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Alquimia

Biología en alquimia: correlaciones para una educación alquímica

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Marcelo Ribeiro dos Santos[ 1 ]

Carlos Eduardo Albuquerque Miranda[ 2 ]

Marcus Alexandre Finzi Corat[ 3 ]

I. INTRODUCCIÓN

Alquimia. La gran duda alimentada por milenios de ocultamiento intencionado persiste. ¿Con qué intención? ¿Puro fraude? ¿Broma milenaria cruzando el tiempo con comediantes puntuales extremadamente meticulosos? ¿Mentir para conseguir poder? ¿Tienes conocimientos ficticios sobre la inmortalidad y la riqueza infinita para ascender mejor sobre tus contemporáneos? Poco provable. Los alquimistas siempre han sido renegados, viviendo al margen de la sociedad, incluso cuando gozaban de un patrocinio ambicioso. Se sabe que los alquimistas sacrificaban sus vidas hasta obtener la Piedra. Incluso después de la culminación de su obra, no se beneficiaron de sí mismos y vivieron con humildad, como parecen sugerir los escritos sobre la vida de Nicolás Flamel. ¿Pero realmente obtuvieron la Piedra? La Piedra Filosofal. La Piedra Filosofal, en el camino hacia el cual necesariamente deben llevar el Xir, El Ixir, el Elixir de la Larga Vida. ¿Fábulas?

Pero en lugar de especular y descartar de antemano los conocimientos alquímicos, tal vez sería beneficioso adoptar una mirada más serena y ordenada, evitando los extremos metafísicos de los realistas, que ven la alquimia como precursora de la química, o de los idealistas con brío junguiano, que Lo consideran como un simbolismo arquetípico de un proceso interno de purificación psíquica e individuación. No vamos a discutir aquí estos dos caminos ya muy transitados, sino proponer un análisis basado en los conceptos de Henri Bergson, filósofo francés de finales del siglo XIX que, a pesar de ser reconocido en su época con un Premio Nobel, ha sido relegada sistemáticamente al olvido por la Ciencia contemporánea.

Aquí utilizaremos una herramienta conceptual ya probada en otras investigaciones realizadas por nosotros, a la que llamamos “Acordeón Bergson” (Fig.1). Este apodo pretende describir las cualidades de expansión y contracción de la memoria y las resonancias virtuales en el objeto, descritas por el esquema, que representa lo que Bergson llama “memoria reflexiva”; el que utilizamos cuando estamos atentos a un objeto, queriendo extraer de él, a través de un circuito expansivo con nuestra memoria objetiva (A,B,C,D), las capas virtuales presentes en la memoria intuitiva que nos permiten una apreciación cada vez más compleja. dirigido a la acción sobre el objeto mismo (O, B',C',D'). La profundidad de visión así obtenida nos permitirá una versatilidad cada vez mayor en nuestras acciones, o esquemas de acciones, que podemos realizar sobre el objeto percibido (BERGSON, 1991).

Figura 1 – “Acordeón de Bergson”

 

Tengamos presente que el objeto de nuestro análisis no es la Alquimia misma, tan diáfana e impalpable, sino los textos e imágenes alquímicas que han llegado hasta nosotros. Es con estos textos e imágenes con los que queremos hacer un circuito, partiendo de la perspectiva de un niño, que ve diferencias y similitudes obvias, para ir ampliando gradualmente los niveles de complejidad de nuestra memoria a medida que se van transformando las capas virtuales dadas en los propios textos e imágenes. reveló. De esta manera esperamos lograr una comprensión práctica y útil del conocimiento alquímico, saliendo del ámbito de la pura teorización estéril.

 

II. ALQUIMIA

La asociación inmediata que nos trae el pensamiento común sobre la Alquimia es su papel como precursora de la química, a la que aportó varios descubrimientos y técnicas. Es posible que esta contribución haya ocurrido, pero cuando nos topamos con la materialidad de los textos e imágenes que han llegado hasta nuestros días, no vemos nada que nos recuerde a la química, excepto quizás la construcción de mezclas y reacciones entre elementos con el objetivo de una transformación o producto final diferenciado, así como el nombre de algunas sustancias principales como Sales, Azufre y Mercurio. Estas tres sustancias son recurrentes, pero también es recurrente la afirmación de que no corresponden a las sustancias químicas reactivas y comunes que reciben estos nombres, sino a estados separados o “fases” de una misma materia inicial. Por tanto, tenemos derecho a desviar nuestro pensamiento de la opinión materialista común y avanzar hacia un análisis filosófico metafísico, que nos lleve ya no al campo de la química, sino ahora a las sinergias de la alquimia con las prácticas biológicas del cultivo celular. Para delimitar nuestro campo de análisis, podríamos empezar por determinar qué no es la alquimia:

La actitud y el método del alquimista deben, por tanto, ser totalmente diferentes de los adoptados por el químico. La alquimia no sólo buscaba ocuparse de los metales y sus interrelaciones, ni siquiera tratar las materias que interesaban a la química; es más, no investigaba temas que la química pasara a ser parte de su competencia. No encontraremos en las obras alquímicas ningún intento de establecer o concluir un catálogo o tabla de sustancias conocidas, ni siquiera el cuidado de establecer sus propiedades, ni siquiera la intención de mostrar cómo una clase de cuerpos pasa a otra (FLAMEL, 1973).

Pero ¿qué sería entonces la alquimia? Liberándonos de prejuicios, podemos utilizar nuestra herramienta metodológica para desplegar las capas virtuales presentes en nuestro objeto, alcanzando niveles cada vez más profundos de su realidad. Aplicando nuestra “memoria reflexiva” en sus niveles más primarios, aquellos que sólo detectan diferencias y similitudes entre los objetos percibidos, podemos separar nuestro material alquímico en dos grandes grupos: textos e imágenes.

Centrémonos inicialmente en los textos: detectamos textos que se asemejan a tramas teatrales, con sustancias y procesos alquímicos como personajes, con tramas y diálogos descriptivos, que dramatizan lo que parece ser la descripción de un proceso y un protocolo de acción (e.g.: Zózimo de Panóplis , María la Prophetiza, CALID apud ZALBIDEA et al., 1980)

También existen textos similares a recetas, o protocolos experimentales, con descripciones detalladas e impersonales de los pasos a seguir (BACON apud ZALBIDEA et al., 1980). Otros textos están vinculados a imágenes y funcionan como explicación y descripción detallada de éstas (p. ej. Nicolau Flamel, BASÍLIO VALENTIM apud ZALBIDEA et al., 1980). En todos los casos tenemos la impresión de que nos encontramos ante instrucciones genéricas sobre cómo realizar el mismo proceso.

Las imágenes, analizadas por separado, nos presentan inicialmente una delirante profusión de personajes míticos o quiméricos, además de los más variados objetos y equipamientos. Tenemos abundantes símbolos astrológicos y menciones bíblicas. Pero cuando abstraemos esta multitud pictórica y nos centramos en la composición y ordenación de las figuras, vemos claramente los signos inequívocos del Arte de la Memoria. Podríamos decir, modernamente, que existe arquitectura gráfica, que distingue cualquier disposición de una disposición que forma parte de un programa de educación visión-memoria, históricamente organizado y que se vuelve recurrente en la cultura visual moderna y contemporánea (ALMEIDA, 1999; MIRANDA, 2001 ).

El Arte de la Memoria clásico y medieval trabajaba básicamente con imágenes de agentes imaginarios colocadas en construcciones y “nichos” de la memoria, que debían ser serializados y numerados, permitiendo al operador desplazarse a través de ellos a voluntad, extrayendo los recuerdos que necesitaba de las figuras impactantes. (YATES, 2013). Un ejemplo muy explícito de este uso de las imágenes como arquitectura mental destinada a recordar el proceso alquímico lo encontramos en el Arco pintado por encargo de Nicolas Flamel y su esposa Perrenelle en la Iglesia del Cementerio de los Inocentes, en París.

Figura 2 -Arco pintado por Nicolas Flamel en el Cementerio de los Inocentes (FLAMEL, 1973)

En otra línea de figuración alquímica tenemos el famoso “Mutus Liber” o “Libro Mudo” (Sulat, 1667), que consiste en una secuencia de imágenes con apenas unas breves frases de texto. El objetivo explícito de este libro es proporcionar al lector instrucción sobre el proceso alquímico sólo en sentido figurado, de tal manera que los lectores, en cualquier idioma, puedan comprender el proceso.

El caso es que, tengamos en cuenta textos, imágenes o ambos, siempre nos topamos con una especie de “receta”, o mejor dicho, diferentes recetas para lograr un mismo proceso. Disponemos de algunos elementos básicos recurrentes en la alquimia, que sin embargo pueden sufrir adiciones o variar en su orden de manipulación, aproximadamente de la misma manera que, para hacer pan, necesitamos al menos harina, agua y calor, pero con innumerables adiciones de Diferencias de ingredientes y recetas, tendremos panes de diferentes formas y sabores, pero siempre reconocibles como pan.

Tenemos así una instancia básica de memoria reflexiva que, al hacer un circuito con textos e imágenes alquímicas, los recrea como recetas o protocolos variados para la obtención de los mismos fines: el Elixir de Larga Vida y la Piedra Filosofal, uno que apunta a la extensión de la vida y el otro a la transmutación de metales inferiores en oro. Las imágenes relacionadas con estos protocolos configuran un proceso educativo que armoniza, en algunos casos, con los preceptos del Arte de la Memoria clásico y medieval, en otros, con el imaginario figurativo y didáctico más cercano al de Comenius (MIRANDA, 2011). ¿Pero estas variadas recetas tendrían una consistencia funcional? Para determinarlo tendríamos que seguir utilizando nuestra memoria de diferenciación, pero aplicándola ahora al contenido de textos e imágenes y ya no a su presentación genérica. A partir de ahora nos proponemos discutir nuestra interpretación de los relatos e imágenes encontradas en los textos alquímicos para la obtención del elixir de la vida y contextualizarlos a la práctica del cultivo celular en la biología moderna, llevándolos como fruto de una memoria resonante. Analizaremos, secuencialmente, los 5 contenidos reconocibles como recurrentes o básicos del proceso alquímico: el Fuego Alquímico, la Materia Alquímica, los Elementos Alquímicos, los Procedimientos Alquímicos, el Elixir de Larga Vida y la Piedra Filosofal.

El horno alquímico

Olvídese de la imagen de hornos humeantes llenos de metal incandescente. El horno principal descrito por los alquimistas apenas puede llamarse horno, sino que sería mejor definirlo como invernadero. El mismo tipo de horno está representado tanto en las figuras de Flamel (Fig.2, esquina izquierda y arco central) como minuciosamente dibujado en el “Mutus Liber”, como muestra la figura siguiente, que representa uno de estos “hornos” con un detalle visión interna de su funcionamiento.

Figura 3 – Horno Alquímico (ROOB, 1996)

Podemos ver que la fuente de calor es una simple lámpara colocada en la parte más baja de la estructura. Esto está en consonancia con las numerosas recomendaciones de los alquimistas que reiteran que no se deben utilizar fuegos de leña y que la temperatura debe ser constante y relativamente baja.

Si este fuego no se mide en la proporción que le corresponde, dice Calid; si le prenden fuego con la espada, dice Pitágoras, si inflamas tu vasija, dice Morienus, y le haces sentir el ardor del fuego, te traerá un revés... Además, debes sostenerlos perpetuamente en esta temperatura templada. calor, es decir, noche y día… (FLAMEL, 1973)

También podemos ver un cono encima de la lámpara, debajo de la estructura ovalada donde se ubica el frasco o “huevo alquímico”, generalmente descrito como de vidrio o cerámica vidriada. Este cono podría ser un depósito de materia vegetal húmeda (paja) sobre el que debería reposar el “huevo alquímico” (el frasco de vidrio que contiene la materia), como lo demuestran las diversas menciones alquímicas y figuras de gallinas incubando en un nido de paja. Tenga en cuenta que el fuego no tiene contacto directo con la cámara ovalada superior, sirviendo únicamente para mantener caliente el cono, favoreciendo la fermentación de la paja, que irradia un calor suave y uniforme en la cámara ovalada, exhalando también dióxido de carbono. Las dos chimeneas laterales distribuyen el aire caliente por los laterales de la estructura además de llevar cualquier tipo de humo al exterior, que no llega a la cámara ovalada, que también cuenta con una chimenea para la salida del aire caliente.

Disponemos pues de un diseño detallado de un ingenioso invernadero artesanal destinado a mantener constante una temperatura cálida, humedad y un alto contenido de dióxido de carbono en su cámara principal, debido a la lenta fermentación de la paja húmeda favorecida por el calor de la lámpara que calienta el cono. Este no es el único tipo de horno que aparece en los dibujos alquímicos, pero sí es claramente el principal.

El material inicial (materia prima)

¿Qué constituye la Materia Prima de la Obra? Tocamos aquí los grandes arcanos de los alquimistas, que se niegan a referirse directamente a este secreto inviolable, utilizando siempre un lenguaje figurado al hablar de él. ¿De verdad? “Le llamaban semilla, que al transformarse se vuelve sangre y luego se cuaja y se convierte en una especie de carne compuesta;…(CALIDO in ZALBIDEA et al., 1980)”.

Por tanto, a pesar de las vehementes protestas de Flamel de que no se trata de sangre - "que es mala y vil" -, podemos estar bastante seguros de que se trata de materia biológica relacionada con la sangre, probablemente de origen humano, lo que justificaría plenamente el gran secreto celosamente mantenido, ya que la Edad Media no veía con buenos ojos la profanación quirúrgica del cuerpo humano, incluso de los cadáveres, considerando esta actividad relacionada con la brujería. Seguramente los alquimistas ya tenían suficientes problemas…

Los elementos alquímicos

Todos los textos son unánimes al afirmar que la Obra se hace a partir de la separación y recombinación de elementos extraídos de una misma materia: “Nuestra enseñanza proviene primero de una raíz, que luego se expande y divide en varias cosas para luego convertirse en una sola (CALID apud ZALBIDEA et al., 1980)”.

Ante este hecho, queda claro que los tres elementos básicos que siempre se repiten en el lenguaje alquímico, Mercurio, Azufre (o Latón) y Sales, no son más que designaciones de estados o fracciones de materia básica. Los propios alquimistas repiten incesantemente que estos no son los elementos químicos comunes conocidos con estos nombres.

Los filósofos esconden grandes recuerdos.
Que no estén dirigidos a niños;
Cuando mencionamos metales comunes,
Sólo por figuras disciplinarias:
Porque saben que estos metales
Están todos muertos (no hablemos más de eso)
Eso nunca volverá
La sustancia y la vida descansarán primero[…] (FLAMEL, 1973).

Mercurio se describe como translúcido y blanco como la luna, además de líquido y volátil. El azufre, a veces denominado Latón, es de color amarillo anaranjado como el sol y de naturaleza oleosa o gelatinosa, mediante su calcinación se obtienen sales o cenizas de naturaleza seca y en forma de polvo. La repetida separación y mezcla de estas sustancias provenientes de la misma Materia viva tiene como objetivo potenciar su vitalidad, hasta la obtención del Elixir, considerada la primera etapa de la Obra.

Los procedimientos alquímicos

Hemos creado una lista comentada de los procedimientos básicos descritos en los textos alquímicos:

Decantación: deposición de la parte sólida de un compuesto por acción de la gravedad.

Calcinación: secado de elementos mediante calor.

Disolución: solubilización de elementos coagulados.

Separación: separación de elementos mediante filtración o decantación.

Conjunción: reunión de elementos.

Putrefacción: coagulación de una capa negra sobre Mercurio o medio líquido.

Coagulación: solidificación de la materia líquida.

Humidificación: Saturación de materia seca con líquido.

Sublimación: extracción por destilación o volatilización.

Exaltación: aumento del poder o vitalidad del Elixir o Piedra Filosofal.

Multiplicación: aumento vegetativo de la cantidad del Elixir o Piedra Filosofal.

Proyección: transmutación de metales.

El elixir de larga vida y la piedra filosofal

El logro de la Obra es la obtención de un objeto descrito como de textura suave y color rojo, que puede usarse como panacea universal, prolongando la vida indefinidamente, o puede usarse para transmutar metales inferiores en oro y plata, en cuyo caso se llama la Piedra Filosofal. En el caso de la transmutación en metales, esta levadura roja o violeta debía dejarse incubada durante un tiempo determinado con polvo de oro, tras lo cual adquiriría la propiedad de transmutar el plomo o el mercurio metálico en el más noble de los metales. Obteniendo así una relativa inmortalidad y una riqueza infinita, el alquimista da a la vida el valor que le corresponde, despreciando la mezquindad y utilizando las bendiciones recibidas para ayudar y curar a los demás de forma anónima. Se percibe así la coherencia material y espiritual de este sistema extremadamente detallado para obtener la felicidad humana.

De ninguna manera pretendemos haber agotado en este breve repaso toda la riqueza de materiales y procedimientos descritos por los numerosos textos e imágenes restantes, sin embargo, el esquema que hemos realizado nos proporciona una visión orgánica y genérica del fenómeno que estamos viviendo. analizando. Podríamos resumir esta visión genérica como: un conjunto de textos e imágenes que esquematizan una receta o protocolo que se lleva a cabo en hornos, con calor suave y constante, a partir de una materia inicial relacionada con la sangre que se separa en sus componentes líquidos y sólidos, los cuales se recombinan de diferentes maneras para obtener un material final extremadamente vitalizado capaz de curar y rejuvenecer a las personas y transmutar los metales. Teniendo así un buen esbozo de nuestro objeto, ahora podemos ampliar nuestra memoria reflexiva buscando sistemas similares al que esbozamos. Así, inmediatamente se nos ocurre una sorprendente similitud con un sistema de textos e imágenes actuales que conocemos bien: los protocolos de cultivo de células madre de médula ósea.

Según nuestra metodología, ahora podemos componer estos dos sistemas en un circuito resonante, ya que hemos comprobado que el cultivo de células madre de médula ósea tiene todas las características que describimos en nuestro resumen, ya que es un proceso que se realiza en invernaderos de un tejido espeso parecido a la sangre que se encuentra dentro de los huesos: la médula ósea. Actualmente se utilizan medios de cultivo comerciales especialmente formulados, pero “suero” o plasma sanguíneo; la fracción líquida y translúcida de la sangre; Perfectamente podría utilizarse como medio de cultivo natural, siempre y cuando haya sido preparado previamente para ello mediante procesos similares a los descritos en la alquimia.

El uso de fracciones purificadas de células mononucleares.[ 1 ] la médula ósea ya ha demostrado su eficacia terapéutica en varios estudios científicos, con evidencias de rejuvenecimiento en animales de experimentación (SANTOS, 2010), además de curar parálisis por secuelas neuronales hasta ahora incurables (BRITO et al., 2010). Para quienes investigan en esta área, queda claro que el uso de esta terapia no está muy extendido debido a la idiosincrasia socioeconómica de nuestra época.

En cuanto a la transmutación de metales, sabemos que el uso de cultivos de bacterias y hongos unicelulares para acelerar la transmutación de metales –por ejemplo, Manganeso (Mg) en Hierro (Fe) (VYSOTSKII; KORNILOVA, 2011)– es ya una tecnología incorporada en la ciencia de las fusiones frías, una de las promesas tecnológicas para la generación de energía limpia. ¿Es realmente tan absurdo pensar que las células madre puedan, mediante ciertos protocolos de cultivo que desconocemos, transmutar metales inferiores en oro?

Pero ¿podríamos realmente conectar el proceso alquímico con un protocolo de extracción y purificación de células madre de médula ósea? Para ilustrar nuestra hipótesis, narraremos el “Mutus Liber” o “Libro Mudo” que está compuesto por una serie de imágenes sin texto que pretenden describir figurativamente el proceso alquímico. Nuestra narración deberá formular un protocolo de extracción, purificación y cultivo artesanal de células madre de médula ósea que deberá adaptarse consistentemente a las imágenes alquímicas descritas. Vayamos a nuestro experimento.

 

III. EL “LIBRO TONTO” HABLA

“Mutus Liber” nos presenta una secuencia de imágenes que son bastante diferentes de la regla de la mayoría de las imágenes alquímicas. Si bien estos encajan claramente en los cánones del Arte de la Memoria clásico y medieval (ver Fig.2) con sus exóticas y sorprendentes imágenes de agentes que pretenden despertar correlaciones mnemotécnicas, el “Mutus Liber” parece más cercano a las pretensiones pedagógicas de un sistema contemporáneo. del mismo, elaborado por Jean Amos Comenius también a mediados del siglo XVII para la educación escolar. Comenius, a pesar de estar claramente influenciado por el Arte de la Memoria medieval, utiliza figuras como soporte realista para comentarios didácticos. Sin embargo, estas figuras están compuestas de tal manera que son independientes del comentario (MIRANDA, 2011).

“Mutus Liber” nos pone frente a un conjunto de equipamiento y una secuencia ordenada de actos realizados por un par de personajes que cumplen una determinada tarea. También aparece el simbolismo, pero con una función completamente secundaria y casi “jeroglífica” o nominativa en relación al conjunto de imágenes, más preocupadas por descifrar minuciosamente un protocolo de actuación.

Realizaremos comentarios didácticos, al estilo de Comenius, con el objetivo de complementar las figuras para probar nuestra hipótesis de que la alquimia, tal como la describen los textos e imágenes que conocemos, puede funcionar como educación en el cultivo artesanal de células madre. Para contextualizar nuestros comentarios, debemos tener en cuenta que todo el proceso debe realizarse sin la ayuda de la tecnología que tenemos hoy en día, como microscopios, hornos eléctricos con termostatos y medios de cultivo comerciales previamente formulados, por lo tanto, tendremos que guiarnos. , como aparentemente hacían los alquimistas, debido al color y la forma de los cultivos celulares. Además, debemos contar con una etapa de síntesis artesanal de un medio de cultivo realmente eficiente. Evidentemente, utilizaremos nuestros conocimientos y lenguaje actuales sobre el cultivo celular, para que podamos completar el circuito que queremos entre imagen y memoria reflexiva.

Otra dimensión que hay que tener en cuenta es la actitud emocional y religiosa de los operadores, quienes aparentemente estaban preocupados por el momento astrológico de las actividades y consideraban la oración continua como parte del proceso: “Ora lege lege lege relege labora et invenies”[ 1 ]. Sin embargo, no nos centraremos en los factores afectivo-religiosos en nuestro protocolo, buscando sólo la coherencia técnica entre un protocolo de cultivo viable y las imágenes del “Mutus Liber” (ROOB A., 1996)[ 2 ].

Omitiremos la portada y el primer tablero, que no parecen tener que ver con la descripción técnica. Destacamos en su significado sólo el despertar a una visión más amplia de la realidad. Por tanto, comenzaremos nuestro protocolo desde el tablero 2:

tablero 2

tablero 3

Lámina 2-) arriba, tenemos la materia inicial representada en forma de dos niños y un hombre adulto dentro del globo de cristal o “huevo alquímico”. Veremos más adelante que esta representación representa concretamente las fuentes iniciales de la obra, que provienen de cuerpos humanos. Debajo vemos a un hombre y una mujer, él en posición de oración y ella como comprobando la temperatura que sale de la chimenea del horno, que en realidad es un invernadero, que ya hemos comentado. Podemos pensar que la mayor sensibilidad táctil de las mujeres y su excelente discriminación cromática podrían ser factores indispensables en la falta de termómetros y microscopios, siendo una recomendación tradicional que el trabajo sea realizado por una pareja. Veremos que la mujer viste ropa diferente en cada imagen sucesiva y que es ella quien realiza las manipulaciones, siendo el hombre más bien un asistente manual. Este cambio de ropa puede sugerir una perfecta higiene, tanto del cuerpo de los operadores como de los objetos utilizados, necesarios para el cultivo celular, sin el cual necesariamente tendríamos contaminación en el cultivo. Esta necesidad de higiene y de un material de partida limpio y saludable es destacada al inicio de la Obra por varios alquimistas.

Así como el médico limpia los intestinos y limpia la suciedad mediante la medicina, así nuestro cuerpo debe ser purgado y limpiado de toda impureza para que, en nuestra generación, lo perfecto pueda producir operaciones perfectas[…] (BASILIO VALENTIN apud ZALBIDEA et al., 1980)

 

tablero 4

 tablero 5

En tableros con varios cuadros (4, 5 y 6), estos se denominarán a,b,c,d,e,f. La lectura se realizará de arriba a abajo y de izquierda a derecha, según la escritura occidental.

Lámina 4-) La formulación del medio de cultivo o Mercurio de los Filósofos: a) Se vierte el agua de rocío en la jarra de destilación. b) El agua de rocío se destila desechando la parte inicial, la “cabeza de cuervo”, que contendrá una mancha negruzca con las sustancias volátiles diluidas en el rocío. Sólo se debe destilar y utilizar la parte secundaria. c) La sangre recolectada de los operadores se calienta hasta que se volatilice toda la parte líquida (mercurio volátil) quedando solo la parte sólida calcinada, seca sin quemar (azufre sólido). A continuación, se sustituye el líquido por agua destilada de rocío, obteniendo un medio de cultivo esterilizado por el calor y con todos los nutrientes necesarios, pero sin células vivas: el Mercurio Filosófico. Este medio de cultivo se coloca en una botella de cultivo junto con cuatro piezas de “Material Inicial”, cuyo origen se muestra en la siguiente tabla. d) Aquí se muestra claramente el origen de la “Materia Inicial” de los alquimistas. Estos son los cuatro extremos del fémur (epífisis) de un niño recientemente muerto, colocados en una botella por un hombre de aspecto salvaje con la media luna del Islam en el pecho (¿huesos de niños paganos?). Los extremos del fémur de bebés o fetos abortados serían fuentes abundantes de médula ósea y, por tanto, de las llamadas células madre pluripotentes, aquellas que aún se encuentran completamente indiferenciadas. Estas células serían extremadamente vigorosas y aún tendrían telómeros largos.[ 4 ] por su juventud, y muy indicado para terapia celular encaminada al rejuvenecimiento y regeneración. Si esta correlación entre la figura y el uso de huesecillos le parece forzada al lector, entonces tal vez una cifra más explícita lo convenza. Se trata de una ilustración del tratado alquímico “Aurora Consurgens”, del siglo XIV.

Figura 4 – mujer dando a luz. “Aurora Consurgens” (ROOB, 1996, p.80)

Vemos en la figura 4 la representación desnuda de una mujer (¿monja?) que acaba de dar a luz o ha abortado, ofreciendo su bebé o feto en un pequeño bulto al signo de Leo, cuya estrella, el Sol, es símbolo de alquimia. oro. . Sin embargo, tenemos la declaración más explícita en un compendio anónimo de textos alquímicos medievales publicado en el siglo XVII:

Considero que el grano metálico es la médula de los huesos... En los huesos también hay médulas de diferentes especies, la mejor está en el tubo de los huesos, y la otra, menos perfecta, está en sus extremos... esto sin embargo está en el camino a la perfección de la mejor médula; porque este hueso esponjoso está recubierto por cartílago, y este cartílago va acompañado de glándulas mucilaginosas, en las cuales se cuece y prepara la membrana sinovial, que, en ciertos aspectos, puede verse como materia prima del cartílago y la médula (anónimo, 2006).

Admirable cuidado y meticulosidad en la descripción de la médula ósea en la diáfisis de los huesos, que contiene células medulares ya preparadas y diferenciadas (“…y la otra, menos perfecta, con células madre indiferenciadas, está en sus extremos…ésta, en cambio , va camino de la perfección de la mejor médula;…”) en una época en la que el estudio de la anatomía sobre cadáveres era un delito que llevaba a la quema!

Nicolas Flamel también es bastante explícito sobre el origen de la Obra:

Estas fueron las cosas que me obligaron a colocar estas figuras de esta manera y en un lugar como un cementerio, ya que si alguno obtiene el bien inestimable de la conquista de este rico vellocino, piense como yo, que el talento de Dios no debe ser se mantuvo enterrado comprando tierras y propiedades, que son vanidades de este mundo, pero que deben ayudar a sus hermanos, recordando que este conocimiento se adquiría a base de los huesos de los muertos... (FLAMEL apud ZALBIDEA et al., 1980)[ 5 ]

Considerando la cuestión desde este ángulo, es comprensible el gran interés de Flamel por un cementerio de niños y sus generosas donaciones al Cementerio de los Inocentes adquieren una connotación no tan inocente. e) En un invernadero casero de dióxido de carbono se cultiva la médula ósea de cada una de las cabezas del fémur, ya que en el invernadero hay espacio para cuatro botellas de cultivo. Inicialmente se debe extraer toda la médula por medios mecánicos, utilizando cualquier instrumento punzante esterilizado al fuego, y el tejido espeso parecido a la sangre se debe colocar en solución en el medio nutritivo previamente preparado con el precipitado de sangre, plasma y agua destilada. Los huesos ya limpios de médula se guardan para su uso posterior (Lámina 5, tabla f). El medio de cultivo debe cambiarse constantemente y al cabo de un tiempo las células habrán formado dos poblaciones: una, adherente, en el fondo del matraz; las llamadas células estromales o fibroblastoides; y otra población de células no adherentes, las células precursoras de las células sanguíneas o células hematopoyéticas. Cuando las células adherentes alcanzan la confluencia, es decir, cuando cubren todo el fondo del matraz, llega el momento de recolectarlas y replicarlas a baja densidad, para obtener las unidades formadoras de colonias de fibroblastoides (UFC-F), que se identifican como colonias circulares de células en el fondo del matraz de cultivo (Kern et al., 2006).

Placa 5-) a) Aquí se describe un paso interesante, ya que implica la preparación de un medio de cultivo elaborado con células sobrenadantes del cultivo descrito anteriormente. Primero, el líquido sobrenadante de los cuatro matraces de cultivo se vierte en otro matraz, reemplazando el nuevo medio nutritivo para las células adherentes. b) El medio retirado con las células en suspensión se coloca en el destilador. c) Se destila el medio a alta temperatura hasta que aparece un coágulo de células. d) Después de la esterilización y coagulación, la fase líquida recolectada se reemplaza en el destilador y el medio esterilizado, fases líquida y sólida combinadas, se separa en otra botella. e) A este medio se le da el carácter solar, por lo que sólo será utilizado en la segunda parte de la Obra: la transmutación biológica de los metales en oro. f) Las cuatro cabezas femorales limpias que habían sido previamente separadas se hervirán en agua para retirar el colágeno, que servirá como sustrato en la siguiente fase.

tablero 6

tablero 7

Tablero 6-) a) Verter el colágeno disuelto con las epífisis en una bandeja. Este colágeno formará un sustrato blando en el fondo del matraz de cultivo, favoreciendo la inactividad (no diferenciación) de las células madre (WINER et al., 2009). b) El nuevo medio de cultivo que contiene colágeno se filtra a través de lana; esterilizado por ebullición; sobre un embudo, para eliminar cualquier fragmento de hueso. c) El medio se esteriliza a alta temperatura. d) El medio de cultivo esterilizado que contiene sustrato de adhesión (gel de colágeno) se coloca cuidadosamente en un matraz de cultivo en el que también se colocan las colonias de células adherentes (UFC-F) del cultivo anterior. e) A este matraz de cultivo, que contiene las células adherentes de los cuatro matraces de cultivo anteriores, se le debe cambiar periódicamente su medio de cultivo, lavando las células que quedarán adheridas al sustrato de colágeno hasta notar una población de células fibroblastoides superpuestas por una colonia de células madre que inician el proceso de osteogénesis, o diferenciación en células óseas, lo que indica la presencia de células madre pluripotentes en el cultivo (el niño claro con la mano en la boca del adulto rojo) que eventualmente deberían alcanzar la confluencia en la capa superior ( blanqueamiento, el adulto y el niño blancos después de ser lavados con medio de cultivo). Las células también deben replicarse periódicamente cuando alcanzan la confluencia, que se representa como una espada cortante en la mano del hombre, de cara al matraz de cultivo. El reemplazo consiste en fragmentar el cultivo en nuevos matraces que contengan medio con colágeno, evitando la sobrepoblación y el inicio de la diferenciación “in vitro” de las células madre.

Lámina 7-) Arriba, se puede ver la ampolla de vidrio que contiene las células listas para su uso, probablemente diluidas en solución salina fisiológica, simbolizada por el dios Mercurio. Las diez serpientes del caduceo de Mercurio pueden leerse como diez dosis de células derivadas del proceso descrito, utilizando los cuatro extremos del fémur de un niño. A continuación, el matraz de vidrio cerrado que contiene las células madre se mantiene en el invernadero estándar, con calor constante y una atmósfera saturada de dióxido de carbono, y la pareja de operadores debe controlar constantemente la uniformidad, la adecuación de la temperatura y la vitalidad del cultivo. el cual debe ser desechado si presenta signos de deterioro.

Aquí finalizamos la primera etapa de la Obra: la elaboración del Elixir de Larga Vida. Las mismas células se utilizarán en la segunda etapa.

Es importante aclarar que este borrador de protocolo tiene sólo el detalle necesario para que el discurso sobre el cultivo celular contemporáneo encaje armoniosamente con las imágenes. Un protocolo real debe tener un sinfín de ajustes y detalles que sólo podrían determinarse con la práctica, y no es nuestro objetivo aquí establecer si este borrador que propusimos podría tener éxito o no en el cultivo real.

La transmutación alquímica de los metales

La comunidad académica se mostró muy reticente a reconocer la validez de los experimentos de CL Kervran y George Ohsawa, quienes fueron los primeros científicos en demostrar experimentalmente que los sistemas vivos realizaban rutinariamente, como parte de sus funciones fisiológicas, la transmutación de elementos (KERVRAN, 2011). . Sus experimentos se repitieron y, aunque algunos de ellos fueron descartados ante nuevos hechos científicos que los invalidaban, otros demostraron resultados consistentes, como los experimentos que involucraron la creación de Calcio (Ca) por plantas a partir de la transmutación de Potasio (K) ( KERVRAN, 1982). Sin embargo, Kervran y los científicos que siguieron su línea de trabajo trabajaron con mediciones en organismos multicelulares, plantas o animales, y no con cultivos celulares. El impulso en esta dirección provino de los experimentos de fusión fría, un fenómeno que implica la transmutación de elementos con bajos niveles de radiactividad y calor. Este campo de estudio quedó eclipsado por el campo del conocimiento de las fusiones de muy alta radiación, materializado en los estudios que dieron como resultado la bomba atómica. El campo mucho más pacífico de las fusiones frías estuvo durante mucho tiempo restringido a pequeños grupos de investigación con poca financiación y equipos, y sin embargo se dieron pasos importantes hacia el perfeccionamiento de esta tecnología para la producción de energía limpia (NAGEL, 2011).

Una rama de los estudios de fusión fría involucra transmutaciones biológicas realizadas por cultivos de microorganismos unicelulares como levaduras y bacterias, que tienen la capacidad de mejorar enormemente la transmutación de metales pesados ​​en elementos más ligeros, siendo muy útiles en la inactivación de desechos radiactivos. Un experimento muy impresionante en este sentido es el que demuestra rigurosamente la transmutación de Manganeso en Hierro mediante un cultivo mixto de bacterias (VYSOTSKII; KORNILOVA, 2011). Dado que tanto las bacterias, que son procariotas (sin núcleo organizado), como las levaduras, organismos eucariotas (con núcleo organizado), pueden llevar a cabo transmutaciones nucleares de metales, no vemos ninguna razón para pensar que podría ser diferente con células animales cultivadas. Sin embargo, el experimento simplemente no se hizo y, por tanto, intentar seguir aquí el “Mutus Liber” sería un puro ejercicio de imaginación, a diferencia del primer protocolo que presentamos, basado en conocimientos prácticos y reales.

 

IV. CONCLUSIÓN

Estaríamos forzando la realidad si dijéramos que todas las imágenes y textos alquímicos se ajustan a la hipótesis planteada en este trabajo. Existe toda una línea de comprensión sobre la alquimia, que se remonta al siglo XIX. XVII, que trabaja con las llamadas “quintasesencias” de elementos minerales vegetales y animales. Esta corriente comienza con Paracelso y acaba dando como resultado las obras que crearon la homeopatía y los remedios florales, ya en el siglo XIX. XIX. Los textos clásicos más antiguos, sin embargo, casi invariablemente se ajustan al enfoque que hemos descrito. Aún así, no nos preocupa si descubrimos la verdad histórica en este trabajo. En realidad, la verdad histórica nos interesa muy poco, ya que nunca podrá ser probada de manera absoluta. El pasado permanece en nuestra memoria y es allí donde debemos buscar recursos para esclarecer nuestras acciones presentes. Por lo tanto, no nos interesa la verdad, sino la fructífera conectividad que el conocimiento histórico puede establecer con nuestras elecciones.

En la medida en que podamos formar circuitos creativos y funcionales con los objetos que nos ha legado el pasado lejano, eso nos basta. El circuito aquí experimentado parece armonioso y plausible: así como el cultivo celular puede aclarar y dar coherencia a imágenes y textos alquímicos, éstos pueden actuar como didáctica del cultivo celular artesanal, sugiriendo técnicas y procedimientos que aún no han sido probados por la ciencia actual. . , desencadenando un círculo virtuoso que sólo puede traer avances al conocimiento científico.

Entre las posibles ramificaciones futuras de este trabajo podríamos destacar: experimentos con medios de cultivo artesanales elaborados a partir de plasma y sangre, la construcción de invernaderos de cultivo celular que no requieran el uso de energía eléctrica y el desarrollo de protocolos prácticos de cultivo capaces de llevarse a cabo. con infraestructura mínima. La experimentación con la transmutación de elementos en el cultivo de células madre es también un aspecto muy interesante y aún inexplorado por la ciencia oficial. Es necesario resaltar que el enfoque interdisciplinario que utilizamos resulta ser un poderoso instrumento para establecer correlaciones fructíferas entre temas aparentemente distantes, permitiendo su aplicación en otras esferas del conocimiento más allá de las que aquí abordamos.

 

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Recibido el: 15/10/2018

Aceptado el: 15/11/2018


[ 1 ] Biólogo, Magíster en Fisiopatología Médica y Doctor en Educación. Laboratorio OLHO – FE/Unicamp Correo electrónico: jorgeodragao@yahoo.com.

[ 2 ] Licenciada en Educación, Magíster en Educación y Doctora en Educación. Laboratorio OLHO – FE/Unicamp Correo electrónico: ceamiranda@gmail.com.

[ 3 ] Bióloga, Doctora en Medicina Clínica. CEMIB/Unicamp Correo electrónico: marcus@cemib.unicamp.br.

[ 4 ] Conjunto de células precursoras semidiferenciadas y células madre indiferenciadas.

[ 5 ] “Ahora lee, lee, lee, relee, trabaja y encontrarás”. Frase final de “Mutus Liber” (Roob A, 1996).

[ 6 ] Las láminas 2 a 7 pertenecen a la versión del “Mutus Liber” contenida en el Museo Hermetische (Roob, 1996, pp.380-384).

[ 7 ] En el hemisferio norte.

[ 8 ] Los telómeros se pueden definir como una protección física contra mutaciones en los extremos del ADN cromosómico. El acortamiento gradual de los telómeros es característico del envejecimiento.

[ 9 ] Flamel hace referencia a las figuras alquímicas pintadas en el arco de la Iglesia de los Inocentes, que donó.

fuente:
ClimaCom – Inter/Transdisciplinariedad, AÑO 05 – N13 – ISSN 2359-470

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