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Los Yoes, la Esencia y la Personalidad – Conferencias sobre la obra de Gurdjieff

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El hombre dice ser uno y está en comunión consigo mismo o con otros seres superiores, pero dentro de sí está dividido en muchas partes desiguales, con gustos y características totalmente diferentes, a las que llamamos Yoes, o Legión de Yoes.

Podemos notar fácilmente esta Legión de Yoes en nosotros mismos, en tan solo un día de nuestras vidas. Cuando nos levantamos por la mañana y vemos a nuestra pareja, tenemos palabras de cariño e intimidad que no tenemos con los empleados. La voz es diferente, la forma de actuar es diferente. Y lo mismo ocurre en el autobús, en el trabajo, en la escuela, etc. Y estos yo también cambian con una misma persona, en función de las emociones que sentimos en un momento determinado (enfado, alegría, cariño). Las emociones toman y traen yo o grupos de yo, siempre más allá de nuestro control, ya que somos los yo del momento.

Personalidad

Desde que éramos niños hemos estado llenos de información. Esto comienza en casa y luego continúa durante toda la vida.

Esta información forma nuestra Personalidad y crece con el paso de los años. Pero este aprendizaje no es más que una acumulación de datos estereotipados, todos mecánicos y, por tanto, automáticos. Cuanto más se tarda, más mecánico es, llegar a un punto en el que, para vivir, basta con poner los datos uno al lado del otro y, de esta manera, hablamos, discutimos, trabajamos, estudiamos y vivimos satisfechos con los datos que nos dan y pensamos que Nuestro entendimiento es el único que cuenta, o mejor dicho, que existe. Todo está decorado y almacenado y así se forma la Personalidad.

Esencia

La esencia es algo con lo que nacemos. Se desarrolla con nuestras experiencias a lo largo de la vida a medida que nos encontramos con pequeñas dificultades y el conocimiento se convierte en algo que practicamos en cualquier situación. El desarrollo de la Esencia se da según nuestras prácticas, desde comer y beber hasta reconocer el peligro, desde lo más simple hasta lo más complejo. Por eso el hombre del campo o del bosque tiene una Esencia más desarrollada que el hombre de la ciudad. Mientras que en el campo la sencillez de la vida permite que la Esencia brille hasta una edad más avanzada, en la ciudad el niño interrumpe la evolución de la Esencia entre los 5 y 7 años y, en muchos casos, incluso antes, llegando al punto de casi sin tener nada de Esencia del 15 en adelante. En ambos casos hay un desequilibrio. El hombre rural necesita incrementar el conocimiento de su Personalidad y el hombre urbano necesita dejar crecer su Esencia. La Personalidad crece con el cuerpo físico y la cabeza; la Esencia, con el cuerpo físico y el corazón.

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