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La contribución de Moisés a la historia de la Cabalá
cuando: Hace unos 3000 años.
Donde: Egipto
Libro: La Torá
Importancia: Reveló la Torá
El pomposo nombre hebreo de Moisés es Moshe bin Amram ha-Leví (porque él era de la familia de Amram y de la tribu de Leví). No se puede enfatizar lo suficiente su importancia en la Cabalá. No es exagerado decir que sin él no existiría y no sólo eso sino que se cambiaría toda la historia de la humanidad.
Moisés es conocido hoy por todos como el gran líder religioso, legislador y profeta del pueblo hebreo. Pero además es reconocido entre los cabalistas como el responsable de la piedra angular de la Cabalá, la Torá que recibió para la nación de Israel directamente del Creador en la cima del Monte Sinaí. A partir de entonces sería reconocido como “Nuestro Líder Moshé”, “Siervo de Dios” y “Padre de todos los Profetas” aunque él mismo (¿O fue el Creador?) declara en Números 12:3 que fue “el más humilde que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra”. El historiador Eusebio en su obra Præparatio Evangelica atribuye a Moisés la hazaña de haber enseñado a los fenicios su alfabeto, convirtiéndolo así en una figura aún más cercana a los legendarios Thoth y Hermes, también señores de la lengua, las letras y los números.
Hay varias formas de leer la Torá. El primero de ellos es como el relato épico de la creación y del viaje del pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida. Sólo con este primer acercamiento, los calistas ya tendrían mucho que aprender de los errores y aciertos de los patriarcas, los mandamientos del Creador y los líos de Israel entre egipcios y cananeos.
Pero según los cabalistas, los primeros cinco libros de la Biblia son también una descripción alegórica de la evolución personal y el desarrollo espiritual de Moisés. A esto se le llama el lenguaje de Raíces y Ramas, donde nada es lo que parece al principio. En este sentido, Génesis es un libro sobre la formación de fuerzas internas. Éxodo un libro sobre la liberación de la esclavitud del ego (Egipto) a una conciencia superior. Levítico es un libro sobre la purificación, donde la lepra, por ejemplo, es mucho más una enfermedad del alma que del cuerpo. Finalmente, Números es un libro sobre el crecimiento interior y Deuteronomio una preparación para vuelos aún más elevados del alma.
Además, existe una tercera forma de leer la Torá, que es a través de sus valores numéricos. Y esto va mucho más allá de los significados detrás de los números que aparecen (7 significa plenitud, 40 prueba, etc.). Cada una de las letras del alfabeto hebreo tiene un valor numérico y el orden y la posición de las distintas partes de la Torá misma tienen su importancia. Según la tradición, cada una de las 304.805 letras del pergamino tiene uno o más significados ocultos. Por ejemplo, la palabra hebrea para 'padre' tiene el valor 3, y la palabra 'madre' tiene el valor 41. Sumando 4 a 41 tenemos 44, que es exactamente el mismo valor para la palabra hebrea "hijo".
El estudio de estos valores numéricos de las letras de la Torá, y del alfabeto hebreo en su conjunto, es toda una disciplina de la Cabalá conocida como gematría. Un ejemplo de cómo funciona la gematría se puede tomar del episodio onírico de la escalera de Jacob elevada al cielo (Génesis 28:12). La palabra hebrea para silla “sulam” está formada por las letras Samekh (valor 60), lamed (30), mem (40), sumando 130. Ahora bien, la palabra hebrea para “Sinaí” también tiene el mismo valor. Samekh (60) + yud (10) + nun (50) + yud (10) = 130. Así, una interpretación cabalística es que la Escalera de Jacob representa la recepción de la Torá en el Monte Sinaí, y los ángeles que descienden son Moisés y Aarón. . La frase “amarás a tu prójimo” (Livítico 19:18) tiene un valor idéntico a “amarás al Señor tu Dios” en Deuteronomio 30:16 y así sucesivamente. Como ejemplo final, el valor numérico de la palabra “vino” es lo mismo que la palabra “secreto”, dando a entender que el primero puede ser la forma de revelar el segundo.
