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Este texto fue lamido por 150 almas esta semana.
Texto publicado en la revista 𝗟𝘂𝗰𝗶𝗳𝗲𝗿 𝗟𝘂𝗰𝗶𝗳𝗲𝗿𝗮𝘅, 7ª edición, año 2010 de una época francamente vulgar.
Cuando Lucifer caía del paraíso al abismo de las tinieblas, de su frente cayó una joya, emblema de su belleza y perfección. Se trataba de una esmeralda, la joya considerada por los alquimistas como la piedra de Mercurio, personaje que pertenece a la esfera media, tanto en el sentido alquímico como mitológico. Mercurio es el mensajero celestial, el intermediario entre los mundos y el guía de las almas muertas (psychopompos) hacia el Otro Lado. En alquimia, él es el emblema del flujo y la transmutación: transmutación de la materia y el espíritu de lo menor a lo mayor, de lo efímero a lo sólido. Él es, por tanto, la conexión entre el paraíso (espíritu) y la tierra (materia). En la versión bíblica de San Juan: “Y el que está sentado allí tiene un aspecto semejante a la piedra de jaspe y de sardio, y alrededor del trono hay un arco iris de aspecto semejante a una esmeralda”. (Apocalipsis 4:3).
El arco iris es un símbolo popular de un puente entre mundos (por ejemplo, el nórdico Bifröst). La esmeralda que cayó de la frente de Lucifer es también la conexión entre el cielo y la Tierra, y representa la pérdida del monopolio de la inmortalidad que hasta ese momento había estado reservado sólo a la divina trinidad. Según la leyenda, de esta joya los ángeles tallaron el Grial, y cuando se llenó con la sangre de Cristo, ahora se abrieron de nuevo los portales del paraíso que estaban cerrados tras la caída de Lucifer. La esmeralda también se asemeja a la perla en la frente de Shiva, que en el simbolismo hindú representa el tercer ojo y se relaciona con el concepto de infinito.
La esmeralda es también la joya que los antiguos romanos asociaban con el planeta Venus. Como ya hemos dicho, Venus está relacionada con Lucifer en muchos aspectos mitológicos. Se consideraba el planeta representativo tanto de la vida como de la luz, así como de la oscuridad y la muerte. Fue llamado Estrella de la mañana y Estrella de la tarde. Los antiguos romanos creían que anunciaba tanto la muerte como el renacimiento. En México se le temía como a una estrella de la destrucción. Jacob Boehme, el famoso místico, la identificó con la Luz Divina del creador.
La búsqueda del Grial significa el caminante por los diversos caminos espirituales para encontrar la luz interior y el poder oculto que subyace a toda existencia, está representado por el principio alquímico VITRIOL (Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem) y la joya que representa la coronación del camino espiritual es la esmeralda o el diamante, el emblema de la perfección y de la luz que brilla incluso en lo más profundo del abismo.
Ilustración: El Ángel Negro, Aurora Consurgens
Traducción: Éric Tormentvm Aeternvm
Reseña: Guerra de Fernando
