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Espíritu

Sobre el simbolismo de la guadaña

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Damien Vorhees1]

Extracto del libro El manual del nigromante

Nuestra sociedad actual, después del cristianismo, se ha ido distanciando lentamente de los símbolos de Muerte y Destrucción necesarios para el renacimiento y se ha adaptado al simbolismo del instrumento de tortura del crucifijo. La muerte y el renacimiento ya no eran elementos separados y complementarios como antes en el politeísmo, sino que se convirtieron en un solo elemento, condensado por la expiación y la resurrección cristianas.

Aquella figura antropomorfa del Ángel de la Muerte blandiendo su guadaña dio paso a la imagen del Cristo ahorcado, tanto en templos como en cementerios. Sin embargo, en lo más profundo de la mente humana, el simbolismo y el miedo que representa la Guadaña quedaron arraigados.

un eterno 'recuerdo mori', un recordatorio de que todo y todos sucumbirán al único y real dios de este mundo: la Muerte. No se trata de un elemento degenerado, pesimista o negativo como parece a primera vista. Antes de que la división polarizada y la dicotomía entre el 'bien y el mal' invadieran los corazones de los hombres, la guadaña era un símbolo extremadamente respetado.

El mundo pagano conocía la hoz como uno de los principales instrumentos de recolección. No era simplemente un símbolo de muerte o un "arma" (aunque algunas personas lo adaptaron para el combate), sino el principal instrumento para llevar vida y alimentos desde los campos a las mesas de la sociedad. Fue, por tanto, uno de sus principales pilares.

Cronos, el Titán relacionado con el Tiempo en la mitología griega preolímpica y cuya muerte a manos de sus hijos dio origen a la divinidad olímpica, portaba un machete, una guadaña gigantesca que se usaba para cosechar. Cronos representó el 'tiempo cronológico', la faceta temporal lineal e implacable, que devoraba todo a su paso, incluidos sus hijos.

Una representación famosa y quizás infame de Cronos lo muestra cortando las alas de Eros, el Amor, con su guadaña. Una clara alusión a cómo la erosión del tiempo acaba con el sentimiento. En otra connotación, podemos analizar que Zeus, Poseidón y Hades no cometieron parricidio por mera casualidad del destino. La Muerte del tiempo 'común' y lineal, la superación del Tiempo, los condujo a la divinidad Olímpica.

Vencer el Tiempo los convirtió en Dioses.

En una dimensión hebrea, tenemos la presencia de Caín como portador de la Guadaña. Su mito, parte de la epopeya creacional compartida por judíos y cristianos, nos cuenta la historia de los dos hermanos, Caín y Abel. Mientras Abel era un pastor de ovejas que ofrecía toros al Dios (Demiurgo), Caín ofrecía sus frutas y verduras cosechadas con mucho sudor. Pero Jehová Siempre prefirió las ofrendas de su hermano menor Abel.

Un día, enfurecido y celoso, Caín mata a Abel, probablemente utilizando su herramienta de recolección: la Guadaña de Mano, y provocando el primer derramamiento de sangre en la historia de la humanidad, que provocó su destierro a tierras alejadas del paradisíaco Edén.

Caín habría iniciado entonces un linaje fruto de su sangre manchada por la violencia, la blasfemia y la hechicería. Los Cainitas, los descendientes de Caín, con quienes se identifican algunos seguidores de la Mano Izquierda, adhirieron a la guadaña como símbolo sagrado, una representación de su ancestro lejano.

Ya sea en cultos paganos o blasfemos, la esencia simbólica de la Guadaña sigue siendo una sola. Un instrumento de alimento y trabajo que se transforma en arma de protección y recogida de almas humanas desafortunadas, cuando es empleado por nuestros furiosos dioses que impregnan el Abismo y las Sombras.

La Guadaña es el símbolo nigromántico más importante, por excelencia del Culto y sobre el que debemos meditar en sus múltiples facetas, para poder comprenderlo mejor.


Damien Vorhees es teólogo, tarotista, devoto del Santísimo Sacramento y escritor de varios libros de ocultismo bajo el sello Ordo Lunae Sanguinis así como artículos de blog Heraldo del Caos

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