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Es imposible combatir eficazmente el vampirismo astral. Esto se debe a que el mundo es un constante intercambio de energía, entre planetas y piedras, animales y hombres. La raíz chupa su energía vital de la tierra, la tierra chupa su materia del hombre, el sol toma su luz del interior ardiente. Por todo esto – y por leyes divinas que no se nos permite conocer en todo su significado – la única manera de evitar ser consumido por un vampiro astral es transformándose en vampiro. De esta manera se hace una cadena, y lo que alguien te chupa hoy también se lo chuparás a otro mañana.
No hay Bien ni Mal en tal actitud. El intercambio de energía es una necesidad del Cosmos. Ser vehículo –estar completamente integrado en la cadena que une todas las cosas– es un atributo y una virtud. Sólo aquellos que buscan esconderse por el miedo son consumidos por los vampiros astrales. Quien huye debe saber que siempre puede ser alcanzado. No hay cueva, por muy profunda que sea, no hay montaña por muy alta que se proyecte, que sea inmune a la influencia de este Intercambio de Energía que rige el Universo. Los murciélagos también habitan en cuevas profundas; el viento también aplana los contornos de la montaña.
Todos los hombres se dividen en sólo dos categorías: los débiles y los fuertes. Pero por cada hombre más fuerte que tú, siempre hay un hombre más débil que tú, y debes conocer y tener relaciones con ambos. De esta manera, tu saldo siempre se mantendrá. No te preocupes porque tu energía se está agotando: te sientes totalmente “poseído” por el amor por esa persona, o tu amo exige más horas de trabajo en el campo, o este o aquel lugar te hace sentir casado y sin estímulo.
