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“Tampoco se debe pensar… que el hombre no es ni el más antiguo ni el último amo de la tierra, o que el montón de vida y sustancia camina solo. Los Antiguos fueron, Los Antiguos son y Los Antiguos serán. No en los espacios que conocemos, pero entre ellos, caminan serenos y primarios, unidimensionales e invisibles para nosotros. Yog-Sothoth conoce las puertas, Yog-Sothoth es la puerta. Yog-Sothoth es la llave y guardián de la puerta. Pasado, presente y futuro son uno en Yog-Sothoth. Él sabe dónde surgieron los Antiguos en el pasado y sabe dónde es probable que vuelvan a surgir…”
-HP Lovecraft, El horror de Dunwich
(como en el Necronomicon)
El siglo en que vivimos ha sido testigo del nacimiento de una nueva era, de un nuevo Aeón, o quizás del regreso de algunas energías o entidades entre los abismos entre el tiempo y el espacio, provenientes de eras primitivas que preceden por milenios a la aparición de la humanidad en la Tierra. En su mito principal, “La llamada de Cthulhu”, Lovecraft ilustró los primeros signos de este regreso, las fronteras más lejanas de lo que en su época detectan las antenas de poetas, escritores y artistas –más especialmente aquellos ya alineados con el concepto de ser parias, excluidos a través de sus propias exploraciones de lo que es extraño, exótico, extraño, de otra importancia. De hecho, es a través de la expresión de estos artistas que ciertas entidades encuentran un canal para expresarse.
Esta “Nueva Era” es conocida actualmente con diversos nombres en diferentes cultos: la “Era de Acuario” astrológica, en Thelema “Eón de Horus”, inaugurada por el Avatar Aiwaz en 1904 – Frater Achad, el “Eón de Maat” , la Era de la Verdad y la Justicia, etc. Para un grupo particular de magos, artistas, escritores, visionarios y amantes de los Mitos de Cthulhu que constituyen la Orden Esotérica de Dagón, esta era emergente se conoce como “El Ascenso de Cthulhu”, que hace referencia a la obra ficticia profética de H.P. Lovecraft, como descrito arriba. Como se describe, la onda de energía inicial del “Eón” (que tiene un efecto drástico en los sueños de los “sensibles” y de los individuos de todo el mundo) coincide con el resurgimiento de la isla de R'lyeh el 28 de febrero de 1925 – la EOD numera este evento como Año Uno, D.C.
Sin embargo, antes de que se pueda completar el influjo de estas energías antiguas en nuestro tiempo y espacio presentes, se debe localizar y abrir el portal principal, permitiendo el acceso de “fuera de los circuitos del tiempo”. Lovecraft describió este portal como uno de los Antiguos. “El incomprensible Yog-Sothoth que es avanza como el cieno primordial en un caos nuclear que presiona las barreras del espacio y el tiempo”. Como guardián de la puerta, es sinónimo de Choronzon. El poste más interno, en sí mismo una puerta o ventana hacia la dimensionalidad del Gran Primigenio (Universo B), representado por la estrella Sothis o Sirio.
A su vez, el portal a las fuerzas del Nuevo Eón (Yog-Sothoth) se identifica con el “Daath” no sephiroth en el Árbol Cabalístico de la Vida. Como explica Kenneth Grant: “Ahora es posible ver el flujo continuo y la evolución de un nuevo Aeon que ocurre simultáneamente y pasa al mundo de la antimateria. El Yog (O Yug – un Eón o Era) de Sothoth es su contraparte –al igual que el Eón de Set-Thoth, o Daath– y su gemelo, el Yug-Hoor, o Eón de Horus. Yog-Sothoth es la puerta a través de la cual pasan los eones hacia La Estrella – Fuente más allá de Yuggoth, el Yug o Eón de Goth”.
Fuera de los círculos del tiempo, p.214
El conocimiento o fórmula a través del cual se puede reabrir este portal sólo puede captarse a través del vórtice negativo de Daath. En el caso de Lovecraft, que vivió su vida negando la verdadera naturaleza de la materia, el proceso de apropiación fue casi completo de forma inconsciente, ocurriendo a través de experiencias oníricas a nivel mediúmnico. Como era de esperar, la visita de algo no humano y ultracósmico tomó la forma de sus peores pesadillas.
Asimismo, aquellos iniciados por EOD que están trabajando para abrir los portales de Yog-Sothoth deben estar preparados para atravesar los mayores peligros del descenso al abismo de Daath (El llamado “Falso Conocimiento) para poder activar las fórmulas específicas. . Este proceso implica proyectar partes de uno mismo en los espacios intermedios, a los que Lovecraft hace referencia repetidamente y en los que consiste la existencia de los Antiguos. Aquí se afirma que este “Falso Conocimiento” puede ser reclamado, asimilado nuevamente a través del vórtice de Daath y luego finalmente expresado en el plano concreto.
Tenebrus - Trans. por Pythio
