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Sitra Ajra

El papel del enemigo

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Señor Ahrimán

“¿Alguna vez has bailado con un demonio a la luz de la luna?"
– Guasón (Batman, 1989)

La selectividad es una ley de la naturaleza. La naturaleza no es un simple paraíso, se sostiene a través de una inmensa cadena alimentaria. Los seres vivos son naturalmente enemigos entre sí (¡y amigos también!). Si no existiera esta cadena alimentaria, no habría supervivencia alguna. Así, la idea de un “Edén perfecto” es una utopía parasitaria.

La sociedad humana es depredadora por excelencia, peor que la propia selva. NO existe sector de la vida social en el que un ser no esté depredando y parasitando a alguna víctima. Entonces surge la religión con la idea de “amar al prójimo como a uno mismo”. ¿Notaste el juego dañino? El enemigo es muy importante. Aquí hay algunas razones:

• Es importante porque la persona aprende el valor de la selectividad: el amor por quienes lo merecen, no el amor por los ingratos, como decía LaVey.

• Es importante porque la persona descubre sus propias debilidades –precisamente aquellas que su enemigo utilizará sin piedad ni piedad.

• Es importante porque la persona busca dar lo mejor de sí, combatirlo por los medios adecuados: toma energía de donde normalmente no lo haría, por lo que surge la autosuperación.

• Es importante, finalmente, porque la persona pasa a tener una noción real de la existencia, la realidad desnuda, sin los fraudes santificados.

En referencia a la condescendencia, quien es amigo de su enemigo, le gusta poner la otra mejilla, no es amigo de sí mismo, ha perdido toda noción de
valor. En otras palabras, esta desafortunada víctima ataca su propia autoestima y tiene una actitud desmoralizadora y degradante hacia el
propio ser. En términos simples, es completamente antinatural.

El hecho real y comprobado es que el enemigo nunca sentirá lástima por sus enemigos. Si una persona piensa que, por ser amable con el enemigo, le dará el mismo trato, está cometiendo un gravísimo error, cuyo daño será irreparable. Por otro lado, crear enemigos artificialmente también es una estupidez. La mayoría de los litigios son estúpidos y perfectamente evitables. Al diluir los pequeños problemas, normalmente los grandes problemas también se diluyen, pero no necesariamente.

Por último, un enemigo debe ser honrado como tal. Esta es una simple cuestión de mérito. Si tienes un enemigo, lucha contra él con vehemencia, ya que no te tendrá el más mínimo respeto. Ahora bien, depende exclusivamente de cada persona aprovechar al máximo una lección por aprender.

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