que somos bienhechores, nosotros, que devolvemos a la Tierra atormentada el verdadero bien, la libertad del individuo, que podrá disfrutar del descanso, la paz y la dignidad en las relaciones, con la condición, por supuesto, de observando las leyes que establezcamos. Explicaremos, al mismo tiempo, que la libertad no consiste en el libertinaje y el derecho a la licencia; de la misma manera, la dignidad y la fuerza del hombre no consisten en el derecho de cada persona a proclamar principios destructivos, como el derecho a la conciencia, la igualdad y cosas similares; El derecho del individuo tampoco consiste en modo alguno en el derecho a excitarse a sí mismo y a los demás mostrando sus talentos oratorios en asambleas tumultuosas. La verdadera libertad consiste en la inviolabilidad de la persona que observa honesta y fielmente todas las leyes de la vida común; la dignidad humana consiste en la conciencia de los propios derechos y, al mismo tiempo, de los derechos que no se poseen, y no sólo en el desarrollo fantasioso del tema del propio YO.(2).
Nuestro poder será glorioso, porque será fuerte, gobernará y dirigirá, y no seguirá a líderes y oradores que gritan palabras vacías, llamándolo un gran principio, que, en verdad, no son más que utopías. Nuestro poder será el árbitro del orden que hará felices a todos los hombres. El halo de este poder provocará la adoración mística y la veneración del pueblo. La verdadera fuerza no transige con ningún derecho, ni siquiera con el derecho divino: nadie se atreve a atacarla para quitarle la más mínima porción de su poder (3).
Notas y comentarios
(1) El Anticristo, dicen las profecías bíblicas, será semejante a Cristo en todo, es decir, para engañar al pueblo, tomará la apariencia de Cristo. Ved en este código anticristiano cómo el mal se disfraza de bien. Lo que leéis aquí en los “Protocolos” está de acuerdo con el espíritu de lo que el judío Max Nordau llamó sionismo secreto, con las teorías del famoso achadamismo, o doctrina del el sionista Achad Haam, cuyo verdadero nombre es Asher Ginzberg. Tomemos el libro de este escritor judío, publicado en inglés, “Transvaluación de los valores”, y transcribamos los extractos que coinciden con los “Protocolos”: “Israel devolverá a la idea del Bien el significado que alguna vez tuvo… El Bien se aplica al superhombre o a la supernación que tiene la fuerza para extender y completar su vida, y la voluntad de convertirse en dueño del mundo, sin preocuparse por lo que esto pueda costarle a la gran masa de pueblos inferiores o sus pérdidas, porque sólo la supernación -el hombre- o la supernación son la flor y el fin de la especie humana, el resto fue creado únicamente para servir a este fin, para ser la escalera por la cual es posible subir a la altura deseada…”
Por estas y otras razones, en el folleto “Le sionisme: son but, son oeuvre”, L. Fry defiende la tesis de que Achad Haam, o Asher Ginzberg, es el autor de los “Protocolos”. De hecho, en 1915, el judío L.Simon, en “Morceaux Choisis de Ginzberg”, escribió: “Achad Haam es una abstracción, una especie de nombre colectivo que se aplica a un conjunto de ideas relativas al judaísmo y al pueblo judío”. Es un nietzschenianismo hebreo muy característico. ¿Es lícito, tras la prueba de esta orden, dudar de la autenticidad esencial de los “Protocolos”?
(2) Estas ideas son ideas legítimas del achadhamismo. El judío Max Nordau, en su polémica con Ginzberg, en 1903, a propósito de la novela “Altneuland”, decía: “La idea de libertad está por encima de su concepción. Imagina la libertad como el gueto. Simplemente invierta los roles. Por ejemplo, las persecuciones continúan, pero ya no contra los judíos sino contra los gentiles…” Verifique…
(3) Es el poder, en la concepción judía de Spinoza, del “derecho natural de fuerza”, que no distingue entre el bien y el mal. La concepción de los “Protocolos” coincide en todo, según L. Fry, op. cit. con la de Asher Ginzberg, en “Le Chémin de la vie”: “Fue en el spinozismo donde buscó su concepción del futuro Estado judío, en el que la obediencia ciega será la ley, incluso si ordena a los hombres privar a sus semejantes de la vida y de la propiedad. El derecho supremo del Estado, que controla no sólo las acciones civiles, sino también las manifestaciones espirituales y religiosas del pueblo, en una palabra, el despotismo civil y religioso esbozado en los “Protocolos” como línea de conducta del futuro gobierno visible. de los judíos, fue tomado del tratado teológico-político de Spinoza”.
