Categorías
Brujería y paganismo

Icaros: las Melodías Mágicas de la Ayahuasca

Leer en 3 minutos.

Este texto fue lamido por 177 almas esta semana.

“Una visión de ayahuasca me mostró cómo todos los niveles de existencia, incluidos los niveles materiales y no materiales como pensamientos o sentimientos, tienen vibraciones o sonidos debajo de su manifestación superficial. Si alguien puede reproducir el sonido, la vibración o la “canción” de aquello con lo que estás trabajando, ¡puedes intervenir y cambiarlo! El chamán hace esto utilizándose a sí mismo como instrumento para efectuar la unión”.
–Luis Eduardo Luna

Existe la noción básica de que la ayahuasca enseña “melodías mágicas” conocidas entre los peruanos como “icaros”. Los ícaros son canciones de poder chamánico que se utilizan para comunicarse con los espíritus del mundo natural, curar a los enfermos y, de hecho, provocar cierto tipo de manifestaciones visuales o miraciones en quienes están intoxicados con ayahuasca. De hecho, ser vegetalista es casi sinónimo de dominar un vasto repertorio de ícaros: cada uno de los diferentes espíritus vegetales psicoactivos tiene su propio ícaro.

Los diferentes tipos de icaros sirven para una variedad de propósitos, desde magia de amor hasta adivinación y curación de mordeduras de serpiente. “Shirohuehua” o canciones divertidas, por ejemplo, animan al paciente, induciéndole alegría y esperanza. Se canta “Manchari” para llevar un alma secuestrada a su dueño. Con el “aranita ícaro”, una pequeña araña teje una red alrededor de un hombre y una mujer uniéndolos para toda la eternidad.

Por lo general, tienen letras muy sencillas que aluden a plantas, animales locales que tienen algún poder o simbolismo. Los icarianos más modernos ya tienen el sincretismo cristiano. Pero no son esenciales las palabras exactas y la comprensión del texto, sino más bien la melodía –generalmente monótona y repetitiva– y, lo más importante, el espíritu compartido por el sanador. Esto lleva a creer que, al igual que los mantras indios, actúan a través de sonidos y vibraciones energéticas que modulan la función orgánica y son una forma del chamán de transmitir su propia energía.

Cada chamán es dueño de sus icaros así como es dueño de su experiencia y sabiduría, habiéndolas recibido a su vez de su maestro o directamente de la naturaleza. Dicen que en estos estados de conciencia inducidos por sueños y visiones captaban cada melodía, como si se ofreciera independientemente de la voluntad o el razonamiento y eventualmente en lenguajes desconocidos.

Muchos icaros son enseñados por los espíritus recibidos de plantas y animales: la raya-balsa, por ejemplo, una planta acuática, puede enseñar a viajar bajo el agua. Incluso hay icaros elaborados con perfumes, piedras y resinas. Las “sirenas” son a menudo invocadas en las sesiones de ayahuasca. Aparecen cantando hermosos ícaros, acompañados de instrumentos de cuerda. Sus ícaros pueden darle poder sobre el mundo submarino, particularmente sobre el Bufeo o delfín rosado de río. Estas criaturas son temidas y vistas como hechiceros poderosos, pero también están investidas de fascinación sexual. Se dice que los hombres sienten un intenso placer durante el coito con los delfines y en ocasiones no pueden separarse.

Los ícaros sólo se utilizan durante las sesiones de ayahuasca. Existe una jerarquía entre los chamanes dependiendo del número y poder de los icaros que conocen. Los icaros cantados en español no son tan poderosos como los del quechua selvático; Las mezclas de queschua con cocama y omagua son particularmente potentes. Sin embargo, cada chamán tiene un ícaro principal que representa la esencia de su poder.

En el estado de alta sensibilización de la intoxicación por ayahuasca, los icaros ayudan a estructurar la visión. También pueden modificar las propias alucinaciones. Luna informa: “Ícaro existe para aumentar o disminuir la intensidad y el color de las visiones, cambiar el color percibido y dirigir el contenido emocional de las alucinaciones”.

Los vegetarianos son maestros de la sinestesia. Utilizando los efectos acústicos más interesantes producidos al silbar y cantar, se pueden ver acústicamente diseños geométricos. Ícaro se refiere a un remedio como “mi canción pintada”, “mis palabras con esos dibujos” o “mi patrón de timbre”.

Los ícaros son la quintaesencia del poder chamánico. Un buen vegetalista es capaz de “orquestar” visiones hermosas o transformadoras a través de sus mágicas melodías. A veces surgen competencias entre maestros para “monopolizar” las opiniones de los presentes, una especie de “jam session” competitiva donde desatarán todos sus trucos.

Luna en Visiones de Ayuhasca incluyó transcripciones musicales de ocho ícaros seleccionados del repertorio de su informante, el Maestro Don Emilio, en el Apéndice II de su libro. Luna describe algunos de los icaros como de gran belleza sobrenatural e insta a los etnomusicólogos a registrarlos lo antes posible, ya que son una característica evanescente de la cultura chamánica, que está desapareciendo rápidamente. Los verdaderos ayahuasqueiros, afirma, están muriendo y sus roles están siendo asumidos por charlatanes. La clave para reconocer a un verdadero maestro es: ¿conoce las melodías mágicas?

Deja un comentario

Traducir "