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Orunmilá – El Libro de Orixás

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Orunmilá, también conocido como Ifá, es el principio de la intuición, la premonición, los sentidos del espíritu, la mirada que conoce el futuro. Es el dios invocado en el juego de buzios, pues es quien conoce todos los destinos (odus), cabezas (oris) y caminos. Le dice a Exu que traslade sus palabras a los buzios, indicando qué orixá está gobernando a una persona, pues, con qué destino. Se le considera un avatar de Oxalá, como lo fue en el principio del mundo. Olodumare (el universo) Obatalá (el comienzo), Oxalá (la creación), Oxaguiã (el conflicto), Orunmilá (la intuición), Oduduwa (el planeta tierra), Ajalá (el alfarero que da forma a los oris – cabezas) y Fururu (el aliento de vida) son considerados Oxalá todos ellos. El comienzo de todo. El principio dividido en ocho, el infinito.

El mito dice que Obatalá había reunido todos los materiales necesarios para crear el mundo y que ordenó al Lucero de la Mañana que convocara a todos los orixás para comenzar el trabajo con su ayuda. Pero a la hora señalada, sólo apareció Orunmila. A Obatalá le gustó mucho la actitud de Orunmilá y lo recompensó ordenando al Lucero de la Mañana que le revelara a Orunmilá todos los secretos de la creación y del futuro. Y le entregó a Orunmilá todos los secretos y materiales que componen la vida humana, y que habían estado escondidos durante mucho tiempo dentro de una concha de caracol guardada en un jarrón que estaba entre las piernas de Obatalá. Orunmilá se convirtió, a partir de ese día, en dueño de los secretos, la magia, las fórmulas de ebós, los rituales, todo lo que involucraba el conocimiento del alma humana y su destino. Conoce la voluntad de los orixás y sabe de qué material fue hecho cada hombre.

Otro mito narra que Orunmilá/Ifá es hijo de dos principios mágicos. Nació mudo y no dijo una sola palabra hasta que era un adolescente, cuando su padre lo golpeó con un palo. Y ese día dijo: “Gbê-medji”, palabra que nadie entendió. Cuando lo volvió a atrapar, algún tiempo después, dijo: “Yeku-medji”. Y así, en varias ocasiones, dijo palabras, las 16 palabras que componen el opelê-ifá. Después le dijo a su padre que si atrapaba más podría decir mucho más que una sola palabra. El padre entonces golpeó mucho a Orunmilá, quien entonces dijo que no se quedaría en la tierra, sino que le daría a su padre una herencia que serviría eternamente para todos los dioses de Oxalá. Y explicó que los 16 nombres que había dicho eran los nombres de sus futuros hijos y que cada uno de ellos tenía conocimiento. Que se transformaría en palmera y que con las semillas de sus frutos (sus hijos) se jugaría el juego de Ifá, que se podría consultar al querer saber el futuro o cómo solucionar problemas.

• Color: verde/amarillo

• Comida: plátano con sal.

• Numero 16

• Símbolo: iruke (un palo curvo de madera)

• Día de la semana: viernes

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