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Cábala

Cabalá y ángeles

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Este texto fue lamido por 169 almas esta semana.

El pueblo judío, a lo largo de su existencia, sufrió continua persecución y exilio. Desde el período bíblico, con el cautiverio en Egipto y Babilonia hasta su ejecución masiva en la Alemania nazi, su expulsión de España e Inglaterra, entre muchos otros acontecimientos, siempre se mantuvieron unidos como pueblo, manteniendo intacta su cultura y su lengua. Para ello utilizaron la Cabalá, que condensa sus enseñanzas religiosas y, al mismo tiempo, las protege de la extinción, ya que es tan compleja y difícil de interpretar que pocos tienen acceso a ella.

La palabra Cabalá proviene de la raíz hebrea KBL, o recibir, y supuestamente surgió en el primer siglo después de Cristo. Sus libros más importantes son el Zohar o Libro del Esplendor, el Libro de la Creación y el Libro de la Imagen.

La correcta interpretación de estos textos revelaría el mapa a seguir por las almas para recorrer este camino de regreso a su Creador.

A través de la numerología, que utiliza los números del 1 al 9, muchas revelaciones emergen a los ojos del iniciado y de los pocos que tienen el privilegio de comprender sus mensajes ocultos.

En cualquier caso, los estudiosos del tema ya han asimilado valiosas informaciones que proporcionan reglas para comprender, aunque sea precaria, la relación entre los hombres y los ángeles y cómo acceder a ellas. Los angelólogos han estudiado esto a lo largo de los siglos, llegando a información que ahora está consolidada y disponible para cualquiera que quiera hacer uso de ella.

Para descubrir los nombres de los Príncipes y Ángeles de cada una de las falanges, los cabalistas partieron de un número inicial, 72, que no es más que el resultado de la inscripción del nombre de Dios, Ieve o Jehová, dentro de un triángulo considerado sagrado. .y llamado Tetragramaton, con la siguiente configuración:

I
ES DECIR
IEV
IEVE

En este triángulo, I equivale a 10, porque corresponde a YOD, el décimo carácter del alfabeto hebreo, que simboliza el tiempo, el espacio, los ciclos de la existencia, todo lo que nace, crece, se reproduce y desaparece. OE equivale a HE, equivalente a 5, es decir, la dualidad del ser ante la naturaleza y el universo. OV corresponde a VAU, equivalente a 6, simbolizando la presencia del espíritu. Aplicando esto a las letras del Tetragramatón, tenemos:

10
10 + 5
+ + 10 5 6
l0 + 5 + 6 + 5

Realizando esta suma obtenemos 72, que fue la base inicial para descubrir los nombres de los Ángeles. Este número también aparece en otros pasajes bíblicos. 72 naciones y lenguas se originaron a partir de la intervención de Dios en la Torre de Babel. En todos estos idiomas, el nombre de Dios siempre se ha escrito con 4 letras. Había 72 ancianos en las sinagogas y el número de quinarios, grados o días, en el año cabalístico, que comienza el 72 de marzo, en el signo de Aries, es también 20.

A partir de este número, los cabalistas descubrieron que los versículos 19, 20 y 21 del capítulo 14 del Éxodo tenían cada uno 72 caracteres hebreos. En la traducción de João Ferreira de Almeida, estos son los versos citados:

(Éxodo 14:19)
“Y el ángel de Dios, que iba delante del ejército de Israel, se retiró y fue tras ellos; También la columna de nube se apartó de delante de ellos y se puso detrás de ellos”.

(Éxodo 14:20)
“Y fue entre el campo de los egipcios y el campo de Israel; y la nube fue oscuridad para aquellos y a éstos dio luz a la noche; para que no se encontraran en toda la noche”.

(Éxodo 14:21)
“Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo que el mar fuera ahuyentado por un fuerte viento del este durante toda aquella noche; y el mar se secó y las aguas se dividieron”.

Para llegar a estos nombres, los versos se ordenaron en paralelo y los primeros caracteres a la izquierda de los versos 19 y 21 se vincularon con la primera letra a la derecha del verso 20. A los tres caracteres resultantes se les añadió la terminación HE o VAU, tomado del sagrado nombre de Dios. Una vez hecho esto, el proceso se repite con los segundos caracteres, hasta completar los setenta y dos caracteres.

Reduciendo numerológica y cabalísticamente el número 72, tenemos 7+2= 9. Nueve eran, por tanto, las falanges, cada una con 8 Ángeles, más un Príncipe comandante, así como nueve eran los planetas del año cabalístico. De este conocimiento surgieron los nombres de los Príncipes, totalizando 81 Ángeles, cuya reducción numerológica y cabalística también resulta en 9, como toda la jerarquía angélica, por cierto.

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