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Versos dorados de Pitágoras

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Los Versos Dorados de Pitágoras (Χρύσεα Ἔπη), en latín: Aurea Carmina) son una colección de exhortaciones simbólicas y morales utilizadas por los pitagóricos de la antigüedad tardía. Los escritos en verso dactílico en hexámetro se atribuyen tradicionalmente a Pitágoras y fueron incluidos por  William Wynn Wescott en su famosa Colección Hermética.

Este es uno de los raros registros históricos de la doctrina pitagórica.

01. Honrar primero a los dioses inmortales, como exige la ley.
02. A continuación, reverencia el juramento que hiciste.
03. Luego los héroes ilustres, llenos de bondad y luz.
04. Rinded homenaje, pues, a los espíritus terrenales y mostradles el debido respeto.
05. Entonces honra a tus padres y a todos los miembros de tu familia.
06. Entre los demás, elige como amigo al más sabio y virtuoso.
07. Aprovechad sus suaves discursos, y aprended de sus actos útiles y virtuosos.
08. Pero no alejes a tu amigo por un pequeño error.
09. Porque el poder está limitado por la necesidad.
10. Toma en serio lo siguiente: Debes afrontar y superar tus pasiones.
11. Primero la gula, luego la pereza, la lujuria y la ira.
12. No hagas cosas con otros, o solo, que te hagan sentir avergonzado.
13. Y, sobre todo, respétate a ti mismo.
14. Practica la justicia con tus acciones y tus palabras.
15. Y establezca el hábito de nunca actuar irreflexivamente.
16. Pero recordad siempre un hecho: que la muerte llegará a todos.
17. Y que las cosas buenas del mundo son inciertas, y así como se pueden ganar, también se pueden perder.
18. Cumplid vuestra parte con paciencia y sin murmuraciones, cualquiera que sea.
19. De los sufrimientos que el destino determinado por los dioses impone a los seres humanos.
20. Pero trata de aliviar tu dolor siempre que sea posible.
21. Y recuerda que el destino no envía muchas desgracias a los buenos.
22. Lo que la gente piensa y dice varía mucho; ahora es algo bueno, luego es algo malo.
23. Por tanto, no aceptes ciegamente lo que oyes, ni lo rechaces apresuradamente.
24. Pero si se dicen mentiras, retrocede con suavidad y ármate de paciencia.
25 Cumplid fielmente, en todas las ocasiones, lo que ahora os digo.
26. No dejéis que nadie, con palabras o acciones,
27. Hacerte hacer o decir lo que no es mejor para ti.
28. Piensa y delibera antes de actuar, para no cometer tonterías.
29. Porque es propio del hombre miserable actuar y hablar sin pensar.
30. Pero haz lo que no te cause angustia más adelante, y que no te cause arrepentimiento.
31. No hagas nada que no puedas entender.
32. Sin embargo, aprende lo que necesitas saber; De esta manera, tu vida será feliz.
33. No olvides de ninguna manera la salud de tu cuerpo.
34. Pero dale comida con moderación, el ejercicio necesario y también descansa tu mente.
35. Lo que quiero decir con la palabra moderación es que deben evitarse los extremos.
36. Acostúmbrate a una vida digna y pura, sin lujos.
37. Evita todo lo que pueda causar envidia.
38. Y no exageres. Viva como quien sabe lo que es honorable y decente.
39. No actúes impulsado por la codicia o la avaricia. Es excelente utilizar la medida justa en todas estas cosas.
40. Haz sólo cosas que no te puedan hacer daño, y decide antes de hacerlas.
41. Cuando te acuestes, no dejes nunca que el sueño se acerque a tus ojos cansados,
42. Hasta que revises todas tus acciones del día con tu conciencia más elevada.
43. Pregunta: “¿Qué hice mal? ¿Cómo actué correctamente? ¿Qué deber no he cumplido?”
44. Cúlpate por tus errores, regocíjate por tus éxitos.
45. Practique completamente todas estas recomendaciones. Medita bien en ellos. Debes amarlos con todo tu corazón.
46. ​​Ellos son quienes os pondrán en el camino de la Virtud Divina.
47. Lo juro por quien transmitió el Sagrado Cuaternario a nuestras almas.
48. Esa fuente de la naturaleza cuya evolución es eterna.
49. Nunca comiences una tarea sin antes pedir la bendición y ayuda de los Dioses.
50. Cuando haces de todo esto un hábito,
51. Conocerás la naturaleza de los dioses y de los hombres inmortales,
52. Veréis hasta dónde llega la diversidad entre los seres, y aquello que los contiene y los mantiene en unidad.
53. Veréis entonces, según la Justicia, que la sustancia del Universo es la misma en todas las cosas.
54. De esta manera no desearéis lo que no debéis desear, y nada de este mundo os será desconocido.
55. Os daréis cuenta también de que los hombres echan sobre sí mismos sus propias desgracias, voluntariamente y por su libre elección.
56. ¡Qué infelices son! No ven ni comprenden que su bien está de su lado.
57. Pocos saben liberarse de su sufrimiento.
58. Éste es el peso del destino que ciega a la humanidad.
59. Los seres humanos caminan en círculos, de un lado a otro, con un sufrimiento sin fin,
60. Porque les acompaña una oscura compañera, la fatal desunión entre ellos, que les arroja de arriba abajo sin que se den cuenta.
61. Procurad, discretamente, no despertar nunca la discordia, ¡pero evítala!
62. Oh Dios Padre nuestro, libéralos a todos de tan grandes sufrimientos.
63. Mostrando a cada uno el Espíritu que es su guía.
64. Pero no debéis tener miedo, porque los hombres pertenecen a una raza divina.
65. Y la naturaleza santa les revelará y mostrará todo.
66. Si ella te comunica tus secretos, fácilmente pondrás en práctica todas las cosas que te recomiendo.
67. Y sanando tu alma la liberarás de todos estos males y sufrimientos.
68. Pero evitad alimentos que no sean recomendables para la purificación y liberación del alma.
69. Evaluad bien todas las cosas,
70. Buscando siempre dejarse guiar por el entendimiento divino que debe guiarlo todo.
71. Así, cuando abandonáis vuestro cuerpo físico y os eleváis al éter.
72. Serás inmortal y divina, tendrás plenitud y nunca más morirás

 

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