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Sociedades y conspiraciones

Sobre ser rosacruz

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Ángel Martín Velayos

La Orden Rosacruz, a través de sus estudios, hace de sus miembros hombres y mujeres libres.

Libres de supersticiones y falsas creencias, que perjudican a quienes las profesan, convirtiendo sus vidas en desiertos áridos y llenos de sufrimiento.

Libres de enfrentamientos con la ignorancia que ciega a los necios, que temerosos de su propia debilidad, atacan a quienes tienen una vida fructífera y llena de comprensión.

Libres de los golpes de una existencia sin sentido, que provoca el vacío en quienes la padecen, y libres también de elegir su propio destino, cumpliendo así su misión personal y ocupando el lugar reservado a cada uno de nosotros en el vasto conjunto Cósmico.

Debido a que es el Conocimiento el que hace libres al ser humano, la Orden Rosacruz, que difunde esta Luz, desea que sus miembros sean libres en el uso de su propia voluntad y conciencia.

Hacemos estas consideraciones porque siempre es necesario, y también para que entiendan los miembros recientes de la Orden Rosacruz que los Rosacruces NUNCA pidieron a sus miembros que mantuvieran un determinado comportamiento, ni que siguieran una dieta fija y, por tanto, nunca interfirieron. en el comportamiento afectivo y en las interrelaciones de sus afiliados.

Una de las reglas de la Orden Rosacruz, que se ha mantenido durante muchos siglos, es que nadie de nuestra Fraternidad debe ser obligado a vestir de manera especial, comportarse de manera ridícula o extraña, o hablar un idioma diferente al de el país donde vives. Así, las costumbres, en cada caso, seguirán siendo las mismas para todos los socios.

Tal es el respeto, consideración y tolerancia que los Rosacruces han demostrado a lo largo de los siglos que, si analizamos la trayectoria de la Orden a lo largo de su Historia, podemos observar que nuestra Venerable Orden sólo ha difundido la Luz y la esperanza ante las cuales las tinieblas se disipan y desaparecer.

NUNCA la verdadera Orden de la Rosa Cruz ha propuesto el aprisionamiento de sus miembros a rígidas normas de comportamiento y existencia, ni jamás ha restringido la libertad de conciencia de ningún Ser Humano, y mucho menos de cualquiera de sus miembros.

Por lo tanto, de acuerdo con nuestra Tradición, no podemos pedir a los miembros de la Orden Rosa Cruz que asuman una determinada posición, cualquiera que sea, en relación con el pensamiento político, social, religioso, educativo o de cualquier otro tipo.

Pero si podemos analizar el proceso de despertar intelectual, moral y espiritual de los miembros de la Orden Rosacruz para facilitar el camino a seguir por todo Rosacruz que aspire al sublime Grado de Perfección que conocemos, en nuestra terminología, como Adepto , o, si lo prefieres, como aquel que hace que el símbolo de nuestra Orden esté tan incorporado a su personalidad que se convierte en UNA FORMA DE SER.  

En muchos tratados de la Orden, tanto en el pasado como en la actualidad, se hacen continuas referencias a la Gran Reforma que permitirá realizar íntegramente la Gran Obra.  

En muchas ocasiones también hemos explicado que la Gran Reforma debe comenzar por cada uno de nosotros, para que la Gran Obra de regeneración personal se pueda realizar dentro de nosotros y así contribuir a la Reforma de aquellos aspectos que en la sociedad deben ser cambiados para mejor, que haya una amplia mejora en ello. Este es el camino para la evolución de la Humanidad en su conjunto, haciendo nuestra Tierra cada vez más justa, más solidaria y más fraterna.

Así contribuimos a la Gran Obra –de proporciones gigantescas– que incluye, en su conjunto, a toda la Humanidad y a todo el Cosmos.

Con esto queremos decir que un rosacruz debe ser miembro activo de este mundo, y que la luz que se le ha confiado para iluminar interiormente, liberándolo de la superstición y la ignorancia, convirtiéndolo en dueño de su propia vida y arquitecto de su destino, debe también ser miembro activo de este mundo. brilla fuera de él, para que el camino de todos aquellos que buscan desesperadamente la Luz y el contenido sea iluminado.

Un Rosacruz siempre debe tratar de ser, en todas las circunstancias de su vida, un ROSACRUZ.

Decimos intentar porque todo se puede conseguir poco a poco; de hecho, la evolución rápida y revolucionaria puede causarnos un trauma doloroso. Así, es poco a poco que se nos va revelando el conocimiento y sus frutos; y tengamos siempre presente que nuestro esfuerzo en esta ascensión debe ser constante.

Las herramientas con las que la Orden Rosacruz equipa a sus miembros son joyas preciosas que no nos son entregadas para guardarlas encerradas en una caja fuerte, sino para que las utilicemos, cubriendo nuestras necesidades y mostrando a los demás el camino para que puedan resolverse por sí solos. tus problemas.

Los rosacruces –si realmente lo son– nunca deben ceder a acomodaciones inútiles y paralizantes. Deben, por el contrario, actuar con sus conocimientos para ayudarse unos a otros y a otros que puedan necesitar su ayuda.

Es en el campo de batalla donde el guerrero pone a prueba la fuerza de sus armas; Allí prueba el templado del acero con el que se forjó su espada.

Este ejemplo simbólico nos muestra que es en momentos delicados de nuestra existencia, o cuando debemos brindar ayuda a otros, cuando surge la oportunidad de comprobar la calidad de las enseñanzas rosacruces. Es el uso constante de nuestras facultades internas y externas lo que nos hace Maestros y no sólo su contemplación.

El Rosacruz, utilizando sus conocimientos y su esfuerzo activo, debe colaborar en la transformación de la sociedad según sus capacidades. En algunas ocasiones tendrás que actuar con firmeza para que las cosas mejoren; y en otros debe permanecer pasivo, para no ser manipulado por seres egoístas.

Siempre, en la medida de lo posible, buscará estar en justa armonía y proporción de las fuerzas antagónicas que gobiernan la naturaleza, positivas y negativas.

Pero de la misma manera que muchos Rosacruces, en el pasado, lucharon activamente para obtener los logros que permitieron la evolución positiva de la Humanidad, también debemos luchar por construir un mundo mejor que el que heredamos, para transmitirlo a nuestros hijos y a nuestros hijos. todos los seres humanos, algo mejor, algo más evolucionado y más perfecto; Ellos, los que vendrán después de nosotros, recogerán la antorcha y continuarán con la sublime tarea de transmitir la Luz.  

Debemos ser conscientes que los Rosacruces estudian para su elevación total dentro de los ideales de integridad, y entendiendo que todo es un todo que se une armoniosamente en todos los planos, debemos buscar mejorar física, intelectual y espiritualmente; recordando siempre que es nuestra obligación moral y fraternal compartir esta superación con quienes no tienen la Luz suficiente para poder evolucionar por sus propios medios.

Recordemos siempre, grabando en nuestra mente con letras de fuego, que SI NO DAMOS LUZ, ¿QUIÉN NOS LA DARÁ?

Que la Paz Profunda habite en sus corazones y en los vínculos del Servicio en nuestra Venerable Orden.

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