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¿Están los satanistas dedicados al mal? – El Breve Coloquio Satánico

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¿Son los satanistas personas desequilibradas con problemas familiares, emocionales y psicológicos que pretenden dañar a la sociedad? ¿Son malos los satanistas?

En un sentido utilitario, una buena medicina es aquella que cura y un buen veneno es aquel que mata. Siguiendo este principio, ¿cómo definiríamos qué es un buen satanista? Ciertamente no el que hace más rituales, ya que algunos de nosotros no hacemos ninguno en absoluto. No mucha gente se viste de una manera más agresiva y siniestra, algunos satanistas lucen hermosos con vestidos largos de flores. Un buen satanista es aquel que tiene éxito. Cuanto más éxito tengas, mejor satanista serás. Se trata de una persona que vive bien consigo misma, supera sus propios límites, crece en poder y por tanto es reconocida como una persona que sabe desenvolverse en el mundo.

El éxito personal es la base de la medición satánica y esto descarta automáticamente la hipótesis de que los satanistas sean personas desequilibradas con problemas familiares, emocionales y psicológicos. No estamos hablando de un título para asustar a los laicos, sino de una religión que tiene al Yo, como el más alto de los dioses. Estamos hablando de éxito, prestigio y logros terrenales, y el equilibrio personal en las más diversas esferas de la vida es tan importante para nosotros como las cinco oraciones diarias lo son para un musulmán. El satanismo es una religión práctica, con resultados prácticos. Si una persona tiene problemas, ya sea con su familia o con el resto de la sociedad, esto es un fuerte indicio de que algo anda mal y se debe trabajar urgentemente en ello.

También hay pseudo-satanistas, personas que, decepcionadas de la vida y de la religión convencional, viven un satanismo de fantasía que no es más que una simple inversión del cristianismo. Estos son los que de vez en cuando aparecen en los periódicos tras ser arrestados intentando replicar algún ritual satánico tomado directamente de antiguas leyendas y libros cristianos.

Se puede reconocer a los pseudo-satanistas por su necesidad de escandalizar más que por vivir una vida que sea verdaderamente consistente con los principios satánicos. En el mejor de los casos, son personas cobardes que quieren impresionar a los demás y, en el peor, son sociópatas que intentan achacar el origen de sus crímenes al Diablo. Para estos, nuestro rechazo es mayor que el de la opinión pública, pues además de ser una amenaza para la sociedad en la que vivimos, manchan el nombre de nuestra forma de vida con su estupidez. No hay nada satánico en acumular problemas y enemigos, haciendo de tu propia vida una maldición. Los pseudo-satanistas desinformados incluso parecen estar orgullosos cuando son perseguidos y acusados ​​de ser “satanistas”, ya que merecen este nombre. Pero el satanismo no necesita mártires.

El comportamiento puramente destructivo no aporta ningún beneficio a los humanos, por lo que el verdadero satanismo nunca se dedica a vandalizar y atacar a otros de forma gratuita. Ese grupo de adolescentes que viste en el periódico esta semana probablemente nunca haya conocido el verdadero satanismo y, por otro lado, quizás ya respetes y admires a un verdadero satanista que trabaja o vive junto a ti. Los satanistas votan, pagan impuestos, cuidan de sus familias y trabajan como cualquier otro ciudadano y no dedican su vida al bienestar de la sociedad. Siendo la religión del engrandecimiento personal, ¿por qué perderíamos tanto tiempo y energía prestando atención a los demás?

Morbitvs Vividvs

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