Categorías
Alta Magia

El Pre-comienzo antes del comienzo sin fin

Leer en 16 minutos.

Este texto fue lamido por 95 almas esta semana.

Era sábado y como siempre decidí ir al Parque da Cidade a estudiar un poco, meditar y, si fuera necesario, practicar las Artes Augustas. A medida que me acercaba al lugar donde siempre estuve, un suelo cubierto de hojas con un pequeño y lento arroyo y junto a él, un singular árbol de tronco ancho muy bajo, que a unos noventa centímetros de altura aproximadamente se dividía en dos y corría horizontalmente hasta que se levantó y se ramificó. El espacio entre esta división es donde normalmente me siento y medito. Antes de llegar al lugar fui conmovido por un sonido encantador, era el sonido de la grabadora. Una música mágica entró en mis oídos y embriagó mis sentidos, haciendo que todo pareciera aún más hermoso. Orodreth se sentó en el suelo frente a dicho árbol, mientras este jugaba para él, dándole las gracias. Para él se parecía mucho a la cabeza de un hombre, con grandes astas de ciervo brotando de ella. De vez en cuando, se podía encontrar allí a este viejo conocido.

– Lord Vincus: Buenas tardes, viejo amigo, realmente es un hermoso sonido el que suena.

– Orodreth: Viejo Vincus, no esperaba encontrarme contigo hoy, especialmente tan temprano. Toco aquí para esta representación del gran padre cornudo, un sonido que me enseñaron los dioses.

– Lord Vincus: Sin duda, esta canción tiene algo divino.

– Orodreth: He estado leyendo algunos de tus textos; Me llamó la atención uno de ellos, la semana pasada, titulado El mago y la religión, en el diario O Bruxo, cuando haces afirmaciones serias sobre lo divino, y dices que es innecesario. ¿Podrías hablar mejor sobre esto? No me quedó tan claro.

– Lord Vincus: Tenía la intención de dedicarme este momento a mí mismo, pero como tu pregunta es interesante, puedo explicarla con más detalle.

– Orodreth: Instrúyeme primero sobre lo divino.

– Lord Vincus: Este es un tema complejo, casi imposible de tratar, pero me esforzaré por hacerte este favor. Como mero ser vivo perecedero, evocaré aquellos de los que me ocuparé, porque como alguna vez dijo el hermetismo, sólo lo similar reconoce lo similar. […] Y, en un intento de estar un poco más cerca de lo eterno, llamo a todo pulmón al gran Hermes, mensajero de los dioses, para que me tome por completo y me conceda la capacidad de deliberar sobre lo divino, cuidando de no llegar a cometer ninguna impiedad, guiándome con la misma consideración con que había guiado a Asclepio. (Un sentimiento de pasión despertó en mí, y pude darme cuenta que lo mismo le había pasado a Orodreth, me senté en el árbol sagrado, y en ese momento no era más que un trono).

– Orodreth: Veo que te emociona lidiar con este tipo de asuntos…

– Lord Vincus: Cállate Orodreth, porque comenzaré, y debes prestar atención a lo que te voy a decir, y si por casualidad no soy lo suficientemente claro, debes pedirme que sea más claro. – Orodreth: Permanezco en silencio y lo escucho con toda mi atención.

– Lord Vincus: Ahora Orodreth, ¿crees que es necesario que todo lo que existe provenga de una sola fuente? Quiero decir que a pesar de tantos dioses, en el principio, un solo ser inició todo el orden de la existencia.

– Orodreth: Efectivamente necesario.

– Lord Vincus: Y si él fuera único, y de él viniera toda la existencia, ¿no sería necesario pensar que nada era mayor que él, y que el todo era él y él era todo?

– Orodreth: Estoy de acuerdo.

– Lord Vincus: ¿Pero cómo podría ser un generador, creador de todas las cosas, dónde podría crear si todo lo que había fuera él? Ahora bien, si hubiera un espacio más allá de él en el que estuviera contenido, entonces no podría ser omnipresente ni el más grande de los seres. Y más aún, si existiera un espacio que lo contuviera, esto nos llevaría a pensar que en realidad no es el primer ser, sino el espacio donde se encuentra.

– Orodreth: De hecho, no podría.

– Lord Vincus: Y por casualidad, ¿no sería necesario que nosotros también pensáramos que este ser primero necesita ser eterno? Si el primer ser no hubiera existido en algún momento, ¿cómo podría existir ahora, si no había nada que pudiera crearlo? – Y como no fue creado, no hay nada antes de él. Todo lo que vino a ser vino de él, y el primer ser no es pasivo ante ningún otro ser, es decir, es el más poderoso, e incluso omnipotente.

– Orodreth: Obviamente.

– Lord Vincus: ¿Pero de qué sustancia podría crear este ser supremo?

– Orodreth: De su propia sustancia, es decir, de una parte de sí mismo.

– Lord Vincus: Cuánta falta de atención Orodreth, ¿no escuchaste lo que dije? ¿Cómo puede separar una parte de él? Porque si separo algo, lo separo fuera de su espacio original, y no había espacio fuera para que una parte fuera separada y transformada.

– Orodreth: De una parte de ti, dentro de ti mismo Lord Vincus.

– Lord Vincus: Pero pensando eso, ¿no implicaría que el primer ser es cambiable? Y si es mutable, por lo tanto es imperfecto, porque la perfección y la omnipotencia no pueden ser pasivas ante el cambio, mejor aún, la omnipotencia no puede ser pasiva ante nada. – Orodreth: De acuerdo. ¿Pero cómo lo hizo entonces para poder crear?

– Lord Vincus: Sólo veo una solución posible, y es en eso en lo que pretendo confiar. Todo lo que surgió del todo necesitaba primero ser pensado, y el pensamiento del ser existe como pensamiento del todo.

– Orodreth: ¿Somos entonces meros pensamientos? ¿Imaginaciones poco realistas?

– Señor Vincus: Cuida tu lengua, porque hay una gran realidad en el pensamiento, y es de él que el mundo surgió, y es también de él que podemos conocer el mundo, y más que eso, es de Pensé que al menos podemos acercarnos más o menos al conocimiento de ser el primero. Recuerda lo que dije, sólo lo semejante puede conocer lo semejante, sólo podemos conocer las cosas a través del pensamiento, y ahora, las cosas se forman esencialmente por el pensamiento.

– Orodreth: Es realmente difícil oponerse a esto.

– Lord Vincus: Todavía hay un problema con esto, pero uno que el gran Hermes podría resolver fácilmente.

-Orodreth: ¿Cuál es el problema? Lord Vincus: El problema del movimiento. Cuando el Todo pensaba en todos los seres, seguía un orden, imagino, en el que era necesario engendrar primero un ser que fuera superior a todos los demás, y este ser superior sería a la vez uno y múltiple.

-Orodreth: No entiendo. ¿Cómo podría ser a la vez uno y múltiple? Lord Vincus: Ahora, Orodreth, ¿no observas nuestro universo? ¿No es solo uno? Pero como en él hay enésimos seres individuales, y todos estos seres individuales son emanaciones de lo que componen, son también el universo; Por tanto, el universo es uno, como es uno, y múltiple por las innumerables formas individuales que es y que contiene.

-Orodreth: Está claro, pero ese ser superior a los seres individuales me parece que tiene algo de divino, algo consciente.

-Lord Vincus: No diré que sí o no, pero ciertamente es eficiente. Veo que todavía es necesario discutir la naturaleza del Todo, para aclarar el pensamiento sobre el universo. ¿No es necesario que todo lo que se mueve, oh Orodreth, sea movido por algo?

Orodreth: Necesariamente.

-Lord Vincus: Y este motor, ¿no tiene por qué ser superior a los muebles? -Orodreth: Sí, efectivamente. Si el mueble no es inferior, no habrá la pasividad que permita moverlo. -Lord Vincus: Pero si el móvil necesita algo superior para moverse, el Todo no puede ser móvil, sino un motor inmóvil, ya que genera y mueve todas las cosas. Y no debe moverse por sí mismo, porque el movimiento debe venir dado por algo superior, y no hay nada superior a la omnipotencia; por tanto su poder es igual a él mismo, y no mayor. Por tanto, no debe moverse con lo que mueve. Por eso también generaba por el pensamiento, de esta manera podía generar, sin moverse. Entonces es necesario entender cómo se mueven las cosas. El primer ser de este primer motor fue el universo, un Nudo demiúrgico, el más bello y bueno de los seres engendrados. Ahora bien, Orodreth, el ser que se mueve, como ya se dijo, no puede ser perfecto porque es pasivo ante otro ser, y no hay nada por encima de la perfección. Este ser, que es también un motor, un motor móvil, mueve en sí mismo toda la energía del pensamiento, y crea, según las formas pensadas por el primer motor, todos los seres, en los diferentes grados del mundo.

-Orodreth: Para mí dos dioses son claros, un dios perfecto y un dios imperfecto, si es que es posible que haya un dios imperfecto. -Lord Vincus: Dependería de cómo pensemos en la divinidad. Prefiero utilizar el concepto de este diálogo, que los dioses menores no son dioses, sino seres intelectuales superiores, ya que son movidos por el primer motor – por lo tanto imperfecto. Así concluyo que a través del movimiento sólo hay un Dios, ya que la imperfección no está en la naturaleza de la divinidad.

– Orodreth: ¿Un solo dios? Ahora habla como uno de esos cristianos protestantes liberales, que ignoran a todos nuestros dioses, quiero decir, a nuestros seres superiores, si puedo llamarlos dioses, siguiendo tus pensamientos. Bueno, Vincus, casi me estás convenciendo. -Lord Vincus: ¿Cristiano? ¿No me escuchaste decir que Dios necesita ser perfecto? ¿Has leído alguna vez el libro de Moisés? ¿El que los aduladores llaman Génesis?

-Orodreth: No, nunca lo leí.

-Lord Vincus: Tu falta de interés es imperdonable, Orodreth, pero no me importa. En ese mismo libro, el “dios” bíblico se arrepiente después del diluvio [Génesis 6.6]. ¿Qué es el arrepentimiento sino la constatación de un error y el deseo de no haberlo cometido? ¿Cómo podría haber algo más imperfecto que eso? ¿Y cuándo se irá? ¿Cómo puede la omnipotencia ser pasiva ante la ira? ¿O algún otro sentimiento? El primero en actuar no puede ser pasivo ante nada. Él es siempre la causa, no siente amor, es la causa del amor, no siente furia, pero es la causa de ello, no en sí mismo obviamente, porque, como ser perfecto, no es pasivo.

-Orodreth: El “dios” cristiano, bien pensado desde su punto de vista, recuerda al Demiurgo.

-Lord Vincus: Totalmente plausible, pero eso implicaría quitarle muchos de sus títulos, sería impío con el pre-principio de llamar al “dios” cristiano perfecto y omnipotente.

-Orodreth: También dijiste que Dios es eterno, por lo tanto siempre ha existido y siempre existirá.

-Lord Vincus: Obviamente, no hay nada más poderoso que pueda destruirlo. -Orodreth: Bueno, de lo divino me siento satisfecho, pero todo este diálogo me ha despertado la curiosidad por la muerte y la destrucción. ¿Puede morir el demiurgo? Quiero decir, ¿terminará?

– Lord Vincus: Evitaré hablar extensamente sobre la muerte, ya que ya lo he discutido extensamente en otro escrito.

– Orodreth: Sí, en el diálogo sobre la muerte y el mito del dios pulpo.

-Lord Vincus: Correcto, pero entiendo que es necesario tocar un poco la destrucción. Nada de lo que existe se destruye, ya que destrucción significa convertirse en nada, en un cero absoluto. Y como ya se ha dicho, nada no existe, porque si existiera necesitaría existir ante Dios, y si Dios es eterno, nada puede existir. Otro detalle, querida: ya estamos de acuerdo en que Dios creó todo a través del pensamiento, y por tanto, a través del pensamiento podemos conocerlo todo, porque sólo lo similar reconoce lo similar. Pero fíjate que no podemos pensar en nada, de hecho solo existe de nombre, porque como no podemos pensarlo, significa que no fue creado de ninguna manera, y como nada, no podría convertirse en algo, sería eterno. y lo único eterno es el motor inmóvil…

-Orodreth: Aún no has respondido mi pregunta.

-Lord Vincus: Entonces mantén tus oídos abiertos y más abiertos que tu boca, porque aún no he terminado de hablar. En efecto, el Demiurgo es inmortal, ya que nada de lo que existe puede dejar de existir; No confundas inmortal con eterno, ambos son muy diferentes, todo lo que es eterno también es inmortal, pero no todo lo que es inmortal es eterno, y solo Dios es eterno.

-Orodreth: Podría ser aún más claro. -Señor Vincus: Por supuesto, observa que eterno es todo lo que siempre es, y lo inmortal puede haber sido creado, como por pensamiento, y una vez hecho nunca se destruye, por lo tanto nunca muere.

-Orodreth: ¿Y qué pasa, Lord Vincus? Lord Vincus: Estos se transforman.

-Lord Vincus: Para entender bien las transformaciones necesito tener más claro sobre el demiurgo y su fin, ya que todo lo que es tiene un fin. En un principio es necesario decir que el fin de todo es seguir al primer ser mientras que el fin del primer ser es generar y como motor promover el movimiento.

-Orodreth: ¿Entonces podría haber otros motores inmóviles?

-Lord Vincus: Obviamente no, porque somos todos seres engendrados, diferentes de Dios. Ahora bien, nosotros somos pensamiento y Dios es la mente. Siempre tendemos al origen pero, como seres creados, siempre nos corromperemos, nos transformaremos.

-Orodreth: Se más claro.

-Señor Vincus: Dios es el primer ser, el Demiurgo es segundo e inferior a Dios, el ser humano es inferior al Demiurgo, los animales al ser humano y así sucesivamente. Dios como ser perfecto es Bueno, el Demiurgo como segundo no es perfecto y por lo tanto no es bueno, mientras que el ser humano todavía, en este sentido, no es dos veces bueno. Y para crecer y seguir vuestra naturaleza (ir a ser el primero) debéis estar siempre purificados, y es a esta purificación a la que los necios llaman muerte. El Demiurgo, al ser movido, sufre cambios. Debajo de él viven las estrellas que también sufren y promueven cambios. En las estrellas planetarias hay demonios que cuidan de los hombres comunes y elementales que promueven cambios en la naturaleza, todos ellos bajo el demiurgo. He aquí, estos elementales y estos demonios se llaman dioses, pero no son perfectos, y es impío llamarlos así. Todos los seres, de hecho, pueden y deben promover cambios, porque el superior siempre cuida del inferior, Dios cuida del Demiurgo, el Demiurgo de las estrellas, las estrellas de los seres supersensibles, los seres supersensibles de los hombres y los elementos, los hombres de los animales, los animales de sus inferiores.

-Orodreth: Estoy confundida, ¿cómo se da ese cuidado? ¿Realmente los hombres cuidan a los animales y al medio ambiente, como usted afirma que lo hacen?

-Señor Vincus: La gran mayoría, los despiadados, almas recién incorporadas a los hombres, acostumbradas a las bestias y de bajo intelecto, no lo hacen, por no haberse acostumbrado todavía al nuevo oficio, o haberse rendido a sus pasiones. Si bien este problema no afecta sólo a los hombres, sino que a los demonios y elementales, quienes pueden negar su cargo, hacerlo malo o peor, socavar lo que deben cuidar. Porque muy poco difiere el hombre común de los llamados dioses. Un antiguo sabio diría que los hombres son dioses mortales y los dioses son hombres inmortales. Sabemos que en realidad ambos son inmortales, lo que realmente los diferencia es el tiempo que tardan en transformarse. Pero todos están condenados a una muerte falsa, los hombres piadosos se transforman en demonios, los despiadados se transforman nuevamente en hombres o pueden volver a bestias primitivas, según el nivel de purificación requerido.

-Orodreth: ¿Y qué puede llevar al hombre a un final tan terrible?

-Lord Vincus: Las pasiones cuentan mucho, como la gula, pero lo realmente peligroso para los hombres, en los más diversos niveles, es el incumplimiento de sus deberes.

-Orodreth: Explica mejor este trabajo. Lord Vincus: El trabajo del hombre y de cualquier otro ser es la felicidad, y esta en el hombre está ligada al intelecto, en el conocimiento de los seres, porque conociendo lo creado se puede acercarse al creador. Primero miramos lo que es pasivo o similar a nosotros, hasta ascender y mirar desde un mejor punto de vista, lo que alguna vez fuimos. Esto es lo que hacen los "dioses".

-Orodreth: Entonces ¿qué dices, es que si vivo lleno de mi propia naturaleza, buscando siempre mi felicidad, en consecuencia estaré cumpliendo mi rol y siendo feliz?

– Lord Vincus: En términos generales tienes razón.

-Orodreth: Instrúyeme en la naturaleza del hombre.

-Lord Vincus: Este me parece un tema más fácil, y por ser más cercano, menos propenso a errores. En primer lugar, es necesario recordar que el hombre medio es un ser híbrido, está compuesto al mismo tiempo de sustancias sensitivas y supersensibles, y cada una de sus partes tiene su propia naturaleza y funciones diferentes. El cuerpo siempre tiende a la salud y la belleza, esto lo hace feliz, un cuerpo que vive de manera revoltosa, donde su apariencia delata abandono, y su imagen frente a sí mismo no es agradable, tiende a enfermarse, y cuando se enferma enfermo, puede cerrar poco a poco el canal del intelecto impidiendo al alma, su gobernante, tomar sobre él el debido poder.

Si bien el alma siempre tiende al conocimiento, sólo hasta donde el cuerpo lo permite, como el conocimiento de los seres o de lo divino no es parte de la naturaleza corpórea, el alma necesita estar libre del cuerpo o separada momentáneamente, para vislumbrar verdades superiores. -Orodreth: ¿Y todos los hombres son iguales?

-Lord Vincus: No, como te atreves a pensar eso, oh Orodreth... Entre los hombres de este mundo, y hay varios grupos de hombres, algunos son superiores y otros inferiores en relación a la ascensión, y por eso es necesario ser porque si se detuvieran, sería porque primero dejó de moverse el motor, y si ya no se mueve, será porque su antigua función ha cambiado, y como se ha dicho muchas veces, No es pasivo ante el cambio.

-Orodreth: ¿Pero cómo explicas el momento en que él no creó y empezó a crear?

-Lord Vincus: Gran pregunta, pero este momento no existe, el motor no está ubicado primero en un espacio, como ya lo he demostrado, ya que nada puede contenerlo, y tampoco está ubicado en el tiempo, por lo que siempre crea y se mueve, en tu eternidad. -Orodreth: Todavía tengo algunas dudas…

-Lord Vincus: Entonces vamos a adelantarnos, que ya hemos pasado mucho tiempo hablando. -Orodreth: Considerando que el pre-principio creó todo mediante el pensamiento, y piensa en nosotros eternamente, y así sabe todo en todos los tiempos de ocurrencia, ¿es cierta esa antigua idea del libre albedrío?

-Lord Vincus: ¿Quieres saber si somos libres?

-Orodreth: Sí Señor Vincus, ¡cómo quiero saberlo!

-Señor Vincus: Todo lo que fue creado está sujeto a leyes de creación insuperables, no somos libres en relación a dichas leyes, que estamos obligados a obedecer, que son leyes de nuestra existencia, pero a partir de ellas, podemos tomar decisiones y crear, como lo hizo el demiurgo, después de todo, también somos mentes. El único ser verdaderamente libre es el primer motor, ya que no está sujeto a tales leyes.

-Orodreth: ¿Y cuáles son esas leyes?

-Lord Vincus: Sólo las citaré, ya que pretendo deliberar sobre ellas en otro momento. Estos son 7, también conocidos como axiomas herméticos y son: La ley del mentalismo: Todo lo que surgió, surgió del pensamiento. La ley de la correspondencia: Todo lo que fue creado puede ser conocido, por muy lejos que esté, porque todo está bajo las leyes. La ley de la vibración: Todo se mueve. La ley de la polaridad: Todo tiene su contrario. La ley del ritmo: Todo se manifiesta mediante oscilaciones compensadas. La ley de causa y efecto: Toda causa tiene un efecto y todo lo que ocurre tiene una causa. (“El azar es sólo una ley desconocida” El Kybalion) La ley del género: Todo tiene su principio masculino y femenino.

-Orodreth: Oh, cómo me ha aclarado el pensamiento, y me parece que está trayendo un nuevo camino de adoración.

– Lord Vincus: Aléjate de eso. ¿No me has oído decir que no todos los dioses son perfectos y, como nosotros, están sujetos a error? ¿Por qué amarlos? Y si te refieres primero al motor, ¿no me has oído decir que sólo podemos conocer las cosas a través del pensamiento, usando la ley de correspondencia o, si lo prefieres, de semejanza, y Dios no se creó a sí mismo, por lo que no es suyo? propio objeto de pensamiento, y si no es pensado, como ya se ha dicho, no puede ser conocido, al fin y al cabo, no está sujeto a leyes. ¿Cómo puedo adorar aquello que no puedo pensar? Y más aún, ¿qué se esperaría de él, si en su inmovilidad sólo crea y se mueve? ¿Y qué podría ofrecer? ¿Oraciones? Como es perfecto, ¿qué puedo ofrecerle que no tenga ya?

-Orodreth: Pero dijiste que él es el único bueno.

-Señor Vincus: Dijo, pues él es el único de los seres, que lo da todo y no recibe nada, pues no le falta nada.

-Orodreth: Entonces reconociendo esto, ¿deberíamos ignorarlo?

-Lord Vincus: De ninguna manera, debemos conocer su creación, para poder acercarnos a él, aunque nunca lo alcanzaremos. Porque el hombre no es más que un eterno vagabundo. Y la única manera de vivir felices bajo las leyes divinas es cumpliendo el oficio, en nuestro caso es saber y estar sano. Y es entonces cuando la religión, en el sentido de adorar algo, se convierte en mera adulación que enferma a los hombres, los vuelve locos en el intento de pensar algo que no se puede pensar, y ruegan atención, terminando siendo inútiles para el trabajo.

-Orodreth: Yo, como buen pagano, estoy obligado a estar en desacuerdo con tal pensamiento, aunque no puedo ir en contra. Y te agradezco por instruirme con tanta paciencia, porque ardo de felicidad por todo lo que he aprendido.

-Lord Vincus: Que la pases bien, querido amigo. Me voy, porque no pretendo privarte ni un segundo más de intentar llamar la atención de este árbol.

 

Referencias bibliograficas

Corpus Hermeticum (Hermes Trismegistus)

El kybalion (Los tres iniciados)

Fedón (Platón)

Señor Vincus Vinicius.pimentel.ferreira@hotmail.com

Deja un comentario

Traducir "