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Alquimia

Los sopladores en la alquimia

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Soplador es el apodo que se le da a un alquimista que se ocupa de la transmutación de metales básicos en oro y plata y que ignora el lado espiritual o filosófico de la Alquimia.

Los sopladores se ganaron su apodo por su inclinación por utilizar fuelles y forjas.

Fueron despreciados por los “verdaderos” alquimistas; sin embargo, sus experimentos a veces condujeron a descubrimientos en química.

Los sopladores trabajaban en laboratorios sucios y a menudo se suicidaban manipulando descuidadamente productos químicos o inhalando vapores venenosos.

Se contrataron a jefes ricos que querían riquezas fáciles, pero su incapacidad para producir metales preciosos los llevó a prisión o incluso al pabellón de ejecución.

Un soplador notable fue Johann F. Bottiger, un “asistente de farmacéutico” alemán de quien en 1701, a la edad de 16 años, se informó que convirtió varias piezas de plata de 20 pfennig en oro ante testigos aristocráticos en Berlín.

La proyección contó con la ayuda del empleador de Bottiger, quien aplicó un tinte de vidrio rojo oscuro a las piezas de plata.

Bottiger se hizo famoso y llamó la atención de Federico I de Prusia, un gobernante hambriento de oro que ejecutaba a los alquimistas que no conseguían fabricar oro.

Bottiger huyó para evitar ser obligado a trabajar para Federico, pero cayó al servicio de otro monarca codicioso, Augusto el Fuerte de Sajonia, que colgó a los alquimistas fracasados ​​de una horca adornada con hojalata para burlarse de su fracaso.

Augustus le dio a Bottiger todo lo que podía desear en términos de equipamiento, pero lo convirtió en prisionero del estado.

Bottiger logró pasar 18 años trabajando para Augusto, convenciendo al rey de que realmente podía fabricar oro y plata.

Lo que le salvó la vida fue su capacidad para imitar la porcelana importada de China.

En 1706, Augusto le ordenó descubrir cómo se fabricaba la porcelana, y Bottiger tardó tres años en hacerlo.

Su éxito permitió a Augusto establecer una fábrica de porcelana en Meissen en 1710.

Bottiger supervisó la fábrica y guardó cuidadosamente su secreto para fabricar porcelana.

Pero Augusto todavía exigía oro y plata, y en 1713 insistió en que Bottiger demostrara su habilidad o sería ejecutado.

El 13 de marzo, Bottiger tomó cobre y plomo y fabricó pequeños botones de oro y plata, según testigos.

La vida de Bottiger se había salvado.

En diciembre de 1717, nuevamente bajo presión del rey, Bottiger juró que revelaría su fórmula secreta para fabricar metales precisos.

Pero antes de hacerlo, aparentemente inhaló vapores venenosos en su laboratorio y murió.

Se desconoce si la muerte fue accidental o suicida.

Lectura adicional:

Secretos de los alquimistas. Nueva York: Time-Life Books, 1990.

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fuente:

"Fumador"

La enciclopedia de magia y alquimia, de Rosemary Ellen Guiley

Copyright © 2006 por Visionary Living, Inc.

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Texto adaptado, revisado y enviado por Ícaro Aron Soares.

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