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Brujería y paganismo

Segunda Porción – Para el Ritual Personal de Cultivo de Datura

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La segunda porción de Hierba del Diablo se prepara utilizando ambos sexos de la planta, es decir, la masculina y la femenina y todas las demás partes o “cabezas” que se recolectaron en la misma ocasión.

Todo el material se guarda envuelto en un trozo de tela hasta su uso. El tiempo de almacenamiento ideal requiere que al momento de la preparación, las raíces, flores, hojas y semillas estén secas aunque aún intactas.

Quiere decir que cuando se cortan los trozos de raíces (masculinas y femeninas), con las plantas vivas, en el lugar donde fueron plantadas o donde nacieron, el chamán aprovecha para recolectar todos estos ingredientes que están reservados, en separado Volúmenes (masculino y femenino) para la preparación llamada segunda porción.

Además de estos elementos que antes estaban reservados, también se utilizarán dos trozos de raíces, así como hojas, flores y semillas frescas (recientemente cosechadas), de ambos géneros de Datura. Castaneda observó la cantidad de material nuevo utilizado: 14 unidades de cada uno (14 hojas, 14 flores, 14 semillas. CASTANEDA, 1968 – p 39). Finalmente se juntan también 3 trozos de tallo fresco y se colocan en la receta.

Un paréntesis para las manualidades. Sin embargo, antes de todos estos preparativos, utilizando un trozo de raíz femenina que tiene la forma específica de un ipisilon (Y), Don Juan hace una figurilla, una figura humana, esculpiendo la materia con un punzón o un pequeño cuchillo, recogiendo los tallos de el ipisilon e invirtiendo la posición para componer las piernas, detallando, en la tercera varilla (nótese que el ipisilon está esculpido en posición invertida) el rostro, las manos entrelazadas y los brazos cruzados sobre el pecho. Una vez hecho esto, se agrega con cuidado una espina de agave azul (Agave tequilana – fig. arriba) extraída de la planta (las espinas crecen a lo largo de cada una de las hojas, que son duras y curvas), primero girando la espina hasta que se desprenda ligeramente. ; el gesto final que arranca la espina se realiza con los dientes y por obtenerse de esta forma, al extirparse de su matriz la espina lleva consigo una larga cola de fibras blancas de alrededor de 60 cm de largo. Con las fibras se teje un cordón (siempre sujeto a la espina). Este cordón se enrolla alrededor de las piernas de la figura, juntándolas firmemente y, a la altura de los brazos cruzados, se introduce la espina hasta que emerge su punta, a modo de espada o lanza sostenida entre las manos del “hombrecito raíz”. Esta figura se utilizará en la preparación final de la Segunda Porción de Datura.

Al regresar, todo el material, femenino, masculino, todo se coloca en un mortero de piedra (una cacerola, un jarrón) y se tritura con un mortero también de piedra (de lo que este escritor pudo deducir no sería recomendable utilizar una batidora). aunque ciertamente, algunos candidatos a chamanes posmodernos se atreven a realizar tal… adaptación…).

Los ingredientes se amasan hasta alcanzar la consistencia de una papilla homogénea. En este punto hay que añadir un último ingrediente... extiende TU mano izquierda sobre la mezcla, separa tus dedos anulares (el dedo del collar... ejem... de los anillos de promesa) y en el espacio donde se unen los dos. , pasa un cuchillo muy afilado (sugiero, desinfectado… mira el tétanos en el desfile) – con suficiente intensidad como para, obviamente, sangrar – porque este último ingrediente es TU sangre. Castañeda describe el “susto”:

[Don Juan]… tomó mi mano izquierda y, con un movimiento muy rápido, separó lo más posible el dedo medio y el anular. Luego, con la punta del cuchillo, me apuñaló entre los dos dedos, cortando la piel del cuarto dedo. Actuó con tal habilidad y velocidad que, cuando retiré mi mano, había un corte profundo y la sangre brotaba profusamente. Volvió a agarrar mi mano, la colocó sobre la sartén y la apretó para expulsar más sangre. (CASTANEDA, 1968 – p 39).

(Este escritor piensa: ¡Castañuelas! ¡¡¡Me pregunto si puedes usar una jeringa desechable, carajo!!!)

Después de que todo está amasado y mezclado, el indio agrega algo que Castañeda cree que es pegamento de carpintero. Este escritor cuestiona: el pegamento de carpintero no es algo chamánico y se atreve a sugerir un pegamento de maicena casero ya que la maicena es maicena, algo mucho más coherente en el contexto de la experiencia de un indígena mesoamericano.

También se añade una tetera con agua hirviendo y luego entra en juego la figura previamente realizada, que se coloca en esta sopa indigerible. Todo va al fuego (en este caso, a una hoguera). El olor que desprende la mezcla es descrito por Castañeda como un “hedor” repugnante.

Castaneda no menciona el tiempo de ebullición pero informa que… la olla permaneció sobre las rocas toda la noche… (se supone que la mezcla hirvió y permaneció calentada hasta que se apagaron las llamas del fuego). Al amanecer se retira la figura de la vasija y se expone al aire libre donde se secará al sol con la cara orientada al este.

Una vez seco, se guardará en una bolsa de cuero y aquí comienza otro viaje de trámites para que el aprendiz pueda cultivar su propio ejemplar de Datura.

Sí, si el lector pensaba que después de todo este trabajo el resultado sería algún tipo de sustancia alucinógena destinada a ser bebida, masticada, fumada, frotada o algo así, proporcionando alguna experiencia sensacional, se equivocaba.

La segunda porción de preparación de la “Hierba del Diablo” está destinada únicamente a la fabricación y, más concretamente, al embrujo, encantamiento o, como dirían los magos europeos, “magnetización personal” de esa figurilla, una especie de “objeto de poder”. que servirá para plantar la “plántula” del aprendiz. La figura conferirá al aprendiz una especie de legitimidad de propiedad sobre la datura que él mismo debe cultivar.

Muy bien, la figura está guardada en la bolsa de cuero. En este punto, el maestro chamán ya ha proporcionado la “plántula” viva ya preparada, un brote con pequeñas hojas que ya están creciendo y que se desarrolla a partir de uno de los trozos de raíz cosechada colocados en una olla con agua.

El (desafortunado) aprendiz debe plantar este brote en un lugar lo más aislado posible, lejos de extraños, cerca de una fuente de agua y no debe decirle a nadie dónde plantó su Datura.

Cerca de este lugar hay que enterrar por separado: la gororoba donde se cocinó la figura, a una distancia de dos pasos del brote y en dirección sureste (¡compra una brújula!); y la maceta (previamente rota) en algún punto alejado del brote.

Para plantar esta matriz de Datura hay que cavar un hoyo muy profundo (lo que permite deducir que este brote proviene de la Datura femenina, porque tiene una raíz que crece en profundidad en un solo filamento grueso antes de ramificarse como la planta masculina). , expande sus raíces en terrenos más cercanos a la superficie. Castaneda no dice esto. Quiere decir que le vino muy bien convertirse en gurú; como antropólogo, si dependiera de la precisión de su investigación de campo, se moriría de hambre). .

Mientras se entierra y asienta el brote, se debe regar la zona (como se hace con cualquier planta arbustiva). Durante la siembra, se requiere un ritual: el pobre aprendiz camina alrededor del brote tomando como referencia la distancia: desde el perímetro de este círculo, el lugar donde enterró la gororoba, es decir, a dos pasos del hoyo de la plántula.

En cada vuelta, siguiendo siempre la misma dirección, cualquiera que sea, derecha o izquierda, toma la figura y toca delicadamente el brote con la lanza-espina. Haga esto cuatro veces pero sólo pinche el brote con la espina las primeras tres veces; en el cuarto debe clavar la espina en el capullo de Datura, fijando allí la estatuilla.

De esta manera, la raíz de la planta y la efigie del aprendiz quedarán unidas en lo más profundo de la tierra. Pero esto hay que hacerlo con sumo cuidado porque, si la espina se rompe, babau, todo el proceso quedará invalidado. El proceso de plantación se completa llenando todo el hoyo con tierra blanda.

Pero… aún no ha terminado. Para terminar el trabajo, el pobre aprendiz (y también los brujos más experimentados) tienen que bailar alrededor de esta Datura recién plantada. Don Juan no especifica qué tipo de baile es ni la duración de la representación. Pero subraya que HAY QUE HACERLO.

Este columnista, que no suele dar opiniones personales en los textos periodísticos que escribe, no puede evitar reflexionar sobre este tema y, con la mirada perdida, intenta imaginar la escena.

Un indio mexicano bailará como un indio mexicano pero… ¿y tú, lector, y yo? ¿Qué haríamos? ¿Bailaríamos con o sin música? ¿Cantaríamos la canción? ¿Cogeríamos un microsistema, encenderíamos la radio o introduciríamos un pendrive en el puerto USB del estéreo del coche?

¿Un portugués bailaría fado? ¿Un polaco, una polca? ¿Un bahiano es un axé o una arrocha? ¿Un carioca del cerro, un cantante de samba? ¿El tranvía de un ladrón? Robert Plant, ¿bailarías Whole Lotta Love? Michael Jackson, ¿bailarías Bad? Madonna… Lady Gaga… de todos modos, eso es un problema. Meditemos...

Eso sí, también cabe destacar que el propietario de la planta debe velar por la salud de su Datura, librándola de plagas y teniendo siempre cuidado de que no le falte agua. Es todo. (CASTANÉDA, 1968 – p 41).

Ligia Cabús

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