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Cábala

Dalet y sus significados

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Herman Flegenheimer Jr.

Dalet, ד, es el equivalente hebreo de la letra latina D y así es la cuarta de las letras de este alfabeto. Su traducción literal de su nombre es “puerta” (דלת), un símbolo universalmente accesible para referirnos al paso de un ambiente a otro. Pero dentro de la Cabalá una puerta no es sólo un intermediario necesario sino que tiene un propósito espiritual en sí mismo que es adaptar a quienes pasan por ella con la configuración y mentalidad apropiadas para lo que encontrarán después de atravesarla. De ahí la gran importancia de la Mezuzá, el mandamiento de fijar en un pequeño rollo de pergamino pasajes de la Torá.

En concreto, ד es la puerta que simboliza la realización de las energías espirituales al plano físico, la gran puerta que todos atravesamos al nacer y por la que eventualmente tendremos que regresar. ד es por tanto una letra muy ligada a la fertilidad, la nutrición, la abundancia y el cuidado de la maternidad y de la propia Naturaleza, como recuerdan las palabras דְּגַן (Degan/grano, cereal), דָּגָן (Dagan, trigo) y דֶּשֶׁא (Deshe/hierba, hierba). nosotros. ) y דְּבַשׁ (Devash/miel). Una palabra estrechamente asociada con דבקות (Deveruk / Apego, Adherencia) en el sentido de Devoción, Dedicación ya sea entre un hijo y una madre o entre un buscador de Dios. En el contexto cabalístico, Deveruk puede referirse al estado mental meditativo alcanzado en el momento de la oración, el estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot.

Como siempre en el alfabeto hebreo, al analizar el formato de ד, podemos extraer algunas lecciones y conocimientos importantes sobre esta letra.

Según el Talmud, la ortografía se asemeja a una figura inclinándose en reverencia y gratitud, ya que representa a una persona pobre, דאל (dal) o más precisamente, alguien que se beneficia. si recordamos Gimel y sus significados Vemos ahora la letra que recibe la expansión de ג, enseñando que debe colocarse disponible para recibir la caridad del benefactor. Y en realidad el atributo de Humildad está bastante relacionado con ד, como se espera de un niño hacia la madre de quien aún depende para todo e incluso después de la edad adulta por el agradecimiento creado y la humildad de un místico ante lo divino al reconocer que siempre hay más para aprender.

Asimismo, la pequeña protuberancia en el lado derecho de la barra horizontal ד nos recuerda a una oreja, pues el orgullo no es sólo no recibir ayuda física, sino también estar abierto a buenos consejos y sabiduría. Se trata sobre todo de dar poca importancia al propio ego. Esta pequeña oreja en el alfabeto hebreo está dirigida a la letra ה (Él), una letra que aparece dos veces en el tetragrámaton (YHWH) que es la fuente de la mejor guía y consejo para quienes tienen la humildad de escuchar. Esto se ve reforzado por el contorno de la carta, que tiene aberturas en la parte inferior y en los laterales, simbolizando la idea de apertura y sugiriendo la importancia de ser receptivo a las influencias divinas y a las oportunidades de crecimiento espiritual.

Inclinarse en gratitud, abrir los oídos a la sabiduría y superar el orgullo son cualidades de una persona humilde y lecciones que ד nos trae de regreso. Cómo estásel Talmud (Avot 4:1) en el famoso pasaje de Ben Zoma:

“¿Quién es sabio? El que aprende de cada persona.
¿Quién es valiente? Aquel que domina su inclinación negativa. ¿Quién es rico? El que valora lo que tiene.

¿Quién es honorable? El que honra a los demás”.

¿Cómo puede crecer un bebé si se niega a mamar? ¿Cómo puede llegar a ser sabio alguien que no se abre a la sabiduría? ¿Cómo puede una persona desarrollarse sin recibir ayuda de nadie? ¿Cómo puede una persona enferma recuperar la salud si rechaza los cuidados? Si, como vimos, ג puede verse como un brote que nació bajo la tierra, ד es su extensión cruzando el umbral entre el subsuelo y la superficie y extendiendo su primera hoja de derecha a izquierda deseosa de comenzar a cosechar la luz del sol y dando la idea de un desarrollo que finaliza el ciclo anterior (siembra, manejo y desarrollo inicial) y comienza el siguiente ciclo de crecimiento, cultivo y cosecha.

Como ya se ha dicho, “dalet” significa Puerta y su forma también nos recuerda al dintel y marco de una puerta. ד, otra lección importante de que los necesitados no deben permitir que su orgullo les impida salir de la puerta de su hogar (su zona de confort) y tocar puertas en busca de ayuda.

Su ortografía puede verse como compuesta por una letra ר (Resh) y una Yod י en la intersección de los trazos horizontales y laterales. Por lo tanto la diferencia entre Dalet, ד y ר es una simple י, una letra muy pequeña y humilde pero que distingue a Resh de Dalet y el Midrash nos enseña que “si alguien cambia Resh por Dalet está destruyendo todos los mundos”. Una forma de entender esto es entender el simbolismo cabalístico de Resh que significa cabeza, poder de decisión, liderazgo e intercambiar Resh por Dalet es invertir los roles de la cabeza que dirige y el oído que escucha, como cuando un hijo pequeño e ignorante es el que da órdenes en casa.

El valor numérico de ד es 4, lo que en sí mismo le da las connotaciones de plenitud y totalidad del número 4, resultado de la unión de los principios masculino y femenino. Del número 4 derivamos también el significado de algo intermedio, un portal, un pasaje entre la primera tríada (no manifestada) y la segunda tríada (manifiesta).
En la narración bíblica, el cuarto día de la Creación es cuando se crean las luminarias (El Sol y la Luna) y con ellas comienza el paso de los días y la cuenta del tiempo. Además, muchas de las descripciones simbólicas de nuestro mundo físico utilizan el simbolismo del 4 como los cuatro elementos, las cuatro direcciones, las cuatro estaciones, los cuatro reinos (Mineral, Vegetal, Animal y Humano) y más modernamente las cuatro fuerzas fundamentales: la gravedad. , electromagnetismo, fuerza nuclear débil y fuerza nuclear fuerte. También asociado con la fertilidad, el cuatro está relacionado en la tradición judía con las cuatro matriarcas de Israel: Sara, Rebeca, Raquel y Lea, todas inicialmente estériles pero fecundadas por la Divina Providencia.

El 4 también está vinculado de muchas maneras a Pesaj, también conocida como la “Fiesta de la Liberación”, la festividad que celebra la liberación de los hebreos de la esclavitud en Egipto: hay cuatro copas de vino, cuatro niños y cuatro formas de pedir. ¿Pero qué tiene que ver la liberación de Egipto con el número 4? Resulta que cuando Dios liberó al pueblo judío dijo:

  1. Los sacaré de Egipto,
  2. los salvaré,
  3. Yo los rescataré y
  4. Os traeré a Mí como nación.

Nótese que las tres primeras expresiones implican la intervención directa de Dios mismo contra el yugo del faraón, sin acción activa por parte de los hebreos. Pero el cuarto –convertirse en nación– requiere por primera vez la acción personal y comunitaria del pueblo, cuidándose unos a otros y buscando Deveruk (adherencia) a Dios y sus mandamientos. Por lo tanto, cuatro representa “completar un proceso”. Piense en una enorme presa con una masa gigantesca de agua y energía potencial, esperando a que se abran las compuertas (o el grifo) para manifestarse por completo. Este es elasociación de “completar un proceso” también en los 4 mundos de la Cabalá (Atziluth, Briah, Yetzirah, Assiah) y en los 4 modos de lectura para una comprensión completa de la Torá (Pshat, Remez, Drash y Sod) e incluso en el misterio del propio Tetragrámaton. 

Más que eso, el Zohar nos dice que el pueblo judío en Egipto estaba en el nivel cuarenta y nueve de impureza. Si se hubieran quedado allí un poco más, habrían caído al nivel quincuagésimo más bajo y se habrían perdido para siempre. Siempre que la Biblia habla del número 40 está hablando de cruzar un “portal” de prueba, preparación y transformación. Tanto el Diluvio de Noé como la estancia de Moisés en el Monte Sinaí duraron 40 días y 40 noches. Los israelitas también vagaron durante 40 años antes de llegar a la tierra prometida.

Una forma de recordar los significados de esta letra es tener presente la figura del rey que tiene esta letra dos veces en su nombre, el rey David (דוד). A pesar de ser celebrado como un Rey de tremendo poder, cuando miramos el Libro de los Salmos, vemos tantas descripciones y declaraciones del Rey David sobre su sentimiento de humildad, debilidad y fragilidad ante un creador infinito. Y esta humildad no lo convirtió en una persona derrotada o deprimida, al contrario, convencido de su pobreza y de la riqueza de su pueblo, de su pequeñez y de la grandeza de Dios, se embelesaba cada vez más en su alabanza.

La clave aquí es entender que ד no se trata necesariamente de pobreza financiera y humildad social, sino más bien de pobreza de espíritu. Esta letra nos enseña que todo lo que creemos tener en realidad pertenece a Dios. Somos como niños que creen que son dueños de sus juguetes pero que en realidad no tienen nada. Dios es como una madre bondadosa que nos da vida. Es Dios quien camina hacia nosotros y nos nutre como una madre amamanta a su hijo, garantizando su sustento cada día. Es ante Dios a quien debemos inclinarnos en reverencia y gratitud en todo momento. Es a sus enseñanzas a las que debemos dirigir nuestros oídos. Cuando entendemos esto pasamos por la puerta del templo y por “La Puerta” a la conexión con lo divino. Como un portal que se abre para que nuestra vida pueda estar llena de fertilidad, frutos, cosechas y abundancia. 

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