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Lección sobre el Macrocosmos

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Jean Dubuis

Normalmente, la enseñanza inicial de las escuelas esotéricas presenta la creación desde dos perspectivas:

-El macrocosmos: toda creación visible e invisible.
– El microcosmos: el hombre.

El macrocosmos, o creación, es la estructura en la que el hombre se rodea y luego evoluciona.

Comenzaremos con el estudio del macrocosmos utilizando un concepto algo común a las disciplinas esotéricas occidentales. Este concepto también se encuentra en Oriente, pero de forma diferente. Si
Hay una diferencia entre las enseñanzas orientales y occidentales, está más en la elección de los nombres que en la premisa del concepto.

Usaremos los términos e imágenes más simples para aclarar, lo mejor posible, puntos de vista muy complejos.

En el principio está el Uno o el Absoluto o el Ser Absoluto o el Gran Todo.

Lo Manifiesto y lo Inmanifestado proceden del Uno.

El Macrocosmos y el Microcosmos provienen del mundo manifestado.

Ahora que hemos dicho eso, agreguemos que la creación se realiza en 3 pasos:

A. la emanación de Energía Primaria
B. diferenciación que crea dualidad en la energía
C. la condensación o coagulación de la energía en la materia

A. EMANACIÓN DE ENERGÍA PRIMARIA

Toda la creación surge de una energía sutil que parece emanar del “vacío” y que alimenta y forma la totalidad de las galaxias del universo. La palabra “vacío”, que utilizan algunas escuelas, no nos satisface. Preferimos mucho el término “no manifiesto”. La energía está en el universo: es manifiesta; La energía no está en el universo, no está manifiesta, pero ES. Esta energía puede captarse como la Esencia del Uno, del Ser Absoluto. Una analogía india parece encajar aquí. Brahma expira: el mundo se manifiesta, aparece la energía. Brahma inspira: el mundo desaparece y progresivamente la energía regresa a lo no manifestado.
Esta respiración gigantesca que dura alrededor de mil millones de años es el gran y fundamental ciclo del universo. Es el ritmo del universo máquina en su labor de “hacer dioses”. Este ciclo guía progresivamente la semilla del Ser desde el Cero del inicio hasta el Infinito del retorno.

TRANSFORMACIÓN DE LA ENERGÍA TRAS SU EMANACIÓN

Es difícil explicar o describir la energía primaria. Lo máximo que podemos decir es que es un impulso de ser. Tan pronto como emana, primero pasa por una preparación-densificación (una preparación-coagulación). Es decir, su naturaleza rompe con el original “casi vacío”.
Esta energía no se densifica continuamente, sino que en realidad ocurre por etapas. Hay diez etapas correspondientes a 10 densidades diferentes, la más densa, la décima, corresponde a la materia de nuestro mundo. Estas etapas se indican en la figura anterior donde solo las tres primeras se relacionan con la fase de preparación-densificación. Durante esta fase, la energía está "lista" pero aún no se ha realizado. También crea las condiciones necesarias para la dualidad y la forma que se manifiesta en la cuarta etapa.

B. DIFERENCIACIÓN ENERGÉTICA

En la tercera y cuarta etapa, la energía se convierte en la Prima Materia de los Alquimistas, el Caos de la Biblia, el Spiritus Mundi para otros, etc.

En la etapa 4, se realiza la dualidad potencial de la energía al diferenciarse en sus componentes activo y pasivo. Como las dos partes son equivalentes, forman la primera simetría del universo. Note que las energías resultantes de esta división son más densas y menos sutiles que la Energía Primaria. La diferenciación se repite en cada energía que resulta de esa diferenciación y así, poco a poco, la energía sutil adquiere la densidad pesada de nuestro mundo.

Debemos señalar que en todas las cosas de nuestro mundo (la décima etapa), los diez niveles de densidad están presentes, el décimo es visible y los otros 9 pertenecen al reino de lo invisible.

La dualidad aparece con la primera diferenciación. En cierto sentido, podemos decir que en ese mismo momento desaparece el estado unitario y aparece la potencialidad del espacio-tiempo. La dualidad proporciona energía con un doble atributo:

1. la energía activa que constituye los elementos de la vida,
2. la energía pasiva que constituye los elementos de la materia.

Sólo en el texto alquímico “La cadena de oro de Homero” encontramos algunas explicaciones sobre este tema. En este texto, la energía de la vida se llama “Nitro” y la energía de la materia se llama “Sal”. Luego la primera energía, la energía de la vida a su vez se divide y da los 2 primeros elementos: Fuego y Aire, de la misma manera se divide la primera energía de la materia y da los otros dos elementos: Agua y Tierra.

C. LA TRANSFORMACIÓN DE ENERGÍA EN MATERIA – VIDA Y CONCIENCIA

I. Los cuatro elementos

Los cuatro elementos Fuego, Aire, Tierra y Agua corresponden a energías y nada tienen que ver con los cuerpos materiales que llevan el mismo nombre. Como máximo, los cuerpos materiales pueden transportar estas energías. De hecho, los cuatro elementos están presentes en todo y cada uno de ellos lleva en su interior los diez niveles energéticos anteriormente mencionados. Así, en nuestro mundo, todo lo que está hecho de materia contiene 4 tipos de energías y las diferencias en sus relaciones mutuas determinan la naturaleza de la materia y su grado de vida y conciencia. Así:

  • En el reino mineral, la materia contiene un poco de los elementos Fuego y Aire, pero más del elemento Agua y una proporción aún mayor del elemento Tierra.
  • En el reino vegetal, las plantas no tienen mucho de los elementos Fuego y Tierra, pero sí una buena cantidad de los elementos Agua y Aire.
  • En el reino animal hay una gran cantidad del elemento Fuego – la mayor cantidad está en el hombre – el elemento Aire está presente, pero no hay mucho del elemento Tierra.

En los tres reinos, el grado de vida y conciencia varía en poder. La fuerza vital animadora está gobernada por el elemento Fuego. La combinación Fuego-Aire forma el alma de las cosas, es decir, la vida capaz de animar la materia porque el Fuego no puede, por sí solo, comunicar su energía a la materia. El reino animal contiene más Fuego. Es el más “vivo” a diferencia del reino mineral que contiene poco Fuego y por tanto es el menos “vivo”. La muerte física “animal” es la separación de los elementos Aire y Fuego, o el alma que animaba el cuerpo.

II. Los tres principios

Para animar los tres reinos, las energías de los elementos se dividen en tres principios/grupos. El Fuego no puede unirse directamente con el Agua y la Tierra, los elementos de la materia, por lo que es necesaria la presencia del Aire en el alma. Los alquimistas llaman a esto el principio del alma del azufre. Para que las energías de la vida transmitan su influencia en la materia es necesario un segundo principio. Contiene el Aire de la vida y el Agua de la materia. Este principio conector se llama Espíritu y los alquimistas lo llaman Mercurio. En la mitología, la función de Mercurio es la de ser mensajero de los dioses. Establece el vínculo entre el mundo del espíritu y el mundo de la materia. El símbolo del caduceo, las dos serpientes entrelazadas, representan los puntos donde se encuentran las energías de la vida y la materia.

El cuerpo es el tercer principio. Está formado por los elementos Agua y Tierra. La recepción de las influencias del alma que se transmiten a través del espíritu se produce a través del elemento Agua. Los alquimistas llaman a este principio Agua-Tierra, Sal.

Lo mismo ocurre en el hombre, pero en él los principios existen al nivel más alto. Los términos Azufre, Mercurio y Sal no tienen nada que ver con los cuerpos físicos que llevan estos nombres.

AGUA: EL SOPORTE DE LAS ENERGÍAS PLANETARIAS

Las energías cósmicas actúan sobre la materia a través del elemento Agua. Este elemento se encuentra esencialmente en todos los líquidos, aunque los otros tres elementos también están presentes en menores proporciones.

Por lo tanto, si un cuerpo es rico en agua o se encuentra en estado líquido, recibirá influencias astrológicas de manera más significativa. Estas influencias astrológicas son manifestaciones planetarias que ocurren en diferentes niveles.

Cuando el agua de lluvia o nieve de las altas montañas no ha sido contaminada, es rica en energía vital. El principio de vida sólo se libera cuando la nieve se derrite porque el estado sólido fija las energías e impide que se escapen. En el ámbito homeopático, la explicación de cómo funcionan las diluciones no tiene en cuenta la sensibilidad del estado líquido a las energías vitales y astrales.

De los tres reinos, el reino animal –y el hombre en particular– es el más sensible a las influencias astrológicas. Las plantas son menos sensibles a las influencias astrológicas porque tienen una “densidad” de líquido más baja. Los cuerpos sólidos, como los minerales y los metales, prácticamente no se ven afectados por las influencias astrológicas. Sólo el mercurio, que es un metal en estado líquido a temperatura ambiente, está sujeto a influencias astrológicas. Para verse afectados por estas influencias, otros metales deben transformarse en sal y luego disolverse en agua.

EL ESPACIO-TIEMPO Y LA DENSIFICACIÓN DE LA MATERIA

Volvamos al aspecto espacio-temporal de la dualidad. La simple observación muestra que, a nivel de nuestro mundo, el tiempo está vinculado al espacio. No hay forma de que el movimiento a través de un espacio determinado no requiera una cierta cantidad de tiempo; por el contrario, la medición del tiempo sólo puede ocurrir a través del movimiento o del movimiento en el espacio. De hecho podemos imaginar, aunque prácticamente sea mentalmente inconcebible, que el espacio y el tiempo resultan de la diferenciación de un principio único: la Eternidad, principio que es un aspecto de la Energía Primaria.

La conciencia no puede viajar de la eternidad al espacio-tiempo de nuestro mundo o viceversa en un gran paso sin cambios significativos. Esta transducción o mutación ocurre en siete pasos llamados los 7 días de la Creación. La lectura espiritual de este tema en el Génesis proporciona varias indicaciones. El “descanso” del séptimo día, que corresponde a nuestro mundo, simboliza el hecho de que en este nivel el hombre está dormido con las realidades espirituales de otros espacios-tiempos con los que momentáneamente perdió contacto.

Tenga en cuenta que solo hay 7 días de Creación, porque como vimos en la figura que encabeza el artículo en los tres niveles energéticos superiores, el espaciotiempo existe en estado potencial y solo se manifiesta en el cuarto.

Los diez niveles de densidad de energía constituyen las diez etapas de involución y evolución (ver figura en la parte superior). Cada nivel del 9 al 4 incluido constituye uno de los mundos interiores del hombre.

Los tres niveles superiores, que forman un todo, forman la eternidad sin espacio-tiempo, en un presente eterno. Los siete niveles inferiores, que forman un segundo grupo, pertenecen al reino del tiempo. Cada nivel no constituye un mundo –excepto el último– sino un nivel de conciencia en el hombre, donde todas las cosas existen en el mismo nivel de densidad. En nuestro mundo, el décimo, las energías del calor, la luz y la electricidad se han adaptado a la densidad de nuestra materia. La conciencia del hombre también se ha adaptado a esta décima densidad. Esto te permite percibir con tus sentidos y hace posible tu vida y evolución en este nivel. Si quieres tener una idea aproximada de los niveles superiores, imagina que todas estas cosas se vuelven más ligeras, más sutiles y permanecen coherentes entre sí.

Así, una vida consciente y coherente es posible en todos los niveles. Sólo las iniciaciones genuinas –independientemente del método utilizado para obtenerlas– pueden proporcionar una imagen correcta de cuáles son estos niveles.

LAS CAUSAS DEL UNIVERSO

Los Antiguos, Tritemio, Cornelio Agripa y otros afirmaron la existencia de una jerarquía trina de Poderes en el Universo, una jerarquía de Causas que gobiernan los mundos visible e invisible.

La Causa Primera, la más poderosa, es la más cercana al Absoluto en el Manifiesto. Su influencia alcanza principalmente los niveles 1 y 2
Las Causas Secundarias según Tritemio son siete y constituyen el segundo nivel de poder. Estas Siete Causas son a menudo llamadas las Siete Leyes Dobles, los Siete Genios de la Presencia, los Siete Genios del Trono o los Siete Genios Planetarios.
Sus acciones afectan a los niveles 3,4,5,6,7,8 y 9. Gestionan el mundo material desde el mundo invisible.

Finalmente, el tercer nivel de poder es nuestro mundo. Resulta de la acción de los otros dos niveles que lo dominan enteramente, excepto el área que concierne al libre albedrío del hombre.

INVOLUCIÓN – EVOLUCIÓN

Originalmente, el hombre era potencialmente un ser eterno. La naturaleza del Absoluto es tal que el hombre no puede realizarse en el mundo eterno, es decir, en el mundo eterno no puede pasar de su estado de ser potencial al estado de ser realizado, ni pasar del Cero al Infinito.

Debido a la necesidad de su Crecimiento, el hombre voluntariamente “desciende” al espacio-tiempo, a mundos de materia cada vez más densa. Esto es involución. Después de reunir los elementos necesarios, el hombre emprende el viaje de regreso: hace los mundos más densos, esto es la evolución. El final del viaje, el regreso, es vuestra reintegración a la Eternidad. Durante este recorrido, tanto en el camino descendente como en el camino ascendente, se suceden diez etapas. La conciencia del hombre debe adaptarse a los diez niveles de energía y materia de la Creación.

La información presentada en esta lección no es fácil de entender. Algunos de ellos pertenecen a un reino más allá del intelecto. Sus diversos aspectos quedarán más claros en el siguiente lección, dónde hacer el esfuerzo para comprender más plenamente la perspectiva unitaria.

¡Ora y Labora!

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