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Demonios y ángeles

El Funcionamiento del Pacto Satánico – Manual de Pactos Satánicos

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En primer lugar, veamos el testimonio de Swedishborg y Bodin. Para conocimiento de las personas no familiarizadas con la magia negra, digo que no hay momentos más propicios uno que otro, así como no hay días ni lugares para comunicarse con los Espíritus.

No existen fórmulas ni palabras sacramentales o cabalísticas para evocarlos; que no hay necesidad de preparación o iniciación; que es nulo el uso de cualesquiera signos u objetos materiales para atraerlos o repelerlos, considerándose suficiente hacerlo; y, finalmente, que los iniciados reciban de ellos comunicaciones y contratos sin salir del estado normal, con tanta sencillez y naturalidad como si dichas comunicaciones fueran dictadas por una persona viva.

Siempre astutos y pérfidos, seducen al hombre con trampas antes de encadenarlo en la opresión y el servilismo. Aquí se despierta tu curiosidad con fenómenos pueriles y bromas; más allá, despiertan su admiración y lo someten al encanto de lo maravilloso.
Si lo sobrenatural aparece y los desenmascara, entonces se calman, extinguen cualquier temor, solicitan confianza y suscitan familiaridad. Sólo la charlatanería podía dar formas excéntricas a los pactos satánicos, injertándoles complementos ridículos.

Nunca podrás forzar la presencia de un demonio igual o superior a ti en moralidad, ya que careces de autoridad sobre él; pero, de tu inferior, y siendo para su beneficio, lo obtendrás, ya que otros demonios te apoyan.

La más esencial de todas las disposiciones que podemos evocar es la retirada, cuando deseamos tratar con demonios más fuertes. Con fe y una mente iluminada y libre de miedo, nos volvemos más capaces de evocar Espíritus. Elevando nuestra alma por algunos momentos de concentración al evocarlos, nos identificamos con los Espíritus más fuertes, predisponiéndolos a su llegada.

Ningún objeto, medalla o talismán tiene la propiedad de atraer o repeler a los Espíritus, así como la materia no ejerce acción sobre ellos. Un buen Espíritu nunca aconseja semejantes absurdos. La virtud de los talismanes sólo puede existir en la imaginación de personas ingenuas.
No existen fórmulas sacramentales para evocar a los Espíritus. Quien quisiera establecer una fórmula podría ser acusado de charlatanería, ya que para los Espíritus puros la fórmula no tiene ningún valor. Sin embargo, la evocación debe hacerse siempre en nombre de Dios.

Los Espíritus que programan entrevistas en lugares lúgubres y en momentos inoportunos, son los que se divierten a costa de quienes los escuchan. Siempre es inútil y a menudo peligroso ceder a tales sugerencias; inútiles, porque no se gana más que mistificación, y peligrosas, no por el daño que los Espíritus pueden hacer, sino por la influencia que tales hechos pueden ejercer sobre los cerebros débiles.

No hay días ni horas más especialmente propicios para las evocaciones: ésta, como todo lo material, es completamente indiferente a los Espíritus, además de ser supersticiosa la creencia en tales influencias. Los momentos más favorables son aquellos en los que el evocador puede abstraerse mejor de sus preocupaciones habituales, tranquilo en cuerpo y mente.

La crítica malévola se encarga de representar comunicaciones diabólicas revestidas de prácticas ridículas y supersticiosas de la antigua nigromancia.

En palabras de Levi:

La antigua serpiente de la leyenda no es más que el Agente Universal, el fuego eterno de la vida terrenal, el alma de la tierra y el centro viviente del infierno. La Luz Astral es receptáculo de formas, y éstas al evocarlas a través de la razón se producen armoniosamente, pero al evocarlas por la locura aparecen desordenadas y monstruosas: originándose así las pesadillas de San Antonio y los fantasmas del Sábado Santo.

¿Producen entonces un resultado práctico las evocaciones de la goetia y de la demoniomanía? Sí, ciertamente. ¡Uno con el que no se puede competir, uno más terrible de lo que jamás se podría volver a contar en las leyendas! Cuando alguien invoca al diablo o a los espíritus para pactar con ceremonias intencionales, el diablo viene y se deja ver.

Manual de pactos satánicos

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