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Los tres secretos de Fátima

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Este texto fue lamido por 105 almas esta semana.

(Escrito de Sor Lúcia, destinado al Obispo de Leira el 31 de agosto de 1941 según el secreto revelado (por el Ángel)* en 1917 en Cova da Iria – Fátima)

Bueno, el secreto consta de tres cosas distintas, que revelaré.

1ER SECRETO:

¡La primera fue la visión del infierno!

(Nuestra Señora)* nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra. Inmersos en este fuego estaban los demonios y las almas, como si fueran brasas transparentes y negras, o bronceadas con forma humana, que flotaban en el fuego llevadas por las llamas que de ellas salían, junto con nubes de humo, cayendo hacia por todos lados, similar a la caída de las chispas de grandes fuegos sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación que horrorizaban y hacían estremecer de terror a la gente.

Los demonios se distinguían por sus horribles y repugnantes formas de animales aterradores y desconocidos, pero transparentes y negros. Esta vista fue un momento, y gracias a nuestra buena Madre del Cielo; quien previamente nos había advertido con la promesa de llevarnos al Cielo (en la primera aparición) si no hubiera sido así, creo que hubiésemos muerto de susto y terror.

2ER SECRETO:

Entonces levantamos los ojos y (Nuestra Señora)* nos dijo con bondad y tristeza:

— Habéis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores, para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacéis lo que os digo, muchas almas se salvarán y tendréis paz. La guerra terminará, pero si no dejan de ofender a Dios, durante el reinado de Pío XI comenzará una peor.

Cuando veáis una noche, iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, mediante la guerra, el hambre y la persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para detenerlo, vine a pedir la consagración de Rusia y la comunión reparadora los primeros sábados.

Si responden a mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrá paz, si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia, los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas, finalmente mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y al mundo se le concederá un tiempo de paz.

3ER SECRETO:

Te escribo en un acto de obediencia a Ti, Dios mío, que me envías por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y Tuya y mi Santísima Madre.

Después de las dos partes que ya he explicado, vimos al lado izquierdo (de Nuestra Señora)*, un poco más arriba, un Ángel con una espada de fuego en su mano izquierda; cuando parpadeaba, liberaba llamas que parecían incendiar el mundo; pero se apagaron con el contacto del brillo que (Nuestra Señora) enviaba de su diestra* hacia ella: El Ángel, señalando con su diestra hacia la tierra, con voz fuerte dijo: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!

Y vimos con una luz inmensa que él es Dios: “algo parecido a como la gente se ve en un espejo cuando pasa frente a ellos” un obispo vestido de blanco “teníamos la sensación de que era el Santo Padre”.

Varios otros Obispos, Sacerdotes, religiosos y religiosas subieron a una montaña escarpada, en cuya cima se encontraba una gran Cruz hecha de troncos toscos como si fuera un alcornoque con la corteza; El Santo Padre, antes de llegar allí, atravesó una gran ciudad que se encontraba medio en ruinas, y temblando con paso inseguro, abrumado por el dolor y la tristeza, oraba por las almas de los cadáveres que encontraba en el camino; Llegó a la cima de la montaña, postrado de rodillas al pie de la gran Cruz, fue asesinado por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros y flechas, y así los Obispos, Sacerdotes, religiosos y religiosas y varias personas laicas murieron una tras otra, señores y señoras de diversas clases y posiciones.

Bajo los dos brazos de la Cruz estaban dos Ángeles, cada uno con una regadera de cristal en la mano, en la que recogían la sangre de los Mártires y con ella regaban las almas que se acercaban a Dios.

* Nota del editor – El texto relatado por Sor Lucía sobre la visión ocurrida en su infancia contiene una fuerte asociación con elementos dogmáticos católicos debido a la influencia de la religión de sus padres, sacerdotes y el largo tiempo de permanencia en el claustro; Sin embargo, esto no hace que el núcleo de la profecía sea imposible.

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fuente: http://mucheroni.br.tripod.com/profecías/secretos.htm

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Texto adaptado, revisado y enviado por Ícaro Aron Soares.

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