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Demonios y ángeles

Lilith y el presagio de la ruptura y el caos

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por Lilith Ashtart
(EXTRACTO DEL ENSAYO “LAMURIAS DE MADRES NEGRAS: DESMITIFICACIONES DE LO SAGRADO SINIESTRO”)

He observado una creciente y despreciable tendencia a distorsionar lo siniestro femenino dándole una connotación benéfica inspirada en los valores profanos que prevalecen hoy. Individuos presuntuosos al punto de pensar que las deidades están disponibles para adaptarse a nuestras exigencias y moralidades, según nuestras necesidades y “verdades”.

Esta propensión se construye claramente como una estrategia de escape para no chocar con lo desconocido por miedo a las posibles consecuencias de ese contacto con las profundidades abisales. Es más cómodo plasmar lo oscuro en algo familiar y socialmente reconocido, incluso si uno cae en la incoherencia de perpetuar algo que fue el motivo de su insubordinación inicial. Algunos afirman que esta es una respuesta natural de autoconservación ante las incertidumbres que se ofrecen, sin embargo el ser humano contemporáneo ya no puede dejar de atreverse por este motivo, tanto como individuo como como grupo, pues ya tiene evidencias que limitan Sólo se puede superar avanzando más allá de las fronteras conocidas, tal como está registrada en la propia historia de la humanidad.

Las madres negras como arquetipos del caos son el útero que todo origina y automáticamente todo aniquila, espíritus que habitan las aguas y los vientos que causan perturbación y desolación por donde pasan y por eso eran tan respetadas y temidas. Posteriormente fueron demonizados precisamente porque poseían fuerzas capaces de alterar los procesos normales de la vida y el orden social establecido.

Romantizarlas como madres desinteresadas que cuidan de sus hijos y están dispuestas a protegerlos de la desgracia, interviniendo piadosamente en sus vidas, es una inocencia singular o una falta de conocimiento. Estas fuerzas no existen para satisfacer a los humanos y mucho menos dependen de ellos para su existencia: son lo que son y la connotación de benéficos o dañinos dependerá de los valores morales de cada uno y en consecuencia de cómo responderán a su influencia. . No habrá compasión por nosotros ante las decisiones que tomamos deliberadamente al rendirnos ante nuestras debilidades. La imagen ilusoria de la madre complaciente es la construida por una humanidad mediocre que necesita y desea la seguridad de una relación afectiva que la apoye y consuele, independientemente de su mérito, como un niño mimado dependiente de quien no lo obliga a asumir el consecuencias de sus propias acciones.

Encontramos muchos ejemplos dentro de lo sagrado y siniestro de estas corrupciones. Una de ellas es Lilith, que se ha convertido en un icono de salvación en el imaginario femenino actual, que una vez más corrompe y propaga la falsa comprensión de esta energía. La liberación obtenida trabajando con esta deidad es real, pero dista mucho de ser dulce y por razones triviales como la que ofrece la fantasía creada por la actual mentalidad cómoda y servil, que quiere salvarse en lugar de salvarse a sí misma.

Sólo aquellos que se atreven a mirar directamente a los ojos de nuestra Madre y logran sobrevivir a su energía devastadora son capaces de comprender e integrar la transformación ocurrida de manera beneficiosa para ellos mismos. Por lo demás, sólo la locura y el terror se encontrarán en su alma después de tal contacto. No esperes calidez y paz en los brazos de Lilith hasta manifestarte como un niño digno de su vientre. Asegúrate de tu linaje antes de aventurarte en estos reinos y reclamar tu posición. Recuerda que los dioses tendrán pruebas dignas de dioses, ¡siempre!

Cuando nos remontamos a la época de los antiguos sumerios encontraremos la figura de lilim, demonios de la tormenta, de los cuales los rabinos derivaron la idea de Lilith. Se presentaron en su forma masculina, pequeño, y en su forma femenina, Lilitu. Es interesante notar que la palabra traducida como demonio, rabisú, de hecho, no designa una energía que tenga características “buenas” o “malas”, por lo que la interpretación de quien la tradujo es la que le impuso uno de estos aspectos y donde ya hemos localizado una primera tergiversación. Por ser una fuerza que causa perturbación, destrucción y caos, como las tormentas con sus grandes vendavales, la mente común tiene tendencia a temerla y en consecuencia asociarla con lo negativo.

Aunque inicialmente surgió de la interpretación de las fuerzas físicas de la naturaleza y de la impotencia del ser humano frente a ellas, este miedo a lo desconocido que habitaba las noches reflejaba también el miedo a lo que se encontraba en las sombras de la psique humana y de la roturas producidas al entrar en contacto con ellos. Cuando uno lilim conecta con su “presa” y es capaz de trastocar todas las concepciones y creencias socialmente construidas, permitiendo al individuo entrar en contacto con todos sus aspectos reales, tanto oscuros como luminosos. Un miembro así no es querido en la sociedad ya que o se vuelve loco, o se libera de las ataduras del control social y se convierte en una amenaza para esa cultura al permitirse vivir valores que son inaceptables para el grupo.

Para el individuo que experimenta esta conexión con lo que habita en esta inquietante oscuridad, no hay forma de escapar del caos provocado al enfrentarse no sólo a su potencial latente, sino también a sus debilidades, vicios y dependencias destructivas que lo sustentaron hasta entonces. Reconocer estos aspectos requerirá que adoptes una nueva posición frente a tu nueva realidad, pues ya no tendrás el apoyo reconfortante de lo que sabes y las reglas a las que te sometiste sin cuestionamientos y a las que te acomodaste. Te verás obligado a afrontar el desencanto, la seducción, la ilusión y los desafíos de lo desconocido. No todos salen victoriosos de tan ardua batalla, pero los que sean coronados obtendrán las glorias conquistadas y se revelarán como verdaderos hijos nacidos de las tinieblas. Por tanto, esta fuerza no tiene propensión a ser buena o mala, como solemos clasificar los seres humanos. Que llegue a ser beneficioso o perjudicial dependerá de los resultados que obtenga cada persona como resultado de sus elecciones y de su propia naturaleza.

Esto es lo que más temen los débiles precisamente porque su podredumbre les resulta tan claramente evidente. La sociedad débil necesita evitar que esto suceda para mantenerse estructurada a través de sus leyes, normas, valores y creencias que determinan los estándares a seguir para facilitar el control sobre sus miembros que se encuentran debilitados y sumisos por el total desconocimiento de sí mismos. . Esclavitud voluntaria, esta es la fórmula. De esta manera, es fácil entender por qué dichas energías se corrompen, transformándolas en fuerzas malévolas que deben evitarse a toda costa. lilitu se vuelve temido por traer el contenido oculto de sus mentes y almas permitiendo comportamientos “inapropiados”, lo que provoca caos y destrucción a su alrededor a través de cuestionamientos y cambios de paradigma. Ardat Lili seduce revelando los deseos más oscuros y “prohibidos” que deben vivirse en éxtasis, pero que se vuelven destructivos si no se desarrollan la omnisciencia y el autocontrol. Lamashtu Vienen de las profundidades pantanosas para traer enfermedad y muerte a aquellos que, dada la oportunidad de despertar ante el caos, desean continuar en un sueño profundo.

Todas estas corrupciones se utilizaron para componer la terrible y poderosa Lilith de los hebreos. Realmente refleja una resistencia al poder social en su insubordinación y también una amenaza activa a la sociedad organizada. Pero como hemos visto hasta ahora, esta no es la tarea principal de esta fuerza, sino una consecuencia del despertar que provoca, que puede darse tanto en hombres como en mujeres. Y hay quienes todavía creen que somos el centro del Universo para que éste se preocupe por nosotros y nos sirva según nuestros deseos más insignificantes (…)


Lilith Ashtart es psicóloga, tarotista, escritora, investigadora y practicante de ocultismo y LHP. Editor de la publicación aperiódica Nox Arcana. Autor del libro Lux Aeterna.

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