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PSICÓPATA

Experiencias alucinatorias: una cuestión de diversidad

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Shirlei Massapust

Hay circunstancias en las que la gente puede experimentar lo imposible. Uno de ellos es el fenómeno alucinatorio. Gracias al activismo del movimiento antiasilo, las personas que no ven alterada su vida social tras experimentar fenómenos alucinatorios, tanto positivos como negativos, actualmente no son considerados enfermos mentales.

Las personas con tales condiciones no son curables, del mismo modo que la zurda no es curable. Las variaciones humanas no están abiertas a la curación, sólo a la superación. En otras palabras, las alucinaciones no son sintomáticas cuando el fenómeno no causa malestar ni tiene un impacto positivo en la vida de las personas, brindando consuelo e inspiración.

Por ejemplo, entre los personajes históricos que experimentaron alucinaciones auditivas verbales se encuentra Nikola Tesla (1856-1943), quien escuchó “voces de Marte” que le resultaron tan útiles que le ayudaron a descubrir la corriente alterna. Sócrates (469-399 aC) también tuvo experiencias con un daimon (δαίμων) o voz interior que lo motivó a filosofar.

Estoy seguro de que algún día has cometido el error de pensar que fulano de tal te llamaba o caminaba cerca y, al mirar directamente, te diste cuenta de que no era la persona que conocías: De hecho, había ¡nadie! ¿Bien? Entonces ya has alucinado.

Una investigación realizada en los Países Bajos sugiere que una de cada veinticinco personas escucha voces con regularidad. Según la investigadora Aylish Campbell, de la Universidad de Manchester, escuchar voces en tu cabeza que interrumpen tus pensamientos es muy común. Algunas personas que escuchan voces describen el suceso como si alguien dijera su nombre, pero cuando van a contestar descubren que no hay nadie. Las personas también escuchan voces como si fueran pensamientos externos que entran en sus mentes e incluso pueden iniciar una conversación.

Marius Romme, presidente de Intervoice, una organización benéfica británica especializada en ayudar a las personas que dicen haber escuchado voces, dijo en una entrevista con la BBC: “Nuestro trabajo de investigación ha demostrado que más del 70% de las personas que escuchan voces pueden haber tenido un evento traumático que desencadenó las voces.”[1]

Debo estar entre el 30% restante, ya que mi único trauma en la vida fue escuchar voces amenazadoras... Recientemente, se han investigado los fenómenos alucinatorios experimentados por personas sin un diagnóstico de cambios neurológicos o trastornos psiquiátricos. La gente común, especialmente aquellos que nunca han consumido sustancias psicotrópicas, pueden ver, oír, oler e incluso tocar objetos que, según la hipótesis médica, serían irreales y existirían sólo en forma de experiencia subjetiva.

Un artículo para profanos publicado en la revista. Super interesante resumió un estudio académico publicado en Revista británica de psiquiatría en el que se estimó que una de cada veintitrés personas experimentó al menos un fenómeno alucinatorio en 2016. En esta ocasión, los expertos analizaron la salud mental de siete mil adultos en Inglaterra.

Entre las personas con trastorno límite, el 13,7% dijo haber tenido alucinaciones al menos una vez, menos de lo que esperaban los investigadores. Entre los pacientes con depresión y ansiedad clásicas, sin experiencias psicóticas, el resultado fue casi el mismo: 12,6%. (…) De los 7 encuestados, el 4,3% afirmó haber tenido alucinaciones durante el año anterior, incluidas personas absolutamente sanas desde el punto de vista psiquiátrico. (…) En 2015, una encuesta aún mayor, realizada con 31 mil personas en más de 15 países, alcanzó una cifra muy similar: el 5% de la población general dijo haber tenido alucinaciones.[2]

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Al parecer el porcentaje de fenómenos alucinatorios entre los holandeses es un 8,6% mayor que entre la población inglesa. Sin embargo, no hay consenso sobre las cifras exactas. Según una nota de la revista Galileo, número 269, otra encuesta de la Universidad de Stanford, completada en 2000, estimaba que el 2% de las personas tiene alucinaciones cada semana, el 20% alucina al menos una vez al mes y un tercio al menos una vez en su vida.[3]

Una historia de BBC News de enero de 2018 cubrió la investigación “Escuchar la voz”. La doctora Angela Woods lidera esta investigación en el Centro de Humanidades Médicas de la Universidad de Durham (Reino Unido). Reveló a la prensa que un grupo que engloba alrededor del 2% de la población mundial vive fenómenos intensos y continuos. Sin embargo, más de la mitad de las personas que alucinan regularmente llevan una vida normal, sin necesidad de medicación psiquiátrica.

Rachel Waddingham vive con más de cinco voces en su cabeza que comentan su vida a diario. Tienen nombres, personalidades y edades claramente diferenciados, por lo que la británica puede distinguir perfectamente cuál es cuál, incluso por su forma de hablar. (…) Desde los 18 años, Rachel escucha en su cabeza a tres hombres comentando y criticando todo lo que hace, como si fueran científicos en un experimento. (…) Las voces también se escuchan y hablan entre sí; algunas incluso tienen miedo de otras. (…) Estas voces no están del todo inventadas. (…) Los científicos han demostrado mediante escáneres cerebrales que cuando personas como Rachel escuchan estas voces, experimentan una actividad cerebral diferente. (…) Algunos son negativos, críticos y dicen cosas horribles. Otros pueden ser amigables y serviciales, ofreciendo, por ejemplo, consejos o ideas. (…) A Rachel (…) le diagnosticaron una combinación de esquizofrenia y trastorno bipolar. (…) Hoy, sin embargo, escucha voces, pero no está enfermo. (…) Trabaja y hace vida normal. (…) Si no lo hubiera revelado, nadie sabría lo que pasaba por su cabeza.[4]

Yo viví una experiencia similar, con un grupo de cuatro voces y un radio comunicador charla a pie hablando de forma continua, desde noviembre de 2017 hasta agosto de 2018. Hubo tres voces masculinas y una femenina. No parecían las voces de nadie que yo conociera. Aunque discutían entre ellos, todos obedecieron las órdenes del superior que les hablaba a través del charla a pie. Uno de los hombres no siempre estaba presente, como si dejara a los demás y regresara constantemente. Otro de ellos, el llamado “Tostes”, fue fusilado; pero la misma voz pronto regresó actuando como un personaje más.

Además de estas cuatro voces interpretando cinco personajes, rara vez aparecía un extra. Una noche tuvieron un baile funk muy ruidoso que nadie escuchó excepto yo.

Todas las voces dejaron de hablar a pocos días del 01/09/2018, fecha en la que se realizó un electroencefalograma durante una crisis, en la Clínica Carlos Bacelar. El resultado, difundido el 30/08/2018, emitido por el médico responsable Guilherme Frota Bacelar Martins, indicó un electroencefalograma dentro de los límites normales de variación con un ritmo alfa irregular, simétrico de 08 a 10 c/s (ciclos por segundo), de 40 a 60 microvoltios, predominando en las zonas posteriores; y aparición de ritmo beta en zonas anteriores.

En la literatura médica las ondas beta (13-30 c/s) indican concentración y estado de alerta. Esto es lo menos común de mi CEE. Quizás no esté de más señalar que en las últimas 48 horas no había tomado ningún medicamento, ni café. La razón de mi perplejidad fue el hecho de que escuchaba voces hostiles y no sabía de dónde venían.

Se ha hablado mucho de voces “positivas” y “negativas”. En realidad, las cosas no son tan sencillas. Las voces alucinatorias no son deidades maniqueas. Hay experiencias positivas con voces amigas, como también las hay negativas con voces hostiles. También hay voces positivas que generan consecuencias negativas y voces negativas que culminan en consecuencias positivas. Hay voces positivas que se vuelven negativas (por ejemplo, cuando dos o más voces dialogan y las voces negativas convencen a las positivas para que se unan a ellas en la conspiración contra el oyente). Hay voces que son neutrales.

Cavum septum pellucidum (CSP)

Según estudios de morfología cerebral en la esquizofrenia, la persistencia y el agrandamiento del cavum septum pellucidum (CSP) es una variación anatómica o cambio típico del desarrollo neurológico que se encuentra con mayor frecuencia en estudios de resonancia magnética y tomografías computarizadas de pacientes esquizofrénicos, lo que sugiere un factor de riesgo, si no un factor de riesgo. modelo de desarrollo para este trastorno.[5] [6] [7] Adrian Raine explica que la CSP persiste en un cerebro que no crece como debería:

Un indicio de un desarrollo cerebral deficiente que ocurre en una etapa muy temprana de la vida es una condición neurológica llamada persistencia cerebral. cavum del tabique pelúcido. Normalmente, todo el mundo tiene dos láminas de materia gris y blanca fusionadas, el llamado “septum pellucidum”, que separa los ventrículos laterales, espacios llenos de líquido en el centro del órgano. Se puede ver el espacio negro en el cerebro normal (…), junto con el septum pellucidum blanco, la línea que divide los ventrículos negros. Durante el desarrollo fetal, también hay una brecha llena de líquido en forma de cueva, o "cavum”- entre estos dos folletos. Se puede ver este espacio negro que separa las dos láminas blancas del septum pellucidum en el cerebro (…). A medida que el órgano crece rápidamente durante el segundo trimestre del embarazo, el agrandamiento de sus estructuras límbicas y de la línea media (el hipocampo, la amígdala, el tabique y el cuerpo calloso) presiona efectivamente las dos valvas hasta que se fusionan. Esta fusión se completa entre tres y seis meses después del nacimiento. Sin embargo, cuando las estructuras límbicas no se desarrollan de forma normal, el cavum entre las dos valvas, de ahí el término persistencia cavum del septum pellucidum.[8]

¿Un órgano que ocupa el espacio para el que la naturaleza lo diseñó, sin crecer, exprimir y fusionar sus partes, está poco desarrollado o perfectamente sano? Un neurocientífico estimó una vez la persistencia de la CSP en el 5% de la población mundial. Sería una pena que el 95% de la raza humana tuviera un cerebro mal formado y no al revés.

La teoría de que los cambios en el neurodesarrollo temprano pueden influir en la manifestación de los trastornos neuropsíquicos ha ganado terreno al intentar explicar, al menos en parte, la etiopatogenia de algunas enfermedades, con gran énfasis en la esquizofrenia.

El trabajo posterior continuó investigando la relación entre CSP y pacientes con esquizofrenia. Algunos indican una mayor prevalencia de CSP en pacientes diagnosticados con la enfermedad o con alto riesgo de padecerla, lo que sugiere que es un probable factor de riesgo. También hay estudios en los que la importancia de la persistencia de la CSP está directamente relacionada con sus dimensiones, existiendo una mayor frecuencia de CSP aumentada en pacientes con trastornos neuropsíquicos o con mayor riesgo de manifestarlos. Esta es quizás la interpretación más consensuada e importante en la literatura sobre CSP, ya que existe una tendencia a admitir que, de hecho, sus dimensiones determinarán su significado patológico, y no su presencia en sí.[9]

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Según informe de Tomografía Computarizada de Cráneo, realizado en la clínica 3D DIAGNOSE LTDA el 07/02/2007, mediante tomógrafo MULTI-SLICE, tengo CSP y una “lesión hipodensa de límites bien definidos, de apariencia quística localizada en región temporal izquierda, situación previa, sugestiva de quiste aracnoideo”. Otro informe de Tomografía Computarizada de Cráneo, realizado en la misma clínica y con el mismo tipo de tomógrafo, el 21/06/2016, precisó que este quiste aparece como una “imagen ovalada con una densidad similar al líquido cefalorraquídeo, sin realce de contraste, midiendo mide aproximadamente 1,7 x 0,8 x 0,8 cm, en situación extraaxial junto a la porción anterior del lóbulo temporal izquierdo, indicativo de un pequeño quiste aracnoideo”. No hay malignidad ya que su tamaño no ha aumentado.

CSP separando los ventrículos laterales de mi cerebro.

Hablé con dos neurólogos brasileños que declararon que no era necesario operar lo que clasificaron como un “quiste benigno”. En cuanto al CSP, prefirieron no decir nada. Me imagino que en medicina se aplica el proverbio “lo que no se puede curar, se cura”. Si me hubieran advertido que la persistencia de la CSP me ponía en riesgo de esquizofrenia, dos años después no habría temido continuas alucinaciones verbales que sonaban como si personas reales conspiraran para robar en mi casa y dañar a mi familia.

Al final, fue la desinformación y no la alucinación lo que me enfermó. Sin información, no tiene sentido tomar quetiapina y risperidona, ya que el enemigo invisible continúa conspirando para inducir al oyente a suicidarse. Con información, el alucinado aprende que las voces hostiles son como perros que ladran y no muerden. Luego podrá aprender y/o desarrollar estrategias para abordar el problema.

REFERENCIAS:

[ 1 ] ESCUCHAR VOCES EN TU CABEZA PUEDE SER NORMAL, DICE UN ESTUDIO. En: BBC Brasil, última actualización el 19/09/2006 – 01:42 GMT (22:42 Brasilia). Hipervínculo: .

[2] LEONARDI, Ana Carolina. Una de cada 20 personas sufre alucinaciones: investigaciones recientes muestran que el 5% de la población ha tenido al menos un episodio durante el último año, incluidas personas completamente sanas. En: Super interesante, edición en línea, publicada el 21/02/2017. 18:35. Hipervínculo: .

[3] EDITORIAL GALILEO. Tener alucinaciones es común: la línea entre personas sanas y enfermas es más delgada de lo que piensas. En: Revista Galileo, edición 269. Río de Janeiro, Editora Globo, diciembre de 2013. Consultado el 24/12/2020. Hipervínculo: .

[ 4 ] EL TRASTORNO QUE LLEVA A UNA MUJER A VIVIR CON CINCO VOCES EN SU CABEZA. En: BBC News, 29/01/2018 15:01 p.m. Hipervínculo:

[5] MARTINS, Lía Pontes Lisboa; LEITÃO, Antônio Miguel Furtado; LUCENA, Jalles Dantas de & GONDIM, Francisco de Assis Aquino. Cavum Septum Pellucidum, de la embriología a la clínica: una revisión de la literatura. En: Revista de Ciencias Biológicas y de la Salud, v. 7, núm. 1 (enero-marzo) (2019), págs. 93-94. Hipervínculo: .

[6] KAPCZINSKI, Flavio; QUEVEDO, João, IZQUIERDO, Iván & colaboradores. Bases biológicas de los trastornos psiquiátricos: un enfoque traslacional. (3ª edición revisada y actualizada). Porto Alegre, Artmed, 2011, p 201. Hipervínculo: .

[7] TRZESNIAK, C. et al. ¿Son las anomalías del cavum septum pellucidum más comunes en los trastornos del espectro de la esquizofrenia? Una revisión sistemática y un metanálisis.. En: Investigación de la esquizofrenia, v. 125, núm. 1, pág. 1-12, 2011b. Reseña en hipervínculo: .

[8] LLUVIA, Adrián. La anatomía de la violencia: las raíces biológicas del crimen. Porto Alegre, Artmed Editora, 2015. .

[9] MARTINS, Lía Pontes Lisboa; LEITÃO, Antônio Miguel Furtado; LUCENA, Jalles Dantas de & GONDIM, Francisco de Assis Aquino. Cavum Septum Pellucidum, de la embriología a la clínica: una revisión de la literatura. J. Salud Biol Sci. 2019; 7(1), págs. 93-94. Hipervínculo: .

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