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Este texto fue lamido por 113 almas esta semana.
De las enseñanzas del rabino Yehudah Leib Ashlag.
Los mundos se despliegan hasta llegar a la realidad de este mundo físico donde hay cuerpo y alma, y también un tiempo de deterioro y un tiempo de curación. Nuestro cuerpo, que se forma a partir del deseo de recibir sólo para sí mismo, sale de su raíz dentro del propósito de la Creación, pero pasa por la estructura de los mundos de impureza, como dice la Escritura: “El hombre nace como un salvaje”. asno” (Job 11:12). Permanece sujeto a esta condición hasta que la persona cumpla trece años de edad. Este período se llama “el tiempo de deterioro”.
Luego, a partir de los trece años, a través del cumplimiento de las mitzvot que realiza para beneficiar a los demás y complacer al Creador, la persona comienza a purificar el deseo de recibir para sí mismo, que es inherente a él.
Una persona transforma gradualmente la voluntad de recibir para sí misma en una voluntad de dar beneficios. De esta manera, la persona atrae progresivamente hacia sí un alma santa desde su raíz dentro del propósito de la Creación. Esta alma pasa a través de la estructura de los mundos de santidad y se reviste dentro del cuerpo, y este es el momento de la curación.
Por lo tanto, uno continúa adquiriendo y alcanzando niveles más elevados de santidad derivados del propósito de la Creación dentro del Infinito. Estos niveles superiores de santidad ayudan a una persona a transformar el deseo de recibir sólo para uno mismo hasta que se transforme completamente en el deseo de recibir para dar placer al Creador sin incluir el propio beneficio. Es a través de este medio que el individuo adquiere afinidad de forma con el Creador. Porque se considera que recibir sólo con el propósito de dar a otros o a Di-s tiene exactamente la misma forma que dar puramente.
Así, uno adquiere la unidad completa con Di-s, porque la unidad espiritual no es más que la afinidad de la forma. ¿Cómo podría una persona unirse con Él excepto volviéndose uno con Sus cualidades? Es a través de este medio que la persona llega a ser capaz de recibir todo el bien, el placer y la ternura que está implícito en el propósito de la Creación.
Así que ahora aclaramos la curación del deseo de recibir que es inherente a las almas como consecuencia del propósito de la Creación. Por el bien de las almas, Di-s creó las dos estructuras descritas anteriormente, una frente a la otra, por las que pasan las almas, dividiéndose en dos aspectos, cuerpo y alma, que se rodean entre sí.
A través de la práctica de la Torá y las mitzvot, el deseo de recibir eventualmente se transforma en el deseo de dar. Entonces las almas podrán recibir todo el Bien que está implícito en el pensamiento de la Creación. Con esto, merecen una maravillosa unidad con Di-s, ya que han ganado afinidad en forma con su Creador a través de su trabajo en la Torá y las mitzvot. Este estado se designa como el final del proceso de curación.
Entonces, como ya no habrá necesidad del Otro Lado, el lado impuro, desaparecerá de la tierra y la muerte será devorada para siempre. El trabajo de la Torá y las mitzvot que se entrega a la totalidad del mundo durante el período de su existencia, y así mismo a cada individuo durante los años de su vida, tiene como único propósito conducirnos a todos a esta curación final en que entramos en afinidad de forma con lo Divino.
Ahora también explicamos cómo se crean y emergen de la santidad de Di-s la estructura de cáscaras e impurezas. Vimos que esto era necesario para permitir la creación del cuerpo que una persona luego puede sanar a través del trabajo de la Torá y las mitzvot. Si no tuviéramos cuerpos que contengan en ellos la voluntad defectuosa de recibir proporcionada por la estructura de la impureza, nunca podríamos curarla, así como uno no puede curar nada que no tenga dentro de sí.
El primer artículo de “A la sombra de la Escada”:
Una piedra de una montaña
[De “A la sombra de la escalera” de Mark y Yedidah Cohen]
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fuente:
Transformando los Mundos – Sanamos el mundo convirtiendo nuestro deseo de recibir solo para nosotros mismos.
De las enseñanzas del rabino Yehudah Leib Ashlag.
https://www.chabad.org/kabbala
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Texto adaptado, revisado y enviado por Ícaro Arón Soares.
