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PSICÓPATA

Afantasia e hiperfantasia, ceguera y visión de la mente.

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por  Rafaela Fernández

Piensa en una manzana.

La mayoría de la gente podrá hacer esto sin ninguna dificultad. Aunque el individuo nunca haya visto una manzana, si ha visto una en la televisión puede utilizar esa imagen como referencia para construirla en su pantalla mental, con mayor o menor grado de detalle sobre la misma. Esto significa que usted, como la mayoría de las personas, puede transformar la información descrita anteriormente, como paisajes, objetos y rostros, en escenas e imágenes.

La experiencia de concebir una imagen mental se conoce como Qualia, un fenómeno fascinante que nos permite imaginar y percibir virtualmente una infinidad de elementos sensoriales. Sorprendentemente, más del 97% de la población global tiene la capacidad de crear estas representaciones mentales de objetos tangibles e intangibles, seres vivos, entornos, eventos e incluso sensaciones físicas y emocionales.

Sin embargo, algunas personas, al intentar “pensar en una manzana”, no podrán formar ninguna imagen en su pantalla mental.

El término “aphantasia” deriva de la palabra griega phantasia, que significa “imaginación”, y del prefijo “a”, que significa “sin”.

Este término, sin embargo, surgió recién en 2015, cuando la condición fue descrita y nombrada por el neurólogo británico Adam Zeman, profesor de neurología cognitiva en la Universidad de Exeter. Sus estudios se basaron en casos, exámenes de imagen y pruebas clínicas, donde se observó la ausencia de capacidad de visualización.

La afantasia, también conocida como “imaginación ciega”, describe una condición en la que ciertos individuos son incapaces de visualizar ninguna imagen en su mente. Sin embargo, esto no afecta la forma en que estos individuos perciben el mundo, ni el reconocimiento de objetos, rostros, paisajes, etc.

El individuo sabe qué es una manzana, recuerda la última vez que vio una, recuerda el sabor, el color, el olor, pero aún así su mente no podrá replicar la imagen. Todo lo que este individuo ve es una pantalla negra.

Se estima que alrededor del 2,5% de la población mundial padece afantasia, un dato interesante observado es que la mayoría de las personas afectadas describieron la idea de visualización como algo metafórico, lo que explica la falta de cuestionamiento sobre el tema. La afantasia está relacionada con la forma en que el cerebro procesa la información visual y puede deberse a diversas causas, incluidas lesiones cerebrales, traumas emocionales o variaciones naturales en la estructura del cerebro.

Investigaciones recientes sugieren que la afantasia puede estar relacionada con diferencias en la actividad y conectividad de ciertas áreas del cerebro, como la corteza visual primaria y secundaria, regiones que desempeñan un papel clave en la generación de imágenes mentales.

Ahora es de conocimiento común que la capacidad de visualización se divide en niveles, desde una visualización muy detallada y extremadamente realista hasta una ausencia total de visualizaciones, y todo lo demás. Y, si es del interés del individuo, existe la posibilidad de mejorar la capacidad de visualización mediante la práctica, pero es necesario tener la habilidad inicial.

La incapacidad de visualizar presenta un desafío para quienes padecen afantasia, ya que no se trata de una mera falta de entrenamiento. La buena noticia es que el cerebro humano es conocido por su capacidad para compensar una discapacidad con un mejor desempeño de otras habilidades.

Neuroplasticidad

La neuroplasticidad representa la capacidad del cerebro para reorganizar sus conexiones neuronales, formar nuevas sinapsis e incluso reubicar funciones de áreas dañadas a regiones intactas. Esta plasticidad puede ocurrir en diferentes escalas de tiempo, desde cambios microscópicos a nivel celular hasta remodelación macroscópica de circuitos neuronales completos.

La neuroplasticidad es un fenómeno intrigante que juega un papel crucial no sólo en el aprendizaje y la memoria, sino en toda nuestra experiencia cognitiva. Cuando nos aventuramos en nuevas actividades o adquirimos nuevas habilidades, nuestro cerebro no sólo fortalece las conexiones entre neuronas relevantes, sino que también puede generar nuevas vías neuronales, ampliando aún más nuestras capacidades cognitivas. Además, la exposición repetida a estímulos específicos no sólo conduce a la reconfiguración de las redes neuronales, sino que también puede influir en la plasticidad sináptica, contribuyendo a la adaptación del comportamiento y el pensamiento a lo largo del tiempo.

Esta capacidad de remodelación cerebral no sólo nos permite aprender y crecer, sino que también nos desafía a explorar los límites de nuestra propia mente y nuestro potencial humano.

Hiperfantasía

La hiperfantasía, que también puede denominarse fantasía intensa o extrema, es un fenómeno que se caracteriza por la capacidad de crear y experimentar imágenes mentales extremadamente vívidas y detalladas.

Si bien muchas personas pueden visualizar elementos en su mente, aquellas con hiperfantasía tienen una capacidad mejorada que les permite sumergirse en escenarios altamente inmersivos y llenos de detalles.

La definición de hiperfantasía generalmente abarca características como una imaginación extremadamente vívida y un alto grado de control sobre las imágenes mentales. Las personas con hiperfantasía suelen informar de la capacidad de visualizar con gran claridad y precisión, pudiendo manipular, alterar y explorar sus escenarios mentales de forma similar a la realidad.

Las investigaciones sugieren que la hiperfantasia puede tener una base neurobiológica distinta. Los estudios de imágenes, por ejemplo, han demostrado diferencias en la actividad cerebral entre personas con hiperfantasia y personas con capacidades de visualización mental más convencionales. Estos hallazgos indican que la hiperfantasia puede estar relacionada con patrones únicos de conectividad neuronal o variaciones en la estructura cerebral que facilitan una imaginación excepcionalmente rica.

Además, la hiperfantasía puede influir en muchos aspectos de la vida cotidiana. Muchas personas que poseen esta habilidad informan que juega un papel importante en sus actividades creativas, permitiéndoles visualizar escenas complejas para la escritura, el arte u otras formas de expresión.

Es fundamental enfatizar que la hiperfantasía ocurre en un espectro, con variaciones en intensidad y experiencia entre individuos. Mientras que algunas personas sólo pueden experimentar hiperfantasia en áreas específicas, como la visualización espacial, otras pueden experimentar una gran cantidad de detalles en todos los aspectos de su imaginación.

En última instancia, la hiperfantasía proporciona una visión singular del potencial de la mente humana y las complejidades de la imaginación. Al comprender mejor este fenómeno, podemos explorar sus aplicaciones creativas, su relación con la cognición e incluso sus implicaciones para la comprensión de la conciencia y la percepción.

Conclusión

Aunque la afantasia y la hiperfantasia representan extremos opuestos del espectro de la capacidad de imaginación, es importante reconocer que la mayoría de las personas se encuentran en algún punto entre estos dos extremos, con una capacidad de imaginación que varía en intensidad y viveza.

El cerebro es una herramienta fascinante, capaz de adaptarse y crear nuevos atajos para resolver problemas de rendimiento. Así, aunque el individuo sea afantasico, existe la posibilidad de trabajar otros sentidos y también la memoria para suplir la experiencia obtenida en la visualización, proporcionando otra forma de experimentar la operación realizada y alcanzar el éxito.

Nos detendremos aquí por hoy. Sé parte del problema.


Rafaela Fernández. Lector de tarot. Practicante de magia natural y ceremonial. Colaborador permanente en proyectos: Morte Súbita, enochiano.com.br, lemegeton.com.br y trithemius.com.br

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