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A Kipriyanovich le gusta hablar de lo especial que fue su nacimiento en 1996. Además de que sucedió muy rápido, dijo que no sintió ningún dolor. Esto sería una señal de que su hijo, Boris, sería extraordinario.
Dicho y hecho. A los 4 meses el bebé pronunció sus primeras palabras, a los 2 años ya leía y asustaba a los profesores con su inteligencia. A los 7 años dijo que vino de Marte para salvar la vida en la Tierra.
Para comprobar lo que decía, describió cómo era su vida en Marte, la tecnología que utilizaban en el planeta y cómo los marcianos dejaron de envejecer a los 30 años. Decía que en la Tierra envejecemos gracias al oxígeno y cómo la lucha por el poder marciano condujo a una guerra devastadora, un destino hacia el que nuestro planeta parece encaminarse.
Describió la nave que piloteó cuando llegó a la Tierra en misiones científicas, construida con aleaciones metálicas, caucho y superficies magnéticas, que navegaban a través de diferentes dimensiones, como atajos para llegar más rápido.
También afirmó que la vida en la Tierra cambiaría cuando “se abra la Esfinge”, a través de un mecanismo secreto detrás de su oreja. También imaginó una cámara de tecnología avanzada en las pirámides de Giza.
En 2017, 15 años después de conversaciones sobre el tema, se descubrió una habitación secreta en una de las pirámides con la ayuda de dispositivos, sin embargo, aún no hemos podido ingresar.
Boris también afirmó que en el pasado la Tierra tenía un solo continente, llamado Lemuria, habitado por personas que medían hasta nueve metros.
Sus padres terrícolas aseguran que nunca le enseñaron astronomía y el niño no tenía ningún contacto con la ciencia ficción cuando empezó a contar sus historias.
Boriska desapareció junto con su madre y una serie de intentos de periodistas occidentales por localizarlo fracasaron. A uno de ellos le informaron que el niño vive ahora en una aldea remota bajo la protección del gobierno ruso y que, por lo tanto, cualquier intento de contactarlo sería inútil.
Numerosos médiums confirman la historia, diciendo que se comunican telepáticamente con el niño y que él dice que está a salvo en un lugar remoto y que esto es obra del gobierno ruso.
